Ayudar al prójimo a través de los impuestos
Hace ya varias semanas han comenzado a llegar a miles de hogares los borradores
para la declaración del Impuesto de la Renta. Ahora más que nunca, los católicos
debemos estar unidos ante esa lacra que nos ha tocado vivir: “el paro”. Nos
acercamos a la terrible cifra de cinco millones de parados. Nuestros ciudadanos en
paro, necesitan comer, pagar la hipoteca o el alquiler de la vivienda, la luz, el gas,
etc.…esto es un drama que conlleva situaciones no deseadas por nadie.
Como todos saben, la Iglesia recibe cada año el dinero que le asignamos muchos
ciudadanos mediante el sistema de poner voluntariamente una cruz en la casilla de
la declaración de la renta. Marcar la X no cuesta nada, aunque nos salga a
devolver, nos van a de volver lo mismo; y si nos sale a pagar, pagaremos también
la misma cantidad.
Se pueden y se deben marcar dos cruces: una en la de la “Iglesia ” y la otra, en la
destinada a “otros fines sociales”. Estas equis multiplicadas por millones de
declaraciones en toda España, se transforman en euros que, insisto, ahora más que
nunca son imprescindibles para que la Iglesia pueda seguir desarrollando su labor a
favor de tantos que necesitan tanto.
Un gesto que no nos cuesta nada pero que rinde mucho.
Elena Baeza Villena