A quién pedimos consejo
P. Fernando Pascual
1-11-2024
Pedimos consejo para mejorar
la salud, para encontrar un buen lugar de vacaciones, para restablecer la
armonía en familia.
Cuando sentimos la necesidad
de pedir consejo, surge la pregunta: ¿a quién vamos a acudir?
Muchos ofrecen consejos de
todo tipo. Pocos, en cambio, dan buenos consejos.
Encontrar un buen consejero
asegura que el consejo será bueno (o, al menos, no será malo). Por eso, no nos
basta cualquier consejo, sino que deseamos el consejo de quienes sean
competentes.
Surge la pregunta: ¿cómo
identificar a un buen consejero? Algunos hablan bien y con seguridad, pero no
son buenos consejeros.
Otras veces alguien que parece
inseguro, o que habla sin elegancia, tiene un profundo conocimiento del tema
que nos interesa, y podría darnos consejos excelentes.
No resulta fácil encontrar un
buen consejero, pero lo necesitamos ante tantas decisiones grandes o pequeñas.
Desde luego, tras escuchar un
consejo, cada uno necesita reflexionar sobre su validez y oportunidad: no
podemos seguir un consejo a ciegas, sobre todo cuando está en juego nuestro
bien o el de otras personas.
En el camino de la vida
afrontaremos asuntos importantes que marcarán nuestro futuro. Buscaremos,
entonces, un buen consejero.
También pediremos a Dios que
nos ayude a encontrarlo, y que ponga en el corazón de esa persona palabras
veraces que nos iluminen a la hora de tomar buenas decisiones en los momentos
más decisivos de nuestra vida.