Voz del Papa
Para salir de nuestras tinieblas
José Martínez Colín
1) Para saber
Hace días se celebró la Vigilia Pascual en que conmemoramos
la resurrección de Jesucristo. Es la gran fiesta de la Iglesia. Esta
ceremonia está llena de signos. Uno de ellos es el de la luz. De
hecho, la primera parte de la celebración se llama “Lucernario”, que
inicia con la bendición del fuego con el que se enciende el Cirio
Pascual, y luego todas las velas de la concurrencia.
El Papa Benedicto XVI pronunció una profunda y esclarecedora
homilía en torno a esa luz. Afirmó que la Pascua es la fiesta de la
nueva creación. Así como en el inicio Dios creó la luz, ahora Jesús
es la nueva luz que nunca se apagará: ha resucitado y no morirá de
nuevo: es la Luz del Mundo.
La luz tiene un gran valor: hace posible la vida y el encuentro.
Hace posible la comunicación y el conocimiento, el acceso a la
realidad, a la verdad. Dios ha creado un lugar para el conocimiento
y la verdad, para el encuentro y el amor. Y, haciendo posible el
conocimiento, hace posible la libertad y el progreso.
Por tanto, la luz es también una expresión del bien, que es
luminosidad. Por el contrario, el mal se esconde.
El ser, que es creado por Dios, es bueno en sí mismo. El mal,
en cambio, no proviene del ser, sino que existe en virtud de la
negación. Es el «no».
Con la resurrección de Cristo, vuelve a ser un primer día,
comienza una creación totalmente nueva. Por ello la Iglesia ha
cambiado el día para honrar al Señor del sábado al domingo.
Jesús, al resucitar del sepulcro, muestra que la vida es más
fuerte que la muerte. El bien es más fuerte que el mal. El amor es
más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira.
2) Para pensar
Hoy en día experimentamos un fenómeno, sobre todo en las
grandes ciudades: durante la noche, las poblaciones están
iluminadas de manera tan deslumbrante que ya no pueden verse las
estrellas del cielo.
Se pregunta el Papa: ¿Acaso no es esta una imagen de la
problemática de nuestro ser ilustrado? En las cosas materiales,
sabemos y podemos tanto, pero lo que va más allá de esto, Dios y
el bien, ya no lo conseguimos identificar. El peligro está en que
nuestras cosas humanas nos impidan ver más allá de lo sensible y
caminar en este mundo como si no existiese algo más. La oscuridad
acerca de Dios y sus valores son la verdadera amenaza para nuestra
existencia y para el mundo en general, afirma el Papa.
Por eso la fe, que nos muestra la luz de Dios, es la verdadera
iluminación, es una irrupción de la luz de Dios en nuestro mundo,
una apertura de nuestros ojos a la verdadera luz. Cristo nos viene a
sacar de las tinieblas.
3) Para vivir
Pero, ¿cómo se puede hacer vida esos misterios de Dios sin
que se quede sólo en palabras? El Papa responde: a través de los
sacramentos, del bautismo y la profesión de la fe. El Señor ha
construido un puente para nosotros, a través del cual el nuevo día
viene a nosotros. Cristo nos toma de la mano y nos conduce, nos da
luz para ver qué es el bien y qué es el mal: Él es el Camino, la
Verdad y la Vida. A partir de ahora él nos apoyará y así entraremos
en la luz, en la vida verdadera.
Y así como a partir del Cirio pascual se encienden las demás
velas, si somos portadores de esta luz, a través de la Iglesia,
llevaremos el resplandor del rostro de Cristo al mundo alejándolo de
las tinieblas.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero en Computación por la UNAM y Doctor en Filosofía por la
Universidad de Navarra
(e-mail:
articulosdog@gmail.com
)