Sorprendernos de lo que hay
detrás de cada hecho
P. Fernando Pascual
26-10-2024
Puede ser un ejercicio
interesante: analizar un momento concreto de nuestra vida e intentar descubrir
toda la cadena de eventos que “explican” lo que ahora está pasando, que están
detrás de cada hecho.
Pensemos en algo tan sencillo
como un atasco en una calle de la ciudad. Ahí me encuentro, parado entre varios
coches, seguramente con no poca impaciencia.
Estoy ahí porqué escogí esa
calle y no otra, porque opté por ir al médico de ese barrio y no a otro médico
que me habían aconsejado, y todo eso porque tenía un continuo dolor de cabeza y
deseaba curarme.
El coche que está delante de
mí, y el coche que se encuentra detrás, encontrarían explicaciones diferentes.
La persona que está delante va a la primera cita para un nuevo trabajo, porque
fue despedido por culpa de la calumnia de un compañero desleal.
La persona que se encuentra
detrás salió para visitar a un familiar enfermo. Ese familiar enfermó porque no
siguió los consejos de quienes le dijeron que no saliese de casa porque fuera
hacía mucho frío.
En este ejercicio mental
podríamos ir cada vez más lejos. Mi dolor de cabeza empezó desde que me
avisaron de los problemas económicos de mis padres. Mis padres quedaron
endeudados por la quiebra de un banco. Y el banco quebró por una alarma que
asuntó a los accionistas.
La cadena de hechos que
explican que ahora me encuentre ahí, en un atasco de tráfico, parece casi
infinita. Incluso mi misma existencia se explica por
la “casualidad” que llevó a mis padres a encontrarse por primera vez en una
sala de espera del podólogo. Un podólogo que había llegado a la ciudad hace dos
meses, porque ganaba poco dinero en la ciudad en la que estaba antes...
Miles y miles de hechos del
pasado y del presente se entrecruzan y producen resultados, algunos
sorprendentes, otros más o menos previsibles, muchos beneficiosos, otros que
provocan daños.
El hecho es que sigo ahí,
parado, entre dos coches. Y entre muchos otros coches que están delante, que
están detrás, que están a los lados, cada uno de los cuales se encuentra allí
por otras cadenas de hechos “casuales” o premeditados.
Resulta estimulante hacer este
ejercicio de vez en cuando. Nos ayudaría a vislumbrar un poco ese gran misterio
de la existencia humana, tejida por millones de acontecimientos de todo tipo,
hasta provocar esa situación tan sencilla que ahora nos sorprende: estar
embotellado en una calle céntrica de la ciudad...