Vida... Don de Dios

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

«Mi vida es mía, y hago de ella lo que quiero»

Frase proclamada frecuentemente, como para alejar de sí, la responsabilidad que implica el
vivir, de aquel que la dice.
No debe, ser alguno, tomarse la libertad, que tiene por derecho elemental, como algo de su
exclusiva pertenencia.
La vida y la libertad de cada uno, es y será, siempre gracia de Dios.
Que si bien Dios le regala a cada ser “eso” que es la vida, y “aquello” que es la libertad.
Quiere Él que una y otra, sean para que ese ser, pueda realizar con ellas, actos para su propio bien y así,  desde esos actos darle gracias al Hacedor, por esos beneficios.

Pero puede el maligno, príncipe de la tierra y de las tinieblas, con su seducción, hacer que el
hombre cambie el rumbo de su vida, y optar por un camino equivocado.
Así podrá aquel que seducido por el mal, pensar que con su libertad, puede coartar la de los demás, o que impunemente puede tomar, aún, su propia vida y segarla a su propio albedrío. Pero debe saber y conocer, que nadie está libre de condena, cuando no se cumple la voluntad de Dios.

Así planteado este pensamiento, se puede reflexionar:

«Más libre seré, cuando más esclavo sea de Aquel que da la verdadera libertad.
 Esclavo sin fin seré, cuanto más me aleje de hacer su voluntad»