En mi interior te encuentro Señor
Para encontrar a Dios
No es tan difícil como parece
Solo hay que silenciarse
Y entrar en nuestro interior
Así gozo yo de la oración
Porque mi amado me habla
Cuando yo acallo mi corazón
Y puedo deleitarme con su dulce voz
Atráeme y correremos…
Por hermosas praderas y
Ríos de agua cristalina
Allí me llevo el amado
Y luego de hablar largo rato
Y deleitarnos con las cosas del cielo
A las sombras del manzano me llevó
Para descansar y darme eterno amor
A veces lo pierdo de vista
No se donde se me escondió
Pero esta pobre alma, busca en su interior
Y allí otra vez a su amado encontró
Cuando solo encuentro sequedad
Y las lluvias tempestuosas
Casi me llegan a matar de dolor
Bajo el manzano me refugio yo
Allí en plena noche oscura
Si a mi bienamado no llego a ver
Abrazo al árbol de la salvación
Y de allí me caen los frutos del amor
Frutos que el manzano me da
Y al reconfortarme encuentro paz
Paz divina que el amado me da
Cuando hago silencio y lo busco en mi interior
Hno. Franco de Jesús Sacramentado y de la Santa Faz