Hombre Nuevo
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José Manuel, L.C.
Productos de alta calidad
En los almacenes todos los productos están debidamente clasificados y
etiquetados. Un mismo artículo oscila de precio dependiendo de la marca, y la
etiqueta así nos lo confirma. Jabones, cereales, jeans o una simple bolsa de
arroz cuesta distinto según la marca. Los genéricos siempre resultan más
baratos, sobre todo en los medicamentos. Me parece que guiados por este
mismo criterio inconscientemente también etiquetamos a los demás y los
valoramos de acuerdo a nuestro propio registro de marcas. Los expertos en
imagen dicen que cuando conocemos a una persona, nos toma cinco segundos
para etiquetarla. ¡Cinco segundos para emitir un juicio sobre el otro! Lo
delicado está en que una vez etiquetado al sujeto, cuesta mucho borrar la
impresión o cambiarla. El que nos cayó mal a la primera, lo mandamos a la
estantería de “los indeseables”, y a continuación reaccionamos y lo tratamos
de acuerdo a su categoría.
Clasificar a las personas por sus defectos es muy fácil, pero equivale a rematar
a precio de hojalata lo que seguramente vale oro. El pensar bien de los demás
y crearles buena estima, aumentará el valor de cada individuo, y en nuestras
estanterías habrán más “productos de alta calidad”, que los estampados con la
advertencia: “este sujeto puede ser nocivo para mi salud”.
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