Sueña niño, sueña…

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Afuera ruge el viento invernal, arrastrando las últimas hojas sueltas,
el tibio sol de un otoño que quiere pasarle la posta al invierno,
parece no tener ya fuego y sus rayos solo dan luz al paisaje…
paisaje desierto a causa de la desapacible temperatura exterior.

Adentro, la calidez producida por los leños en el hogar se percibe en la piel,
y el aroma que despide desde la cocina la olla sobre la llama todo lo inunda,
y se escucha la suave voz que arrulla al retoño de sus entrañas que está en la cuna,
en los ojos del niño se puede apreciar la placidez de estar allí, junto a su madre.

Sueña niño, sueña…, la melodía que brota de la voz de mamá, lo apacigua…
y lentamente esos ojos se cierran buscando quizás en ese sueño…
a otros niños para jugar, y compartir su bienestar con aquellos que no lo tienen,
él nació en ese hogar protegido con la bendición de Dios, en papá y mamá.

En su sueño tal vez, se encuentre con otro niño, tal igual a él y tan diferente a él,
ese niño que nació también bendecido por Dios, pero quiso él nacer en un pesebre,
jugaran en sueños los dos, aquel le enseñara la alegría de la vida, el gozo del hogar,
éste le brindará su cariño y los dos irán en busca de aquellos niño solos…
y ambos verán que al mundo solo le falta una cosa, el calor que da el amor de hogar.

Sueña niño, suena…
Que Dios tu sueño velara, y será tal vez un día tu sueño realidad…
Un mundo de hogares, llenos de paz, amor y caridad.
Sueña niño, sueña…

lorenzo 25/04/2006