Lágrimas

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Lágrimas hay...
Algunas agridulces, otras salobres y, otras amargas,
todas son despedidas por los ojos,
y arrastran ellas el sentir del corazón.

Aquellas agridulces en los momentos de risas incontenibles.
Otras son aquellas del momento de aquel “sí ” ante Dios.
Diferentes son aquellas que brindaron a los ojos, los hijos al venir al mundo.
Cálidas y dulces son aquellas cuando contemplo al ser querido, junto a mí.

Fueron salobres aquellas que brotaron cuando a Dios, le pedí perdón.
O de aquellas amargas, derramadas junto al lecho del hijo enfermo.
Calientes y de gusto a sal fueron las que mojaron mis mejillas,
cuando pudieron mis hijos sus logros conquistar.

Amargas fueron las lágrimas que surcaron mi rostro ante la injusticia por:
Los inocentes que mata el hambre.
La denigración que sufre el hombre por la guerra.
Cuando por todo eso, el hombre se olvida de Dios.

Secos mis ojos de lágrimas...
Fresco el rostro por la serenidad del alma...
Hoy camino por la vida llevando a cuesta
una bolsa con aquellas lágrimas, que son como cuentas de un Rosario.

Las heridas que sufrió el corazón por aquellas lágrimas,
fueron sanadas cada día por el bálsamo del amor,
porque por cada lágrima que derramé por el dolor propio o ajeno...,
Dios le puso al corazón el paño de la misericordia para aliviar mi dolor.
Benditas sean las lágrimas que hasta hoy derramé.-