Reflexiones
Padre Nicolás Schwizer
Testimonio de Juan el Bautista
Pero, ¿qué significa este triple testimonio de
Juan, el Precursor, para nosotros? Me parece que
Cristo quiere recordarnos que también nosotros,
el día de nuestro Bautismo, nos convertimos en
testigos de Dios.
El Evangelio nos presenta un hermoso testimonio de
Juan Bautista sobre Jesús. Y es muy conveniente
este testimonio del precursor, porque ahora Jesús
termina su vida retirada de Nazaret. Ha vivido allí
como cualquiera de sus contemporáneos, ignorado
por el mundo. Nada llama la atención. Es un hombre
más de los muchos que ahora se acercan para ser
bautizados por Juan. Es imposible reconocerlo a
Dios en Él.
Y nos invita de nuevo a ser sus testigos fieles, a
dar un triple testimonio de vida :
1. En el Bautismo nos hemos convertido todos
en hermanos de Jesús y, sobre todo, en
discípulos del Señor . Y como tales hemos de
dar, permanentemente, testimonio de su amor y
misericordia, de su paz, justicia y verdad en
medio de este mundo y ante nuestros hermanos.
Por eso interviene el Bautista con un solemne
testimonio. De este modo va presentando al mundo
el origen divino de Jesús. Y el Bautismo del Señor
es, como sabemos, la preparación e introducción en
su vida pública.
2. A partir del Bautismo y de la Confirmación,
todos nosotros somos portadores del Espíritu
Santo . Mi alma y toda mi persona es consagrada
al Espíritu y habitada por Él. “¿No sabéis que
sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios
habita en vosotros?” , nos explica San Pablo. Y
si es así, debemos dar testimonio de que Él vive
y actúa en cada| uno de nosotros. Los demás
deben sentir la presencia del Espíritu Divino en
cada cristiano.
El triple testimonio. ¿En qué consiste el testimonio
de Juan? Podemos decir que es un triple testimonio:
1. Primero presenta a Jesús como el Cordero de
Dios , que quita todo el pecado del mundo. Con eso
revela su gran misión: Él es el verdadero Cordero
pascual que se sacrificará por su pueblo. Él es el
Mesías esperado, el Salvador de los hombres que los
reconciliará con Dios Padre.
2. Jesús es aquel sobre quien Juan vio bajar el
Espíritu de Dios como una paloma . Al comenzar
su misión, el Espíritu Divino lo colma con su fuerza
y sus dones. Por eso, de ahora en adelante Cristo se
manifestará como hombre lleno del Espíritu en
sumo grado, como portador del Espíritu Santo por
excelencia. En su fuerza comenzará a predicar la
Buena Nueva, curará a los enfermos y tratará de
ganar a su pueblo para el Reino del Padre. Por todo
su ser y actuar manifestará la presencia singular del
Espíritu de Dios.
3. En el Bautismo nos transformamos también
en hijos de Dios Padre . Con su muerte en la
cruz, Cristo nos regaló la gracia de ser, como Él,
auténticos hijos. Fruto y testimonio de esta
infancia espiritual ha de ser nuestra actitud filial,
es decir, nuestra obediencia, disponibilidad y
amor de hijos ante el Padre celestial.
Nuestra vida es un caminar, un peregrinar hacia
el Padre, hacia el corazón de Dios. ¡Ojalá
podamos reencontrarnos todos, algún día, en la
Casa del Padre!
3. Finalmente, Juan asegura que Jesús es el Hijo de
Dios . Porque al bautizar a Jesús, Juan escuchó la
voz del Padre que decía: “Este es mi hijo amado, mi
hijo predilecto” . Y Cristo es el hijo preferido del
Padre, por su actitud ante Él. Todo lo que dice y
hace para cumplir su misión mesiánica, lo hace por
encargo del Padre, en obediencia y amor a Él.
Preguntas para la reflexión
1. ¿Conozco la fecha de mi bautismo?
2. ¿Cómo bautizado y confirmado, en qué soy
diferente a los demás?
3. ¿Soy obediente a los deseos de Dios?
Se pone incondicionalmente a disposición de la
voluntad del Padre. Nada le puede apartar de su
camino: queda fiel hasta la muerte en la cruz.
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