Volver a la vida

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Tu glacial cuerpo mis manos recorrieron,
con febril vehemencia,
en la álgida noche,
para llenarlo de calor,
cuando tendida sobre la blanca y suave nieve...,
te encontré cual bella durmiente,
bajo el plenilunio de julio.

Lentamente..., poco a poco,
el rubor volvió a tus mejillas,
y el carmesí volvió lentamente a tus pálidos labios,
un tenue rosado, el ardor le dio a la suave piel de tus manos,
y tus almendrados ojos,
entornándose en mudo lenguaje,
me pareció “oírlos” decir,
lo que tu boca no podía musitar: gracias.
Mis labios acariciaron los tuyos...,
... y el beso se hizo miel para los dos.-

lorenzo 07/1990