Lo que llevamos a cabo
P. Fernando Pascual
1-7-2024
Pensamos muchas posibles
acciones. Llevamos a la práctica solo algunas de ellas.
Así, en ocasiones pensamos en
un modo para mejorar nuestro descanso, o en la utilidad de leer ese libro de historia,
o en la importancia de ir al campo una o dos veces al mes.
Luego, el tiempo pasa, y quizá
lo único que hemos puesto en práctica fue la lectura del libro, mientras que
las otras ideas quedaron en el baúl de los buenos deseos...
Nos resulta útil reflexionar
un momento sobre aquellas ideas que llevamos a cabo. ¿Por qué leímos ese libro?
¿Por qué no buscamos, en serio, un día al mes para salir al campo?
Quizá leímos el libro porque
nos resultó fácil, o porque nos enganchó desde el inicio, o porque varios
amigos nos lo habían recomendado.
La excursión, en cambio, quedó
en el aire porque nos dimos cuenta de que la mochila estaba en malas
condiciones y nos dio pereza comprar otra, o porque durante el mes hubo muchos
días de lluvia.
Las decisiones concretas que
tomamos permiten poner en marcha proyectos y deseos que hemos visto
realizables, y que han cautivado con más fuerza nuestros corazones.
No todo lo que hacemos resulta
provechoso. En ocasiones, por desgracia, tenemos que lamentar haber puesto en
marcha una idea o deseo que nos ha causado daño o que ha herido a un familiar.
Lo importante es identificar
qué ideas y proyectos promueven bienes importantes y necesarios para nuestras
vidas y para las vidas de quienes, de un modo u otro, están relacionados con
nosotros.
Luego, pueden ocurrir
imprevistos que nos llevan a posponer un proyecto bueno. No importa: tras
afrontar lo inesperado, podremos volver a la carga y encontrar el tiempo
oportuno para llevar a cabo ese proyecto que, esperamos, sea un paso concreto
hacia la felicidad auténtica que surge cuando alcanzamos un ideal bueno que
hemos acogido en nuestros corazones.