Lo que no debemos TUITEAR…
Por Carlos Vargas Vidal
vargasvidal@yahoo.com
Juan Luis Vives, humanista y filsofo espaol, dijo que “no hay espejo que mejor
refleje la imagen del hombre que sus palabras”. Y eso es muy cierto. Pero también
el hombre dice mucho más de sí, para bien o para mal, con sus hechos.
En las páginas sociales, como en la vida real, hay cosas muy hermosas que brotan
de la pluma, del pensamiento, de los seres humanos; pero NO todos pueden verla.
Muchos menos sentirla. Confucio tenía razón. Dios mismo ha dicho que la sabiduría
viene de lo alto. Es un don. Y viene hacia el hombre y hacia la mujer que la piden al
Espíritu Santo con humildad y buen corazón. El Espíritu Santo es una Persona que
está siempre presente en el alma del que cree, y del que ama a Dios. Es el Señor
que imparte luz y da la vida.
Así que, como no todo oído puede escuchar ni todo ojo puede ver lo que la Divina
Providencia preparó para los que le aman, así también tendremos que lidiar con
esos discursos faltos de razón y llenos de impiedad, algunos. Alejados de Dios y
entumecidos en un mundo que todo lo quiere de prisa, como sea, desde el sexo
hasta el dinero, el ser humano se hace más duro e irreflexivo y, por tanto, más
intolerante y despiadado con su prójimo.
¿Qué queda entonces para ser felices? Procurar siempre y en todo momento hacer
el bien ¡Sin mirar a quien! Esa no es la felicidad quimérica de quienes la imaginan.
No la razonan. La quieren porque sí. Esa es la que les llena sus ansias
momentáneas. Que luego se pierden en el tiempo y el olvido. Y se esfuman como
esa falsa felicidad. Trasnochada y sin sentido.
Hagamos, entonces, el bien hasta en las páginas sociales. Ese es el recuerdo de ti
que perdura, que vale. Como decía Gustavo Adolfo Bécquer, poeta espaol, “el
recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo”. Por ello, se me
ocurre que sigamos estos paradigmas del gran filósofo griego Séneca:
· El que sabe, y no sabe que sabe, entonces: ¡Ayúdalos!
· El que no sabe, y sabe que NO sabe, entonces: ¡Perdónalo!
· El que sabe, y sabe que sabe, entonces: ¡Síguelo!
· El que NO sabe, y cree que sabe, entonces: ¡Húyele!
Con ello espero que sepas qué “tuitear” y qué “retuitear”. No vale la pena ni haces
ningún bien en retransmitir mensajes vulgares y profanos que en nada edifican el
alma. Recuerda siempre lo que dijo ese gran escritor español Miguel de Cervantes
Saavedra: “la pluma es la lengua del alma”.
Ah, se me olvidaba, pide siempre esto: ¡cor mundum crea in me, Deus! (Crea en
mi, oh Dios, un corazón puro). Veritas Prima.