La feminidad es un valor que la mujer no debiera perder
Ángel Gutiérrez Sanz
La autoestima comienza por el conocimiento y la aceptación de nosotros mismos, se fundamenta
en saber lo que somos y lo que la naturaleza nos ha dado, a ella no se llega renegando de nuestra
condición, ni haciéndonos traición a nosotros mismos. Mujeres y hombres tenemos la capacidad
de ser excelentes cada cual a su manera. A la mujer de hoy le conviene como nunca recordar que
el aprecio por su propia identidad es el paso previo para hacer realidad su proyecto de vida , su
vocación personal. Ortega y Gasset dejó escrito que “ sólo se vive así mismo” palabras que bien
interpretadas dan a entender que es imprescindible sentirse, quererse, estar a gusto con uno
mismo, por eso la tentación en la que nunca debiera caer una mujer es olvidarse de quien es para
convertirse en una mala imitadora de los hombres.
Es un hecho fácilmente constatable que la mujer a lo largo de la historia ha estado subyugada por
el hombre y ha vivido marginada en las sociedad, por la sencilla razón que era considerada un ser
inferior. Esto sucedía en unos tiempos en los que poco pudieron hacer para defenderse de tanto
atropello; pero paradójicamente fue entonces cuando la mujer supo dar el ejemplo más sublime
de autoestima femenina. Trataré brevemente de explicarlo.
En estos tiempos difíciles pudieron claudicar ; pero no claudicaron , pudieron desespera ; pero
no desesperaron, pudieron renegar de su condición de mujer; pero no lo hicieron. Callada y
silenciosamente supieron cumplir con su sagrada misión de madres , esposas y guardianas del
hogar. Ellas estaban convencidas de que no eran seres inferiores , sabían que eran inteligentes,
responsables y sensibles y no sentían ninguna necesidad de demostrárselo a nadie, les bastaba
con su certeza, no precisaban el visto bueno de los hombres . ¡ Que seguridad la suya!...
Hoy desde la distancia de los siglos su actitud nos parece digna y moralmente bastante por
encima de la de los varones que las subyugaban y yo pienso que esto lo sabían todos. Por eso
seguramente su autoestima fue tan grande, que aún en las peores circunstancias seguían
pensando que el haber nacido mujer era un privilegio, por lo que se consideraban obligadas a dar
gracias a Dios. Se sintieron a gusto y complacidas con que los hombres les abrieran la puerta
cuando iban a pasar , le retiraran la silla cuando iban a sentarse, se quitaran el sombrero,
besándolas las manos cuando las saludaban o se inclinaran ante ellas rindiéndoles pleitesía,
pienso, que seguramente no hubieran querido cambiarse por la super- mujer de ahora,
malhumorada por tener que levantarse a las siete , estresada por estar trabajando todo el día y
harta ya de malvivir y tenerse que comer un bocadillo de salchichas a toda prisa. Muy seguras
debieron estar de sí mismas aquellas damas, para mantenerse fiel a una feminidad tan exigente en
circunstancias tan adversas. Lo suficiente como para sentirse realizadas y satisfechas de sí
mismas, tratando de ser felices y seguramente que muchas de ellas lo consiguieron, con bien
poco , sólo con sentirse mujeres o tal vez esto sea mucho , tanto que los hombres no podemos
alcanzar a valorar.
Naturalmente a una mujer actual le resultaría difícil entender que se pueda estar satisfecha de sí
misma, sin tener las libertades , la independencia y autonomía que ellas tiene hoy , no se
explicarían como pueda hablar de autoestima femenina alguien que estaba apartada de la vida
pública sin poder hacer lo que le viniera en gana, y es que no se dan cuenta que existe una
libertad interior mucho más liberadora que las libertades fisicas y sobre todo no reparan en que la
autoestima no depende tanto de cómo te ven los demás cuanto de cómo te ves tú misma. La
terapeuta Doris Bersing en su libro "Autoestima para mujeres", reflexiona sobre el ayer y hoy de
la mujer, nos habla de sus padecimientos y también de sus alternativas de futura. Piensa que ha
llegado el momento de asumir nuevas responsabilidades, de liberarse de estereotiopos que la han
mantenido subyugada y que hoy ni la revalorizan, ni la dignifican por lo que en nombre de una
personal autoestima , la mujer hoy ha de asumir el papel que le corresponde dentro de la
sociedad moderna en la que le está tocando vivir. Todo esto está muy bien; siempre que no se
haga en detrimento de la feminidad. En tal sentido la presidenta de Nueva – Feminidad, Annalin
Nightwind en una entrevista que la hicieron, nos dejó esta oportuna reflexión . “ incluso allí
donde las mujeres han sido violentamente oprimidas, ellas todavía conservaron sus propios
valores femeninos, todavía existía entonces un lugar para la feminidad, una feminidad
transmitida de madres a hijas, o de amiga a amiga, de mujer a mujer. Pero ahora vivimos en una
sociedad terriblemente desnivelada… el mundo moderno intenta eliminar a uno de los polos,
insertando a las mujeres en el mundo de los valores masculinos. El espíritu masculino encuentra
acomodo en las mujeres por encima de sus propios valores, aquellos que le son propios por
naturaleza; suelo definir a la mujer moderna como un ser colonizado”.
No es de extrañar que muchas de las mujeres vivan hoy sumidas en un gran conflicto personal
que está afectando a su personalidad y propia auto estima, no saben muy bien quienes son y
donde está su puesto en la vida , no acaban de aclararse. Hay mujeres también que comienzan a
renegar ya del feminismo que en su día renegó de la feminidad. Extraigo unos párrafos del
“Monólogo de una mujer moderna” , donde Adela Micha. se suelta la melena y nos deja las
siguientes perlas. Veamos
“Estoy acabada, quiero quedarme en casa, cocinando, escuchando música, cantando, etc… Me
gustaría saber quién fue la bruja imbécil, la matriz de las feministas, que tuvo la grandiosa idea
de reivindicar los derechos de la mujer, y por qué hizo eso con nosotras, que nacimos después de
ella. Estaba todo tan bien en el tiempo de nuestras abuelas:
ellas se pasaban todo el día bordando, intercambiando recetas con sus amigas,
decorando la casa, podando árboles, plantando flores, recogiendo legumbres
de las huertas y educando a sus hijos… Cuántas horas de paz!!! Hasta que vino una pendejita, a
la que por lo visto no le gustaba el corpiño, ni dedicarse al hogar, vino a contaminar a varias
otras rebeldes inconsecuentes. “
Por si no era bastante con esto lo mejor viene ahora. ¡Ojo! que no tiene desperdicio.
“No aguanto más ser obligada al ritual
diario de estar flaca como una escoba,
pero con bubis y trasero durito y bien parado,
para lo cual tengo que matarme en el gimnasio,
además de morirme de hambre,
ponerme hidratantes, antiarrugas,
padecer complejo de radiador viejo
tomando agua a todas horas,
y demás armas para no caer vencida
por la vejez, maquillarme impecablemente
cada mañana desde la frente al escote,
tener el pelo impecable y no atrasarme
con las mechas, que las canas son peor
que la lepra; elegir bien la ropa,
los zapatos y los accesorios,
no sea que no esté presentable para esa reunión
de trabajo, tener que resolver la mitad
de las cosas por el celular,
instalarme todo el día frente al pc trabajando
como una esclava (moderna, claro está),
No, mis queridas colegas,
inteligentes, realizadas, liberadas...
y ........abandonadas!!!!
Estoy hablando muy seriamente..........
renuncio a mi puesto de mujer moderna. ¿ALGUIEN MÁS SE SUMAA...???????.
No te conozco estimada Adela; pero creo que eres sincera y por si no lo sabías te diré que a
muchos nos ha impresionado tu valentía. ¿Será verdad que la mujer en estos últimos años ha
estado colonizada por el espíritu masculino y que ahora comienza a darse cuenta?