Hombre Nuevo
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José Manuel, L.C.
El “fua”
Resulta admirable que la teoría del “fua” haya hecho tan famoso, ante las cámaras de
televisión, a un borrachín que dormía plácidamente sobre la acera de la calle. El “fua” se
propagó como pandemia y ahora se escucha a miles de aficionados al fútbol mexicano
gritarlo en los estadios, como si se tratara de un gigantesco rugido de león, cuando el
portero despeja el balón: “fua”. Incluso la Volkswagen ha adoptado el “fua” en su guión
publicitario, lo mismo que otras líneas de productos como el calzado o los helados. “Fua”
por aquí, “fua” por allá.
Según el benemérito borrachín, el “fua” es la energía que te proyecta hacia el universo, es
el coraje, es la fuerza capaz de resucitar a un muerto. Seguramente Jesús cuando resucitó a
Lázaro exclamó: “fua”.
El efecto mediático que ha tenido este concepto nos muestra lo vulnerable que resulta la
sociedad ante algo novedoso. La originalidad produce sorprendentes dividendos. Tienen
razón los técnicos de la mercadotecnia cuando afirman que “es mejor ser el primero en la
mente del público, que ser el más grande”.
El “fua” es lo mismo que espíritu de superación o fuerza de voluntad, términos tan antiguos
como la rueda, pero expresados de modo original por un borrachín que sólo necesitó tres
letras. twitter.com/jmotaolaurruchi