Leer un libro de historia
P. Fernando Pascual
19-6-2024
Leer un libro de historia
permite entrar en la vida y las acciones de quienes han vivido antes de
nosotros.
Al mismo tiempo, permite
acompañar al historiador en su búsqueda, en sus criterios, en sus precomprensiones, en sus análisis.
El libro de historia no narra
simplemente cómo empezó una batalla, qué consecuencias tuvo para el vencedor y
para el derrotado, cómo fue financiada.
Un buen historiador intenta
comprender las intenciones, los proyectos, los obstáculos, las opciones de unos
y otros, opciones surgidas desde una libertad llena de misterios.
Sería bueno que cada
historiador presentase qué fuentes ha usado, cómo ha seleccionado la enorme
mole de informaciones, cuáles fueron sus objetivos.
El lector, por su parte, puede
tener ciertas ideas previas sobre los hechos. Cree saber algo de las tácticas
de guerra del pasado, del modo de vivir en las familias, de los sistemas
políticos en una época concreta de la historia.
Al llegar el momento de la
lectura, aparecen protagonistas, territorios, sequías, descubrimientos
técnicos, alianzas y traiciones, intuiciones geniales o decisiones absurdas.
En algunos libros de historia,
las personas del pasado “desaparecen”, pues el historiador supone que ciertas “fuerzas”
económicas habrían controlado todo el panorama.
Otras veces, las personas
parecen héroes que no tienen límites ni condicionamientos, como si el entorno
en el que vivieron no tuviera casi ninguna relevancia.
El libro de historia sigue en
nuestras manos. Ahora nos explica cómo vivían en las aldeas cercanas a la
frontera, mientras de un lado y de otro pasaban grupos de soldados que lo
arrasaban todo con sus desenfrenos.
Intuimos, en algunos momentos
de la lectura, que este libro no llega al núcleo interior de las personas que
actúan en los diversos acontecimientos, pues la libertad de cada uno encierra
un sinfín de misterios inalcanzables.
Pero al menos, al leer este
libro de historia, me siento cercano a hombres y mujeres que, en el pasado,
buscaron caminos hacia la felicidad, intentaron sobreponerse a guerras y a
hambrunas, y aspiraban, de diversas maneras, a encontrar un sentido a todo lo
que experimentaban día a día.