Santísima Trinidad

Autor:  Diácono Lorenzo Brizzio

 

 

Mi fe, soy Católico, nace de mi Bautismo, y de Dios que en nombre de la Trinidad me bautizó.

Por el Bautismo tengo las tres virtudes llamadas teologales, (que vienen de Dios) 
Ellas ha hecho de mi, por gracia de Dios un creyente, pero creyente es todo bautizado en la fe, y por ese Sacramento Dios nos concede la gracia de la comprensión de tan grande misterio, es por eso que digo y decimos CREO, no es esta creencia natural, si no que es un don de Dios dado a cada Bautizado en el bautismo, no para que sea tan solo “algo más” de Dios, es por el contrario la Luz y Sabiduría para caminar hacía Él durante mi vida terrena.

Si bien la Santísima Trinidad es el Misterio de la Fe, podemos comprenderlo mejor si primero lo aceptamos como lo que es: un Misterio de fe.
La Santísima Trinidad, un solo Dios y en Él tres personas divinas, Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo. 
Los cristianos son bautizados en “el nombre” del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y no en “los nombres” de éstos, pues no ha más que un solo Dios, el Padre todopoderoso y su Hijo único y el Espíritu Santo: La Santísima Trinidad. (CEC 233) 
La revelación de tan grande misterio no ha sido revelado, sino por medio de fe, y como nuestra fe es limitada tan grande misterio será revelado a cada cual, según sea su crecimiento de la fe, a ojos de Dios. 
Podemos decir quien es Dios Padre, aún cuando no lo veamos, pero por la fe del Bautismo sabemos quien es, por la revelación de Jesús, “el que ha visto, ha visto a mi Padre”“el Padre y yo somos una sola cosa” (Jn.14, 8c – 10, 30) y la revelación de Jesús sobre el Espíritu Santo: “Y yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Paráclito para que esté siempre son ustedes: el Espíritu de la Verdad…” (Jn. 14, 16-17ª) 

La Santísima Trinidad se hace presente para todos en las Siete Maravillas de la Iglesia: Los Sacramentos.
En ellos Dios permite que quienes los reciben, los reciban de Él, aún cuando no sea visible ni tangible, si no por quien los administra.
Dios por medio de los Sacramentos concede a sus hijos por adopción, la gracia del mismo, lo hace por intermediación del su ministro, Obispo, Sacerdote, Diácono. 
Así utilizando el Sacramento del Bautismo como ejemplo, veremos por ojos de la fe que, el niño al instante de ser Bautizado recibe de Dios uno y Trino, la gracia del Bautismo, Dios Padre por medio de su Hijo, Jesús quien murió y resucito para ello, y por la intervención del Espíritu Santo en el Ministro actuante, éste vierta sobre la cabeza del niño el agua diciendo: Yo te Bautizo en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Allí el nombre de La Santísima Trinidad hace presente el misterio de la fe. Recibiendo quien lo pide con fe, de parte de Dios el Sacramento. Lo mismo sucede en cada uno de los siete Sacramentos.

Mi fe me dice que es, la Santísima Trinidad, mi corazón se goza por ella, mi alma se gloría en tan grande misterio, mi ser vive, se sana, se alimenta cada vez que yo participo de los Sacramentos.  Alabado sea Dios, bendita y alabada seas por siempre Santísima Trinidad.

                                                                            
 lorenzo 19/06/2011

                                                                 Festividad de la Santísima Trinidad