Si llego a anciano no me matéis
En febrero del año 2009, la italiana Eluana Englaro, en estado vegetativo
desde 1992, falleció al dejar de ser sustentada artificialmente. Asimismo en
febrero del 2008, víctima de una tumefacción incurable, la francesa Chantal
Sébire, fue descubierta sin vida en su casa, después de que la Justicia
impugnase su petición. Solicitó que se le aplicase la eutanasia. También en
marzo del 2007, los médicos cortaron el respirador a Inmaculada Echevarría .
Y en mayo del 2006, Jorge León, un pentapléjico de Valladolid, fue hallado
muerto desconectado del respirador que le mantenía con vida, tras meses
pidiendo ayuda en internet para morir. El primer español en pedir la
eutanasia fue Ramón Sanpedro que, en enero del año 1998 murió
envenenado, ayudado por su amiga Ramona Maneiro.
Esta es la macabra historia de algo tan horrible como la eliminación de la
propia existencia. La vida no es propiedad del ser humano, es una donación
divina y, por lo tanto, debe ser respetada y protegida, desde el momento de
la concepción hasta la muerte natural.
Nos encontramos ante el último caso de eutanasia. Ramona Estévez ha
fallecido. Su muerte se produjo catorce días después de que los médicos del
Hospital Blanca Paloma le retiraran la sonda nasogástrica que la mantenía
con vida, en aplicación de la ley de muerte digna de Andalucía, y bajo el
amparo de la ley a nivel nacional. www.religionenlibertad.com
Para César Nombela, catedrático de Farmacia de la Universidad
Complutense y miembro del Comité Español de Bioética, «la colocación de
una sonda nasogástrica para alimentar e hidratar a un enfermo en estas
condiciones, no es una medida extraordinaria, ni un tratamiento especial;
es una medida de soporte vital que los facultativos utilizaron en aplicación
de su criterio de acuerdo con la „„lex artis‟‟. Su retirada por decisión
administrativa contradice ese principio». www.youtube.com
La Encíclica “Evangelium vitae” asevera que: “La eutanasia es una grave
violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente
inaceptable de una persona humana”.
La eutanasia no es un derecho. Existe el derecho a vivir, pero no a morir ni
a matar. La cultura de la muerte es impropia de una sociedad civilizada. En
ésta sólo cabe la cultura de la vida.
Clemente Ferrer
clementeferrer3@gmail.com