INMADUREZ JUVENIL
Padre Pedrojosé Ynaraja
Vuelvo a insistir, que a la etapa personal que llamamos adolescencia, le falta
fundamento biológico o antropológico y no es consecuencia exclusiva, de evolución
hormonal, sino de circunstancias sociales, culturales o ambientales, que crean un
desorden, difícil de asimilar por el mismo individuo y de comprender y poder
conducir, por parte del educador. Hace un tiempo, las etapas personales, estaban
señaladas por signos visibles. El chico vestía pantalón corto, después bombacho o
de golf, para acabar en el pantalón largo. La chica llevaba calcetines hasta que se
ponía medias, maquillarse solo se atrevía a hacerlo cuando la juventud estaba a las
puertas. Voy a poner algún ejemplo puramente anecdótico. Era frecuente que la
madre que estaba fuera de casa, un día se encontrase a su hija pequeña calzando
zapatos de talón, vestido de su madre y pintarrajeado su rostro con el carmín
cogido del tocador. Deseaba ser como su progenitora. Ahora es diferente. Conservo
anuncios de una prestigiosa empresa, que rotula así la fotografía de una señora
joven con una chica quinceañera: viste como tu hija. No es raro que ambas
compartan vestidos, collares o pendientes. Se me ocurre, para referirme al género
masculino, recordar que a veces, se dan serias discusiones, broncas y expresiones
agresivas, entre padre e hijo, por la simple razón de que uno es admirador del
Barça y el otro del Real Madrid. Me alargaría demasiado con otros ejemplos. Se
insiste en que desde pequeños progresen en el terreno de las lenguas, se les facilita
la participación en cualquier visita-excursión escolar, olvidando e ignorando la
formación de la voluntad para la correcta vida ordinaria. Algunos dicen que la
práctica del deporte forma el carácter y aleja del mundo de la droga y el desorden.
Recientes ejemplos de famosos que se han hecho públicos, corrigen estos criterios.
No es extraño que dedique todo su tiempo en progresar y conseguir trofeos y
medallas. Posteriormente aquel que era capaz de triunfar en la competición
profesional, cae en los más lamentables errores y vicios. Permítaseme un
paréntesis de humor provocativo. A un niño le dicen: como este año te has portado
mal, has sacado malas notas y tienes muy descuidada tu habitación, los Reyes
Magos te traerán… Juguetes educativos, responde triste el chico. Otro ejemplo para
reflexionar, recordando lo del vestido. No hay duda que el orgullo o la vanidad
están anclados en el ser humano desde el uso de razón. Una chica, llegado el
momento de su desarrollo, alcanzada la exuberancia impresionante de su cuerpo,
de la que a veces, en su intimidad siente vergüenza, observa en cambio, que
exhibiéndose, sin ser consciente de su glamur erótico, atrae las miradas y llama la
atención. Consigue así satisfacer su vanidad, sin pretender otra cosa, pero suscita
intereses que pueden hacerla peligrar o, lamentablemente, ganarse mala fama.
Si se tratara de un libro, me alargaría, pero como es un sencillo artículo, me limito
a decir que muchos jóvenes de hoy, son espiritualmente inmaduros, pese al
vehículo que conducen, los viajes intercontinentales que hacen y los deportes de
riesgo que practican. Decírselo, explicárselo y demostrárselo, supone normalmente
romper la amistad o el simple diálogo, no obstante, estoy convencido que un
educador no debe dejar de ser sincero, si es responsable de su vocación u oficio.
Acabo con un texto clásico, que no por antiguo deja de ser vigente. Su autor es el
premio nobel ingles Rudyard Kipling
Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor todos la pierden y te echan la
culpa; / si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti, pero al mismo
tiempo tienes en cuenta su duda; / si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras, / o siendo odiado
no dar cabida al odio, y no obstante, no parecer demasiado bueno, ni hablar con
demasiada sabiduría...
Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen; / si puedes pensar y no
hacer de los pensamientos tu objetivo; / si puedes encontrarte con el triunfo y el
fracaso y tratar a estos dos impostores de la misma manera; / si puedes soportar el
escuchar la verdad que has dicho: tergiversada por bribones, para hacer una
trampa de necios, / o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado
tu vida / y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas...
Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos y arriesgarlo todo de una vez a una
sola carta, y perder, y comenzar de nuevo por el principio / y no dejar de escapar
nunca una palabra sobre tu pérdida; / y si puedes obligar a tu corazón, a tus
nervios y a tus músculos, a servirte en tu camino, mucho después de que hayan
perdido su fuerza,
excepto La voluntad que les dice "!Continuad!".
Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud / o caminar entre Reyes y
no cambiar tu manera de ser; / si ni los enemigos, ni los buenos amigos pueden
dañarte, / si todos los hombres cuentan contigo, pero ninguno demasiado; /
si puedes emplear el inexorable minuto recorriendo una distancia que valga los
sesenta segundos…
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella, y lo que es más, serás un hombre, hijo
mío. (observo ahora que esta traducción que he copiado de internet, yo recuerdo
otra que me gusta mucho más. Como no la sé de memoria, aconsejo que se busque
otra mejor, de acuerdo con el original inglés y el genio de nuestra lengua)
Padre Pedrojosé Ynaraja