“El Árbol de la Vida”
La escultura del donostiarra Carlos Lizarriturry, “El Árbol de la Vida”, ha sido la
pieza elegida para representar el carácter universal y el humanismo de la Jornada
Mundial de la Juventud, que se celebrará dentro de unas semanas y, que como
todos sabemos será presidida por Benedicto XVI. Explica su escultor: “Cuando me
encargaron la escultura intenté buscar una simbología que fuese universal, que no
sea solo de uno, sino de todas las diferentes culturas, y elegí por nombre “El Árbol
de la Vida”, porque para mi la pieza representa el origen”. Y, prosigue “ Que con
esta escultura pretende transmitir diferentes emociones a quien la contemple. Debe
tener muchas percepciones diferentes, la obra es tridimensional, hay que rodearla y
verla desde todos los ángulos", y ha explicado también: “La escultura no puedes
leerla, o sólo verla, hay que tocarla. El tacto es importante y te da más sensación
de realidad, incluso más que la propia vista”.
Veo en esta elección un acierto muy significativo ya que la JMJ va a ser,
precisamente eso, una explosión de vida, de alegría, de entusiasmo, de encuentro,
de sentido, de amistad, de fraternidad; un canto a la familia, al matrimonio, a la
fidelidad, a la alegría del corazón sano y limpio… ¡En definitiva un descubrimiento
tan profundo y tan diferente de lo que ofrecen las satisfacciones materiales!
Elena Baeza Villena