Aquellos no

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Cuando niño mis pasos...
llevaban mi vida por oscuros senderos entonces

escuchaba siempre una voz, serena y amable

que cual música llegaba a mis oídos, diciendo... ¡no!

Volviéndome encontraba allí, detrás de mí,
aquel rostro austero, de dulces ojos
y que con bondad de Padre, ponía su mano en mi hombro,
y me indicaba el sendero a seguir, y en silencio se marchaba.

Pasado ya tanto tiempo...
Ven mis ojos, niños y jóvenes equivocando el rumbo.
Lleno de dolor mis ojos, no pueden ver “aquel” rostro,
y, quiere mi voz corregirlos de su mal camino, con un ¡no!.

Sonrojado el rostro, húmedos los ojos...
por tanto improperio que por mis no, recojo.
Vuelvo mis pasos buscando, quizás, aquella mano amiga,
y desandando mi sendero que lleva al final de los días,
medito el valor de aquellos, NO,
y de cómo le dieron verdadero sentido a mi vida.

Mis ojos ya cansados de ver tantos errores,
mis labios secos y sin voz, no reclaman ya.
Mis pies doloridos de andar tanto camino,
son sin embargo, agradecidos al Padre, por aquellos no.

Al caminar vuelvo mi rostro de tanto en tanto,
a hurtadillas, ven mis ojos, aquel rostro generoso,
y quisiera yo, sentir en mi hombro, su mano...
y así renovada mi esperanza, caminar con fe
en busca del ocaso de mi vida, seguro de mi buen camino...
que gracias a la sabiduría que aquellos NO, le dieron y guiaron mi vida.-

lorenzo 02/1997