P. ÁNGEL PEÑA O.A.R .
LAS MANOS DE DIOS EN LA HISTORIA HUMANA
APUNTES PARA UNA TEOLOGIA DE LA HISTORIA
LIMA – PERÚ
1
LAS MANOS DE DIOS EN LA HISTORIA HUMANA
APUNTES PARA UNA TEOLOGIA EN LA HISTORIA
Nihil Obstat
P. Ricardo Rebolleda
Vicario Provincial del Perú
Agustino Recoleto
Imprimatur
Mons. José Carmelo Martínez
Obispo de Cajamarca (Perú)
LIMA – PERÚ
2
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN
I. DIOS CONDUCE LA HISTORIA
Teología de la historia en san Agustín.
Dios y el universo.
Historia del Antiguo Testamento.
Jesús de Nazaret.
II. TODO LO HIZO BIEN
Caridad con los enfermos.
Dignidad de la mujer.
Valor de la vida.
La cultura
Progreso científico.
III. EN EL NUEVO MUNDO
Evangelización de América.
Madre María de Jesús de Ágreda.
Santos de América.
IV. DONES MÍSTICOS
Los santos. Milagros en los santos:
Incorruptibilidad. Bilocación.
Hierognosis. Inedia. Agilidad.
Sutileza. Dominio sobre los animales.
Fiebre altísima. Lenguas desconocidas.
Algunos milagros de los santos:
V. A TRAVÉS DE LOS SANTOS
Algunos milagros de los santos
Libres del cólera. Protegidos en la guerra.
Libres de la langosta.
VI. EN LAS CONVERSIONES
Milagros de conversiones: André Frossard.
Alexis Carrel, Manuel García Morente.
Alfonso de Ratisbona. Conversión de Lima.
VII. APARICIONES DE MARÍA
La Virgen de Guadalupe.
Las sonrisas de María. La Virgen de Lourdes.
Apariciones de Pontmain. La Virgen de Fátima.
María evita una guerra civil.
Un milagro de María
VIII. SALVACIÓN DE CIUDADES Y PAÍSES
Batalla del Puente Milvio.
Salvación de Asís.
Liberación de Francia. Batalla del Cuzco.
3
Batalla de Lepanto. La Armada invencible.
Salvación de Lima. Liberación de Amberes.
Promesas al rey de Francia.
Liberación de la ciudad de Buda.
Guerra de Marruecos.
Salvación de Varsovia.
Salvación de San Giovanni Rotondo.
IX. DIOS VENCE AL MAL
Ideología del mal.
El poder de la oración.
Jesucristo, principio y fin de la historia.
X. SOMOS LAS MANOS DE DIOS
Reflexiones. Sufrir por los demás.
Las manos de Dios. Decídete a ser santo.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
4
INTRODUCCIÓN
Para muchos hombres actuales Dios existe, pero es un Dios lejano, algo
así como el motor inmóvil de Aristóteles, que decía que había dado la vida y el
ser a todo lo creado, pero que lo había dejado todo abandonado a su suerte y, por
tanto, todos los sucesos eran fruto del azar. Otros, como los masones, consideran
a Dios como el gran arquitecto del universo, el creador de todo, pero sin ninguna
intervención en el mundo. Para ellos Dios es ajeno a la vida humana que se
desenvuelve sin Él, como un creador impersonal que se olvida de sus criaturas.
Pero para los cristianos esta visión de un Dios impersonal, lejano, olvidado de los
hombres, es totalmente contraria a sus principios y a su fe.
Dios es un padre bueno, que es Amor (1 Jn 4, 8.16) y nos ha creado por
amor. Y nos dice: Te he amado desde toda la eternidad (Jer 31, 3). Mi amor
nunca se apartará de tu lado (Is 54, 10). Tú eres precioso a mis ojos, de gran
estima, y Yo te amo mucho (Is, 43, 4). Nunca te dejaré ni te abandonaré (Jos 1,
5; Heb 13, 5)
Desde este punto de vista, la historia humana sólo tiene sentido en el amor
de Dios que nos ha creado por amor y para amar. El amor es el que da sentido a
nuestra vida. Al final, seremos juzgados por el Dios-Amor de acuerdo a nuestro
amor o desamor (bien o mal). El cielo será la plenitud de la felicidad o, dicho de
otro modo, la plenitud del amor para siempre.
La historia humana se convierte así en este mundo en una serie de
acontecimientos que son fruto de la libertad humana, que Dios siempre respeta,
pero también de un Padre bueno y providente que guía a sus hijos hacia el bien y,
en ocasiones, los corrige para que puedan reaccionar y rectificar sus errores, ya
que no puede permitir con indiferencia que sus hijos hagan el mal, fabricándose
así su propia infelicidad temporal y eterna.
Nuestra historia humana se convierte así, fundamentalmente, en una
historia de salvación. Dios nos ha creado para el cielo e interviene en el mundo
para ayudarnos en nuestro caminar, como un buen Padre que se preocupa
constantemente por el bien de sus hijos.
Los dos principios fundamentales que determinan los hechos de la historia
humana son: la providencia de Dios y la libertad humana.
Cuando estas dos fuerzas se conjugan y van por el mismo camino, el ser
humano y las sociedades prosperan con paz y armonía. Si, por el contrario, los
hombres optan por un camino de libertinaje en contra de la voluntad de Dios,
entonces Él permite guerras, catástrofes…, para hacerles entrar en razn y tratar
5
de corregirlos, si es que por las buenas no ha podido conseguirlo. Siempre ha
habido y habrá hombres rebeldes que escojan el mal y seguirán empecinados en
él a pesar de los remordimientos de la conciencia. Y Dios seguirá aconsejándolos
hasta el final, tratando de conseguir su retorno al camino del bien, respetando su
libertad.
Cada ser humano puede convertirse en un santo o en un perverso, en un
ángel o en un demonio o simplemente en un ser mediocre, tibio, indiferente. Pero
Dios lo seguirá amando eternamente por ser su hijo y porque, si no lo amara,
dejaría de existir.
También Dios actúa a nivel social, dirigiendo en alguna medida la marcha
de los grupos sociales y de las naciones, tratando de suscitar santos que los guíen
o haciendo prosperar o empeorar sus intereses para premiarlos o corregirlos. De
todos modos, todo su actuar es guiado por el amor a los seres humanos, sus hijos,
a quienes no puede dejar abandonados a su suerte.
Dios es el que guía la historia humana y, al final, el triunfo será de Dios y
de su amor, porque nunca Dios permitirá que el mal predomine sobre el bien. Y
sólo permite actuar al diablo y a las fuerzas del mal hasta un cierto límite y por
determinado tiempo. Como dice san Agustín: Dios no permitiría los males, si no
sacara más bienes de los mismos males (Enquiridión 13, 8).
6
I. DIOS CONDUCE LA HISTORIA
TEOLOGÍA DE LA HISTORIA EN SAN AGUSTÍN
Antes de san Agustín los historiadores eran simplemente contadores de
acontecimientos, tratando de explicarlos por la intervención de los dioses
paganos. Para muchos de ellos el hombre era simplemente un muñeco de los
dioses, atado a la rueda de un destino eterno, lo que llamaban el eterno retorno .
Para ellos los hombres eran como víctimas de una broma de mal gusto de los
dioses, que se divertían viendo a los hombres luchar y sufrir para nunca avanzar
hacia delante, sino condenados a vivir eternamente en ciclos periódicos de la
misma manera. Para estos autores antiguos no había esperanza, ni cielo. Los
esfuerzos humanos eran inútiles y los hombres eran juguetes de los dioses en un
eterno retorno de la misma historia. Su concepto de historia, en el fondo, era un
fatalismo sin remisión ni compasión, sin esperanza ni salvación.
Para los marxistas, con su concepción materialista, sólo existe lo material,
no hay Dios ni cosas sobrenaturales. El desarrollo de la historia de los hombres
depende de la economía. Los hombres luchan por la posesión y control de los
medios de producción, de modo que la historia humana es la historia de los
medios de producción. El que los posee es el que posee el poder y marca el
destino de los pueblos. La finalidad en este mundo, pues no hay otro después de
este vida, es el ser felices en el paraíso comunista, satisfaciendo todas las
necesidades materiales humanas. Para conseguir esta felicidad, según Marx y
Engels, en su profesión de fe , como llaman a su Manifiesto comunista , es preciso
la abolición de la propiedad privada de los medios de producción y que el pueblo
asuma la supremacía política, formando un Estado proletario, donde todo sea
común y no haya pobres ni ricos y todos tengan trabajo y comida.
Pero la historia ha dado un gran mentís a los marxistas, ya que en los cien
años de comunismo los países comunistas, en vez de tener la prosperidad
económica que tanto pregonaban, han llevado al pueblo al hambre y a la
represión, sin Dios y sin libertad.
Hay otras muchas concepciones de la historia que no vamos a referir. La
mayoría de ellas se basan en lo que llaman Filosofía de la historia , es decir, tratar
de interpretar lo sucesos históricos desde el punto de vista de la razón humana,
para estudiarlos científicamente , prescindiendo de Dios y de lo sobrenatural;
como si la historia tuviera leyes exactas como la ciencia y se pudiera conocer y
predecir los sucesos futuros.
7
San Agustín fue el primer gran historiador que planteó la historia desde el
punto de vista de la intervención de Dios. Es lo que algunos llaman la teología de
la historia. Él habla fundamentalmente que la historia de los hombres es una
historia de salvación. Dios ha creado a los hombres por amor, como un buen
papá que quiere la felicidad de sus hijos y no puede ver con indiferencia que se
desvíen del camino recto, fabricándose en este mundo y por toda la eternidad su
propia infelicidad. Por esta razón, Dios como buen padre interviene en la vida de
los hombres para corregir a sus hijos y guiarlos por el camino del bien, que es el
único camino de su felicidad terrena y eterna.
San Agustín plantea la historia humana como una lucha entre dos grandes
fuerzas, el amor y el desamor, el amor y el odio, el bien y el mal, entre los
hombres buenos y los malos. Él habla de dos ciudades, la terrena y la celestial.
En su libro La Ciudad de Dios va desarrollando su concepción providencialista
de la historia, tratando a la vez de responder a la gran pregunta que le hacían los
paganos de su tiempo. ¿Por qué, cuando los dioses romanos eran adorados, todo
era prosperidad en el imperio y por qué cuando el Imperio se hace
mayoritariamente cristiano viene la decadencia? Estas preguntas surgieron con
impetuosidad con el saqueo de Roma que Alarico y sus guerreros habían
realizado el 24 de agosto del año 410.
San Agustín les responde que jamás en las guerras anteriores los
vencedores habían respetado a los vencidos por respeto a sus dioses, cosa que
habían hecho los soldados de Alarico con los que se habían refugiado en las
iglesias católicas, en las que también se salvaron muchos paganos, a quienes sus
dioses no protegieron ni habrían protegido fuera de las iglesias cristianas.
Ciertamente el desastre militar se debía a los vicios de los paganos y a su
decadencia militar. Entre otras causas, por no querer tener hijos, como lo
reconocieron los mismos historiadores romanos de la época.
Después San Agustín habla de modo general de las dos ciudades y dice:
Dos amores levantaron dos ciudades. El amor de sí mismo, que llega hasta el
desprecio de Dios, levantó la ciudad terrena; y la celeste, el amor a Dios, que
llega hasta el desprecio de sí mismo 1 .
Estas dos ciudades, una de malvados, otra de santos, son conducidas
desde el principio del género humano hasta el fin de los siglos. Ahora están
mezcladas corporalmente, pero separadas según su voluntad; y en el día del
juicio vendrá la total separación 2 .
1 De civitate Dei 14, 28.
2 De catechizandis rudibus 19, 31.
8
Son dos amores: uno santo, otro impuro; uno social, otro privado; uno
que mira a la utilidad común por el reino superior, otro que se aprovecha del
bien común para su propia ventaja y arrogante dominacin… Estos dos amores
precedieron en los ángeles, el bueno en los buenos, y el malo en los malos; y
fueron causa de distinguirse entre los hombres dos ciudades bajo la admirable e
inefable providencia de Dios, que gobierna y ordena todo lo creado 3 .
Todos los que se dejan cautivar por las cosas terrenas, todos los que
anteponen la felicidad de acá a Dios, todos los que buscan lo suyo, no lo de
Jesucristo, pertenecen a aquella ciudad (terrena) , que místicamente se llama
Babilonia y tiene por rey al diablo. Mas los que buscan las cosas de arriba y
meditan las celestiales, los que viven en el siglo con empeño de no ofender a
Dios y evitar todo pecado, ni se avergüenzan de confesar sus caídas, siendo
humildes, mansos, santos, justos, píos y buenos; todos éstos pertenecen a la
ciudad que tiene por rey a Cristo 4 .
Vea, pues, cada uno lo que ama y hallará de dó nde es ciudadano y, si
viere que es ciudadano de Babilonia, extirpe la codicia y plante la caridad; y si
se viere ciud adano de Jerusalén (ciudad de Dios) tolere la cautividad (de este
mundo) y espere la libertad 5 .
En estas dos ciudades dominan: la soberbia en la terrena, y la humildad en
la ciudad de Dios. En estas dos ciudades actúa la providencia de Dios, que ama a
sus hijos y no los abandona; también actúa la libertad humana, que Dios respeta
siempre, aunque sus hijos no lo quieran amar y las fuerzas del mal traten de
alejarlos de Dios, del bien y de la felicidad eterna.
Para san Agustín todas las bravuras y oleajes del mar de la historia están
bajo la mirada amorosa de Dios. No son obra simplemente del azar. En esta
providencia divina hay una pedagogía de acuerdo a la capacidad humana, que va
entendiendo mejor el plan de Dios a lo largo de los siglos. Por ello, en el Antiguo
Testamento se permite la poligamia, el anatema en las guerras (entregarlo todo a
la muerte), se habla del seol como el lugar adonde van los muertos... hasta que,
poco a poco, Dios les abre los ojos a la resurrección y con Jesucristo nos abre la
puerta de la revelación de par en par y nos descubre todos sus misterios como la
Trinidad, la divinidad de Jesús y la grandeza de su amor.
A través de milagros realizados desde el principio de la historia humana,
Dios se hace presente en el diario vivir, al igual que por medio de profetas y
3 De gen. ad litt 11, 15.
4 En. in ps. 61, 6.
5 En. in ps. 64, 2.
9
hombres santos conduce al pueblo por el camino del bien para que eviten el
politeísmo y otras prácticas de los pueblos circunstantes, como los sacrificios
humanos.
San Agustín, cuando escribe La Ciudad de Dios , trata de iluminar la
historia de los hombres de todos los tiempos con las dos luces de la razón y de la
fe. Es un verdadero filósofo y, a la vez, un teólogo de la historia. Las vicisitudes
de la grandeza y decadencia de los pueblos siguen las alternativas de los dos
amores. Tiempo de prosperidad, tiempo de amor a Dios. Tiempo de decadencia,
tiempo de alejamiento de Dios. Esto lo vemos claramente en la pedagogía de
Dios con el pueblo judío del Antiguo testamento. Cuando estaban alejados de
Dios venían sus enemigos y los atormentaban y los saqueaban; cuando se
arrepentían y clamaban a Dios por ayuda, Dios les ayudaba, salían de la
esclavitud y de nuevo volvían a prosperar al haberse acercado a Dios. Y de nuevo
se repetía esto mismo en diferentes ocasiones.
Podemos decir que san Agustín, fascinado por la lucha entre el bien y el
mal, entre el amor y el odio, asigna a las generaciones futuras, como cometido, la
redención de la ciudad terrena, de liberarla del pecado, y de amar a Dios para que
pueda sentir la alegría de vivir con Dios ahora y para siempre.
San Agustín tiene algunas frases brillantes. Dice: La búsqueda de Dios es
la búsqueda de la felicidad. El encuentro con Dios es la felicidad misma 6 .
Buscar la felicidad en las cosas externas, es prostituir el alma 7 .
Por eso, el mismo santo nos proyecta hacia la felicidad eterna,
manifestando que esta vida es un paso hacia el cielo y dice: Aquí somos
inquilinos, en el cielo seremos moradores 8 . Allí descansaremos y
contemplaremos; contemplaremos y ama remos; amaremos y alabaremos. He
aquí lo que será el fin que no tiene fin 9 .
6 De moribus Ecclesiae catholicae 11, 18.
7 De Trinitate 12, 1, 1.
8 En. in ps. 60, 6.
9 De civitate Dei 22, 30.
10
DIOS Y EL UNIVERSO
La historia humana comienza de alguna manera en las profundidades de la
eternidad cuando Dios creó a los ángeles, a quienes creó libres. Algunos de ellos
decidieron rechazar a su Creador y vivir por su cuenta, lejos de Dios, y se
encontraron sin amor, con sus vidas llenas de odio y soberbia, y a ellos les
llamamos demonios, que tratan de apartarnos de Dios. Otros, en cambio, lo
amaron y adoraron y los conocemos como ángeles, que son nuestros guías y
consejeros.
Con el correr de los tiempos, hace unos quince o quizás veinte mil
millones de años, Dios creó el universo. Según la mayoría de los astrónomos,
apareció en un instante una violenta explosión de energía que llaman explosión
inicial o big bang . De acuerdo al gran astrónomo Yakov Zeldovich: La primera
explosión es parte tan firme de la Física moderna como puede serlo la mecánica
de Newton.
En aquella primera fase el 90% de los átomos eran de hidrógeno y un 10%
de helio con una fracción ínfima de deuterio (hidrógeno pesado) y de helio-3.
El proceso de conversión del hidrógeno en helio da lugar a explosiones
atómicas como las bombas atómicas de hidrógeno, que es lo que sucede
constantemente en las estrellas, lo que da lugar a la producción de gran cantidad
de luz y energía. Este proceso de conversión de hidrogeno en helio en las
estrellas va dando lugar a otros elementos químicos más pesados, que llevarán
con el paso de millones de años a que se apaguen las estrellas y se conviertan en
planetas. La historia del planeta Tierra tiene 5.000 millones de años de
existencia.
Pero este proceso de evolución del universo no fue dirigido por el azar.
Hubo una mente divina que guiaba el conjunto hacia un universo estable y
armónico. El famoso sabio francés Jean Guitton escribe: Pasaron millones de
años, el calor comenzó a decaer, la Tierra se fue apagando. La lava tenía forma
de una pasta tibia aún, sobre la que ya se podía nadar. El primer continente
acababa de nacer. Es entonces cuando ocurrió un acontecimiento capital: las
nubes que giraban en el cielo se condensaron y la primera lluvia del mundo
comenzó a caer. Durará siglos. El agua invadió casi todo el planeta y se formó
el océano primitivo. Durante centenares de miles de años, olas gigantescas
golpearán las rocas.
La Tierra, el cielo y las aguas estaban todavía vacíos. Sin embargo, las
moléculas primitivas eran constantemente agitadas por las monstruosas
tormentas… En este estadio surgi lo que parecía un milagro. En el corazn de
11
este caos se juntaron y se combinaron algunas moléculas para formar
progresivamente estructuras estables, reflejo de un orden. Entonces una veintena
de aminoácidos existía en los océanos: Eran los primeros ladrillos de la materia
viva 10 .
Pero sólo una inteligencia superior podría armonizar los primeros
elementos para que dieran lugar a la vida. Dice Jean Guitton: Una célula viva
está compuesta de una veintena de aminoácidos que forman una cadena
compacta. La función de estos aminoácidos depende a su vez de alrededor de
2.000 enzimas específicas. Siguiendo el razonamiento, los biólogos han decidido
que la probabilidad de que un millar de enzimas diferentes se unan
ordenadamente para formar una célula viva (a lo largo de una evolución de
varios miles de millones de años) es del orden de uno entre 10 1.000 , que es tanto
como decir que la probabilidad es nula 11 .
Para que la unión de nucleótidos conduzca por azar a la elaboración de
una molécula de ARN utilizable, es necesario que la naturaleza multiplique a
tientas los ensayos durante al menos 10 15 años, es decir, un tiempo cien mil veces
más largo que la edad total de nuestro universo. Concluyo diciendo que, al
observar la pasmosa complejidad de la vida, el universo es inteligente, es decir,
una inteligencia transcendente ordenó (en el mismo instante de la Creación) la
materia que ha dado origen a la vida 12 .
Todo esto no hace sino confirmar mi convicción: ni las galaxias, ni sus
miles de millones de estrellas, ni los planetas y las formas de vida que albergan
son un accidente o una simple fluctuación del azar. No hemos aparecido así
como así un buen día cualquiera, porque un par de dados cósmicos hayan caído
bien. Dejemos eso para quienes no quieren afrontar la verdad de las cifras... La
probabilidad matemática de que el universo haya sido engendrado por azar es
prácticamente nula 13 .
Por otra parte, todos los científicos están de acuerdo en que este universo
es finito y llegará un día en que se terminará, pues de acuerdo a la ley de la
entropía, la energía disponible se agotará y vendrá la muerte térmica del
universo. La energía del universo permanece constante en cantidad, pero no en
calidad, ya que va degradándose y pierde disponibilidad para hacer más
transformaciones. Quizás esto ocurra dentro de billones de años, pero el reloj de
arena del universo se vacía lenta e inexorablemente. Y si hubo un tiempo que no
10 Guitton Jean, Dios y la ciencia , Ed. Debate, Madrid, 1995, p. 43 resumida.
11 Ib. p. 51.
12 Ib. p. 54.
13 Ib. p. 63.
12
había nada y todo comenzó, ¿de dónde o por quién comenzó todo? De la nada no
sale nada. ¿No es esto una prueba más de que Dios existe y dirige el universo?
Dice Jean Guitton: El mensaje más importante de la Física teórica de los
últimos años es haber sabido descubrir el origen del universo: un océano de
energía “infinita”. Y lo que los físicos designan con el nombre de simetría
perfecta, tiene otro nombre para mí: enigmático, infinitamente misterioso,
omnipotente, originario, creador y perfecto. No me atrevo a nombrarlo, porque
cualquier nombre es imperfecto para designar al SER sin igual 14 . Nosotros lo
llamamos Dios
En el universo todos los astros se mueven en armonía. Desde las órbitas
innumerables e inconmensurables de las estrellas hasta el pequeño mundo del
átomo, la naturaleza se rige por unas leyes perfectas El mundo de la vida es un
mundo maravilloso. Los enormes océanos con sus billones de seres vivos
comenzarían a podrirse, si la sal no los preservara de la corrupción. Para esto se
requiere un cuatro por ciento, más menos, de sal en el agua. Es la proporción que
encontramos en los mares. La capa de ozono, que rodea la tierra, evita que los
rayos ultravioletas, que nos vienen del sol, puedan derretir las plantas, animales y
hasta las mismas rocas. Sin esta capa de ozono, sería imposible la vida en la
tierra.
En cuanto a la composición del aire, por cada cuatro partes de nitrógeno
hay una parte de oxígeno. Otras mezclas serían peligrosas. Y si estudiamos el
mundo de las plantas, observamos maravillas que superan la imaginación
humana. Desde las plantas insectívoras al mundo de las más hermosas flores, las
hojas de las plantas convierten el anhídrido carbónico en oxígeno para poder
respirar. También hay plantas medicinales que han sido creadas para curar a
hombres y animales.
Pero, si analizamos los instintos de los animales, nos quedamos pasmados
de asombro. La abeja reina es una verdadera máquina de poner huevos: tres mil
huevos diarios, cada uno en su debida celda. El mundo de las hormigas también
es maravilloso. Hay hormigueros con 800.000 hormigas con distintas funciones y
un orden excelente. Las mariposas monarca viajan miles de kilómetros en su
corta vida de hasta ocho meses. Los cisnes vuelan a más de 8.000 metros de
altura en sus viajes internacionales, usando la dirección de los vientos. Las
ballenas grises hacen viajes de 20.000 kilómetros para ir a sus lugares de
reproducción. Los salmones rosados del Pacífico norte viajan 4.000 kilómetros
mar adentro desde el estuario que abandonaron siendo jóvenes y regresan sin
problema después de varios años. Las golondrinas y otras aves en sus viajes de
14 Ib. p. 41.
13
migración recorren miles de kilómetros y regresan cada año al mismo lugar de
acuerdo a la estación. Y para qué seguir, si pueden encontrar estas maravillas en
cualquier libro de historia natural…
¡Y cuántas maravillas se encierran en el cuerpo humano! El cerebro tiene
treinta mil millones de neuronas y cada neurona tiene 100.000.000.000.000
conexiones. El corazón es una bomba aspirante e impelente que late
continuamente en toda nuestra vida para que la sangre circule por todo el cuerpo.
El hígado es una fábrica colosal de azúcar. El ojo es una máquina perfecta de
más de 2.000 millones de piezas, que produce más de un millón de fotografías
cada día. El cuerpo tiene aproximadamente unas cien billones de células.
¿Alguien puede decir que todo ello es fruto del azar?
Los ateos consideran que el ser humano es un simple fruto de la
evolución. Para ellos el ser humano es un simple animal racional. Un animal que
llegó por evolución a poder pensar. Para ellos, por tanto, todo termina con la
muerte y esto es lo que los creyentes no podemos aceptar.
Se puede aceptar, como decía el Papa Juan Pablo II, que el cuerpo humano
pueda haber venido por evolución de un antropoide, pero no se podrá aceptar
nunca el origen de su inteligencia, si se prescinde de Dios, que lo ha dirigido todo
hacia la consecución de un ser humano racional y con una dimensión eterna, que
se prolonga después de la muerte, feliz o infeliz, de acuerdo a su elección
personal.
Decía el Papa Juan Pablo II en 1986: Desde el punto de vista de la
doctrina de la fe, no se ven dificultades para explicar el origen del hombre en
cuanto al cuerpo mediante la hipótesis del evolucionismo. Es preciso, sin
embargo, añadir que la hipótesis propone solamente una probabilidad, no una
certeza científica. En cambio, la doctrina de la fe afirma de modo invariable que
el alma espiritual del hombre es creada directamente por Dios. O sea, es
posible, según la hipótesis mencionada, que el cuerpo humano, siguiendo el
orden impreso del Creador en las energías de la vida, haya sido preparado
gradualmente en las formas de seres vivientes antecedentes. Pero el alma
humana, de la cual depende en definitiva la humanidad del hombre, siendo
espiritual, no puede haber emergido de la materia 15 .
Las teorías de la evolución que consideran que el espíritu surge de las
fuerzas de la materia viva o que se trata de un simple epifenómeno de esta
materia, son incompatibles con la verdad sobre el hombre… Al llegar al hombre,
nos encontramos con una diferencia de orden ontológico, ante un salto
15 Juan Pablo II, Audiencia general del 16 de abril de 1986.
14
ontológico, podríamos decir. El momento del paso a lo espiritual no es objeto de
observacin… Compete a la teología deducir el sentido último del hombre según
los designios del Creador 16 .
Veamos lo que nos dice la Biblia sobre los principios de la humanidad. La
Biblia es una carta de amor de Dios a los hombres para guiarlos por el buen
camino. Los tres primeros capítulos del Génesis nos hablan en sentido simbólico
de cómo Dios creó todo lo que existe y cómo colocó a los primeros seres
humanos en un paraíso terrenal. Esto la teología lo explica diciendo que Dios les
concedió unos dones extraordinarios, preter-naturales: inmortalidad (no morir),
impasibilidad (no sufrir en su cuerpo), ciencia infusa (conocimiento sobrenatural
de muchas cosas, sin estudiar) e integridad (una armonía interior entre el cuerpo
y el alma). El hombre y la mujer eran felices en ese estado, y Dios, como un
padre bueno, se comunicaba con ellos, sus hijos, todos los días. En sentido
figurado se dice que Dios todos los días se paseaba por el jardín al fresco del día
(Gén 3, 8). Pero interviene un tercer elemento: el demonio, bajo la figura de la
serpiente, que los engaña y hace pecar.
L OS ORÍGENES
Más o menos, explicando el asunto con palabras sencillas y
simbólicamente, se dice así: El diablo se presenta a la mujer y le dice: Así que
Dios os ha mandado no comer de todos los árboles del paraíso (3, 1). Y Eva le
aclara: Podemos comer de todos los árboles, solamente Dios nos ha dicho: “No
comáis del que está en medio del paraíso, no vayáis a morir” (3, 2-3). Pero el
diablo astuto, le responde: No es cierto. Dios es malo, porque no quiere que seáis
felices. Él sabe que, si coméis de ese árbol, se os abrirán los ojos y descubriréis la
verdad y seréis como Él.
Entonces la mujer pensó: Así que Dios no quiere que seamos felices, que
seamos tan sabios como Él; entonces es claro que Dios es malo. Y vio que el
árbol era bueno para comerse, hermoso a la vista, deseable para alcanzar por él
la sabiduría y tomó el fruto y comió y le dio a su marido que también comió (Gén
3, 6).
Ambos fueron engañados y comieron, es decir, pecaron contra Dios,
rebelándose contra Él, no obedeciéndole y no haciendo la voluntad de un Dios
16 Mensaje a los miembros de la Academia Pontificia de Ciencias el 22 de octubre de 1996.
15
HISTORIA DEL ANTIGUO TESTAMENTO
bueno, de un padre amoroso, que les trataba de guiar por el buen camino para que
fueran felices y les indicaba no hacer lo que les haría infelices.
Pero ellos, usando de su libertad, rechazaron la voluntad de Dios y
pecaron y entonces, abriéronse sus ojos y, viendo que estaban desnudos,
cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos cinturones (Gén 3, 7). En ese
momento se dieron cuenta de su grave error, de que no eran felices como habían
pensado, sino, al contrario, se sintieron mal y se escondieron de Dios (Gen 3, 8).
Y Dios, como un papá, les pidió cuentas y maldijo a la serpiente. A sus hijos les
impuso un castigo para que fueran más humildes y obedecieran a su padre Dios y
no cayeran en la soberbia. Y les quitó los dones preternaturales de inmortalidad,
impasibilidad, integridad y ciencia infusa. Y quedaron ellos y todos sus
descendientes sin esos dones, sintiendo en propia carne los que es el pecado y el
rechazar los consejos amorosos de su padre Dios. En este caso como en cualquier
otro pecado, Dios trata de corregir a sus hijos para evitar algo muchísimo más
grave, que es el infierno o infelicidad eterna, si es que ellos se obstinan en
rechazarle, en cuyo caso Él respetaría su libertad y su decisión eterna, con todo el
dolor de su corazón paternal.
Bajo la figura de un querubín, que con espada flameante los expulsa del
paraíso, simboliza el Génesis esta caída que afectó a toda la humanidad. Pero
Dios, como buen padre, tiene compasión de sus hijos y, en el mismo momento
del castigo, les ofrece su perdón en virtud de los méritos infinitos de Jesucristo.
Cristo será quien repare ese pecado y todos los pecados de todos los hombres
futuros para ofrecer siempre su perdón a quien libremente lo acepte y así darles
la posibilidad de ser felices eternamente en el cielo.
San Pablo, al referirse a estos hechos del principio de la humanidad, nos
dice inspirado por el mismo Dios: Por un hombre vino la muerte, también por un
hombre vino la resurrección de los muertos. Y así como por Adán hemos muerto
todos, así también en Cristo todos somos vivificados (1 Co 15, 21-22).
En el capítulo cuarto del Génesis se nos presenta la historia de Caín y
Abel, que se repetirá tantas veces a lo largo de la historia. Dios no puede
permanecer indiferente ante el asesinato y, tarde o temprano, nos pedirá cuentas.
En este caso le dice a Caín: La voz de la sangre de tu hermano está clamando a
mí desde la tierra. Ahora pues, maldito serás de la tierra que abrió su boca para
recibir de mano tuya la sangre de tu hermano. Cuando la labres, no te dará sus
frutos y andarás por ella fugitivo y errante (Gén 4, 11-12). Dios no maldice a
Caín, sino a la tierra, para que tenga que trabajarla con mucho esfuerzo para
conseguir sus frutos. Y pone una señal para que nadie que lo encuentre lo hiera,
prohibiendo que lo maten (Gén 4, 15-16), como si quisiera prohibir la pena de
muerte.
16
En el capítulo seis habla del diluvio universal. Dios emplea las fuerzas de
la naturaleza para corregir a sus hijos rebeldes, que van por mal camino y no
entienden y no quieren seguir sus consejos. Dice el texto: La tierra estaba toda
corrompida ante Dios y llena toda de violencia. Viendo Dios que todo en la
Tierra era corrupcin… dijo a Noé…Hazte un arca de maderas resinosas…
Entra en el arca tú y toda tu casa, pues sólo tú has sido hallado justo en esta
generación (Gén 6, 11-14; 7,1). Y Dios mandó el diluvio para que por medio de
él los hombres pudieran convertirse y arrepentirse de sus pecados antes de morir
y pudieran conseguir así la felicidad eterna.
Al buen padre Dios le dolió tanto esta dolorosa corrección que hizo un
pacto con Noé de no volver a exterminar a todo viviente por las aguas de un
diluvio (Gén 9, 11). Y como prueba les dio en las nubes el arco iris (9, 13).
A BRAHAM
También hizo otro pacto con Abram, a quien habla como a un amigo de
confianza. Le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela hacia la tierra que yo te
indicaré. Yo te haré un gran pueblo. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre
(Gén 12, 1-2). No temas Abram, yo soy tu escudo; tu recompensa será muy
grande (Gén 15, 1). He aquí mi pacto contigo: serás padre de una muchedumbre
de pueblos y ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque te haré padre de
una muchedumbre de pueblos (Gén 17, 4-5).
En su tiempo las ciudades de Sodoma y Gomorra estaban pervertidas por
el gran pecado de la sodomía (relaciones homosexuales) y Dios decidió
destruirlas, pero primero se lo cuenta a su amigo Abraham. Se dice a sí mismo:
¿He de encubrir a Abraham lo que voy a hacer? (Gén 18, 17). Entonces
Abraham intercede ante Dios y le dice: Si hubiera cincuenta justos en la ciudad,
¿los exterminarías acaso y no perdonarías al lugar por los cincuenta justos?
(Gén 18, 24).
Y Dios le da a entender que no. Y Abraham va bajando y pidiendo: ¿Y si
hubiera 45? ¿Y si hubiera 40? ¿Y si hubiera 30? ¿Y si hubiera 20? ¿Y si se
hallasen allí diez justos? Y contestó: Por los diez no la destruiría (Gén 18, 32-
33). Pero no había ni diez justos en Sodoma y Dios destruyó las dos ciudades
para corrección y enmienda de todos.
Además Dios hizo el milagro de que Sara ya anciana, pudiera tener un hijo
de Abraham: Isaac. Y cuando Isaac era mayorcito, Dios le pidió a Abraham que
se lo sacrificara, como hacían los pueblos vecinos, que tenían sacrificios
17
humanos. Pero, al intentar hacerlo para obedecer a Dios, un ángel se lo impidió y
Dios se emocionó con Abraham y lo bendijo diciendo: Por mí mismo juro, que
por haber hecho cosa tal de no perdonar a tu hijo, te bendeciré y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de las orillas del
mar; y en tu posteridad serán benditas todas las naciones de la tierra, por
haberme obedecido 17 .
J OSÉ
En el capítulo 37 se narra la historia de José, el hijo predilecto de su padre
Jacob. Sus hermanos lo vendieron a unos mercaderes, quienes lo llevaron a
Egipto. Vivió como esclavo en casa de Putifar, ministro del faraón. Y como
mayordomo de su casa, Dios derramó su bendición sobre todo lo qué tenía en
casa y en el campo (Gén 39, 5). La mujer de Putifar se enamoró de él, pero
permaneció casto y ella lo denunció y lo metieron a la cárcel.
En la cárcel lo nombraron jefe de los presos. De nada se cuidaba por sí el
jefe de la cárcel, porque Dios estaba con José, y cuanto hacía, Dios lo
prosperaba (Gén 39, 23). Y Dios le dio sabiduría para interpretar los sueños del
faraón, quien reconoció que estaba lleno del espíritu de Dios (Gén 39, 38). Y lo
nombró virrey de Egipto.
Por medio de él pudieron sus hermanos, a quienes perdonó, recibir víveres
de Egipto en tiempo de escasez y establecerse en ese país. Allí vivieron sus
descendientes 400 años y con el tiempo fueron esclavizados por los egipcios
hasta que Dios los salvó por medio de Moisés, el libertador de su pueblo
escogido.
M OISÉS
La providencia de Dios hizo que Moisés pudiera ser educado en el palacio
real al ser adoptado por la hija del faraón y así estar preparado para su misión.
Dios le habló también a Moisés como a un gran amigo y le dijo: He visto la
aflicción de mi pueblo en Egipto y he oído los clamores a causa de sus
capataces, pues conozco sus angustias (Ex 3, 7). Ante la negación del faraón de
dejarlos salir, Dios envió diez plagas, como diez catástrofes naturales que
hicieron al final al faraón dejarlos marchar. Cuando ya estaban para pasar el Mar
Rojo, el faraón los persiguió y Dios hizo otro milagro para salvar a su pueblo.
17 Abraham es el padre del pueblo judío y se le llama el padre de la fe, por ser ejemplo de fe y obediencia
a Dios para todas las generaciones. Dios no se deja ganar en generosidad.
18
¿Cuál fue exactamente? Algunos hablan de un fenómeno natural por el
que una montaña cayó al mar y dejó paso por el mar durante varias horas hasta
que todos pasaron y volvieron las aguas a su cauce, ahogando a los egipcios. No
importa saber exactamente cómo Dios los liberó, lo importante es que Dios los
salvó de la muerte ante un ejército numeroso y bien preparado ante miles de
judíos inermes.
Y Dios siguió haciendo milagros para sustentar a su pueblo en el desierto.
Les envió codornices y el maná y les dio agua en la roca de Horeb. Dios hablaba
con Moisés cara a cara como habla un hombre a su amigo (Ex 33, 11). Dios se
le apareció a Moisés en el monte Sinaí y le entregó los diez mandamientos. Con
ellos y otras ordenanzas pudo Moisés escribir las leyes por las que deberían
regirse como pueblo organizado. Pero tuvo que interceder ante Dios por su
pueblo por el gran pecado de haber adorado al becerro de oro, habiendo Dios
prohibido imágenes de dioses (idolatría) para no caer en el politeísmo de otros
pueblos. Y Moisés tomó el becerro de oro y lo quemó desmenuzándolo hasta
reducirlo a polvo, que mezcló con agua, haciéndosela beber a los hijos de Israel
(Ex 32, 20).
Y Dios hizo un pacto o alianza con Moisés y su pueblo. Ellos y Moisés se
comprometieron a cumplir los mandamientos de Dios. Cumpliremos todas las
palabras que ha dicho Dios..., obedeceremos y haremos cuanto ha dicho Dios
(Ex 24, 3-7). Dios prometió: Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios
(Lev 26, 12; Ez 36, 28). Y Moisés para recuerdo, ratificó la alianza con sangre.
Mandó a algunos jóvenes que ofreciesen holocaustos e inmolaran novillos como
sacrificios de comunión y tomó la mitad de la sangre y la derramó sobre el altar,
y con la otra mitad roci al pueblo, diciendo: “Esta es la sangre de la alianza,
que Dios ha hecho con vosotros” (Ex 24, 5-8).
Y Dios les prometió que, si cumplían la alianza y seguían sus mandatos,
para ser felices, vendrían sobre ellos todas las bendiciones; pero, si no obedecían,
les llegarían castigos (Dt 28; Lev 26). Mira, pongo delante de ti la vida con el
bien, la muerte con el mal. Si oyes el precepto de Dios, Dios te bendecirá. Pero
si se aparta tu corazón y no lo escuchas..., hoy te anuncio que irás a la ruina
segura... Yo invoco hoy por testigos a los cielos y a la tierra de que os he
propuesto la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge la vida (Dt 30,
9-19).
He aquí un resumen del actuar de Dios en la historia de los hombres. La
historia del pueblo de Israel es como una muestra del actuar de Dios con la
humanidad a pequeña escala. Es una historia de pecados y correcciones divinas,
de arrepentimientos y bendiciones.
19
Un día, estando en el desierto, el pueblo se quejó contra Dios y contra
Moisés por no comer carne, extrañando el pescado, los melones, cohombros,
puerros, cebollas y ajos de Egipto; y Dios permitió que un fuego consumiera
parte del campamento. Se arrepintieron y Dios les mando las codornices para que
se hartaran de carne.
J OSUÉ
A la muerte de Moisés, Josué tomó el mando del pueblo israelita. Dios le
aseguró a Josué que siempre estaría a su lado. Le dijo: No te dejaré ni te
abandonaré. Esfuérzate y ten ánimo… Esfuérzate y ten gran valor para cumplir
cuidadosamente cuanto Moisés, mi siervo, te ha prescrito… Que este libro de la
Ley 18 no se aparte nunca de tu boca, tenlo presente día y n oche… Nada te
asuste, nada temas, porque Dios irá contigo adondequiera tú vayas (Jos 1, 6-9).
Dios les había prometido la tierra de Palestina en heredad y les hizo el
milagro de pasar el río Jordán a pie enjuto (seco). Y empezaron a tomar las
ciudades que encontraron a su paso, empezando por Jericó; dando una vuelta
alrededor durante seis días y, al séptimo día, dando siete vueltas. Y las murallas
se derrumbaron para tomarla fácilmente.
Evidentemente, por encima de las exageraciones que puede haber en la
redacción, lo importante es saber que Dios les ayudó de modo palpable en la
toma de la ciudad, sea por medio de circunstancias favorables como pudo ser un
terremoto o, simplemente, porque no encontraron resistencia como si no hubiera
habido murallas.
L OS J UECES
Cuando murió Josué, a veces el pueblo se apartaba de la ley de Dios y
prevaricaba con los cultos de los dioses cananeos y Dios permitía que fueran
invadidos y saqueados por sus enemigos. Los israelitas, al verse perdidos, se
arrepentían, hacían penitencia y Dios los salvaba, enviándoles los llamados
jueces como Otoniel, Débora, Geden, Sansn, Jefté…
Dice el texto sagrado: Volvieron los hijos de Israel a hacer el mal a los
ojos de Yahvé y sirvieron a los baales y astartés, a los dioses de Sidón, a los de
Moab, a los de los hijos de Ammón, a los de los filisteos, y se apartaron de Yahvé
18 El Pentateúco o cinco primeros libros de la Biblia.
20
no sirviéndole más. Se encendió la ira de Yahvé contra Israel y los entregó en
manos de los filisteos y en manos de los hijos de Ammón, que durante 18 años
oprimieron y afligieron con gran violencia a los hijos de Israel… Clamaron a
Yahvé los hijos de Israel... y dijeron: “Hemos pecado, castíganos como quieras,
pero líbranos ahora”. Quitaron de en medio de ellos los dioses extraños y
sirvieron a Yahvé, que no pudo soportar la aflicción de Israel (Jueces 10, 6-16).
Y Dios los salvó por medio de Jefté.
D AVID
Con el tiempo los israelitas pidieron a Dios que les diera un rey como
tenían los otros pueblos y Dios les dio a Saúl, pero Saúl pecó ante Dios y el
profeta Samuel le dijo: Has obrado neciamente y has desobedecido el mandato
de Yahvé, tu Dios. Estaba Yahvé para afirmar tu reino para siempre. Pero ahora
ya tu reino no persistirá. Ha buscado Yahvé un hombre según su corazón para
que sea jefe de su pueblo, porque tú no has cumplido lo que Dios te había
mandado (1 Sam 13, 13-14).
Y Dios escogió a David como rey y lo bendijo y le prometió un trono
perpetuo: Permanente será tu casa y tu reino para siempre ante mi rostro y tu
trono estable por la eternidad (2 Sam 7, 16). Este trono será eterno a través del
Mesías prometido, que será descendiente de David.
Pero David cometió un gran pecado de adulterio con Betsabé, la mujer de
Urías, y de asesinato, al matarlo a él para quedarse con ella. Y Dios lo castigó y
el hijo engendrado murió. Pero David se arrepintió y Dios lo perdonó y no le
quitó su promesa.
Salomón y sucesores
Su hijo Salomón también pecó, pues muchas de sus mujeres extranjeras
arrastraron su corazón hacia los dioses ajenos y no era su corazón enteramente
de Yahvé (1 Reg 11, 4).
Y Dios dijo a Salomn: “Pues que así has obrado y has roto mi alianza y
las leyes que yo te había prescrito, yo romperé de sobre ti tu reino y se lo
entregaré a un siervo tuyo. No lo haré, sin embargo, en tus días, por amor de
David, tu padre; lo arrancaré de las manos de tu hijo (1 Reg 11, 11-12).
Y Dios permitió que a la muerte de Salomón el reino de Israel se dividiera
en dos: el reino de Judá al sur y el de Israel al norte. Los reyes sucesivos también
21
ofendieron a Dios, que permitió que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se
apoderara de todo el territorio de Judá e Israel. Y envió a todos el año 586 a.C. a
Babilonia, donde vivieron durante muchos años hasta que Dios se compadeció de
su pueblo y quiso que Ciro, rey de Persia, enviara de nuevo al pueblo a su tierra
de Israel el año 538 a.C.
El pueblo estaba ahora con el corazón limpio. Con Esdras, Zorobabel y
Nehemías comenzó una nueva etapa de amor a Dios, expulsando a las mujeres
extranjeras, que les hacían adorar a otros dioses.
L OS M ACABEOS
Con el tiempo volvieron los israelitas a alejarse de nuevo de Dios y
Alejandro Magno conquistó Palestina el año 333. El año 198 a.C. los griegos de
Siria llamados Seleúcidas se apoderaron de Palestina, que había estado bajo el
dominio de los Tolomeos de Egipto. Entonces Antíoco IV Epífanes el año 168
a.C. quiso imponer en Israel la cultura griega y suprimir las leyes y costumbres
de la religión judía. Muchos judíos aceptaron. Levantaron en Jerusalén un
gimnasio conforme a los usos paganos, se restituyeron los prepucios,
abandonaron la alianza santa, haciendo causa común con los gentiles, y se
vendieron al mal (1 Mac 1, 15).
En esos momentos Matatías y sus hijos se rebelaron y Judas Macabeo fue
el héroe nacional suscitado por Dios para conseguir la independencia y que no
desapareciera la religión de sus padres. En estas guerras Dios protegió a su
pueblo, ayudándolo a conseguir grandes victorias. Un día se les apareció un
jinete terrible. Montaba un caballo adornado de riquísimo caparazón que,
acometiendo impetuosamente a Heliodoro, le acoceó con las patas traseras. Y
aparecieron también dos jóvenes fuertes, llenos de majestad, magníficamente
vestidos (2 Mac 3, 25).
En otra ocasión, en lo más duro de la batalla se les aparecieron en el cielo
a los adversarios cinco varones resplandecientes montados en caballos con
frenos de oro que, poniéndose a la cabeza de los judíos y tomando en medio de
ellos al Macabeo, lo protegían con sus armas, lo guardaban incólume y
lanzaban flechas y rayos contra el enemigo que, herido de ceguera y espanto,
caía (2 Mac 10, 29-30). Otro día se les apareció en cabeza un jinete vestido de
blanco, armado de armadura de oro y vibrando la lanza. Todos a una bendijeron
a Dios misericordioso y se enardecieron, sintiéndose prontos, no sólo a atacar a
los hombres y a los elefantes, sino a penetrar por muros de hierro (2 Mac 11, 8-
9).
22
Prescindiendo de las exageraciones posibles, lo cierto es que, con ayuda
divina, los hermanos Macabeos pudieron defender la fe de su pueblo e
independizarse, fundando la dinastía de los Asmoneos a partir del año 141 a.C.
hasta la llegada de los romanos, que el año 63 a.C. se apoderaron de su tierra.
En toda esta historia del pueblo israelita no olvidemos la providencia de
Dios, enviando de vez en cuando a los profetas para avivar la fe de su pueblo que
se apagaba con el contacto de otros pueblos politeístas y de distintas costumbres.
Podemos leer en los libros de los profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel y
otros, las maravillas de Dios para salvar la fe de su pueblo y darles esperanza en
el futuro Mesías.
J ESÚS DE N AZARET
Jesús será el Mesías prometido al pueblo de Israel. Ya en Isaías, Dios
había prometido 700 años antes de su venida: He aquí que una virgen concebirá
y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa Dios con
nosotros (Is 7, 14 y Mt 1, 23). En la persona de Jesús el Dios-hombre, el Dios
humanado, Dios entraba personalmente a ser parte de nuestra historia. El día de
la Encarnación, en que se encarnó en el seno de María, fue el día más glorioso
para la humanidad; todo un Dios infinito y todopoderoso se hacía uno de
nosotros, teniendo una madre como todos y perteneciendo a la raza humana con
unos antepasados, algunos de ellos pecadores. Descendía de la familia de David,
tal como Dios hacía 1.000 años había prometido al rey David. Este era un
acontecimiento esperado durante siglos y que los profetas habían anunciado.
La diferencia era que los judíos esperaban a un Mesías libertador, un rey
con espada en mano, que los libertaría del yugo romano, y él vino a salvarlos del
yugo de la esclavitud del pecado, que es la peor de las esclavitudes. Y vino, no
sólo para los judíos; sino para todos los hombres del mundo, que, aunque no sean
cristianos, se salvarán por los méritos de Jesucristo.
El día de Navidad, cuando apareció en la tierra a la vista de los pastores,
fue otro día glorioso y luminoso, que los ángeles desde el cielo proclamaron
haciendo fiesta y cantando Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los
hombres de buena voluntad (Lc 2, 14).
Después siguió su vida oculta como un hombre normal, trabajando de
carpintero hasta que llegó el día de salir a predicar. Él nos trajo la gran noticia de
que Dios nos amaba infinitamente y lo demostró muriendo por nosotros en la
cruz. Toda su vida la pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por
el diablo (Hech 10, 38).
23
Curaba a los enfermos, liberaba a los oprimidos por el maligno, bendecía a
todos, especialmente a los niños y enseñaba la palabra de Dios. En una palabra,
era la bondad en persona, el amor en acción. Era la manifestación palpable de
Dios, bueno y misericordioso, especialmente con los pecadores, a quienes les
invitaba a convertirse. Durante tres años recorrió los caminos polvorientos de
Palestina llevando esperanza, amor y alegría a todos los que creían en él. Sin
embargo, a los jefes del pueblo les resultaba incómodo, porque les señalaba sus
pecados y les exigía convertirse de sus costumbres equivocadas. Ellos
permanecieron duros y lo condenaron a muerte. Lo entregaron a los romanos y
padeció la muerte en cruz por nosotros, para reparar el pecado de los primeros
padres y de todos los hombres futuros y conseguirnos así los bienes eternos.
Después de muerto, resucitó al tercer día, manifestando así su divinidad, y
se apareció a muchos y los envío por todo el mundo a predicar la Buena noticia
del Evangelio. Y aquel pequeño grupo de apóstoles y discípulos se dispersó por
el mundo; y el imperio romano se fue convirtiendo poco a poco, hasta llegar a la
conversión del emperador Constantino, con el que acabaron las persecuciones y
comenzó la libertad para poder vivir la fe cristiana. San Pablo recorrió
especialmente Asia menor y, predicando, llegó hasta los confines de Europa.
Según algunos, hasta España; derramando su sangre por Cristo junto con San
Pedro en Roma.
¡Cuántos mártires en los tres primeros siglos de cristianismo! ¡Cuántos
santos que demostraron con su vida que Dios existía! Los paganos, admirados,
decían: ¡Mirad cómo se aman! Y así iban cambiando el mundo e influyendo en
la historia humana con el poder y la gracia recibida de Dios.
II. TODO LO HIZO BIEN
CARIDAD CON LOS ENFERMOS
Los cristianos, a partir del año 313 en que consiguieron la libertad
religiosa por el Edicto de Milán del emperador Constantino, fueron eliminando
muchas malas costumbres y fomentando las buenas. Por ejemplo, dieron ejemplo
de caridad con el prójimo, especialmente en las grandes pestes. En el siglo III,
san Dionisio, obispo de Alejandría, en sus Cartas festivas , citadas por el gran
historiador san Eusebio de Cesarea, dice: La mayoría de nuestros hermanos
cristianos mostró amor ilimitado y lealtad, pensando sólo en su prójimo.
Desatentos a los peligros (del contagio de la peste) se hicieron cargo de los
enfermos, atendiendo a todas sus necesidades y acercándose a ellos como lo
24
harían con Cristo… Muchos, mientras cuidaban y atendían a otros, transfirieron
las muertes de otros hacia sí mismos y murieron en su lugar. Nuestros mejores
hermanos perdieron la vida de esta manera… Los paganos se comportaron de
manera opuesta. En el comienzo de la enfermedad, alejaron a los que sufrían y
huyeron de su lado, arrojándolos a los caminos antes de que muriesen, tratando
a los cadáveres como basura, esperando de este modo evitar el esparcimiento y
el contagio de la fatal enfermedad.
Los cristianos no sólo construyeron iglesias públicas, sino también crearon
los primeros hospitales del mundo. Y toda gran ciudad del imperio romano tuvo
un centro sanitario dirigido por cristianos. En estos hospitales o centros sanitarios
atendían a los extranjeros, cuidaban a los enfermos, atendían a las viudas, a los
huérfanos y a los pobres en general.
San Agustín fundó un hospital para peregrinos y esclavos fugados, donde
se repartía ropa para pobres 19 . San Basilio Magno fundó un hospital en Cesarea.
San Juan Crisóstomo otro en Constantinopla. Santa Elena, madre del emperador
Constantino, fundó varios hospitales cristianos. San Efrén fundó un hospital en
Edesa. Todo esto ya en el siglo IV y V.
En los monasterios de monjes, una de las ciencias que más se estudiaba
era la medicina, especialmente entre los siglos V y X, que es el período clásico
de la medicina monástica 20 .
A principios del siglo XIII la Iglesia fundó los primeros lazaretos o
leproserías. Y en la famosa peste negra que mató a la tercera parte de la
población europea en 1348, los sacerdotes y buenos católicos fueron un ejemplo
de caridad para todos. En 1409 también en algunos monasterios, como en
Valencia (España), surgieron los primeros centros asistenciales para enfermos
mentales. Y, poco a poco, fueron surgiendo Congregaciones religiosas dedicadas
casi exclusivamente el cuidado de los enfermos como las llamadas Órdenes
hospitalarias, con cierto carácter militar, y otras sin ese distintivo como los
hermanos de san Juan de Dios en España o los camilos en Italia en el siglo XVI;
o las hermanas de la caridad de san Vicente Paúl en el siglo XVII. Actualmente
existen cientos de Congregaciones dedicadas a esta misión como las hermanas de
la Madre Teresa de Calcuta.
19 Sermón 355.
20 Guenter Risse, Mending bodies, saving souls: a history of hospitals , Oxford university press, Nueva
York, 1999, p. 95.
25
DIGINIDAD DE LA MUJER
Una nota característica de los cristianos, que inculcaron en la sociedad, era
el respeto por la mujer, desconocida en la antigüedad e, incluso, en la actualidad
en culturas no cristianas. En el mensaje de Jesús no se encuentra ningún detalle
en contra de la dignidad de la mujer, sino todo lo contrario: honor y respeto hacia
ellas, como lo tenía a su madre. Los cristianos rechazaron las costumbres
paganas de la promiscuidad, la infidelidad, el incesto, la poligamia, el divorcio, el
aborto, la práctica homosexual o el matrimonio con niñas. Según Robert Phillips:
Las mujeres hallaron protección en las enseñanzas de la Iglesia. Se les permitía
constituir comunidades religiosas dotadas de autogobierno, un hecho insólito en
cualquier cultura del mundo antiguo... ¿Dónde hubo en el mundo mujeres
capaces de dirigir escuelas, conventos, universidades, hospitales y orfanatos al
margen del catolicismo? 21 .
Los paganos tenían poca estima del matrimonio y los hombres creían tener
derecho a la promiscuidad. Los cristianos en cambio dignificaron a la mujer al
dignificar y santificar el matrimonio y la fidelidad.
VALOR DE LA VIDA
El aborto y el infanticidio, especialmente el infanticidio femenino, era
muy común en la antigüedad. Y no digamos de los niños nacidos enfermos o con
discapacidad, que eran asesinados como práctica normal en el mundo
grecorromano. La Iglesia, por su parte, prohibió absolutamente el aborto y el
infanticidio y, ya en el año 70, en el famoso libro Didaché o Doctrina de los doce
apóstoles, se dice: No debes matar a un niño por el aborto y tampoco matarlo al
nacer. También la Iglesia prohibió la prostitución, incluso sagrada, que se
practicaba desde tiempos antiguos en los templos paganos; o tantas prácticas
sexuales antinaturales, que eran normales para los hombres de aquellos tiempos.
Po otra parte, trató de dulcificar la vida de los esclavos, que no tenían
ningún derecho y se los mataba sin compasión. En muchas iglesias se hacían
colectas para liberar esclavos. San Ambrosio vendió vasos sagrados para liberar a
varios de ellos. San Agustín apoyó a un grupo de cristianos que liberó el año 422
y 423 a ciento veinte esclavos, que habían sido raptados o, en algunos casos,
vendidos por sus padres.
La Iglesia luchó contra las costumbres bárbaras de los duelos u ordalías,
que se realizaban para solucionar pleitos o determinar la inocencia o culpabilidad
21 Phillips Robert, Last things first , Roman catholic books, 2004, p. 104.
26
de un acusado. Para ello acudían a prácticas irracionales como hacer pasar al
acusado por el fuego a ver si no se quemaba; o le hacían meter la mano en un
caldero de agua hirviendo, para extraer una piedra del fondo; o arrojarlo atado de
pies y manos al río a ver si flotaba para ser declarado inocente.
En cuanto a los esclavos, es digno de mención la labor de los trinitarios y
mercedarios que desde el siglo XII se dedicaron al rescate de cautivos cristianos
de los musulmanes y que hasta el siglo XVIII habrían rescatado más de 500.000.
En la actualidad, las iniciativas para ayudar a los presos y a los esclavos del
alcohol, de la droga... son muchísimas. Por eso, el gran sociólogo Rodney Stark
afirma en “El auge del cristianismo”: Lo que el cristianismo dio a sus conversos
fue nada menos que su humanidad. En este sentido, la virtud fue su
recompensa 22 .
Dios, por medio de la Iglesia, humanizó la cultura antigua e hizo que los
hombres fueran más respetuosos de los derechos humanos.
LA CULTURA
Sin la presencia de Dios no puede entenderse la cultura europea. Los
monjes, en general, eran los más cultos de su tiempo y el progreso de Europa se
hubiera retrasado varios siglos sin la presencia de los monjes. Los benedictinos
fueron los grandes copistas de los libros de cultura antigua. Sin ellos hubiera
desaparecido la cultura grecorromana, especialmente en tiempo de las oleadas de
invasores musulmanes, vikingos o magiares.
Los monasterios eran los centros culturales más importantes de Europa
con sus grandes bibliotecas, que reunían lo mejor de la cultura antigua. Como
diría Christopher Dawson: De cien monasterios, noventa y nueve podían ser
quemados y sus monjes muertos o expulsados y, sin embargo, toda la tradición
podía reconstituirse por obra del único sobreviviente. Y los lugares asolados
podían repoblarse por la llegada de nuevos monjes que habrían de retomar la
tradición rota, siguiendo la misma Regla y cantando la misma liturgia, leyendo
los mismos libros y pensando en la misma forma que sus predecesores 23 .
En la Edad Media la mayoría de los sabios y científicos eran eclesiásticos.
Las primeras universidades del mundo fueron creadas por eclesiásticos y
surgieron a la sombra de las escuelas catedralicias existentes. Igualmente, en
22 Stark Rodney, El auge del cristianismo , Ed. Andrés Bello, Santiago de Chile, 2001, p. 233.
23 Dawson Christopher, La religión y el origen de la cultura occidental , Ed. Encuentro, Madrid, 1995, p.
63.
27
América, las primeras universidades fueron fundadas por la Iglesia. La de Santo
Domingo en 1538 y la de Lima y México en 1553.
PROGRESO CIENTÍFICO
Los monjes fueron inventores de grandes adelantos para hacer más fácil la
vida de la gente de su tiempo. Además de la creación de hospitales, escuelas y
universidades, fue inmensa su contribución a la civilización occidental.
Inventaron técnicas para la transformación de los metales y fueron los pioneros
en tecnología desde el siglo IV al XV, inventando la turbina hidráulica y los
molinos de viento con palas giratorias.
Adonde llegaban los monjes, transformaban las tierras vírgenes en
cultivos, abordaban la cría del ganado y las tareas agrícolas... Los monasterios
benedictinos eran una universidad agrícola para la región en la que se
ubicaban 24 .
En todas partes, introducían los monjes cultivos e industrias, y empleaban
métodos de producción desconocidos hasta la fecha por la población del lugar.
Abordaban la cría de ganado y de caballos o las técnicas de fermentación de la
cerveza, la apicultura o el cultivo de las frutas 25 .
Los monjes cistercienses destacaron por su destreza metalúrgica. Entre
mediados del siglo XIII y el siglo XVII, los cistercienses fueron los principales
productores de hierro en la Campaña francesa. Y usaban como fertilizantes la
escoria de sus hornos por su elevada concentración de fosfatos 26 .
En el siglo IX la tercera parte de los molinos a lo largo del Sena, en París,
era propiedad de religiosos y funcionaban a base de turbinas de agua. En muchos
conventos había lagos artificiales para cría de ciertas clases de peces, que
abastecían los mercados. También inventaron el reloj y los anteojos para poder
ver durante muchos años sin el inconveniente anterior de muchos grandes artistas
que, a partir de los 40 años, no podían trabajar por falta de vista.
Es importante anotar la gran cantidad de sacerdotes científicos en la Edad
Media. En el siglo XIII merecen especial atención Roger Bacon, san Alberto
24 Woods Thomas, Cómo la Iglesia construyó la civilización occidental , Ed. Ciudadela, Madrid, 2007, p.
51.
25 Ib. p. 54.
26 Jean Gimpel, The medieval machine: the industrial revolution of the middle ages , Nueva York, 1976,
p. 68.
28
Magno (maestro del gran teólogo santo Tomás de Aquino) y Robert Grosseteste,
uno de los hombres más eruditos de la Edad Media
Los mayores científicos eran jesuitas. Ellos contribuyeron al
perfeccionamiento de los relojes de péndulo, pantógrafos, barómetros,
telescopios, reflectores y microscopios.
Charles Bossut, que elaboró una lista de los matemáticos más eminentes
desde el año 900 a.C. hasta el 1800 d.C., incluyó a 16 jesuitas entre 303. Esto es
grandioso, considerando que en estos 2.700 años sólo existieron los jesuitas en
los últimos 200 años. Treinta y cinco de los cráteres lunares fueron bautizados
por científicos y matemáticos de la Compañía de Jesús. Fueron ellos los primeros
en llevar la ciencia occidental a lugares tan lejos como China e India. Fueron
también grandes astrónomos; y las catedrales católicas de los siglos XVII y
XVIII se diseñaron para servir de observatorios solares.
Heilbron, de la universidad de Berkeley, California, ha dicho: La Iglesia
católica ha proporcionado más ayuda financiera y apoyo social al estudio de la
astronomía durante seis siglos que ninguna otra Institución y, probablemente,
más que el resto en su conjunto 27 .
El arte de la pintura y de la escultura surgió especialmente en ambientes
católicos y los Papas fueron propiciadores de artistas. Por algo la ciudad de
Roma, que fue durante siglos la sede del Estado independiente de los Estados
Pontificios, tiene (no sólo en el Vaticano) tantas obras de arte, que hacen de
Roma la ciudad más hermosa. En el Vaticano hay pinturas, esculturas y obras
arquitectónicas de Bramante, Miguel Ángel, Rafael y otros grandes artistas.
En cuanto al Derecho, el padre Francisco de Vitoria (siglo XVI) es
considerado el padre del derecho internacional. El código derecho canónico fue
el primer sistema legal moderno surgido en Europa, pues con anterioridad a él no
existía en Europa ningún sistema de leyes organizado.
Por esto y por mucho más el mundo debe reconocer a la Iglesia como
amante de las ciencias y no pensar que, por el caso Galileo, que siguió la teoría
del heliocentrismo, del eclesiástico polaco Copérnico (1473-1543), en contra de
las opiniones generalizadas de su tiempo, ya por eso la Iglesia es enemiga de la
ciencia.
27 Helibron, The sun in the Church: cathedrals as solar observatories , Harvard university press,
Cambridge, 1993, p. 3.
29
Anotemos para aclaración de algunos que a Galileo nunca lo mataron ni lo
torturaron y que sólo fue condenado a confinamiento domiciliario por dos años y
a rezar una vez por semana los siete salmos penitenciales, que los rezaban por él
sus dos hijas religiosas. Nunca perdió la amistad con obispos y científicos, que lo
visitaban y, al final, murió con todas las bendiciones de la Iglesia, pues el Papa
nunca dijo nada contra él; sólo lo hizo el tribunal de la Inquisición. Pero por un
caso de error, ¿se puede sacar la conclusión de que la Iglesia es enemiga de la
ciencia? ¿Acaso ha habido en la civilización occidental una Institución que pueda
tener un currículum científico más excelente que la Iglesia católica? 28 .
III. EN EL NUEVO MUNDO
EVANGELIZACIÓN DE AMÉRICA
En cuanto a la evangelización de América, con todas sus luces y sombras,
sus más y sus menos, los misioneros católicos escribieron una de las páginas más
gloriosas de la historia de la humanidad.
Uno de los casos más hermosos fue el de las Reducciones del Paraguay,
llevada a cabo por los jesuitas. Estas reducciones tenían entre 150.000 y 200.000
indios organizados en una especie de República próspera, en todo sentido. En
1700 había allí unos 250 jesuitas. Los visitantes se admiraban de ver allí relojes,
órganos y toda suerte de instrumentos musicales, fabricados por los mismos
indígenas. En algunos lugares construían sus propias embarcaciones. Había
imprentas para imprimir textos, gramáticas, catecismos... Todos hablaban
guaraní, lo que fue decisivo para que esta lengua se conserve hasta hoy. Y hasta
los castigos a los infractores del orden eran muy benignos.
Voltaire, el famoso filósofo francés, blasfemo y anticristiano, supo
reconocer la prosperidad de estos pueblos y escribió: Cuando se arrebataron a
los jesuitas las misiones del Paraguay en 1768, los indios habían llegado al
grado más alto de civilizacin que un pueblo joven puede alcanzar… En las
misiones se respetaba la ley, se llevaba una vida limpia, los hombres se
consideraban como hermanos, florecían las ciencias útiles y algunas de las artes
más bellas y en todo reinaba abundancia 29 . Un año antes de la expulsión de los
28 Sobre éste tema de Galileo puede leerse el libro de Artigas Mariano y Melchor Sánchez de Toca,
Galileo y el Vaticano , BAC, Madrid, 2002; y el del cardenal Poupard, Galileo Galilei: 350 ans
d`histoire , 1633-1983 (Studi Galileani, 1), Descleé international, Tournai, 1983.
29 Jaramillo Diego, Santos de América , Ed. Minuto de Dios, Bogotá, 1987, p. 122.
30
jesuitas había 769.869 cabezas de ganado bovino; 38.141 de ovino; 139.634
caballos, mulas y burros, con lo que nos daremos una idea de su prosperidad 30 .
Otro caso muy hermoso es el realizado por los m isioneros franciscanos en
México. Antes de llegar los españoles, los aztecas eran, como otros pueblos de
América, antropófagos y cada año ofr ecían miles de sacrificios humanos a sus
dioses. Tenían esclavos y eran polígamos.
Fray Juan de Zumárraga, el p rimer obispo de México, en una carta de
1531, dirigida al Capítulo de franciscanos reun idos en Tolosa, refiere que los
indios tenían la costumbre de sacrificar 20.000 hombres cada año 31 .
En esa misma carta, cinco meses antes de las apariciones de la Virgen de
Guadalupe, dice que los indios convertidos hasta entonces eran un millón 32 .
Fray Toribio de Benavente, llamado Motolinía, escribe en 1537: En esta
Cuaresma pasada se han bautizado más de 60.000 ánimas en solo la provincia
del Tepeyac. De manera que a mi juicio y verdaderamente será bautizada en este
tiempo más de nueve millones de ánimas de indios. Lo que quiere decir que en
seis años, después de las apariciones, se bautizaron unos ocho millones de
indígenas y, a los diez años, eran como diez millones, debido a la devoción a la
Virgen María.
Cuando llegaron los misioneros pusieron en cada convento una escuela y
un hospital. En el siglo XVI ya había 300 conventos. En 1540 fray Toribio de
Benavente escribe: Hay tantos alumnos indios que en determinados monasterios
hay 300, 400, 600 y hasta mil alumnos 33 .
MADRE MARÍA DE JESÚS DE ÁGREDA
Un caso único y maravilloso en la historia de América y del mundo fue la
evangelización pacífica de gran parte de los actuales territorios de Norteamérica
en los actuales Estados de Nuevo México, y parte de Texas, Colorado y Arizona.
Esta evangelización fue llevada a cabo principalmente por una religiosa de
clausura sin salir de su convento. Se trata de la Madre María de Jesús de Ágreda,
que durante los años 1620 a 1631, visitó muchas veces esos lugares en
30 Fernández Ramos Raimundo, Apuntes históricos sobre las Misiones (Reducciones), Ed. Espasa Calpe,
Madrid, 1929.
31 Citado por Jerónimo de Mendieta, Historia Eclesiástica indígena , BAE, Madrid, 1973, cap. V, p. 30.
32 Historia de los indios de la Nueva España, Tratado segundo, cap. 2 y 3.
33 Toribio de Benavente, Motolinía, Historia de los indios , México, 1969, p. 108.
31
bilocación, pues nunca salió de su convento de Ágreda (Soria) en España. Y por
su medio fueron convertidos 500.000 indios.
Este caso está bien documentado en las Actas del tribunal de la
Inquisición que la interrogó en varias oportunidades y nunca encontró nada
condenable ni censurable en su actuar. El padre Alonso de Benavides escribió un
Memorial de los hechos después de haber interrogado personalmente, al volver
de México, a la Madre María de Jesús Ágreda. Escribió en su Memorial: Los
indios xumanas habían venido a pedir que fuese a bautizarlos el padre fray Juan
de Salas; algunos años antes ya habían pedido cada año. Preguntándoles qué
motivo tenían de pedir con tanta insistencia el bautismo dijeron que una mujer
parecida a un retrato que allí había de la Madre Luisa de Carrión, pero más
moza y hermosa, les andaba predicando en su tierra, y les dijo que viniesen a
llamar a los padres de San Francisco para que fueran a bautizarlos; y los
reprendían de flojos y perezosos porque no venían.
Fueron el padre fray Juan de Salas con su compañero fray Diego López,
entrambos sacerdotes y predicadores, hijos de la provincia del Santo Evangelio,
y en su compañía fueron dos soldados españoles y otros dos mozos, a los cuales
salieron a recibir los indios en su tierra con cruces altas en procesión y allí
pidieron a voces el bautismo y hasta las mujeres que tenían a sus criaturas de
pecho les alzaban los bracitos tiernos, pidiendo por ellas a voces el bautismo…
Vinieron también allí los de la nación Sapie y los de Gabatoa y pidieron
el mismo bautismo por haberlo enseñado así la misma mujer, y viendo que
estaban bien dispuestos los indios y que la mies era mucha y los obreros pocos,
se determinaron a volverse de donde salieron que hay más de ciento doce leguas
para llevar más religiosos y lo necesario para fundar iglesia; y despidiéndose de
la gente, les dijeron que tuviesen siempre gran fe en aquella cruz que allí les
dejaban, que en todas sus necesidades hallarían en ella remedio…
Cuando los religiosos querían partir, despidiéndose de las sobredichas
naciones, llegaron también allí los embajadores del reino de Quivira que dista
de allí seis o siete jornadas al Oriente y dijeron que de parte de los suyos venían
también a llamar a los religiosos, porque también la mujer que allí andaba
enseñándoles la fe, andaba en su reino de Quivira, haciendo lo mismo; y como
los religiosos estaban ya de partida, respondieron a los embajadores que a la
vuelta acudirían de buena gana a darles el bautismo, porque traerían más
religiosos para todos, con lo cual los embajadores quedaron contentos y algunos
de ellos desde allí se volvieron a su tierra de Quivira para avisar de lo que
pasaba, y los otros se vinieron con los dichos dos religiosos a donde estábamos
para volver con ellos y guiarlos a sus tierras. Yo los vi y dejé a un muchacho en
el Nuevo México para que aprendiese la lengua española.
32
Habiendo, pues, sucedido esto y por otras partes grandiosas conversiones
como tengo dicho de más de quinientas mil almas, a donde pocos años antes
todo era idolatría y todos ahora adoran al Seor y Criador universal…
Cuando comenzamos a tratar (con la Madre María de Jesús) de las
conversiones de Nuevo México, le pregunté si había sido ella la que andaba por
allá, predicando nuestra santa fe católica entre aquellas bárbaras naciones. Me
dijo que sí, que Nuestro Señor había sido servido de enviarla allá por ministerio
de sus ángeles y que es verdad que envió a los indios xumanas para encontrarse
con los religiosos en el camino. Y que ella enseñó y dispuso a los demás indios
cómo habían de salir con cruces altas y recibir a los religiosos y asistió con ellos
al recibimiento y a sus predicaciones y a los milagros que hicieron, y dio las
señales verdaderas de los religiosos en la forma que yo los conozco, diciendo
que eran blancos y de rostros colorados como en efecto lo son los dichos padres,
y también dio señas del capitán de los indios que era tuerto, aunque no le faltaba
el ojo.
También dijo haber sido ella propiamente la que envió desde el reino de
Quivira aquellos embajadores a los religiosos para que fuesen a predicarles y
que, por aquella parte a donde salieron aquellos embajadores, es lo último del
reino de Quivira, el cual estaba al Oriente de allí; y que la gente de este reino, es
muy dócil y mucha, y el reino muy grande y que está al Oriente del Nuevo
México, donde dice que ha estado muchas veces; unas, presencialmente; otras,
sus ángeles en su lugar y forma, predicando nuestra santa fe católica, y todo esto
lo hemos sabido allá de los mismos indios que la han visto personalmente,
porque nosotros no lo hemos merecido, aunque ella sí nos ha visto a todos…
Le pregunté si había estado en los pueblos de Nuevo México ya cristianos,
donde estamos los religiosos de un lado y otro del río del Norte, y dijo que sí y
que había asistido con nosotros algunas veces a los bautismos, y me dio las
señales de algunos religiosos, en particular del padre fray Cristóbal de Quiroz,
mediano de cuerpo, algo flaco, carilargo y colorado y, aunque es ya de edad,
tiene pocas canas y es todo así como lo dice la Madre. Este religioso estaba una
vez bautizando y mucha gente estaba entrando en la iglesia y la Madre con sus
propias manos los iba desviando, haciendo entrar y acomodar en la iglesia, y los
indios, cuando no veían quién lo hacía, se reían. Dice que se acuerda muy bien
de haberme visto y asistir conmigo en el bautismo y, antes que me viese, me dijo
todas las señales como que era alto de cuerpo y pocas canas en la cabeza y otras
cosas, y esto me lo dijo en el confesionario, donde no podía verme ni me había
visto antes por acá…
33
Me dijo que en el reino de Tidar hay todavía muchos cristianos
bautizados y que no hay vivo ya ningún religioso, que quizás los han martirizado
los indios infieles y que allí la mies y la viña del Señor es grandísima, porque es
infinita la gente. Este reino de Tidar es el que hace la guerra al reino de Quivira
y se la hacía cuando los Quiviras vinieron a pedir socorro a los españoles del
Nuevo México, siendo gobernador Don Pedro de Peralta.
Todas estas cosas que aquí refiero me dijo nuestra Madre María de Jesús,
desde el jueves primero de mayo hasta el jueves ocho, las cuales cosas nadie las
ha oído en España y son de Nuevo México; sin revelación milagrosa, no pudo
saberlas ni yo hasta ahora me había acordado de decirlas, y dice que ha estado
allá muchas veces personalmente por ministerio de sus ángeles, y otras los
mismos ángeles representaban allá su persona y que hará mes y medio que
estuvo allá la postrera vez… Y dijo que una vez un indio la había asido de un
escapulario y se lo quería quitar por devoción, y ella le dijo que no se lo podía
dar porque no podía andar sin él y que le dio un rosario; y a otros muchos les
dio rosarios, cruces e imágenes que les había llevado de acá…
Estas son las cosas que he merecido oír de nuestra Madre María de Jesús
y por ser tales y tan considerables y de tanto aprecio, aunque las escribo con
toda verdad y puntualidad, y haber entendido con cuidado lo que oía tanto para
mi consuelo como por haberlo mandado nuestro Reverendísimo Padre
General… Doy fe y testimonio. Fray Alonso de Benavides 34 .
SANTOS DE AMÉRICA
Por medio de grandes santos, Dios ha evangelizado América y ha
humanizado estos pueblos. Entre otros santos, en la América hispana,
encontramos a san Martín de Porres, santa Rosa de Lima, san Juan Macías, san
Francisco Solano, santo Toribio de Mogrovejo, santa Mariana de Jesús, san Juan
Diego, beato Sebastián de Aparicio, San Pedro de San José, beato José de
Anchieta, san Luis Beltrán, san Pedro Claver, beato Junípero Serra, san Ezequiel
Moreno y tantos misioneros mártires que dieron sus vidas evangelizando.
Sólo en el siglo XVI llegaron 5.000 misioneros desde España a América,
principalmente franciscanos, dominicos, agustinos, jesuitas, carmelitas descalzos
y mercedarios. Entre los más intrépidos luchadores por la justicia a favor de los
indios, estuvieron, aparte del controvertido Bartolomé de las Casas, Antonio de
34 Este Memorial se encuentra más resumido en el tomo V de la Mística Ciudad de Dios , Madrid, 1985,
pp. 131-132.
34
Montesinos, Juan de Zumárraga, Vasco de Quiroga, Juan del Valle, Julián
Garces, José de Anchieta, Manuel Nóbrega, Antonio de Roa y otros.
La epopeya de la evangelización americana la evocó el Papa Juan Pablo II
en 1992 al conmemorar los 500 años de evangelización en Santo Domingo
(República Dominicana) donde dijo: ¡Qué profundo estupor produce todavía hoy
la gesta de aquellos mensajeros de la fe! Siendo pocos para tan inmenso
territorio, sin los medios modernos de transporte y comunicación (Santo Toribio
recorrió 40.000 kilómetros andando o en mula por los Andes) y con pocos
recursos médicos, van cruzando imponentes cordilleras, ríos, selvas, tierras
áridas e inhóspitas, planicies pantanosas y altiplanos que van del Colorado y la
Florida, a México y Canadá; de la Pampa al Arauco. ¡Una verdadera epopeya
de fe, de servicio a la evangelización, de confianza en la fuerza de la cruz de
Cristo!
IV. DONES MISTICOS
LOS SANTOS
El Papa Benedicto XVI decía en la Exhortación apostólica Verbum
Domini: Casa santo es como un rayo de luz que sale de la Palabra de Dios (Nº
48). Los santos son Evangelios vivientes. Son quienes mejor han vivido el
Evangelio y, por ello, los mejores intérpretes de la Palabra de Dios con su propia
vida. Si queremos saber cómo debemos vivir nuestra vida cristiana de acuerdo a
la Palabra de Dios, estudiemos las vidas de los santos, que nos marcan caminos
seguros para llegar a Dios.
Así como en el Antiguo Testamento Dios hizo surgir muchos santos para
dirigir y encaminar a su pueblo por el camino recto, como fueron los profetas,
jueces y otros santos varones como Noé, Abraham, Moisés…, así también en el
Nuevo Testamento Dios ha hecho surgir muchos santos para orientar a la Iglesia
y luchar contra las desviaciones de las herejías y de las malas costumbres.
En los tres primeros siglos de la Iglesia hubo miles de mártires, hombres
que, por amor a Dios, fueron capaces de ofrecer su vida en defensa de su fe
católica. Ellos fueron un ejemplo para todos y, con su sangre derramada,
prepararon la conversión del imperio romano; pues, como decía Tertuliano, la
sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos.
El año 313 el emperador Constantino dio libertad a la Iglesia para
construir templos y evangelizar abiertamente. Hubo muchísimos que, al igual que
35
el emperador, se convirtieron al cristianismo. Es cierto que muchos de ellos no
tenían una preparación adecuada y no conocían la fe suficientemente, pero las
costumbres sociales fueron cambiando, evitando abortos, divorcios, infanticidios,
elevando la dignidad de la mujer y de los esclavos y tratando con más benignidad
a todos.
San Agustín (354-430) fue un gran santo que influyó poderosamente en la
cultura europea por medio de sus escritos. Durante siglos fue la máxima
autoridad de la cristiandad en teología. La historia europea lleva impresas en sus
mismas raíces las huellas de su pensamiento. Según algunos autores, fue el
mayor filósofo de los Santos Padres y el teólogo más influyente de la Iglesia
hasta el siglo XIII, en que brilló santo Tomás de Aquino. Durante la Edad Media
todos los principales filósofos y teólogos siguieron sus pasos.
En la actualidad sigue influyendo en nuestro mundo por medio de sus
escritos. Es interesante anotar que en el concilio Vaticano II y en el nuevo
Catecismo de la Iglesia católica, publicado en 1992, san Agustín es el autor más
citado. Por otra parte, no olvidemos que fundó une Orden religiosa, que hoy día
está dividida en cuatro ramas masculinas y más de 300 Congregaciones de
religiosas agustinas. Los agustinos han sido grandes evangelizadores en América,
y muy especialmente en las islas Filipinas.
Otro gran santo, que no podemos dejar de mencionar, fue san Benito de
Nursia (480-547), que fundó la Orden de los benedictinos en Monte Casino y ha
sido la Orden que más ha brillado en la Iglesia. Sus monjes fueron los principales
copistas de los libros de la cultura antigua, que de otro modo se hubiera perdido
para siempre.
En el tiempo de su mayor esplendor tenía 37.000 monasterios y
proporcionó a la Iglesia 24 Papas, 200 cardenales, 7.000 arzobispos, 15.000
obispos y 1.500 santos canonizados. Sus conventos eran centros culturales, que
influyeron enormemente en el desarrollo cultural, científico y espiritual de
Europa. Por ello el Papa Juan Pablo II lo nombró patrono de Europa junto con
san Cirilo y san Metodio , también grandes promotores de la cultura europea en
los países del Este. Actualmente los benedictinos son unos 10.000 y las
benedictinas de distintas ramas unas 23.000, según el Anuario pontificio de 1970.
San Francisco de Asís (1182-1226) fue otro gran santo que Dios suscitó
para beneficio de la humanidad. A sus veinte años fue tomado prisionero en la
guerra de la ciudad de Perugia contra Asís. Y durante el año de prisión pensó
seriamente en el sentido de su vida y se decidió a entregarse totalmente al
servicio de Dios en pobreza total. Un día, rezando en la iglesia de san Damián,
Jesús le dijo tres veces: Francisco, tienes que reparar mi casa, porque está en
36
ruinas. Se dedicó a reparar esa iglesia, aunque el Señor le hablaba también de la
Iglesia en general.
Tomó algunos compañeros y discípulos y se dedicó a llevar una vida en
común, viviendo en pobreza. Fue tanto el influjo de atracción que su vida santa
ejerció en sus discípulos que ya el año 1219, en el Capítulo llamado de las
esteras, reunido en Asís, asistieron más de cinco mil franciscanos, provenientes
de distintos países de Europa.
Los franciscanos fueron los primeros que arribaron a América en 1501
como misioneros y evangelizaron muy especialmente en México. Entre ellos
destacaron en el siglo XVI fray Martín de Valencia, fray Toribio de Benavente,
llamado Motolinía, fray Pedro de Gante, fray Andrés de Olmos, fray Bernardino
de Sahagún y fray Jerónimo de Mendieta. El beato fray Junípero Serra vivió en el
siglo XVIII y fue el apóstol y colonizador de California en los Estados Unidos.
Su estatua está en el Capitolio de Washington entre los fundadores de la nación
norteamericana; al igual que la del padre José Kino, jesuita, misionero de
Arizona, y la del santo Damián de Veuster, el apóstol de los leprosos,
representante de las islas Hawai.
Los franciscanos están divididos en tres ramas. Los menores, que son unos
15.000; los menores conventuales, unos 4.500; y los menores capuchinos 11.000.
En total son 30.500 aproximadamente.
Las religiosas clarisas fundadas por San Francisco y santa Clara de Asís
son en total unas 13.000. Otras 382 Congregaciones femeninas franciscanas
suman 138.000 y los seglares pertenecientes a la Tercera Orden son unos
443.000. En total componen la gran familia franciscana alrededor de 620.000
miembros. Todo un ejército espiritual luchando por el bien de la sociedad y la
salvación del mundo.
Otra gran familia religiosa, que ha influido poderosamente en el mundo y
en la Iglesia es la de la Compañía de Jesús. Los jesuitas fueron fundados por san
Ignacio de Loyola (1491-1556). Han sido siempre los religiosos mejor
preparados intelectualmente. Hacen un cuarto voto de obediencia al Papa. Por
este motivo siempre han tenido problemas con los reyes absolutistas, que no
querían que el Papa interviniera en sus reinos en cosas espirituales. Debido a
esto, los gobiernos ilustrados del siglo XVIII de algunos países de Europa,
decidieron acabar con ellos. Primero los expulsó de sus dominios Portugal en
1759, después Francia en 1763 y España en 1767. Al final, el Papa Clemente
XIV, presionado por diversos gobiernos, suprimió la Compañía en 1773.
Felizmente, fueron recibidos en Rusia y allí pudieron sobrevivir hasta que el
Papa Pío VII, en 1814, restauró la Compañía de Jesús. Es la Congregación
37
religiosa que más ha brillado en el mundo por sus científicos y maestros. Han
dirigido los colegios más prestigiosos y las mejores universidades, haciendo un
bien incalculable a la humanidad hasta el día de hoy.
Actualmente dirigen la universidad Gregoriana de Roma, Radio Vaticano,
el Observatorio astronómico del Vaticano, la Institución Fe y Alegría, que tiene
2.600 colegios en Latinoamérica para gente pobre y muchos territorios
misionales. Entre sus numerosos santos se encuentra san Francisco Javier, el
patrono de las misiones, y san Pedro Claver, el apóstol de los negros. Son unos
18.520 en todo el mundo.
Otro santo fundador extraordinario fue san Juan Bosco (1815-1888), el
gran apóstol de la juventud. Actualmente los salesianos son unos 16.000
distribuidos en 130 países donde tienen centros juveniles, escuelas de formación
profesional, escuelas de profesores, universidades, residencias universitarias,
colegios, parroquias, misiones, asistencia a marginados y centros de
comunicación social. Las religiosas salesianas son alrededor de 14.000. Otras
Congregaciones pertenecientes a la gran familia salesiana son en total unos
44.000. La Asociación de ex-alumnos y ex-alumnas son unos 227.000 en el
mundo y los colaboradores de sus obras unos 24.000. Realmente su obra es
admirable entre la juventud. Por algo a san Juan Bosco se le llama el padre y
maestro de la juventud.
Otra Institución muy numerosa es el Opus Dei, fundado por san
Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975). El Opus Dei, Obra de Dios, es
una Prelatura personal, presidida por un obispo nombrado por el Papa, llamado
Prelado. A esta Obra pertenecen 2.000 sacerdotes, salidos de sus filas, y otros
2.000 diocesanos. Hay hombres y mujeres seglares que pertenecen a la Obra,
unos casados o solteros y otros célibes, llamados numerarios. Está extendida en
la mayor parte de los países del mundo con más de 100.000 miembros, que
influyen poderosamente en la sociedad por medio de colegios, residencias
universitarias, casas de retiro, centros de formación para la mujer, escuelas
profesionales, escuelas para campesinos y obreros, territorios misionales,
universidades como el Ateneo Romano de la Santa Cruz, la universidad de Piura
(Perú) y la de Navarra (España); y centros de salud como la clínica universitaria
de Pamplona, que es de las mejores de Europa.
Todos los sacerdotes del Opus Dei son profesionales, con una carrera civil
anterior. El Opus Dei es la institución católica más criticada y perseguida en el
mundo desde su fundación. Muchos ateos y anticatólicos dirigen sus dardos
contra el Opus Dei como anteriormente lo hicieron contra los jesuitas. Basta leer
El Código da Vinci de Dan Brown para darnos cuenta cómo los calumnian como
si fuera una sociedad secreta, antifeminista, mentirosa y criminal. Lo cierto es
38
que el espíritu del Opus Dei es el de ser santos: Todos podemos ser santos y
debemos aspirar a la santidad.
Otra gran santa es la Madre Teresa de Calcut a (1910-1997), fundadora
de las misioneras de la Caridad para atender a los más pobres de entre los pobres.
También fundó la rama contemplativa, los hermanos misioneros de la caridad, el
Movimiento internacional de renovación sacerdotal Corpus Christi y los
hermanos de la Palabra para evangelizar.
Las misioneras de la caridad son actualmente 5.030. Los colaboradores, de
los que un 20% no son católicos, son unos tres millones en todo el mundo. Las
hermanas atienden a más de 55.000 niños abandonados. Tienen escuelas para
nios pobres, casas para moribundos, enfermos de sida, leprosos… Ya en 1997
daban de comer a medio millón de familias cada día y cuidaban a 90.000
leprosos. Tienen casa en casi en todos los países del mundo, incluso en lugares
donde no se permite la entrada de misioneros católicos como en algunos países
árabes o comunistas.
La obra de la Madre Teresa ha influido en el mundo entero a través de
tantos millones de seres humanos a quienes ayuda y que le ayudan. Por sus
méritos ella recibió muchos premios internacionales como el premio Nóbel en
1979; pero, sobre todo, recibió el premio de la santidad, reconocido por la Iglesia
al ser beatificada por el Papa Benedicto XVI el 19 de octubre de 2003. Su obra
maravillosa es una prueba más de la presencia de Dios en medio del mundo y,
concretamente, entre los más pobres y despreciados de la tierra.
Y podríamos seguir escribiendo sobre otros muchísimos santos que han
poblado la Iglesia y han hecho un bien inmenso a la humanidad. Digamos
únicamente que el Papa Juan Pablo II, él sólo beatificó a 1.338 y canonizó a 482.
El padre Gravi tiene nueve volúmenes con un catálogo documentado de 13.400
mártires católicos del siglo XX, de más de 300 Congregaciones religiosas. Y el
año 2000 el Vaticano publicó un CD-Rom Catholic Aid Directory con 1.100
instituciones de caridad de la Iglesia. Ninguna Institución del mundo ha
contribuido más para promover la paz y la unión de los hombres, ni ha hecho
tanto por su promoción social, cultural y espiritual.
39
MILAGROS EN LOS SANTOS
Quienes no creen en Dios, menos creerán en la existencia de milagros,
pero Dios hace milagros por medio de los santos durante su vida y después de su
muerte. Ésta es otra prueba evidente de la presencia de Dios en el mundo.
Para que la Iglesia pueda beatificar o canonizar a alguien es preciso que
haga al menos un milagro reconocido como tal por la Comisión científica del
Vaticano y después sea aprobado por el Papa. El examen de estos milagros es
riguroso. Si se trata de curaciones, deben ser instantáneas y, sobre todo, estables
y duraderas en el tiempo.
En el caso del martirio debe probarse que la muerte fue debida al odium
fidei (odio a la fe), en necesidad de un milagro.
I NCORRUPTIBILIDAD
Uno de los milagros que Dios hace en la vida de algunos santos es hacer
sus cuerpos incorruptos. Esto es muy diferente de la momificación, que deja los
cuerpos secos, rígidos, duros, descoloridos y arrugados. En cambio, los cuerpos
incorruptos de los santos están enteros y flexibles y hasta con sangre viva y
siempre tienen buen olor. Actualmente, se conservan los cuerpos incorruptos de
unos 45 santos 35 .
Veamos el caso de santa Teresa de Jesús (1515 -1582), la fundadora de las
carmelitas descalzas, que actualmente son 11.000 y de los carmelitas descalzos
que son 4.000.
En una de las exhumaciones de su cuerpo realizada en Alba de Torm es el
año 1604, a los 22 años de su muerte, dice fray Juan de Astudillo, testigo
presencial: Descubrieron el ataúd y todos nos pusimos alrededor de él, de
manera que todos pudiésemos muy bien ver el santo cuerpo… Palparon su
cuerpo y lo hallaron todo sano, suave y tratable y del color del dátil, y estaba tan
tratable que, apretándole con el dedo, se hacía un hoyico, casi como si fuera
persona viva, el cual luego se volvía a levantar como antes estaba; y todo él
estaba jugoso y oloroso, como si estuviera untado con algún bálsamo u otro
licor precioso y oloroso. Y, por si acaso alguno quisiese imaginar que aquel óleo
o licor era postizo y artificial, el padre fray Tomás pidió un cuchillejo del
estuche de la señora duquesa y dio con él una cuchilladilla en el muslo derecho
de la santa, cuatro dedos encima de la rodilla, y metieron todas por ella los
35 Puede verse la página www.aciprensa.com/incorruptos.htm
40
dedos y experimentaron y echaron de ver cómo estaba la dicha carne muy más
tratable y más jugosa y olorosa de dentro que de fuera. Y vieron con evidencia
que el óleo y licor que de dentro aparecía, era el mismo que por fuera estaba,
aunque con mayor abundancia de dentro que de fuera, y que así no era posible
ser artificial y postizo sino natural 36 .
El caso más famoso e inexplicable para la ciencia fue el de san Charbel
Makhlouf (1828-1898). Dios hizo que el sepulcro de este santo maronita del
Líbano, brillara durante 45 noches seguidas después de su muerte; luz que vieron
centenares de personas. Pero lo más extraordinario fue la conservación de su
cuerpo. Hicieron varias exhumaciones hasta 1965, año en que fue beatificado.
Siempre aparecía como un cuerpo vivo por la flexibilidad y elasticidad de sus
miembros, el color de su piel y la conservaci6n de los cabellos y uñas. Lo más
llamativo fue que transpiró un líquido sanguinolento durante muchos años. Este
líquido era sobrenatural y con él Dios hacia muchos milagros por intercesión del
santo. Le sacaron las vísceras y lo colocaron en la terraza del convento para que
con el calor intenso del verano se secara el cuerpo.
Esto lo hicieron durante cinco meses seguidos y todo seguía igual. El
doctor Najib el-Khury extendió cal viva a sus pies y éstos no se deterioraron. El
doctor Chukrallach estudió el cuerpo entre 1909 y 1926 en 34 oportunidades y
consultó con especialistas europeos y nadie pudo dar una explicación
satisfactoria. El doctor Chukrallach dice: Supongamos que cada día rezuma la
cantidad de tres gramos. Cada año saldría más de un litro; y como el cuerpo
humano tiene unos cinco litros de sangre, ¿de dónde salen los otros litros a lo
largo de tantos aos de su muerte? Por eso afirm: “Mi opinin personal,
fundada en el estudio y la experiencia, es que este cuerpo ha sido preservado por
un poder sobrenatural” 37 .
B ILOCACIÓN
Otro don sobrenatural que Dios manifiesta frecuentemente en la vida de
los santos es el de la bilocación: poder estar en dos lugares a la vez; aunque
algunos teólogos afirman que en uno de los dos lugares está solo en apariencia o
un ángel hace sus veces. Quizás la santa que más ha destacado en este carisma ha
sido la beata Ana Catalina Emmerick, a quien Dios llevaba a lugares lejanos para
ayudar a la gente que estaba en necesidad. Dice ella: Me parece cosa admirable
que casi todas las noches tenga que hacer tan largos viajes y tantas cosas 38 .
36 Diego de Yepes, Vida de Santa Teresa de Jesús , Emece Editores, Buenos Aires, 1946, libro II, cap.
XLI, pp. 440-441.
37 Miglioranza Contardo, Charbel Makhfuk , Librería espiritual, Cuarta edición, Quito, p. 217.
38 Ana Catalina Emmerick, Visiones y revelaciones , Ed. Guadalupe, México, 1944, p. 377.
41
Un día acudí a un gran hospital militar repleto de soldados heridos que
había en no sé qué lugar a la intemperie. Veíanse en él alemanes y extranjeros
que parecían prisioneros y venían en carretas… Yo estaba allí y ayudaba,
curaba, vendaba y hacía gasas. En mi compañía iban santos que me ayudaban 39 .
Asistió el 18 de mayo de 1804 a la coronación de Napoleón por el Papa
Pió VII y dice: Un día rezaba ante el Santísimo Sacramento cuando fui
transportada a una iglesia magníficamente adornada. He visto al Papa
consagrar como rey a un hombre de pequeña estatura. Hubo una gran
solemnidad y fui presa de inquietud y temor. Tuve el sentimiento de que el Papa
debía haberse negado con mayor firmeza. He visto entonces los males que ese
hombre habría de causar al santo Padre 40 .
Quizás el caso más extraordinario es el que hemos anotado anteriormente
de la Madre María de Jesús de Ágreda, que evangelizó en diversas regiones de
Estados Unidos sin salir del convento y convirtió a 500.000 indios.
H IEROGNOSIS
Otro don sobrenatural que tienen algunos santos es el de la hierognosis, es
decir, el conocimiento de lo que está bendecido por un sacerdote y lo que no lo
está; de las reliquias de santos auténticas de las que son falsas; y de las hostias
consagradas, de las que no lo están.
Clemente Brentano en su Semblanza de Ana Catalina Emmerick escribe:
Lo más sorprendente es la acción de la consagración sacerdotal. Cuando,
estando en éxtasis, se le acercan las manos ungidas del confesor, levanta la
cabeza y las sigue con ella hasta que el confesor las retira. Entonces, vuelve ella
a dejar caer la cabeza. Esto le sucede con todos los sacerdotes. Quien tal ve,
como lo vi yo, no puede menos de reconocer que sólo en la Iglesia hay
sacerdocio y que la consagración sacerdotal es algo más que una ceremonia.
Una vez le oí decir llorando: “Los dedos consagrados de los sacerdotes serán
conocidos en el purgatorio, y en el infierno arderán con un fuego especial” 41 .
El doctor Wesener declara: Cuando se le presentaba cualquier cosa
bendecida por la Iglesia católica, inmediatamente ella lo tomaba y lo apretaba
contra su pecho y nadie podía quitárselo, estando en éxtasis, hasta que
39 Schmoeger, Vie D´Anne Catherine Emmerick , Paris, Librairie Tequi, 1950, tomo II, p. 305.
40 Ib. p. 401.
41 Ana Catalina Emmerick, Autobiografía , Ed. Guadalupe, Buenos Aires, 2004, p. 153.
42
despertaba. Cuando se le echaba agua bendita, ella hacía la señal de la cruz. Y
siempre que un sacerdote pronunciaba las palabras de la bendición, ella se
signaba. Y cuando algún sacerdote le daba la bendición mentalmente, aun en la
puerta de la casa o fuera de ella, también hacía la señal de le cruz. Y, si se le
presentaba el recipiente del agua bendita, ella, estando con los ojos cerrados,
metía sus dedos y se signaba 42 .
Wesener atestigua: Una vez, el padre Limberg, mientras ella estaba en
éxtasis, la tocó con sus dos dedos (índice y pulgar) y su rostro tomó una
expresión alegre. Hemos repetido esta experiencia muchas veces y siempre con
el mismo resultado. Muchas más veces hemos hecho la siguiente experiencia. El
padre Limberg acercaba sus dos dedos benditos a unas dos pulgadas de sus
labios y, su cuerpo que estaba rígido, se inclinaba hacia los dos dedos como el
metal atraído por un imán. Ella los besaba y se ponía a chupar el índice. Y,
cuando el padre le preguntaba, por qué chupaba el dedo, ella decía que era muy
dulce. El padre Limberg me insinuó de hacer yo lo mismo, pero ella no
reaccionó 43 .
I NEDIA
La inedia es el don de Dios por el que una persona puede vivir durante
años sin comer ni beber, alimentándose únicamente de la comunión diaria. Y lo
asombroso es que esa persona, como en el caso de la alemana Teresa Neumann
(1898-1962), pueda hacer normalmente los trabajos más fuertes de la casa o del
campo sin cansarse, como si estuviera bien alimentada. Ella ni siquiera tenía la
sensación de hambre o de sed. Y así estuvo durante 35 años.
Para comprobar la autenticidad de la inedia de Teresa Neumann, el obispo
de Ratisbona instituyó una Comisión compuesta de médicos y de cuatro
religiosas enfermeras que se turnaron de dos en dos durante quince días para no
dejarla nunca sola. El control fue en su propia casa desde el 14 de julio al 28 de
julio de 1927. Cuando entró, pesaba 55 kilos y, al salir, también. Sólo recibía la
comunión cada día.
La curia episcopal de Ratisbona se declaró satisfecha del resultado del
control y en su boletín del 4 de octubre de 1927 manifestó: El voluminoso y
detallado informe del consejero sanitario, doctor Seidl, con un párrafo
manuscrito del puño y letra del profesor universitario doctor Ewlad, a una con
dos diarios redactados conjuntamente por las cuatro enfermeras, nos ha llevado
42 Historia abreviada, Positio super virtutibus, tomo III, Summarium, parte 2, p. 1360.
43 Positio super virtutibus, tomo III, Summarium, parte 2, pp. 1127-1128.
43
al convencimiento de que una inspección llevada a cabo en un hospital o en una
clínica, como originariamente se había pretendido, no habría podido aportar
mejores resultados. Firmado: Scheglmann, vicario general, y Wührl, secretario 44 .
Otro caso extraordinario de vivir sin comer ni beber es el de la portuguesa
Alexandrina da Costa (1904-1955), que estuvo así 13 años. El doctor Manuel
Dias de Azevedo escribió sobre este caso: Con motivo de verificar su abstinencia
de alimentos fue internada en el Refugio para parálisis infantiles de Foz do
Douro de Oporto bajo la dirección del doctor Gomes de Araujo y bajo la
vigilancia de noche y de día de varias personas, constatándose que la
abstinencia de sólidos y líquidos fue absoluta durante el internamiento de 40
días, conservándose su peso, temperatura, respiración, tensión, pulso, sangre y
facultades mentales; no habiendo en esos 40 días ni la mínima secreción de
orina (Firmado el 26 de julio de 1943) 45 . Su único alimento fue cada día la
sagrada comunión.
El doctor Carlos Lima y el doctor Manuel Dias de Azevedo emitieron un
informe médico, declarando que es imposible explicar naturalmente que, además
de la abstinencia total de alimento y bebida, se haya mantenido el peso, la
temperatura, la respiración, la tensión y el pulso con las facultades mentales
constantes, normales y lúcidas 46 .
Algo también inexplicable humanamente era el poder reponer la sangre
perdida sin comer ni beber, pues el doctor Azevedo detalla el 9 de noviembre de
1945: Desde hace tres meses la enferma tiene diariamente pérdidas de sangre 47 .
El 3 de noviembre de 1954, declaraba el doctor João Marques, de la
Facultad de ciencias médicas y catedrático de la universidad de Recife (Brasil) y
especialista en nutrición: La ausencia total de sustancias nutritivas en un espacio
ya tan largo a la fecha de casi 13 años no es compatible con la vida y mucho
menos con el mantenimiento normal de la temperatura, respiración, pulso,
tensión arterial, etc. Hasta las mismas funciones síquicas deberían estar
obnubiladas lo que no se verifica, sino todo lo contrario, pues tiene una vida
intelectual intensa, sus relaciones afectivas son perfectas y sus facultades y sus
sentidos absolutamente conservados.
Se trata de un caso extraordinario e inexplicable por medios puramente
naturales o por medio de indicios científicos (Firmado Ruy João Marques) 48 .
44 Steiner Johannes, Teresa Neumann , Ed. Herder, Barcelona, 1991, p. 78.
45 Positio super virtutibus, documentos, p. 531.
46 Ib. pp. 535-566.
47 Sentimentos da alma del 9 de noviembre de 1945.
48 Pinho Mariano, Uma vitima da Eucaristia , Librería moderna, Recife, 1956, p. 98.
44
El caso más extraordinario de inedia es el de Marta Robin (1902-1981)
que estuvo 50 años sin comer, sin beber y sin dormir 49 .
A GILIDAD
La agilidad es un carisma por el cual algunos santos estando en éxtasis se
trasladan por el espacio. A san Martín de Porres una noche lo vieron volando de
un sitio a otro 50 .
San José de Cupertino a veces bailaba en el aire, estando de pie o de
rodillas, manifestando externamente su alegría interior y el amor tan intenso a
Dios que ardía en su corazón. Refiere el abad Rosmi: Me contó que el primer
vuelo público lo tuvo en la iglesia de las monjas de santa Clara de Cupertino por
haber mirado una imagen de la Virgen María. El segundo fue en la iglesia de su
Orden llamada de San Francisco, también en Cupertino. Se hizo la procesión y
él llevaba puesta la capa pluvial 51 . Todo el pueblo lo vio.
Eran tan frecuentes sus éxtasis y vuelos que los Superiores le prohibieron
asistir a los actos de Comunidad. El cardenal Lauria manifestó: Yo lo he visto
muchas veces en vuelos extáticos. Hay algunos cardenales y gente de Italia y de
fuera de Italia que lo han visto también. El Papa Inocencio XI lo vio en éxtasis
en Asís (antes de ser Papa) . Estando en Asís, cuando celebraba la misa por la
mañana él solo en una capilla del noviciado antiguo, había una verja por la que
se le podía ver. Con frecuencia, yo y otros, sin ser vistos, veíamos que después de
la consagración dejaba la hostia en el altar, daba un grito y, en un instante,
volaba hasta la verja donde se arrodillaba por cerca de un cuarto de hora.
Después daba otro grito y, volando, regresaba al altar sin descomponerse los
ornamentos. Seguía la misa y, después de la comunión, de nuevo caía en éxtasis
y volaba de rodillas alrededor, cantando en voz baja, no pudiendo oír lo que
decía, porque estábamos lejos y asombrados de ver tales cosas, pero contentos
hasta las lágrimas. Estas cosas sucedían ordinariamente en la misa que era muy
larga. Una vez le pregunté qué significaba eso de bailar alrededor, estando de
rodillas y cantando en voz baja, y me dijo que era un rapto jubiloso 52 .
El 24 de marzo de 1637 tuvo lugar uno de sus vuelos más famosos. Había
mandado fabricar tres cruces al carpintero Turi para hacer una especie de
49 Puede leerse el libro de Peyret Raymond, Marta Robin , Ed. Eafit, Medellín, 1984.
50 Proceso de beatificación de fray Martín de Porres, Ed. Secretariado Martín de Porres, P alencia, p. 71.
51 Rosmi, Tre Diari dell´abate Rosmi su san Giuseppe da Copertino, Padova , Ed. Messagero, 1991,
p.36.
52 Notizie cardinale Lauria pp. 17-18.
45
Calvario en el camino que une el convento con el pueblo de Cupertino. Después
de colocar las dos cruces más pequeñas a los costados, faltaba colocar la del
medio, que era más grande y más pesada. Diez hombres la llevaron con mucho
esfuerzo hasta el lugar, pero no podían colocarla en el hueco. Entonces fray José,
dejando su capa, dio un vuelo desde la puerta de la iglesia hasta el lugar, unos 20
metros, y él solo colocó la cruz en el hueco y, después de colocarla, se abrazó a
ella un buen rato, estando sobre ella en éxtasis 53 .
Otro suceso espectacular. Había un caballero de apellido Rossi que era
enfermo mental. La gente lo llamaba loco y era violento con todos. Sus padres se
lo presentaron al santo , quien le puso las manos sobre su cabeza y le dijo: Ten
confianza, encomiéndate a Dios y a su santa Madre. Entonces el siervo de Dios
dio el grito acostumbrado, cayó en éxtasis y se elevó por el espacio, llevando
consigo al enfermo mental. Los dos estuvieron durante un cuarto de hora en el
aire. Al retornar, el enfermo había recobrado la razón y alababa a Dios,
agradeciendo a su siervo 54 .
Una tarde del domingo del Buen Pastor en Fossombrone estaba el padre
José de Cupertino con otros religiosos en el jardín y encontró un cordero. Se
detuvo para mirarlo y un joven religioso se lo trajo y se lo colocó entre sus
brazos. El siervo de Dios lo apretó contra su corazón con cariño y después se lo
colocó a sus espaldas. De pronto, cayó en éxtasis y se elevó junto con el cordero
por los aires, planeando a la altura de las copas de los árboles. Y estuvo así de
rodillas en el aire unas dos horas 55 .
S UTILEZA
El don de sutileza consiste en el paso de un cuerpo a través de otros al
igual que Jesús después de la resurrección (Jn 20, 19-26), que entraba en lugares
que estaban con las puertas y ventanas cerradas.
Este don lo tuvo san Martín de Porres. Fray Francisco Guerrero estaba de
portero en el noviciado y se encontraba enfermo fray Matías de Barrasa. Estando
cerradas las puertas y echados los cercos, y entregadas las llaves por este
testigo al padre fray Juan Fernández, que era maestro de novicios, le sobrevino
al dicho fray Matías un accidente grave del que murió. Y, estando en él con
muchas aflicciones, pidió que para consuelo suyo le llamasen al venerable
hermano fray Martín de Porras... Y estando como estaban cerradas las puertas,
53 Sebasti Goffredo, il caso Giuseppe da Cupertino , Ed. Sugarco, 2003, p. 94.
54 Bernino Domenico, Vita del venerabile Fra Giuseppe da Copertino , Roma, 1722, p. 127.
55 Ib. p. 194.
46
se halló dentro de la celda el dicho venerable hermano con grande admiración
de todos los que lo supieron. Y para salir, este testigo, como portero, le hubo de
abrir las puertas para que saliese como lo hizo 56 .
El presbítero Pedro Quijano declara que oyó muchas veces a su hermano
fray Vicente Ferrer que, estando enfermo de calentura en el noviciado, una
noche a deshora, estaba afligido con la calentura y sudando, lo que le obligó a
lamentarse, diciendo: “Oh, fray Martín, ¡quién me diera una camisa para
mudarme!”. Y luego entró en su celda el dicho siervo de Dios con candela,
sahumador y una camisa, de lo que se admiró el dicho fray Vicente por ser a
dicha hora y estar cerrado el noviciado y echado el cerco. Y que le había
preguntado: “Fray Martín, ¿por dónde entr?”. A lo que le respondi: “Callad
y no os metáis en eso”. Y que le mud la camisa y se sali de la celda. Y después
fray Vicente preguntó, si le habían abierto la puerta al entrar o salir y se
averiguó que no se había abierto por ser a deshora y estar cerradas las puertas y
echado el cerco y estar todos durmiendo 57 .
Siendo maestro de novicios el padre fray Andrés de Lisón, cayeron cinco
o seis novicios enfermos, a los cuales acudía el siervo de Dios con extremada
caridad. Y visitando el dicho padre Maestro su noviciado a deshoras de una
noche, vio en la celda de uno de los dichos enfermos al dicho siervo de Dios,
sirviéndole. Y, admirado, no le habló palabra ni quiso ser visto de él. Y,
reparando que no podía haber a aquellas horas puerta por donde el dicho siervo
de Dios pudiese haber entrado, se fue a ver si estaba cerrada la dicha puerta y
halló estarlo y tener en su poder la llave.
Se fue a espiarle desde una ventana que caía sobre la dicha celda para
ver sin ser visto, cuándo o por dónde salía el dicho siervo de Dios. Y estuvo
aguardando grande rato si abrían o no la dicha puerta. Y visto que no salía,
subió a buscarle a la celda del dicho enfermo y no lo halló 58 .
56 Proceso de beatificación de fray Martín de Porres , Ed. Secretariado Martín de Porres, Palencia, p.
274.
57 Ib. p. 147.
58 Ib. pp. 156-157.
47
D OMINIO SOBRE LOS ANIMALES
Ha habido santos muy amigos de los animales como san Francisco, que
amansó a un terrible lobo que asolaba Gubbio y su comarca 59 .
San Martín de Porres también brilló e n este carisma. En la sacristía del
convento había muchos ratones que destruían los ornamentos litúrgicos. El
sacristán se quejaba continuamente. Fray Martín llevó de la enfermería una
canasta y entrándose con el sacristán en la pieza de la oficina que sirve para
guardar los ornamentos de la sacristía, puso en medio de ella la canasta y con
voces mansas autorizadas y llenas de confianza, dijo: “Ea, hermanos ratones,
todos se vayan recogiendo en esta canasta que no es razón de que estén echando
a perder los ornamentos que sirven al culto divino y empobrezcan la religión y la
sacristía…”. Y, a la voz del siervo de Dios, luego se recogieron los ratones
dentro de la canasta a vista de algunos religiosos que se hallaron presentes…, y
los llevó cargados en la canasta a la huerta, prometiéndoles que les llevaría el
sustento necesario a ella 60 .
Fernando Aragonés dice: Parece que los animales le obedecían por
particular privilegio de Dios como se verá por un ejemplo y suceso prodigioso
que este testigo vio, y fue el caso que debajo del sótano que está debajo de la
enfermería del convento parieron una perra y una gata. Y pareciéndole al siervo
de Dios que podrían morirse de hambre madres e hijos, cuidaba todos los días
de llevarles un plato de sopas; y mientras comían, les decía: “Coman y callen y
no rian”. Y sucedi que un día sali un ratn a querer comer en el dicho plato
y, viéndole el siervo de Dios, le dijo: “Hermano, no inquiete a los chiquillos y, si
quiere comer, meta gorra y coma y váyase con Dios”. Y así lo hizo que, sin
inquietarse ni el dicho ratón ni los dichos perrillos ni gatillos, comieron con
mucha quietud, lo cual vio este testigo por haberle llamado a verlo el siervo de
Dios 61 .
Fray Juan López manifiesta que vio… comer juntos sin ofenderse perros,
gatos y ratones 62 . Fray Antonio de Morales asegura que en una ocasión mandó a
un perro, a un gato y a un ratón que comiesen juntos, como si fueran de una
misma especie, y acabado el mantenimiento, se fueron cada cual por su parte,
obedientes a la voz del siervo de Dios 63 .
59 San Francisco de Asís , Escritos y biografías, Florecillas de san Francisco c. 21 , BAC, Madrid, 2003,
pp. 837-839.
60 Archivo Secreto Vaticano, vol 1290, fol 39-39v; vol 1289, fol 553-553v.
61 Proceso de beatificación de fray Martín de Porres, Ed. Secretariado Martín de Porres, Palencia, p. 158.
62 Archivo Secreto Vaticano, vol 1290, fol 544v.
63 Archivo Secreto Vaticano, vol 1288, fol 267.
48
F IEBRE A LTÍSIMA
Algo incomprensible para los médicos era constatar en la vida del padre
Pío de Pietrelcina que tenía fiebres altísimas que a cualquier ser humano lo
hubieran llevado a la tumba. El doctor Giorgio Festa, después de haber visitado
al padre Pío con el doctor Romanelli, declaró que había presentado fiebre de
hasta 44 y 44,5 grados 64 .
El padre Ezequías Cardone certifica que el último domingo de agosto de
1945 el padre Pío estaba en cama con fiebre. El Superior le orden ó medirse la
fiebre y el doctor Avenia le dio el termómetro. Después de pocos segundos, se
rompió por el excesivo calor. El médico confirmó que se había roto por la
presión interna del mercurio, pues el padre Pío no había hecho ningún
movimiento extraño 65 .
El padre Paolino en sus Memorias certifica que, siendo Superior en
diciembre de 1916, cayó el padre Pío enfermo. Dice: Mi extrañeza fue grande
cuando, al retirarle el termómetro de baño, vi que la columna de mercurio había
alcanzado los 52 grados 66 .
El padre Pío decía que esa altísima temperatura se debía a que estaba
ardiendo por dentro de amor de Dios.
L ENGUAS D ESCONOCIDAS
A veces decía el padre Pío que su ángel le traducía. El padre Alessio
Parente declaró: A principios de 1912 se le ocurrió al padre Agustín valorar la
santidad del padre Pío, escribiéndole en lenguas que él no conocía. Y entre
ambos comenzó una correspondencia en francés y griego. Padre Pío superó
brillantemente la prueba, porque hacía traducir las cartas a alguien. Sobre esto
hay un testimonio del cura párroco de Pietrelcina que, bajo juramento, certificó
que el padre Pío, estando en Pietrelcina, recibió una carta del padre Agustín en
griego. El testimonio firmado dice así: Pietrelcina, 25 de agosto de 1919.
Certifico, bajo juramento, yo, Salvatore Pannullo, párroco, que el padre Pío,
después de recibir la presente carta, me explicó literalmente el contenido. Al
64 Positio super virtutibus IV, studi particolari, p. 293.
65 Positio super virtutibus I/2, p. 1406.
66 Paolino da Casacalenda, Le mie Memorie in torno a padre Pío, Ed. San Giovanni Rotondo, 1954, p.
86.
49
preguntarle cómo había podido leerla y explicarla, no conociendo el griego,
respondi: “Lo sabe usted. Mi ángel custodio me ha explicado todo” 67 .
El padre Agustín escribió en su Diario: El padre Pío no sabía ni francés
ni griego. Su ángel custodio le explicaba todo y el padre respondía bien. La
ayuda de este singular maestro era tan eficaz que podía escribir en lenguas
extranjeras. Entre sus cartas escritas, hay algunas que, al menos en parte,
fueron escritas en francés 68 .
Un día vino de Estados Unidos una familia, porque la niña, de padres
italianos, quería hacer su primera comunión con el padre Pío. La señorita
americana, María Pyle, la preparó bien, pues la niña no sabía ni palabra de
italiano. La víspera de la comunión, María Pyle la llevó al padre Pío para que
confesara a la niña, ofreciéndose a hacer de traductora, pero el padre Pío no
aceptó.
Después de la confesión, María Pyle le preguntó a la niña si el padre Pío le
había entendido, y respondió que sí.
- Y tú ¿lo has entendido?
- Sí.
- Pero ¿te ha hablado en inglés?
- 69 .
El padre Ruggero afirma que un día se presentaron cinco austríacos que
querían confesarse con el p adre Pío a pesar de no saber ni palabra de italiano.
Pensó que el padre Pío los rechazaría por no entenderlos. Pero, al salir el
primero, salió riéndose, y los otros igualmente salieron con mucha alegría. Yo le
pregunté algunos días después cómo había hech o para confesar a los cinco
austríacos, que no sabían italiano, y me respondió: Cuando quiero, entiendo
todo 70 .
El padre Tarsicio Zullo declaró: Cuando llegaban a san Giovanni Rotondo
peregrinos de distintas lenguas, el padre Pío los comprendía. Una vez le
pregunté: “Padre, cmo hace para entender tantas lenguas y dialectos?”. Y
respondi: “Mi ángel me ayuda y me traduce todo” 71 .
67 Parente Alessio, Mandami il tuo angelo custode , Ed. P. Pío da Pietrelcina, San Giovanni Rotondo,
1999, p. 64.
68 Ib. p. 65.
69 Ib. pp. 65-66.
70 Positio super virtutibus IV, studi particolari, p. 249.
71 Positio super virtutibus II, p. 630.
50
V. A TRAVÉS DE LOS SANTOS
ALGUNOS MILAGROS DE LOS SANTOS
Dios ha realizado muchos milagros por medio de sus santos. Veamos
algunos.
L IBRES DEL C ÓLERA
Dios libró a los jóvenes del Oratorio del cólera. Así lo asegura Juan
Bautista Lemoyne, el biógrafo de san Juan Bosco. Nos dice: En julio de 1854 se
presentaron los primeros casos de cólera en la ciudad de Turín donde vivía Don
Bosco; pero él les dijo a los jóvenes del Oratorio: “Vosotros estad tranquilos. Si
cumplís lo que yo os digo, os libraréis del peligro. Ante todo debéis vivir en
gracia de Dios, llevar al cuello una medalla de la Santísima Virgen que yo
bendeciré y regalaré a cada uno y rezar cada día un padrenuestro, un avemaría
y un gloria con la oración de san Luis Gonzaga, añadiendo la jaculatoria:
Líbranos, Señor, de todo mal”... Por término medio, moría un setenta por ciento
de los afectados, así que, salvo la peste, ninguna otra enfermedad conocida
presentaba tan espantosa mortalidad...
En algunos lugares, en cuanto uno era atacado, los vecinos y hasta los
mismos parientes se amedrentaban de tal modo que dejaban al enfermo sin la
menor ayuda ni asistencia y era preciso que un alma caritativa y valiente se
prestase a atenderlo, cosa que no siempre resultaba fácil de encontrar. Llegó a
ser preciso que los sepultureros pasaran por las ventanas y rompieran las
puertas para entrar en las casas a sacar los cadáveres ya corrompidos... Los
casos pasaron de uno a diez, a veinte, a treinta y hasta cincuenta y sesenta por
día. Del 1 de agosto hasta el 21 de noviembre se dieron en la ciudad y en sus
arrabales casi 2.500 casos, de los que 1.400 fueron mortales. Junto al Oratorio
hubo familias que quedaron no solamente diezmadas, sino exterminadas.
Al esparcirse la noticia de que el mal empezaba a extenderse por la
ciudad, Don Bosco demostró ser el padre amoroso y el buen pastor de sus hijos.
Empleó todas las precauciones posibles aconsejadas por la prudencia y la
ciencia para no tentar al Señor... Les dijo:” Os recomiendo que hagáis mañana
una buena confesión y comunión para que pueda ofreceros a todos juntos a la
Santísima Virgen, rogándole que os proteja y defienda como a hijos suyos
queridísimos”... Les dijo también: “La causa de todo es sin duda el pecado. Si
todos vosotros os ponéis en gracia de Dios y no cometéis ningún pecado mortal,
51
yo os aseguro que ninguno será atacado por el cólera; pero, si alguno se obstina
en seguir siendo enemigo de Dios o lo que es peor le ofendiera gravemente, a
partir de ese momento yo no podría garantizar lo mismo para él ni para ningún
otro de la casa”. Así les dijo Don Bosco la tarde del 5 de agosto de 1854...
Don Bosco se aprestó a asistir a las víctimas. Era dificilísimo encontrar
personas que ni aun bien pagadas quisieran prestarse a atender a los enfermos
allí o en las casas particulares. Hasta los más valientes temían el contagio y no
querían correr el riesgo de su propia vida. Entonces, él reunió a sus jóvenes y les
dirigió unas sentidas palabras. Les describió el miserable estado en que se
encontraban muchos enfermos, algunos de los cuales morían por falta del
oportuno y necesario socorro... Los muchachos del Oratorio se portaron como
hijos de tal padre. Catorce de ellos se presentaron inmediatamente dispuestos a
secundar sus deseos y dieron su nombre para ser inscritos en la lista de la
comisión sanitaria y, pocos días después, siguieron su ejemplo otros treinta.
Si se tiene en cuenta por una parte el pánico que en aquellos días se
enseñoreaba de los espíritus al extremo de que muchos, sin excluir a los
médicos, huían de la ciudad; y que había enfermos abandonados por sus propios
parientes; y, por otra parte, la edad y la natural timidez de los muchachos en
semejantes casos, no puede dejarse de admirar la noble audacia de los hijos de
Don Bosco, el cual se alegró tanto que lloró de satisfacción...
En aquel tiempo, los alumnos del internado, con Don Bosco y su madre,
formaban una familia de casi cien personas. Pues bien, instalados en un lugar
donde el cólera causó muchos estragos, ya que, lo mismo a la derecha que a la
izquierda, cada casa tuvo que llorar sus muertos, después de cuatro meses de
pasada la epidemia, de tantos como eran, no faltaba ni uno. El cólera los había
cercado, había llegado hasta las puertas del Oratorio, pero como si una mano
invisible le hubiera hecho retroceder, obedeció, respetando la vida de todos. Y
causaba además admiración el hecho de que los muchachos que se habían
dedicado en aquellos días a atender a los enfermos, estaban tan sanos, fuertes y
vigorosos que parecía hubieran transcurrido aquellos días, no entre los aires
malsanos de los lazaretos y casas apestadas, sino en medio del campo delicioso
y saludable en plenas vacaciones y descanso. Así que todos los que conocían el
caso estaban maravillados y resultaba imposible no descubrir en el hecho la
mano misericordiosa de Dios, que los había protegido visiblemente 72 .
También en Francia las medallas de María Auxiliadora, bendecidas por
Don Bosco, fueron portadoras de salvación. El inspector de Marsella escribía a
72 Lemoyne Juan Bautista, Memorias biográficas de san Juan Bosco , Ed. Central catequística salesiana,
Madrid, 1982, volumen V, cap. 9, pp. 68-74; cap. 15, pp. 116-118.
52
Don Bosco en 1884: La ciudad está casi despoblada. Más de cien mil personas
huyeron. Muchas calles están completamente desiertas. Mueren cada día por
término medio de noventa a cien personas... Pero en nuestra casa, gracias a la
protección de María Auxiliadora, no hemos tenido todavía ni un solo caso.
Mejor, cuatro veces vimos en algún pobre muchacho todos los síntomas del
cólera, pero tuvimos la satisfacción de verlos desaparecer a las pocas horas. Es
un milagro de la Virgen. Tenemos en casa todavía más de ciento cincuenta
muchachos. Los que marcharon a sus casas disfrutan de magnífica salud y
ninguno de ellos ha sido atacado todavía por la terrible peste. Todos llevan al
cuello la medalla de María Auxiliadora y hacen lo posible por practicar el
remedio que usted ha sugerido. Otra noticia consoladora es que ninguno de
nuestros bienhechores y amigos ha caído enfermo hasta ahora 73 .
El 27 de julio de 1886, recordaba Don Bosco en una carta que, para estar
libres del cólera, era necesario:
1. Llevar siempre al cuello o consigo la medalla de la Virgen María.
2. Invocarla frecuentemente.
3. Recibir con frecuencia los santos sacramentos de la confesión y comunión.
P ROTEGIDOS EN LA GUERRA
Algunos de los jóvenes del Oratorio de Don Bosco fueron llamados a la
guerra y todos regresaron sanos. Sólo les había pedido estar en gracia de Dios,
sin pecado mortal, y llevar con devoción la medalla de la Virgen. Al regresar de
la guerra les dijo: Me hubiera gustado acompañar al ejército, pero mi avanzada
edad no me lo permitió. Me quedé en casa, acompañé a mis hermanos e hijos
con el corazón y con mis oraciones. Y, gracias a Dios, un día los vi tornar a
todos sanos y salvos. ¡Cómo saltaban todos a mi cuello llenos de alegría! Yo los
abracé con tierno afecto, como si hubieran vuelto de nuevo a la vida. Pero os
debo confesar que, para obtener este querido resultado, me serví de un medio
sencillísimo y seguro. Me había provisto de antemano de muchas medallas de
María Santísima y las repartía a todos los que estaban a punto de partir para la
guerra. Tendría para mucho tiempo, si os narrase las gracias que se
obtuvieron 74 .
Otro caso parecido sucedió en el pueblo de Pontmain (Francia). El párroco
consagró a la Virgen a los 38 jóvenes que iban a la guerra en 1871 y todos
volvieron sanos y salvos. Hay que anotar que la Virgen protegió también a este
73 MB XVII, cap. 8, pp. 210-211.
74 Memorie biografiche di San Giovanni Bosco , vol. VIII, cap. 42, p. 430.
53
pueblo en 1914 durante la batalla del Marne; y en la segunda guerra mundial no
cayó ni una sola bomba sobre este pueblo y todos sus soldados regresaron
también con vida. En este caso la consagración a María fue su salvación.
L IBRES DE LA LANGOSTA
Pedro de Vildosola manifestó en el Proceso de canonización de san
Francisco Solano un hecho portentoso: Vio este testigo que un día vino sobre la
chacra (finca) de pan llevar del capitán Andrés Juárez de Hinojosa tan gran
multitud de langostas que parecía una nube que cubría el sol... Acudieron al
padre Solano, en quien todos tenían una gran confianza, y le pidieron con
encarecimiento que les echase de allí sabandija tan mala. El padre, con muy
buen semblante y deseo de agradar a todos, tomó una estola y un libro con agua
bendita, y fue a la dicha chacra. El padre increp: “De parte de Dios, yo os
mando que ninguna abráis la boca a comer el trigo, porque me lo habéis de
pagar”. Y, esparciendo en cruces el agua bendita, torn a decir, estando
hincado de rodillas en el suelo y apuntando con el dedo a tierra de chiriguanaes:
“Yo os mando en el nombre de Dios y de su bendita Madre que os vayáis a
aquellas montañas… y comed de lo que hallareis”.
La oración tuvo efecto inmediato. Había más de 50 españoles presentes
que le decían que les había parecido muy bien lo dicho. Y el padre les replicó:
“Mejor sería que por la noche cada cual rezase un rosario a la Virgen en
hacimiento de gracias”. Y todos vinieron en ello y se lo prometieron 75 .
VI. EN LAS CONVERSIONES
MILAGROS DE CONVERSIONES
Una prueba más de que Dios existe e influye en la historia humana es la
conversión instantánea de grandes ateos. Veamos algún ejemplo significativo.
A NDRÉ F ROSSARD
André Frossard (1915-1995) ha escrito el testimonio de su conversión en
su libro Dios existe, yo me lo encontré . En él nos va contando cómo era de esos
ateos perfectos, de ésos que ni se preguntan por su ateísmo. Escribe: Un
acontecimiento iba a operar en mí una revolución extraordinaria, cambiando en
75 Archivo Secreto Vaticano, Proceso de San Francisco Solano N° 1.328, fol 1.080.
54
un instante mi manera de ser, de ver, de sentir, transformando tan radicalmente
mi carácter que mi familia se alarmó. Todavía la víspera era un muchacho
rebelde y fácilmente insolente, es verdad, pero desde el punto de vista de la
estadística, normal, gravitando en un círculo de ideas conocidas, teniendo, en
materia de educación sentimental, el desorden que se decía propio de su edad...
Al día siguiente, era un niño dulce, asombrado, lleno de una alegría grave, que
se derramaba sobre unos allegados, desconcertados por la excentricidad de ese
cardo, que inopinadamente florecía en rosas 76 .
Habiendo entrado a las cinco y diez de la tarde en una capilla del barrio
latino de París en busca de un amigo, salí a las cinco y cuarto en compañía de
una amistad que no era de la tierra. Habiendo entrado allí escéptico y ateo de
extrema izquierda, volví a salir algunos minutos más tarde, católico, apostólico,
romano, llevado, alzado, recogido y arrollado por la ola de una alegría
inagotable. Al entrar tenía veinte años. Al salir era un niño listo para el
bautismo 77 .
Sus padres, ateos y comunistas, se asustaron y lo hicieron examinar por un
médico amigo, ateo y buen socialista, que concluyó con que era una crisis de
misticismo y que esa crisis duraba generalmente unos dos años. No había más
que tener paciencia. Pero su crisis o conversión le duró toda la vida. Incluso, su
hermana menor se convirtió pronto y su madre también, aunque bastantes años
después. Pero veamos cómo cuenta el suceso clave del momento de su
conversión. Era el 8 de julio de 1935 y su padre era el secretario general del
partido comunista francés. Entró a una capilla, donde había Exposición del
Santísimo Sacramento, a buscar a su amigo Willemin, pues le parecía que
tardaba demasiado. Él dice así: El fondo de la capilla está vivamente iluminado.
Sobre el altar mayor, revestido de blanco, hay un gran aparato de plantas,
candelabros y adornos. Todo está dominado por una gran cruz de metal labrado,
que lleva en el centro un disco de un blanco mate (la custodia). Yo he entrado en
iglesias, por amor al arte, pero nunca he visto una custodia e ignoro que estoy
ante el Santísimo Sacramento… Mi mirada pasa de la sombra a la luz, va de los
fieles a las religiosas inmóviles, de las religiosas al altar. Luego ignoro por qué,
se fija en el segundo cirio que arde a la izquierda de la cruz. Entonces, se
desencadena bruscamente la serie de prodigios, cuya inexorable violencia va a
desmantelar en un instante el ser absurdo que soy y va a traer al mundo,
deslumbrado, al nio que jamás he sido…
No digo que el cielo se abre; no se abre, se eleva, se alza de pronto en
fulguracin silenciosa… Es un cristal indestructible, de una transparencia
76 André Frossard, Dios existe, yo me lo encontré , Ed. Rialp, Madrid, 2001, p. 133.
77 Ib. p. 6.
55
infinita, de una luminosidad casi insostenible (un grado más me aniquilaría), un
mundo distinto, de un resplandor y de una densidad que despiden al nuestro a
las sombras frágiles de los sueños incompletos. Él es la realidad, él es la verdad,
la veo desde la rivera oscura donde aún estoy retenido. Hay un orden en el
universo y en su vértice, más allá de este velo de bruma resplandeciente, la
evidencia de Dios; la evidencia hecha presencia y la evidencia hecha persona de
aquel mismo a quien yo habría negado un momento antes y que es dulce, con
una dulzura no semejante a ninguna otra 78 .
Dios estaba allí, revelado y oculto por esa embajada de luz que, sin
discursos ni figuras, hacía comprenderlo todo, amarlo todo… El milagro dur
un mes. Cada mañana volvía a encontrar con éxtasis esa luz que hacía palidecer
al día, esa dulzura que nunca habría de olvidar y que es toda mi ciencia
teolgica… Sin embargo, luz y dulzura perdían cada día un poco de intensidad.
Finalmente, desaparecieron sin que, por eso, me viese reducido a la soledad…
Un sacerdote del Espíritu Santo se hizo cargo de prepararme para el bautismo,
instruyéndome en la religión de la que no he de precisar que no sabía nada. Lo
que me dijo de la doctrina cristiana lo esperaba y lo recibí con alegría; la
enseñanza de la Iglesia era cierta hasta la última coma, y yo tomaba parte en
cada línea con un redoble de aclamaciones, como se saluda una diana en el
blanco. Una sola cosa me sorprendió: la Eucaristía, y no es que me pareciese
increíble; pero me maravillaba que la caridad divina hubiese encontrado ese
medio inaudito de comunicarse y, sobre todo, que hubiese escogido para hacerlo
el pan que es alimento del pobre y alimento preferido de los niños. De todos los
dones esparcidos ante mí por el cristianismo, ése era el más hermoso 79 .
Me sentía agradecido a aquellas ancianas que iban a la primera misa…
Un arranque de gratitud me llevaba hacia ellas y hacia todos aquellos que
habían guardado la fe; hubiera dicho, por poco, que me habían guardado la fe.
La idea de que la religión habría podido desaparecer de la superficie de la tierra
antes de mi llegada me daba el escalofrío de los terrores retrospectivos… Qué
bien estábamos bajo las vigas de piedra gris en la soledad de esos graneros
donde el sacerdote, acompañado por la imperceptible música del amanecer,
realizaba en el altar su milagro tranquilo! 80 .
Al salir de la capilla de la calle Ulm, sabía cuatro cosas, o mejor dicho,
veía cuatro cosas evidentes que todavía me asombran: hay otro mundo; Dios es
una persona; estamos salvados y, paradójicamente, estamos por salvar; la
Iglesia (catlica) es de institucin divina… La Iglesia es de institucin divina,
78 Ib. pp. 155-158.
79 Ib. pp. 162-164.
80 Ib. p. 137.
56
porque es Dios quien le confía las almas y no al contrario… Yo no le he dado mi
adhesión; he sido conducido a ella como un niño a quien se lleva a la escuela
cogido de la mano, o llevado a su familia, a quien él no conocía. Esta sensación
de connivencia entre la Iglesia y lo divino ha sido tan fuerte, que siempre me
retuvo, no de evaluar los errores cometidos en cada siglo por la gente de Iglesia,
sino de tomar la parte por el todo… Su santidad invisible me impresiona, sus
debilidades e imperfecciones de aquí abajo me tranquilizan, y me la hacen más
próxima. Sucede que tampoco yo soy perfecto 81 .
El conoció instantánea e intuitivamente, por revelación de Dios, las
verdades de la fe católica, sobre todo, de la Eucaristía y, por eso, amó y vivió
nuestra fe hasta las últimas consecuencias. Y dice: ¡Dios mío! Entro en tus
iglesias desiertas, veo a lo lejos vacilar en la penumbra la lamparilla roja de tus
sagrarios y recuerdo mi alegría. ¡Cómo podría olvidarlo! ¿Cómo echar en
olvido el día en que se ha descubierto el amor desconocido por el que se ama y
se respira; donde se ha aprendido que el hombre no está solo, que una invisible
presencia le atraviesa, le rodea y le espera: que, más allá de los sentidos y de la
imaginación, existe otro mundo, al lado del cual el universo material, por
hermoso que sea, no es más que vapor incierto y reflejo lejano de la belleza de
quien lo ha creado? 82 .
André Frossard, miembro de la Academia francesa y el mejor escritor
católico francés del siglo XX, que ha escrito muchos libros para fomentar nuestra
fe y que creía firmemente en la presencia real de Jesús en la Eucaristía. Él sabía
por experiencia, que Dios es Amor. Las últimas palabras, que como broche de
oro, pone en el libro de su conversión son: Amor, para llamarte así, ni toda la
eternidad será suficiente , que es como decir: Señor, te amo tanto que ni toda la
eternidad será suficiente para decirte cuánto te amo.
A LEXIS C ARREL
Alexis Carrel (1873–1944) era un joven médico francés de Lyon de 30
años, cuando reemplazó a uno de sus compañeros para ir como médico a una
peregrinación de 300 enfermos al santuario de Lourdes, en julio de 1903.
No creía en Dios ni en milagros. Era un científico, que sólo creía en la
razón, pero era un hombre sincero y, al final del viaje, debió reconocer que
existía Dios y lo sobrenatural. Él nos cuenta su aventura espiritual en su libro
81 Frossard André, ¿Hay otro mundo? Ed. Rialp, Madrid, 1981, pp. 51-52.
82 Ib. p. 11.
57
Viaje a Lourdes , donde él escribe sus impresiones bajo el nombre de Dr. Lerrac
(el revés de Carrel).
Dice así: El tren se detuvo antes de entrar en la estación de Lourdes. Las
ventanillas se llenaron de cabezas pálidas, extáticas, alegres, en un saludo a la
tierra elegida, donde habrían de desaparecer los males… Un gran anhelo de
esperanza surgía de estos deseos, de estas angustias y de este amor 83 .
Al llegar los enfermos al hospital, Lerrac se acercó a la cama que
ocupaba una joven enferma de peritonitis tuberculosa… María Ferrand (su
verdadero nombre era María Bailly) tenía las costillas marcadas en la piel y el
vientre hinchado. La tumefacción era casi uniforme, pero algo más voluminosa
hacia el lado izquierdo. El vientre parecía distendido por materias duras y, en el
centro, notábase una parte más depresible llena de líquido. Era la forma clásica
de la peritonitis tuberculosa… El padre y la madre de esta joven murieron
tísicos; ella escupe sangre desde la edad de quince años; y a los dieciocho
contrajo una pleuresía tuberculosa y le sacaron dos litros y medio de líquido del
costado izquierdo; después tuvo cavernas pulmonares y, por último, desde hace
ocho meses sufre esta peritonitis tuberculosa. Se encuentra en el último período
de caquexia. El corazón late sin orden ni concierto. Morirá pronto, puede vivir
tal vez unos días, pero está sentenciada 84 .
A María Ferrand, después de hacerle unas abluciones con el agua
milagrosa de la Virgen, porque su estado era sumamente grave y no se atrevieron
a meterla en la piscina, la llevaron ante la imagen de la Virgen en la gruta.
La mirada de Lerrac se posó en María Ferrand y le pareció que algo
había cambiado su aspecto, parecía que su cutis tenía menos palidez… Lerrac se
acercó a la joven y contó las pulsaciones y la respiración y comentó: La
respiración es más lenta. Evidentemente, tenía ante sus ojos una mejoría rápida
en el estado general. Algo iba a suceder y se resistió a dejarse llevar por la
emoción. Concentró su mirada en María Ferrand sin mirar a nadie más. El
rostro de la joven, con los ojos brillantes y extasiados, fijos en la gruta, seguía
experimentando modificaciones. Se había producido una importante mejoría. De
pronto, Lerrac se sintió palidecer al ver cómo, en el lugar correspondiente a la
cintura de la enferma, el cobertor iba descendiendo, poco a poco, hasta el nivel
del vientre…
83 Alexis Carrel, Viaje a Lourdes , Ed. Iberia, Barcelona, 1957, p. 57.
84 Ib. p. 50.
58
En la basílica acababan de dar las tres de la tarde. Algunos minutos
después, la tumefacción del vientre pareció que había desaparecido por
completo…
Aquel suceso inesperado estaba en contradicción con todas sus ideas y
previsiones y le parecía estar soñando. Le dieron una taza llena de leche a la
joven y la bebió por entero. A los pocos momentos, levantó la cabeza, miró en
torno suyo, se removió algo y reclinóse sobre un costado sin dar la menor
muestra de dolor. Eran ya cerca de las cuatro. Acababa de suceder lo imposible,
lo inesperado, ¡el milagro! Aquella muchacha agonizante poco antes, estaba
casi curada 85 .
Esto no puede ser una peritonitis nerviosa, pensaba. Ofrecía síntomas
demasiado acusados y absolutamente claros… Hacia las siete y media volvi al
hospital, ardiendo de curiosidad y angustia…
Quedóse mudo de asombro. La transformación era prodigiosa. La joven,
vistiendo una camisa blanca, se hallaba sentada en la cama. Los ojos brillaban
en su rostro, gris y demacrado aún, pero móvil y vibrante, con un color rosado
en las mejillas. Las comisuras de sus labios en reposo, conservaban todavía un
pliegue doloroso, impronta de tantos años de sufrimientos, pero de toda su
persona emanaba una indefinible sensación de calma, que irradiando en torno
suyo, iluminaba de alegría la triste sala.
- Doctor, estoy completamente curada, dijo a Lerrac, aunque me siento
débil… La curacin era completa. Aquella moribunda de rostro ciantico,
vientre distendido y corazón agitado, habíase convertido en pocas horas en una
joven casi normal, slamente demacrada y débil… Es el milagro, el gran
milagro, que hace vibrar a las multitudes, atrayéndolas alocadas a Lourdes!
¡Qué feliz casualidad ver cómo, entre tantos enfermos, ha sanado la que yo
mejor conocía y a la que había observado largamente! 86 .
María Ferrand (María Bailly), la curada por la Virgen, se hizo religiosa de
la caridad, de San Vicente de Paul, y murió en 1937.
Alexis Carrel (Dr. Lerrac), después del milagro, publicó algunos escritos
sobre este hecho en los periódicos y revistas, pero fue marcado por el ambiente
anticlerical de sus colegas, por lo que no le quisieron dar ningún trabajo.
85 Ib. pp. 60-61.
86 Ib. pp. 64-66.
59
Esto fue providencial; pues, buscando empleo, fue al Instituto Rockefeller
de Nueva York a investigar y, como premio de sus investigaciones, a los diez
años del milagro, recibió el premio Nóbel de Medicina. Murió en París en
noviembre de 1944. Según afirmó el sacerdote que lo atendió en los últimos
momentos, se confesó, comulgó, recibió la unción de los enfermos y dijo: Quiero
creer y creo todo lo que la Iglesia católica quiere que creamos y para ello no
experimento dificultad alguna, porque no hallo nada que esté en oposición real
con los datos ciertos de la ciencia 87 .
M ANUEL G ARCÍA M ORENTE
Manuel García Morente (1886-1942), gran filósofo español, nos cuenta en
la carta que dirigió a su director espiritual Monseñor José María García
Lahiguera, en setiembre de 1940, el hecho extraordinario de su conversión.
Él era ateo, aunque había hecho de niño su primera comunión. Pero sus
estudios de filosofía lo habían alejado de Dios y de la religión. Al comenzar la
guerra civil española, tuvo que huir a Francia, porque lo buscaban para matarlo.
Estaba en París, desesperado por no encontrar los medios humanos para
conseguir que su familia llegara a París para estar a salvo con él. En esas
circunstancias, la noche del 29 al 30 de abril de 1937, escuchó un trozo de
música de Berlioz, titulada La infancia de Jesús , que lo dejó con una gran paz
interior. Dice así: Una inmensa paz se había adueñado de mi alma. Es
verdaderamente extraordinario e incomprensible cómo una transformación tan
profunda pueda verificarse en tan poco tiempo… En el relojito de pared sonaron
las doce. La noche estaba serena y muy clara. En mi alma reinaba una paz
extraordinaria. Me parece que debía sonreír… Pensé: Lo primero que haré
mañana será comprarme un libro devoto y algún manual de doctrina cristiana.
Aprenderé las oraciones, me instruiré lo mejor que pueda en las verdades
dogmáticas, procurando recibirlas con la inocencia del nio… Compraré
también los santos Evangelios y una vida de Jesús. “Jesús, Jesús! Bondad!
¡Misericordia! Una figura blanca, una sonrisa, un ademán de amor, de perdón,
de universal ternura. Jesús!”. Debí quedarme dormido.
Me puse en pie, todo tembloroso y abrí de par en par la ventana. Una
bocanada de aire fresco me azotó el rostro. Volví la cara hacia el interior de la
habitación y me quedé petrificado. Allí estaba Él. Yo no lo veía, yo no lo oía, yo
no lo tocaba. Pero Él estaba allí. En la habitación no había más luz que la de
una lámpara eléctrica, de esas diminutas de una o dos bujías en un rincón. Yo no
veía nada, no oía nada, no tocaba nada. No tenía la menor sensación. Pero Él
87 Ib. p. 13.
60
estaba allí. Yo permanecía inmóvil, agarrotado por la emoción. Y le percibía;
percibía su presencia con la misma claridad con que percibo el papel en que
estoy escribiendo y las letras que estoy trazando. Pero no tenía ninguna
sensación ni en la vista, ni en el oído ni en el tacto ni en el olfato ni en el gusto.
Sin embargo, lo percibía allí presente con entera claridad. Y no podía caberme
la menor duda de que era Él, puesto que lo percibía, aunque sin sensaciones.
¿Cómo es eso posible? Yo no lo sé. Pero sé que Él estaba allí presente y que yo,
sin ver ni oír ni oler, ni gustar, ni tocar nada, lo percibía con absoluta e
indubitable evidencia… No sé cuánto tiempo permanecí inmóvil y como
hipnotizado ante su presencia. Sí sé que no me atrevía a moverme y que hubiera
deseado que todo aquello -Él allí- durara eternamente, porque su presencia me
inundaba de tal y tan íntimo gozo que nada es comparable al deleite
sobrehumano que yo sentía…
Era una caricia infinitamente suave, impalpable, incorpórea, que
emanaba de Él y que me envolvía y me sustentaba en vilo, como la madre que
tiene en sus brazos al nio… Cmo termin la estancia de Él allí? Tampoco lo
sé. Terminó. En un instante desapareció. Una milésima de segundo antes estaba
Él aún allí y yo lo percibía y me sentía inundado de ese gozo sobrehumano que
he dicho. Una milésima de segundo después, ya Él no estaba allí, ya no había
nadie en la habitacin… Debi durar su presencia un poco más de una hora 88 .
Y fue tal el impacto recibido que decidió dedicar toda su vida al servicio
de Dios. Fue ordenado sacerdote en 1940 y murió en Madrid el 7 de diciembre de
1942.
A LFONSO DE R ATISBONA
Alfonso de Ratisbona (1814-1884). Era un rico banquero judío. El 20 de
enero de 1842 salió a dar un paseo con su amigo católico Teodoro de Bussières y
dice: Si alguien me hubiera dicho en la mañana de aquel día: te has levantado
judío y te acostarás cristiano; si alguien me hubiera dicho eso, lo habría mirado
como al más loco de los hombres. Después de haber almorzado en el hotel y
llevado yo mismo mis cartas al correo, me dirigí a casa de mi amigo Gustavo…
Hablamos de caza, de placeres, de diversiones del carnaval. No podían olvidarse
los festejos de mi matrimonio…
Si en ese momento, era mediodía, un tercer interlocutor se hubiese
acercado a mí y me hubiera dicho: Alfonso, dentro de un cuarto de hora
adorarás a Jesucristo, tu Dios y Salvador; y estarás prosternado en una pobre
88 Manuel García Morante, El hecho extraordinario , Ed. Rialp, Madrid, 2002, pp. 36-43.
61
iglesia; y te golpearás el pecho a los pies de un sacerdote, en un convento de
jesuitas, donde pasarás el carnaval preparándote al bautismo; dispuesto a
inmolarte por la fe católica; y renunciarás al mundo, a sus pompas, a sus
placeres, a tu fortuna, a tus esperanzas, a tu porvenir; y, si es preciso,
renunciarás también a tu novia, al afecto de tu familia, a la estima de tus
amigos, al apego de los judíos...; ¡y sólo aspirarás a servir a Jesucristo y a
llevar tu cruz hasta la muerte!..."; digo que si algún profeta me hubiera hecho
una predicción semejante, sólo habría juzgado a un hombre más insensato que
ése: ¡al hombre que hubiera creído en la posibilidad de tamaña locura! Y, sin
embargo, ésta es hoy la locura causa de mi sabiduría y de mi dicha.
Al salir del café encuentro el coche de Théodore de Bussieres. El coche se
detiene; se me invita a subir para dar un paseo. El tiempo es magnífico y acepté
gustoso. Pero M. Bussieres me pidió permiso para detenerse unos minutos en la
iglesia de Sant´Andrea delle Fratte, que se encontraba casi junto a nosotros,
para una comisión que debía desempeñar; me propuso esperarle dentro del
coche; yo preferí salir para ver la iglesia…
La iglesia de San Andrés es pequeña, pobre y desierta; creo haber estado
allí casi solo. Ningún objeto artístico atraía en ella mi atención. Paseé
maquinalmente la mirada en torno a mí, sin detenerme en ningún pensamiento;
recuerdo tan sólo a un perro negro que saltaba y brincaba ante mis pasos.
Enseguida el perro desapareció, la iglesia entera desapareció, ya no vi, o más
bien, ¡Oh, Dios mío, vi una sola cosa! ¿Cómo sería posible explicar lo
inexplicable? Cualquier descripción, por sublime que fuera, no sería más que
una profanación de la inefable verdad. Yo estaba allí, prosternado, en lágrimas,
con el corazón fuera de mí mismo, cuando M. de Bussieres me devolvió a la vida.
No podía responder a sus preguntas precipitadas; mas al fin, tomé la
medalla que había colgado sobre mi pecho; besé efusivamente la imagen de la
Virgen, radiante de gracia. ¡Oh, era, sin duda, Ella! No sabía dónde estaba.
Sentí un cambio tan total que me creía otro. Buscaba cómo reencontrarme y no
daba conmigo. La más ardiente alegría estalló en el fondo de mi alma. No pude
hablar, no quise revelar nada; sentí en mí algo solemne y sagrado que me hizo
pedir un sacerdote. Se me condujo ante él y, sólo después de recibir su positiva
orden, hablé como pude: de rodillas y con el corazón estremecido.
Mis primeras palabras fueron de agradecimiento para M. de La
Ferronays y para la archicofradía de Nuestra Señora de las Victorias. Sabía de
una manera cierta que M. de La Ferronays había rezado por mí; no sabría decir
cómo lo supe ni tampoco podría dar razón de las verdades, cuya fe y
conocimiento había adquirido. Todo lo que puedo decir es que, en el momento de
la bendición, la venda cayó de mis ojos; no sólo una, sino toda la multitud de
62
vendas que me habían envuelto desaparecieron sucesiva y rápidamente, como la
nieve y el barro y el hielo bajo la acción del sol candente.
Todo lo que sé es que, al entrar en la iglesia, ignoraba todo; que saliendo
de ella, veía claro. No puedo explicar ese cambio, sino comparándolo a un
hombre a quien se despertara súbitamente de un profundo sueño; o, por
analogía, con un ciego de nacimiento que, de golpe, viera la luz del día: Si no se
puede explicar la luz física, ¿cómo podría explicarse la luz que en el fondo es la
verdad misma? Creo decir la verdad al afirmar que yo no tenía ciencia alguna
de la letra de los dogmas, pero entreveía su sentido y su espíritu. Sentía, más que
veía esas cosas; y las sentía por los efectos inexpresables que produjeron en mí.
Todo ocurría en mi interior. Y esas impresiones, mil veces más rápidas que el
pensamiento, no habían tan sólo conmocionado mi alma, sino que la habían
como vuelto al revés, dirigiéndola en otro sentido, hacia otro fin y hacia una
nueva vida. A partir de ese momento, el amor de Dios había ocupado en mí el
lugar de cualquier otro amor 89 .
Alfonso de Ratisbona lo dejó todo, incluso a su novia, y se hizo sacerdote
y llegó a ser un santo. Ahora se le conoce como san Alfonso de Ratisbona. Su
amigo Teodoro de Bussières escribió un libro sobre su conversión, donde refiere
que le dijo así: La he visto, la he visto. Todo el edificio desapareció de mi vista,
vi un gran resplandor y en medio de aquel resplandor sobre el altar, se me
apareció erguida, esplendida, llena de majestad y dulzura la Virgen María y me
sonrió. No me dijo nada, pero yo lo comprendí todo 90 .
En la iglesia de Sant´Andrea delle Fratte, donde ocurrió el milagro, hay
una inscripción que dice: El 20 de enero de 1842 Alfonso de Ratisbona de
Estrasburgo vino aquí judío empedernido. La Virgen se le apareció como la ves.
Cayó judío y se levantó cristiano. Extranjero, lleva contigo este precioso
recuerdo de la misericordia de Dios y de la Santísima Virgen.
C ONVERSIÓN DE L IMA
San Francisco Solano predicó en Lima el 21 de diciembre de 1604 el más
famoso sermón de su vida y que ha quedado en la historia del Perú como ejemplo
de conversión milagrosa de todo un pueblo. Se le ha llamado el sermón de las
cuatro calles. El padre Solano salió con su Cristo en la mano, acompañado del
hermano corista fray Mateo Pérez, a predicar a la plaza principal o plaza de
Armas o cuatro calles como otros la llamaban. Dice el hermano Mateo que, al
89 André Frossard, ¿Hay otro mundo? , Ed. Rialp, Madrid, 1981, pp. 32-36.
90 Teodoro de Bussières, Conversión de Alfonso María de Ratisbona , Ed. Balmes, Barcelona, 1951.
63
andar, iba tan deprisa que parecía que quería volar, porque iba como arrebatado
por el espíritu de Dios.
Vino a la hora de las cuatro a la plaza pública y se subió a un púlpito en
los soportales junto al banco de Juan de la Cueva. Puesto en él, acudió tanta
gente, así para oír, la palabra de Dios como por la devoción que le tenían, que
admiró el concurso 91 .
Pablo Moya de Contreras, que estuvo presente, refiere: En el discurso del
sermn dijo estas palabras: “Malas nuevas habéis tenido de Arequipa por la
ruina que ha sucedido 92 por los pecados de los hombres. Pues no os las traigo
yo mejores, porque os advierto que , antes de mañana a estas horas, de esta
ciudad no ha de quedar piedra sobre piedra por vuestras maldades y pecados. Y
os he dado mucho largo. Os advierto que, antes de mañana al mediodía, se verá
cumplido lo que digo. Y para que abráis los ojos y os arrepintáis de vuestros
pecados, os aviso que antes de medianoche, veréis esta miserable ruina”.
Se alborotó tanto el pueblo que los unos a los otros se miraban como sin
juicio, juzgándonos todos de que el castigo tan merecido por nuestras culpas
venía ya sobre nosotros, y tan confusos y suspensos que nos parecía que no
había lugar donde acogernos 93 .
Según el testimonio de Domingo de Luna: La gente se convenció de que
por los pecados de los vecinos había de hundir Dios aquella noche la ciudad de
Los Reyes y que por la grande opinión que tenían del padre Francisco Solano de
siervo de Dios, tuvieron por tan cierto que había de ser así que muchos, o los
más de la ciudad, se apercibieron con oraciones y confesiones, recurriendo a las
iglesias con mucha turbación y temor 94 .
Y clamaban a Dios pidiendo misericordia. Y hubo muchos disciplinantes
con cruces a cuestas y otros con otras varias penitencias públicas 95 .
Sor Cecilia de San Gabriel, que en ese momento era casada con Esteban
Rojas y después entró de religiosa, declaró: Las gentes andaban por las calles
llorando y gimiendo sus culpas y pecados. Y esta testigo vio y oyó a las gentes
91 Plandolit Luis Julián, El apóstol de América, San Francisco Solano , Ed. Cisneros, Madrid, 1963, p.
253.
92 Unos días antes, el 25 de noviembre, un gran terremoto había asolado la ciudad de Arequipa.
93 Archivo Secreto Vaticano N° 1.328, fol 1.241.
94 Ib. fol 486.
95 Ib. fol 480.
64
que pasaban en gran número y con mucho alboroto, pidiendo misericordia de
sus culpas y pecados 96 .
El padre Diego de Pineda declaró: Aquella noche se abrieron todos los
templos de la ciudad y se descubrió (fue expuesto) el Santísimo Sacramento en
todos ellos, y las gentes pedían a voces confesión y se confesaban muchas almas,
y hubo sermones y pláticas en la Compañía de Jesús y en otros conventos, y se
hicieron restituciones de cosas hurtadas, y personas que estaban en mal estado,
que hacía muchos años que no se confesaban, se confesaron y salieron del mal
estado en que estaban, y por las calles andaban como si fuera el día del juicio,
unos azotándose y otros con cruces a cuestas y frecuentando los templos e
iglesias, pidiendo a Dios perdón y misericordia 97 .
Según el testimonio del dominico padre Baltasar Méndez, en la iglesia de
Santo Domingo debía haber como 24 confesores y no se podían dar mano a
consolar y confesar a los penitentes. Y sabe este testigo que muchos hombres,
amancebados de muchos años, dejaron la mala vida que llevaban 98 .
Gerónima de Esquivel certificó que en la catedral: Era tanto el concurso
de personas que venían a confesarse que concurrían a los pies de los confesores
de tres en tres y cuatro en cuatro, sin reparar en que los unos oyesen las culpas
de los otros, porque las confesaban públicamente; y los sacerdotes no podían
excusar el fervor de los penitentes, porque iban con gran dolor deseosos de ser
perdonados de ellas... Mucha gente había ido a los recoletos descalzos, donde
estaba el padre Solano y lo trajeron a esta ciudad ante su Prelado que estaba en
el convento de la Observancia (templo de San Francisco) y allí lo examinó el
Prelado de las palabras que había predicado… y luego se public que había
resultado aquel alboroto de una razón que había sido mal entendida y con
aquello quedó la ciudad sosegada 99 .
Pero el impacto espiritual de aquel sermón sobre la ciudad fue tremendo.
Algunos dirían que parecía esta ciudad la de Nínive, cuando predicó el profeta
Jonas y todos tuvieron como cosa de admiración y de milagro que Dios Nuestro
Señor se había servido del padre Solano para convertir a la ciudad.
El mismo padre Solano respondió a fray Gómez, que le preguntaba: Sí,
Dios me lo mandó y yo prediqué 100 . Y a Juan Esquivel le dijo: Dios me movió.
96 Ib. fol 1.835.
97 Ib. fol 95.
98 Ib. fol 480.
99 Archivo Secreto Vaticano N° 1.328, fol 262.
100 Ib. fol 129.
65
Que un gusanillo como yo, que merezco cien mil infiernos por mis pecados,
¿cómo podía mover eso? Dios lo hizo por su gran misericordia 101 .
De hecho los efectos de aquel sermón duraron mucho tiempo. Fray
Gerónimo Serrano declaró: Este testigo, como confesor, vio que muchos días
después del dicho sermón no cesaron las confesiones. Ni este testigo ni los
demás confesores podían dar abasto a ellas sin quitarse de los confesionarios
102 . Y fray Diego de Curiel certificó. El efecto del sermón duró muchos días y
algunos meses después 103 .
VII. APARICIONES DE MARÍA
Muchas veces a lo largo de los 2000 años de cristianismo se ha aparecido
Nuestra Madre María para guiar y llevar a sus hijos a la conversión, cambiando
así los destinos de la historia,
L A V IRGEN DE G UADALUPE
Una de las maravillas más grandes que Dios ha hecho en la tierra es la
imagen original de la Virgen de Guadalupe de México. La Virgen se apareció el
12 de diciembre de 1531 al indio Juan Diego y, a raíz de este acontecimiento,
millones de indígenas aztecas se convirtieron a la fe católica.
En el libro Nican Mopohua , escrito por Antonio Valeriano a los doce años
de las apariciones, se relatan los hechos. La Virgen se le aparece al indio y le
dice: Juanito, Juan Dieguito. Sabe y ten entendido tú, el más pequeño de mis
hijos, que yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios por quien
se vive; del Creador cabe quien está todo; Señor del cielo y de la tierra. Deseo
vivamente que se me erija aquí un templo para en él mostrar y dar todo mi amor,
compasión, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa madre; oiré allí sus
lamentos y remediaré todas sus miserias, penas y dolores… Vete al palacio del
obispo de México y le dirás cómo yo te envío a manifestarle lo que deseo: que
aquí en el llano me edifique un templo. Le contarás puntualmente cuanto has
visto y admirado y lo que has oído.
Pero el obispo no le creyó y la Virgen se le apareció una segunda vez y le
dijo: Mucho te ruego, hijo mío, el más pequeño, y con rigor te mando que otra
101 Ib. fol 390.
102 Ib. fol 1.988-1.989.
103 Plandolit Luis Julián, o.c., p. 266.
66
vez vayas mañana a ver al obispo. Dale parte en mi nombre y hazle saber por
entero mi voluntad, que tiene que poner por obra el templo que le pido. Y otra
vez dile que yo en persona, la siempre Virgen Santa María, Madre de Dios, te
envía.
El obispo tampoco le creyó y le pidió una señal para creer. En la tercera
aparición le refirió Juan Diego a María que el obispo pedía una señal y la Virgen
le pidió volver al otro día.
En la cuarta aparición, como estaba preocupado Juan Diego por la
enfermedad de su tío, María le dijo: No se turbe tu corazón, no temas esa
enfermedad, ni otra alguna enfermedad o angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu
Madre? ¿No estás por ventura en mi regazo? Está seguro que (tu tío) ya sanó.
Entonces le mandó subir a la cumbre del cerrillo y le dijo: Hallarás que hay
diferentes flores, córtalas, júntalas, recógelas y en seguida baja y tráelas a mi
presencia. La Virgen cogió las rosas en su mano y se las echó de nuevo en su
tilma o poncho y le dijo: Esta diversidad de rosas es la prueba y señal que
llevararás al obispo.
Cuando Juan Diego llegó al palacio del obispo hubo de esperar mucho
rato, pues nadie le hacía caso. Al final le avisaron al obispo y él le mostró las
rosas. Y así que se esparcieron por el suelo las diferentes rosas de Castilla, se
dibujó en ella (tilma) y apareció de repente la preciosa imagen de la siempre
Virgen Santa María, Madre de Dios, de la manera que está y se guarda hoy en
su templo del Tepeyac, que se nombra Guadalupe 104 .
Las maravillas de esta imagen impresa milagrosamente en la tilma o
poncho de Juan Diego dejan admirados a los sabios que no pueden encontrar
razones científicas para explicarla.
Los científicos norteamericanos Jody Brant Smith y Philip Serna Callahan
han estudiado la imagen con rayos infrarrojos y toda clase de medios modernos y
han concluido que la imagen original, quitando algunos pocos añadidos, es
realmente un milagro viviente de Dios.
El doctor Philip Serna Callahan afirmó: La técnica utilizada al cuerpo y al
rostro original es inexplicable 105 . La imagen original, que incluye el vestido
rosa, el manto azul, las manos y el rostro es inexplicable. No se puede explicar
104 Nican Mopohua , Ed. Salesiana, Lima.
105 Serna Callahan Philip, The tilma under infrared radiation , Ed. CARA, Washington, 1981, p. 17.
67
la clase de pigmento utilizado, ni el hecho de que se mantenga el brillo y la
luminosidad durante siglos 106 .
Por otro parte, Jody Brant Smith, afirmó: El doctor Callahan está de
acuerdo con muchos millones que, a lo largo de los siglos han aceptado que el
maravilloso rostro de la Virgen es puro y simplemente milagroso. El doctor
Callahan y yo nos sentimos obligados a admitir que la imagen de la Virgen de
Guadalupe es verdaderamente un milagro 107 . El descubrimiento de la ausencia
de preparación en la pintura (sin pinceladas ni bocetos previos) y nuestra
incapacidad para explicar la preservación de la tela así como el brillo d e las
partes originales de la imagen, nos pone al doctor Callahan y a mí en la lista de
los que creen que la imagen fue creada sobrenaturalmente 108 .
Lo más asombroso está en los ojos de la imagen. El doctor José Roberto
Ahued dice: Llama la atención el hecho de sentir la exploración ocular de un ser
vivo, aparecen los tres reflejos luminosos del ojo derecho más el del lado
izquierdo, que guardan una proporción en distancia tan perfecta que encuadran
fácilmente con los reflejos de Purkinje-Samson 109 .
Pero lo más maravilloso fue lo descubierto por el doctor peruano José
Aste Tönsmann en 1979, aumentando 2.500 veces los ojos de la imagen. Así
pudo encontrar hasta 13 personas. Y, aumentando mil veces más los ojos del
obispo, aparece claramente Juan Diego en el acto de mostrar su tilma al obispo.
¿Quién podría haber pintado en miniatura en los 7 a 8 mm. de espacio de los ojos
de la imagen tantas personas que no pueden apreciarse a simple vista y que sólo
pudieron descubrirse en el siglo XX? Además, están pintados con la
correspondiente perspectiva en ambos ojos.
Pero hay más cosas maravillosas. En 1921, un obrero de nombre Luciano
Pérez colocó una ofrenda formada por un ramo de flores en el altar mayor de la
basílica de Guadalupe ante la imagen venerada. Luciano salió tranquilamente y, a
los pocos minutos, estalló la bomba de dinamita que se encontraba oculta en las
flores. Con la explosión, se demolieron las gradas del mármol del altar mayor,
los candeleros, todos los floreros, los vidrios de la mayor parte de las casas
cercanas a la basílica, un Cristo de latón que se dobló y que todavía se conserva.
Pero no se quebró ni el cristal de la imagen. El atentado fue a las 10:30 de la
mañana del día 14 de noviembre de 1921.
106 Ib. pp. 18-19.
107 Jody Brant Smith, The image of Guadalupe, Mith or miracle , Doubleday Company, New York, 1983,
p. 101.
108 Ib. p. 105.
109 Salinas Carlos, Descubrimiento de un busto humano en los ojos de la Virgen de Guadalupe , Ed.
Tradición, México, 1999, p. 31.
68
En 1936, el doctor Richard Khun, premio Nóbel de química de 1938, pudo
estudiar dos fibras del manto de la Virgen; una de color rojo y otra de color
amarillo. El resultado fue que en ellas no existían colorantes vegetales ni
animales ni minerales. Como si dijera, que esos colorantes de la parte original de
la imagen eran de tipo sobrenatural.
En 1991, el oftalmólogo doctor Escalante, al hacer un video para una
productora de televisión y estudiando directamente los ojos de la imagen de la
Virgen de Guadalupe, distinguió algo tan fino como la red venosa normal de todo
ojo, que estaba en forma microscópica en los parpados y en la córnea de la
imagen. Es como si esos ojos de María nos dijeran que están vivos para mirarnos
a todos con amor y cuidarnos como una madre.
Por todo ello, los doctores mexicanos Ernesto Sodi Pallares y Roberto
Palacios Bermúdez, después de estudiar la imagen concluyeron:
1. Científicamente no se puede explicar la conservación del ayate de Juan
Diego en donde está la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe, pues
su duración normal es de 20 años y permanece intacto hasta ahora.
3. Científicamente no se puede entender por qué no se destruyó el ayate
hecho con fibras de maguey popotule, cuando le cayó el ácido nítrico y se
efectuó la reacción xantoproteica.
4. Científicamente es incomprensible por qué el ayate no sufrió daño alguno
en el atentado dinamitero del 14 de noviembre de 1921.
5. Científicamente no se explica por qué no se encuentran colorantes
vegetales, minerales o animales en las fibras del ayate.
6. Científicamente no se ha podido explicar por qué el ayate de Juan Diego
rechaza a los insectos y al polvo suspendido en el aire 110 .
Fernando Alva escribió en el Nican Motecpana : Estando ya en su santa
casa la purísima y celestial Señora de Guadalupe, son incontables los milagros
110 Salinas Carlos, o.c., pp. 82-84.
69
2. Científicamente no se puede esclarecer por qué no se han saltado ni
decolorado los colores del ayate guadalupano.
que ha hecho para beneficiar a los naturales y, en suma a todas las gentes que la
han invocado y seguido 111 .
El impacto de las apariciones de la Virgen de Guadalupe fue tal que en
nueve años, a partir de 1531, se convirtieron en México diez millones de
indígenas, cambiando así la historia de México, evitando guerras e influyendo
positivamente en su progreso cultural y espiritual, pues dejaron la idolatría, la
poligamia, la antropofagia, los sacrificios humanos…, y se convirtieron en
buenos cristianos. Además el influjo de estas apariciones no sólo se redujo a
México, sino que llegó a toda América y hasta el mundo entero, ya que, incluso
en la actualidad, la imagen original de la Virgen de Guadalupe es una maravilla
que asombra a los sabios y alienta a los creyentes, pues la ciencia no puede
explicar tales hechos.
L AS SONRISAS DE M ARÍA
Muchas veces Nuestra Madre ha sonreído a sus hijos a lo largo de la
historia en imágenes. Un caso extraordinario ocurrió en los Estados pontificios el
año 1796. Las sonrisas de María comenzaron el 25 de junio de ese año en
Ancona (Italia), cuando una imagen de María, de la catedral de la ciudad,
conocida bajo el título de Reina de todos los santos , comenzó a tomar vida,
abriendo y cerrando los ojos, mirando con amor a los presentes y sonriendo. En
una oportunidad, hasta brilló durante todo el día con luz sobrenatural. La imagen
era un cuadro pintado de la Virgen, de unos cincuenta centímetros. Ese fue el
comienzo de la serie de prodigios, que conmovieron a los Estados pontificios
durante nueve meses y que no tienen parangón en la historia del cristianismo.
El 9 de julio, las sonrisas comenzaron en Roma y se sucedieron en otras
ciudades, dentro de los Estados de la Iglesia. Esto produjo una avalancha de
confesiones y conversiones nunca antes vista. Muchos, incluso protestantes y
musulmanes, se convertían. Se organizaron misiones populares, procesiones y
oraciones públicas, día y noche, ante las imágenes vivientes que miraban con
amor a los devotos y sonreían.
En total, fueron por lo menos 122 imágenes, 2 de santos (san Antonio de
Padua y san Liberato), dos crucifijos y el resto, imágenes de la Virgen. Eran
imágenes pintadas o esculpidas, que se encontraban en capillas, casas
particulares, calles y plazas públicas, a la vista de todos.
111 Campa Mendoza Víctor, La literatura náhuatl guadalupana, en Nican Mopohua , Ed. Instituto
tecnológico de Durango, Durango, 2007, p. 143.
70
De estas 122 imágenes, 101 eran de la misma ciudad de Roma y las 21
restantes, de otras ciudades. Las autoridades eclesiásticas hicieron una
investigación, reducida a 26 de las 101 imágenes milagrosas de Roma, y
concluyeron con el veredicto del cardenal Vicario de Roma de que todas esas
imágenes eran verdaderos milagros vivientes. Lo mismo sucedió con las
investigaciones llevadas a cabo en las otras ciudades. En Roma, se estableció que
todos los años, el 9 de julio, se celebrara una fiesta para conmemorar el inicio de
estos milagros en dicha ciudad. Actualmente, esta fiesta se celebra todavía en el
santuario de la Virgen del Archetto, donde comenzaron los prodigios, y se
celebra el domingo más cercano al 9 de julio.
Es interesante anotar que estos milagros ocurrieron en vísperas de la
ocupación de los Estados pontificios por los ejércitos de Napoleón, que llevaron
cautivo al Papa Pío VI a Francia, donde murió; y que llevaron a cabo una serie de
atropellos, matanzas, violencias, violaciones y saqueos por doquier. Esta invasión
comenzó el 8 de febrero de 1797, unos ocho meses después del comienzo de los
milagros en Ancona. Y todos los testigos destacaron que esta oleada de milagros
vivientes, era una prueba más de la presencia viva de María en medio de sus
hijos y un signo de su protección maternal. Como si les dijera: No tengan miedo,
pase lo que pase, yo estaré con mi hijo Jesús, para protegerlos; confíen en
nosotros. María los miraba a todos con amor y les sonreía como una buena
madre, para darles confianza y fortaleza ante la adversidad 112 .
El 28 de febrero de 1797 la Comisión investigadora presidida por el
cardenal Vicario de Roma aprobó estas apariciones.
L A V IRGEN DE L OURDES
Nuestra Madre María se apareció en 1858 a Bernadita Soubirous en
Lourdes. Ella escribió al Padre Gondrad en 1861: Vi a una Señora toda de
blanco. Llevaba una túnica blanca y un ceñidor azul, y sobre cada uno de sus
pies tenía una rosa de un color entre blanco y amarillo, del mismo color que su
rosario…
Empecé a rezar el rosario, mientras la Señora iba pasando también las
cuentas de su rosario, aunque sin mover los labios. Cuando terminé el rosario,
la visión se desvaneció al momento.
112 Puede leerse el libro de Vittorio Messori y Rino Cammilleri, Gli occhi di María , Ed. Rizzoli, Milán,
2003.
71
Allí volví el domingo, movida por una fuerza interior... Aquella Señora no
me habló hasta la tercera vez y me preguntó si quería ir a verla durante quince
días. Yo le respondí que sí. Ella añadió que tenía que decirles a los sacerdotes
que procuren que se le edifique una capilla en aquel mismo lugar; luego me
mand que bebiese de la fuente… Comencé a rascar y finalmente pude recoger
un poco de agua, la arrojé tres veces y a la cuarta ya pude beber. La visión
desapareció.
Volví allí durante quince días y la Señora se me apareció cada día fuera
de un lunes y un viernes, insistiendo en que tenía que decir a los sacerdotes que
se le había de edificar allí una capilla, que tenía que rogar por la conversión de
los pecadores y que rezara el rosario todos los días. Varias veces le pregunté
quién era, pero Ella se limitaba a sonreír dulcemente. Finalmente, poniendo los
brazos en alto y levantando los ojos al cielo, me dijo: “Yo soy la Inmaculada
Concepcin”.
En la sexta aparición María le sonrió, pero poco después lloró
amargamente, diciéndole: Ruega a Dios por los pecadores . En la octava
aparición repitió: Penitencia, penitencia, penitencia.
Ahora Lourdes es uno de los santuarios marianos más visitados del
mundo. Cada año acuden unos seis millones de fieles.
Una de sus características principales es que existe una Comisión
internacional de médicos, que examinan los casos de posibles curaciones
milagrosas. Hasta ahora han considerado 67 casos como inexplicables para la
ciencia, a los cuales la Iglesia ha declarado oficialmente como milagros. Por
supuesto que cada año hay miles de curaciones extraordinarias; pero para que
alguna curación sea considerada inexplicable para la ciencia, debe tener muchos
y exigentes requisitos. Por eso, cada año sólo se estudian 50 casos nuevos, que
cumplen las condiciones.
La Oficina médica de Lourdes explica en su página web (www.lourdes-
france.com) que su objetivo es el poder declarar una curación segura, definitiva y
médicamente inexplicable . Para ello se requiere que el diagnóstico de la
enfermedad sea perfectamente claro; que el pronóstico sea permanente o terminal
a breve plazo; que la curación sea súbita sin convalecencia, completa, duradera y
que ningún tratamiento pueda considerarse como origen de esa curación ni la
haya favorecido.
Si una persona se cree curada milagrosamente, su expediente debe ser
examinado por los médicos permanentes de Lourdes. Después será invitada a
presentarse ante la comisión al año siguiente y en años sucesivos. Si los
72
diferentes exámenes han resultado favorables, el caso será transmitido al Comité
médico internacional, creado en 1947 y compuesto de 30 especialistas, cirujanos,
profesores o agregados de distintos países, que se reúnen una vez al año. Al igual
que en un tribunal de apelación, el Comité médico internacional confirma o
rechaza la postura tomada por la Oficina médica de primera instancia. Las
decisiones deben ser tomadas por amplia mayoría. En el caso de que sea
considerado como médicamente inexplicable, el estudio pasa al obispo del lugar
donde reside la persona curada, quien debe crear una comisión diocesana
formada por sacerdotes, canonistas y teólogos. Y corresponderá al obispo
pronunciarse definitivamente, si la curación debe ser considerada milagrosa o no.
Actualmente hay más de 1.500 expedientes abiertos para su consideración
como posibles milagros, inexplicables para la ciencia. Veamos uno de estos
milagros. Se trata de Leo Schwager. Nació en 1924 en Suiza. A los veintiún años
entró en un monasterio de benedictinos y, al poco tiempo, se le manifestaron los
síntomas de una esclerosis múltiple. No obstante, pudo emitir sus votos
temporales en 1950. En 1951 la enfermedad estaba ya avanzada y tenía
hemiplejía o parálisis de medio cuerpo. Sus hermanos lo llevaron a Lourdes en
peregrinación en abril de 1952. El día 30, exactamente, fue llevado a las piscinas,
pero no hubo ninguna mejoría. Esa misma tarde, en el momento de la procesión
eucarística, cuando el sacerdote trazaba sobre él una gran cruz con la hostia
bendiciéndolo, y mientras él decía interiormente al Señor: Que se haga en mí tu
santa voluntad , sintió como si le cayera un rayo. Una corriente eléctrica le
recorrió todo su cuerpo y, de pronto, se dio cuenta de que estaba curado.
Al día siguiente, la Oficina médica de Lourdes lo interrogó y lo mismo en
años sucesivos. El 15 de abril de 1959 declaraban que su curación era
inexplicable para la medicina. El obispo de Friburgo, con un decreto que se leyó
en todas las iglesias, declaró que su curación era un milagro, el 18 de diciembre
de 1960.
A PARICIONES DE P ONTMAIN
La Virgen María se apareció en 1871 en este pueblo francés, en plena
guerra francoprusiana. En enero de 1871 la situación de Francia era angustiosa.
Derrotada por Alemania, París ocupado, el emperador prisionero con 300.000
soldados... El ejército alemán avanzaba incontenible. Pero en toda Francia se
elevaron oraciones a Dios. El 11 de enero, en la diócesis de Poitiers, se hizo el
voto nacional de construir en París la basílica de Monmartre al Sagrado Corazón
de Jesús. El día 17 el obispo de Nantes hizo también voto de construir una iglesia
al Sagrado Corazón. En París se oraba con intensidad a la Virgen en todas las
iglesias. Y ese mismo día 17 de enero, en que la línea del frente se encontraba
73
cerca del pueblo de Pontmain, la Virgen se aparecía y les decía a los niños:
“Orad, hijos míos, Dios os escuchará pronto. Mi Hijo se deja conmover”. Por
eso, esta aparición es considerada como una respuesta a tantas oraciones en todo
el país. En ese pueblo, toda la población oraba con fervor para ser protegida. El
párroco había consagrado a María a los 38 jóvenes que habían partido a la batalla
y que, después, volvieron todos sanos y salvos. Ese día, 17 de enero, Eugenio
Barbedette de doce años y su hermano José de diez, vieron sobre el techo de una
casa vecina, en la noche brillante de estrellas, la figura de María. Otras dos niñas,
Francisca Richer de once años y Juana María Labosse de nueve, también la
vieron. A las nueve de la noche terminó todo. Horas más tarde, los alemanes
cambiaron de táctica y se retiraron del lugar.
Hay que anotar que la Virgen protegió también a este pueblo de Pontmain
en la primera guerra mundial el 12-9-1914 en la batalla del Marne, cuando el
ejército alemán detuvo repentinamente su avance al ver en el cielo a la Virgen
blanca. Y en la guerra de 1939-1945 no cayó ni una bomba sobre este pueblo y
todos sus soldados regresaron con vida. Sobre los videntes, Eugenio y José se
hicieron sacerdotes. Juana fue religiosa y, solamente, Francisca quedó en el
mundo, terminando sus días como ama de llaves del sacerdote Eugenio
Barbedette. El obispo autorizó el culto bajo la advocación de Nuestra Señora de
la Esperanza. Pío IX rezaba todos los días a Nuestra Señora de la Esperanza.
León XIII concedió indulgencias. Pío XI aprobó una misa en su honor. Pablo VI
invitó varias veces a orar a la Virgen de Pontmain, que cada año es visitada por
miles de peregrinos 113 .
Así pues, podemos decir que estas apariciones han sido aprobadas por la
Iglesia.
L A V IRGEN DE F ÁTIMA
La Virgen María se apareció el 13 de mayo de 1917 en Fátima (Portugal)
a tres pastorcitos: Lucía, Jacinta y Francisco. En cada una de las apariciones les
insiste en rezar el rosario. Y les dice: Rezad el rosario todos los días para
alcanzar la paz en el mundo y el fin de la guerra 114 .
Recomienda el rezo del rosario para alcanzar la paz en el mundo y el fin
de la guerra, pues estaban en plena primera guerra mundial. En la aparición del
13 de julio de este año insiste de nuevo diciendo a Lucía: Quiero que continuéis
rezando el rosario todos los días en honor de Nuestra Señora del Rosario para
113 Puede leerse el libro de Jean Ladame, Notre Dame de toute la France , Ed. Resiac, Montsurs, 1987.
114 Memorias de Lucía , Ed. Sol de Fátima, Madrid, 1974, p. 145.
74
obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella lo puede
conseguir 115 .
Como vemos, las guerras se pueden detener con el rezo del rosario. Ese
mismo día les hace ver el infierno y les dice: La guerra va a terminar, pero, si no
dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI, comenzará otra peor. Cuando
veáis una noche alumbrada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal
que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes por medio de la
guerra, del hambre y de persecuciones contra la Iglesia y el Santo Padre.
Para impedirlo, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado
Corazón. Si atendieren a mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz. Si no,
esparcirá sus errores por el mundo promoviendo guerras y persecuciones contra
la Iglesia. Los buenos serán martirizados. El Santo Padre tendrá que sufrir
mucho. Varias naciones serán aniquiladas. Por fin mi Corazón Inmaculado
triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será
concedido al mundo algún tiempo de paz 116 .
Aquí hay varias cosas interesantes. En primer lugar da a entender que las
guerras las permite Dios para corrección de los hombres, como un castigo
saludable para que puedan enmendarse, pues la preocupación fundamental de
Dios, como lo manifiesta Nuestra Madre, es la salvación eterna de los hombres.
Por ello, si los hombres no se enmiendan, vendrá, dice, otra guerra peor (la
segunda guerra mundial) en el reinado del Pío XI. Observemos que ese año de
1917 era Papa Benedicto XV y nadie podía saber que el próximo Papa se
llamaría Pío XI, que reinó de 1922 a 1939, año en que comenzó la segunda
guerra mundial.
Por otra parte, habla de una señal para saber que Dios castigaría al mundo
con otra guerra peor: una noche iluminada por una luz desconocida. Eso es lo que
ocurrió la noche del 25 de enero de 1938 con una hermosa aurora boreal, que se
vio en muchos países de Europa. Era la señal de Dios para que se prepararan,
porque no habían atendido a sus ruegos de conversión.
Además nos habla la Virgen de Rusia, una nación prácticamente olvidada
de todos, que en esos momentos de la aparición se debatía entre el hambre y la
pobreza más absoluta. Nadie podía imaginar que al poco tiempo surgiría el
comunismo, el cual, como dice María, estaría promoviendo sus errores
(comunistas) por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones contra la
Iglesia.
115 Ib. p. 147.
116 Ib. p. 148.
75
Como solución pide la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón y
la comunión reparadora de los cinco primeros sábados de mes. Esta consagración
debía hacerse, según anotó Lucía, en unión con todos los obispos el mundo. Se
hizo, pero sin esta última condición. El Papa Juan Pablo II hizo esta consagración
en unión con todos los obispos católicos del mundo el 25 de marzo de 1984. Y él
fue el Papa que con su influencia pudo conseguir la liberación del comunismo en
Polonia; lo que desató otras liberaciones en otros países comunistas de Europa y,
al final, hasta de la misma Rusia.
Y para que se vea más claramente la influencia de Dios en los
acontecimientos humanos, el Papa Juan Pablo II cumplió parte del secreto de
Fátima, que Lucía había escrito el 3 de enero de 1944 y que en 1957 entregaron
al Papa Pío XII. Lo leyeron el Papa Juan XXIII, Pablo VI y, después del atentado
del 13 de mayo de 1981, el mismo Papa Juan Pablo II. En el secreto se pide
Penitencia por tres veces. Dice Lucía: Vimos… a un obispo vestido de blanco
(hemos tenido el presentimiento que era el Santo Padre)… Llegado a la cima del
monte, postrado de rodillas a los pies de la gran cruz fue muerto por un grupo de
soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas . De hecho,
como sabemos, le disparó Alí Agca, quien no podía comprender cómo no lo
había matado, estando tan cerca y siendo tan buen tirador. Pero, como diría el
mismo Papa: Una mano disparó el arma y otra desvió la bala . Por eso, en acción
de gracias, al año del atentado, el 13 de mayo de 1982 fue a Fátima a dar gracias
a María y ofrecer la bala como recuerdo para ser engarzada en su corona.
El atentado tuvo como efecto inmediato unir a toda la opinión pública en
torno al Papa y crear una fuerte simpatía hacia su persona. En su Testamento
escribió: El día 13 de mayo de 1981, el día del atentado, la divina Providencia
me salvó milagrosamente de la muerte. Él, que es el único Señor de la vida y de
la muerte, me prolongó la vida; en cierta manera me la regaló de nuevo. Desde
aquel momento, mi vida le pertenece aún más 117 .
El 27 de diciembre de 1983, el Papa visitó a Alí Agca en la cárcel
Rebibbia de Roma y le expresó su perdón, mientras que Alí Agca en ningún
momento pidió perdón. Juan Pablo II manifestó: Durante toda la conversación se
vio claramente que Alí Agca continuaba preguntándose cómo era posible que no
le saliera bien el atentado. Porque había hecho todo lo que tenía que hacer,
cuidando hasta el último detalle. Y, sin embargo, la víctima designada escapó de
la muerte. ¿Cómo podía ser? Se preguntaba qué ocurría con aquel misterio de
Fátima y en qué consistía dicho secreto. Lo que más le interesaba era esto; lo
117 L´Osservatore Romano del 8 de abril de 2005.
76
que, por encima de todo, quería saber. Alí Agca había intuido probablemente
que por encima de su poder de disparar y de matar había una fuerza superior 118 .
Algo muy importante es recordar que la Virgen María anunció el 13 de
setiembre de 1917: En octubre haré un milagro para que todos crean 119 .
Ese día les había dicho a los niños antes del milagro: Yo soy Nuestra
Señora del Rosario, continúen rezando el rosario todos los días. La guerra va a
acabar y los militares volverán en breve a sus casas… Es necesario que los
hombres se enmienden y pidan perdn de sus pecados… No ofendan más a Dios
Nuestro Señor, que está ya muy ofendido 120 .
Y después ocurrió el gran milagro del sol, que pudieron verlo más de
70.000 personas presentes en el mismo lugar de Cova de Iría con los tres niños.
Y otros muchos hasta cincuenta kilómetros de distancia. En total lo vieron unas
cien mil personas en unos 1.000 kilómetros cuadrados.
Veamos como sucedió el milagro del sol según algunos testigos. Dice el
padre Joaquín Lourenço, que estaba a 15 kilómetros de distancia y era alumno de
la escuela de Alburiel: Yo miraba fijamente hacia el sol, que parecía pálido y no
lastimaba mis ojos. Dejándose ver como una bola de nieve, girando sobre sí
mismo, súbitamente pareció venirse abajo en zigzag, amenazando la Tierra.
Aterrorizado, yo corrí y me escondí entre la gente que estaba llorando y
esperando el fin del mundo en cualquier momento. Era una multitud que se
había reunido afuera de la escuela local de nuestra aldea y nosotros habíamos
dejado las clases y corrido hacia las calles debido a los llantos y gritos
sorprendidos de hombres y mujeres, que estaban en la calle frente a la escuela,
cuando el milagro comenzó.
Había un incrédulo que había pasado la mañana burlándose de los
“inocentones” que habían ido a Fátima. Ahora él parecía paralizado, sus ojos
fijos en el sol. Comenzó a temblar de la cabeza a los pies y levantando en alto
sus brazos cayó de rodillas en el barro, invocando a gritos a Dios 121 .
La señora da Silva refiere: No pude ir, porque mi esposo era un incrédulo.
Yo estaba mirando hacia la montaña al mediodía, cuando súbitamente vi un gran
resplandor rojo en el cielo… Uno de mis parientes, el seor Luis Lopes, fue a
Fátima y más tarde nos dijo que, aunque él había tomado todas las precauciones
para evitar la lluvia (porque sufría de bronquitis), quedó todo mojado desde los
118 Memoria e identidad , Ed. La esfera de los libros, Madrid, 2005, pp. 202-203.
119 Memorias de Lucía , o.c., p. 151.
120 Ibídem.
121 John Haffert, El milagro del sol , Lima, 2008, pp. 53-54.
77
pies hasta el pecho. Pero, cuando el sol se vino abajo desde el cielo, se dio
cuenta para su asombro de que estaba completamente seco. Y mi antigua vecina,
doña Nazaré Pinheiro, cuando regresó ese día de Fátima me dijo que, cuando
vio el sol caer como una rueca de hilar, estaba tan asustada que cayó de rodillas
rezando el acto de contrición, creyendo que era verdaderamente el fin del
mundo 122 .
El señor Faria dice: Fuimos víctimas de una pesada lluvia que mojó
nuestra ropa y nos enfrió mucho... Cuando llegué me sorprendió el gran número
de gente en la cuesta de la montaña. Completamente mojados, sucios y
congelados, esperamos. A la una de la tarde, las nubes se reunían en una forma
muy densa y oscura dando la apariencia de un eclipse. En ese momento miré
hacia la multitud y tuve la impresión de que era el día del Juicio final. Los
rostros de las personas se veían delgados, largos y amarillos. Entonces la nube
oscura se rompió en varias partes y, a través de la abertura, vimos el sol
brillando, rodando con la forma de una rueda de fuego. Parecía aproximarse
hacia la Tierra… Al final todo el mundo estaba seco y limpio. Yo que estaba
enfermo, llegué a casa completamente curado. En agradecimiento por tan
grande gracia y por la milagrosa curación, prometí rezar el rosario todos los
días de mi vida 123 .
Lucía dice en sus Memorias que ella vio junto al sol a San José con el niño
Jesús y a Nuestra Señora vestida de blanco. Después desapareció está visión y
vio a Nuestra Señora como Nuestra Señora de los Dolores y, por último, vio a
Nuestro Señor que parecía bendecir al mundo de la misma forma que lo había
hecho san José.
Lo interesante es que después del milagro del sol, que había girado sobre
sí mismo, irradiando luces de todos los colores y que parecía precipitarse sobre la
Tierra, todo quedó completamente seco: el suelo de los campos y la misma ropa
de la gente. Esto para que los incrédulos no pudieran decir que todo había sido
una sugestión colectiva o fruto de la imaginación. Ese día muchos enfermos
fueron curados. Y Dios sigue haciendo milagros en Fátima al igual que en otros
santuarios marianos del mundo, para manifestar que él está presente entre los
hombres, escuchando sus plegarias, que se preocupa de su salvación; pero que
respeta su libertad y, al final, cada uno decidirá si ir con Él o contra Él
eternamente. Por eso, les hizo ver también a los tres niños el infierno en la
aparición del 13 de julio de ese año 1917.
122 Ib. pp. 55-56.
123 Ib. p. 69.
78
M ARÍA EVITA UNA GUERRA CIVIL
Del 2 de abril de 1968 hasta setiembre de 1970 se apareció la Virgen
María en la cúpula exterior de una iglesia copta en Zeitun, un suburbio del Cairo,
en Egipto. Era una iglesia dedicada a la Virgen María, en el lugar donde, según la
tradición, la Sagrada Familia había hecho un descanso en su huida a Egipto.
Los primeros que vieron la aparición fueron cinco obreros musulmanes,
que creyeron que se trataba de una mujer que quería suicidarse, y telefonearon a
la policía y, después, tocaron la puerta de la iglesia para avisar al párroco. Pero
María saludaba a todos, sonriendo. Pronto se reunieron miles de personas. Los
musulmanes recitaban los versículos del Corán, que se refieren a María, los
protestantes entonaban el Magnificat, los ortodoxos entonaban letanías a María
en griego litúrgico y los católicos cantaban himnos marianos. Han sido las
apariciones más ecuménicas de la historia y donde se dieron muchas curaciones y
conversiones entre todos. Sobre las apariciones, existen fotos y filmaciones, y
muchos miles de personas que todavía pueden dar testimonio.
En estas apariciones, muchas veces, venía sola, vestida de blanco; otras
veces venía con el niño Jesús. En dos oportunidades, vino con el niño Jesús y san
José. Normalmente, se aparecía de noche, pero también de día. En ocasiones,
quitaron la luz eléctrica del lugar y se la veía con una luz sobrenatural
maravillosa, rodeada de ángeles. La duración de cada aparición era entre un
cuarto de hora a dos horas o más. El 8 de junio de 1968 la aparición duró desde
las nueve de la noche hasta las cuatro de la mañana. No estaba siempre en el
mismo lugar, sino que se desplazaba para que la gente la viera mejor desde los
distintos lugares. A veces, se inclinaba para saludar a la gente o se arrodillaba
ante la cruz, se santiguaba, y sonreía a todos.
Era realmente un espectáculo impresionante, pues había noches en que se
reunían hasta 100.000 personas a la vez. La Virgen era muy bella, según dicen
todos, y parecía una joven de unos catorce años.
La Virgen no habló en ningún momento, porque todavía no era la hora de
decir a los musulmanes que es la madre de Dios, pues ellos no creen que Jesús es
Dios. Tampoco podía decir a los ortodoxos que era la Inmaculada Concepción,
pues ellos no aceptan este dogma, ni podía decir a los protestantes que Ella era la
Inmaculada, siempre Virgen, Madre de Dios. Pero se presentaba a todos como
una madre, que quiere la paz para sus hijos.
El obispo copto afirmó sobre estas apariciones: La venida de María ha
salvado la paz, preservando Egipto de una guerra civil, pues el presidente
Nasser, buscando un chivo expiatorio con ocasión del desastre sufrido en la
79
guerra del 1967 con Israel, había organizado una campaña contra los cristianos,
acusándolos de traidores y de ser responsables del desastre. Las apariciones
crearon un clima de paz entre todos 124 .
Estas apariciones fueron reconocidas como sobrenaturales por el Patriarca
copto de Egipto y por el Patriarca católico. Realmente, en estas apariciones
masivas, una vez más, María se presenta como madre de todos, sonriendo a
todos, haciendo milagros a todos y queriendo la paz y la unión entre todos.
U N MILAGRO DE M ARÍA
El milagro de Calanda está tan bien documentado que nadie, que busque
sinceramente la verdad, puede ponerlo en duda. La ciudad de Zaragoza (España)
y toda la nación quedó conmovida por este milagro que motivó un gran amor a la
Virgen del Pilar. Ocurrió en el pueblo de Calanda, cerca de Zaragoza, en España,
y del cual hay documentación más que abundante. Además, muchísimas personas
conocieron a Miguel Juan Pellicer, el joven a quien le amputaron una pierna y
Dios, por intercesión de María, se la restituyó.
Miguel Juan Pellicer era un joven de 20 años, que había abandonado
Calanda, su lugar de nacimiento, para ir a trabajar a Castellón de la Plana en las
fértiles tierras del antiguo reino de Valencia. En los campos de Castellón estaba
trabajando como bracero de su tío materno Jaime Blasco. Un día de finales de
julio de 1637, cuando regresaba a la hacienda de sus familiares, conduciendo
dos mulas, que arrastraban un chirrión, un tipo de carro de tan sólo dos ruedas
y que iba cargado con trigo, se cayó (por un descuido suyo, declarará más tarde
ante notario) de la grupa de la mula sobre la que iba montado... Una de las
ruedas del carro le pasó sobre la pierna derecha, por debajo de la rodilla,
fracturándole la tibia en su parte central 125 .
Deseando regresar a su tierra y, sobre todo, ir a vivir bajo la protección de
la Virgen del Pilar en Zaragoza, se puso en camino. El viaje le resultó muy
penoso a causa de su pierna fracturada. Duró más de 50 días en plena época de
calores estivales, con un recorrido de más de 300 kilómetros, atravesando, entre
otros lugares, una cadena montaosa y transcurri “de lugar en lugar por
caridad y limosna”, como aseguran las actas del proceso 126 .
124 Messori Vittorio, Ipotesis su Maria , Ed. Ares, Milán, 2005, p. 498.
125 Messori Vittorio, El gran milagro , Ed. Planeta, Barcelona, 2001, p. 78.
126 Ib. p. 79.
80
Miguel Juan llegó finalmente a Zaragoza a principios de octubre de 1637.
Se había ayudado de unas muletas y, según parece, de una pierna de madera
sobre la que apoyaba la rodilla, pues la parte fracturada estaba doblada y
asegurada al muslo con una correa... Tan pronto como llegó a la capital
aragonesa, pese al agotamiento y a la fiebre, se confes y recibi la eucaristía…
Los médicos determinaron que, dado el avanzado estado de la gangrena y la
ineficacia de los tratamientos aplicados durante los primeros días de estancia en
el hospital, el único medio de salvarle la vida era amputarle la pierna…
Los cirujanos estuvieron asistidos por el joven practicante Juan Lorenzo
García que recogió del suelo la pierna y la depositó en la capilla donde se
llevaban los cadáveres. Después declarará el haber enseñado aquel resto
sanguinolento a algunos enfermos y también al capellán y administrador del
hospital Don Pascual del Cacho, que sería asimismo llamado a declarar en el
proceso. Este sacerdote declarará que “vio en el suelo la dicha pierna cortada y
al enfermo lo procuró esforzar con algunos ejemplos y después oiría que la
pierna iba a ser enterrada”.
Ayudado por un compañero, el practicante García enterró la pierna en el
cementerio del hospital en un lugar habilitado al efecto... Dará testimonio de que
enterró el pedazo de pierna horizontalmente “en un hoyo como un palmo de
hondo”, de unos 21 centímetros. Se trata del mismo hoyo que, casi dos aos y
medio después, aparecería vacío.
Tras unos meses de estancia en el hospital..., arrastrándose como pudo,
dirá en el Proceso, se acercó al santuario del Pilar, situado casi a un kilómetro
de distancia del hospital. Quería dar gracias a la Virgen “por haber quedado
con vida para servirla y de nuevo se le ofreció muy de veras, suplicándole fuese
servida de favorecerle y ampararle para poder vivir con su trabajo” a pesar de
la terrible mutilación sufrida. Después de haber pasado el otoño y el invierno en
el hospital, en la primavera de 1638 salió de allí definitivamente. Tras
despedirlo, la administracin lo provey de “pierna de palo y muleta” 127 .
Para sobrevivir, tuvo que dedicarse a pedir limosna en la entrada del
santuario del Pilar y consiguió un permiso regular para pedir en la puerta que da
al río Ebro. Era un mendigo, como se llamaba entonces, de plantilla. Así el joven
Pellicer será conocido por todo el mundo, pues en Zaragoza, una ciudad de unos
25.000 habitantes, se conocían todos. El joven era muy devoto y cada mañana
asistía con devoción a la misa en la santa Capilla, donde se encuentra la imagen
de la Virgen del Pilar. Y cada día, al limpiar los servidores las ochenta lámparas
127 Ib. pp. 80-82.
81
que ardían en la capilla de la Virgen, les pedía un poco de aceite para restregarse
el muñón de la pierna.
Después de dos años de vivir así, en la primavera de 1640, decidió ir a
visitar a sus padres a Calanda, pues no los había visto desde hacía tres años. El
día de su regreso, habría que fijarlo entre el 4 y el 11 de marzo de 1640. Para no
ser gravoso a sus padres, se dedicó a pedir limosna en los pueblos de alrededor,
haciendo que, de esta manera, lo conociera mucha gente que después daría
testimonio del milagro.
El 29 de marzo no fue a pedir limosna, como acostumbraba, y se pasó el
día en el campo de su padre, haciendo nueve cargas de estiércol en una gran
espuerta colocada a lomos de un jumento. Al atardecer, estaba muy cansado por
el esfuerzo y con un dolor en el muñón más fuerte que el habitual. Por eso, se fue
a dormir temprano.
Entre las diez y media y las once de la noche, la madre de Miguel Juan
entró con un candil en la mano en la habitación. Inmediatamente, notó, según
declarará después, “una fragancia y un olor suave nunca acostumbrados allí”.
Según fray Jernimo de San José: “Al consuelo de la milagrosa sanacin, se
añadió un perfume como de paraíso por entero diferente a los de la tierra, que se
prolongó durante muchos días, no sólo en la estancia, sino en todas las cosas
que en ella estaban”.
Sea como fuere, María Blasco de Pellicer, de 45 años de edad,
sorprendida por aquellas emanaciones de perfume, levantó el candil para ver la
posición en que se encontraba su hijo. Pudo comprobar que dormía
profundamente. Pero también advirtió, y creyó que era un error, dada la escasa
luz existente, que por fuera de la capa, demasiado corta para ser utilizada como
manta, no sobresalía un pie sino los dos, “uno encima del otro, cruzados” tal y
como declarará en el proceso. Inmediatamente, la mujer llamó a su marido, que
se había entretenido en la cocina, para que viniera a esclarecer la situación.
Acudió el hombre y retiró la capa, descubriendo algo increíble: aquellos dos
pies cruzados pertenecían a su Miguel Juan... Cuando lo despertaron, se hallaba
soando “que estaba en la santa Capilla de Ntra. Sra. del Pilar de Zaragoza,
untándose la pierna derecha con el aceite de una lámpara, como lo había hecho
cuando estaba en ella”... No dud un instante en atribuir su curacin a la
intercesión de la Virgen de Zaragoza. Y añadió que aquella noche, al acostarse
según era su costumbre, se había encomendado “muy de veras” a la Virgen del
Pilar. Según los testimonios tomados bajo juramento del protocolo notarial,
redactado tan sólo tres días después del hecho y las actas del proceso que se
abriría 68 días después, el joven repiti que “tenía por cierto que la Virgen del
82
Pilar se la había traído (la pierna cortada) para que así le sirviese mejor y
cuidase a sus padres” 128 .
Resumiendo brevemente el milagro, diremos así: Entre las diez y once de
la noche del 29 de marzo de 1640, mientras dormía en su casa de Calanda, a
Miguel Juan Pellicer, un campesino de 23 años, le fue restituida, repentina y
definitivamente, la pierna derecha que había sido hecha pedazos por la rueda de
un carro y que le había sido amputada cuatro dedos por debajo de la rodilla, a
finales de octubre de 1637, es decir, dos años y cinco meses antes, en el hospital
público de Zaragoza.
A los tres días del hecho, el 1 de abril, fiesta del domingo de Ramos, llegó
a Calanda el párroco de Mazaleón don Marcos Seguer y uno de sus vicarios, Don
Pedro Vicente, con el notario real de Mazaleón, doctor Miguel Andreu y, después
de haber consultado a los testigos, firmaron un acta notarial. Estamos, pues, ante
“una intervencin divina”, atestiguada por un acta notarial, ante un milagro ni
más ni menos con la garantía de un documento ajustado a la normativa vigente y
corroborado por diez testigos oculares, escogidos entre los de mayor confianza y
mejor informados de los muchísimos disponibles. Y, por si fuera poco, el acta
notarial fue extendida y autentificada pasadas algo más de 70 horas del suceso
en el propio lugar donde ocurriera. El acta original ha llegado en perfecto
estado hasta nosotros, y está expuesta en una artística vitrina en el lugar más
destacado del Ayuntamiento de Zaragoza: el propio despacho del alcalde. Como
dice el historiador Leandro Aína Naval: Se trata de un acto público, acta
notarial, diríamos hoy, documento de máxima autoridad en todo tiempo, que se
acerca al ideal exigido por algunos racionalistas para la comprobación de los
milagros en su vertiente histórica 129 .
Por otra parte, el Ayuntamiento de Zaragoza, el 8 de mayo de aquel
mismo año, solicitó a la Iglesia la apertura de un proceso para esclarecer bien los
hechos. Las actas del proceso contienen un total de 120 nombres ilustres o
humildes, entre jueces, notarios, procuradores, alguaciles, testigos de prueba,
médicos, enfermeros, sacerdotes, posaderos, campesinos, etc. Los historiadores
han reconstruido la biografía, con mayor o menor precisión, de todas las personas
relacionadas con el proceso y que, en mayor o menor medida, fueran influyentes
y que han dejado huellas de sí en otras ocasiones y, por tanto, en otros
documentos. Por eso, quien quiera poner en duda la muy sólida inserción de este
proceso en el Aragón y la España de la primera mitad del siglo XVII, tendría que
128 Ib. pp. 95-98.
129 Ib. pp. 112-113.
83
negar por coherencia toda credibilidad a cualquier otro suceso de la historia,
incluso al que mejor esté atestiguado 130 .
Después del proceso, el arzobispo de Zaragoza, Pedro de Apaolaza, en
sentencia del 27 de abril de 1641 declaró el hecho como milagroso. Dice así:
Consideradas éstas y otras cosas, el consejo de los abajo firmantes, ilustres
doctores, tanto de sagrada Teología como de Derecho pontificio, afirmamos,
pronunciamos y declaramos que a Miguel Juan Pellicer, natural de Calanda, de
quien se ha tratado en este proceso, le fue restituida milagrosamente la pierna
derecha, que precedentemente le había sido cortada; que no ha sido un hecho
obrado por la naturaleza sino una obra admirable y milagrosa y que se debe
juzgar y tener por milagro, concurriendo todas las condiciones requeridas por el
Derecho para que se pueda hablar de un verdadero milagro en el caso aquí
examinado. Por tanto, lo inscribimos entre los milagros y como tal lo
aprobamos, declaramos, autorizamos y así lo decimos 131 .
Hasta el mismo rey de España Felipe IV lo mandó llamar en octubre de
1641 y se arrodilló ante él y le besó la pierna. Con este milagro, una vez más, se
manifiesta la presencia de Dios en el mundo, ayudando a sus hijos los hombres
en su caminar hacia la patria celeste.
VIII.SALVACIÓN DE CIUDADES Y PAÍSES
El poder de Dios se manifiesta también ayudando en las batallas y
protegiendo ciudades y países. He aquí algunos casos.
B ATALLA DEL P UENTE M ILVIO
El gran historiador eclesiástico san Eusebio de Cesarea en su Vida de
Constantino narra cómo se le apareció a Constantino el signo de la cruz en el
cielo y con él pudo vencer el 28 de octubre del año 312 a Majencio, gobernador
de Roma, que quería apoderarse del poder y ser nombrado emperador en su
lugar. Dice literalmente san Eusebio: Esta historia que escribimos, el mismo
Augusto, vencedor, nos la contó cuando lo conocimos y tuvimos familiaridad con
él. ¿Quién puede dudar de ella?... Él mismo me aseguró que había visto con sus
propios ojos la señal de la cruz rodeada de luz, superpuesta al sol (en pleno día)
con la inscripcin “Con esta seal vencerás”. Y esta seal fue vista por él y por
todos los soldados que quedaron también estupefactos… Y Cristo Dios, en
130 Ib. p. 145.
131 Ib. p. 152.
84
sueños, se le apareció con esta señal (de la cruz) que se le había manifestado en
el cielo; y le mandó que la usara como insignia militar y saludable ayuda en las
batallas 132 .
Así pues, Cristo se le apareció en sueños y le dijo que con aquella señal de
la cruz, que el día anterior se le había aparecido en el cielo junto al sol y que
todos habían visto, vencería y que la usara como insignia militar en las batallas.
Según sabemos, Constantino mandó colocar la señal de la cruz en los estandartes
militares y ganó aquella batalla, con la que pudo hacerse con el trono, ser
nombrado emperador y después dar la libertad a los cristianos y él mismo hacerse
cristiano.
S ALVACIÓN DE A SÍS
En la vida de santa Clara de Asís (1193-1253) se relata cómo Dios
protegió su convento y la ciudad de Asís por sus oraciones. Sor Francisca
manifestó bajo juramento en el proceso de canonización: Una vez entraron los
sarracenos en el claustro del monasterio, y madonna Clara se hizo conducir
hasta la puerta del refectorio y mandó que trajesen ante ella un cofrecito donde
se guardaba el Santísimo Sacramento del Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo. Y,
postrándose en tierra en oración, rogó con lágrimas diciendo, entre otras cosas,
estas palabras: “Seor, guarda Tú a estas siervas tuyas, pues yo no las puedo
guardar”. Entonces, la testigo oy una voz de maravillosa suavidad, que decía:
“Yo te defenderé siempre”. La dicha madonna rog también por la ciudad,
diciendo: “Seor, defiende también a esta ciudad”. Y aquella misma voz son y
dijo: “La ciudad sufrirá muchos peligros, pero será protegida”. Y, entonces, la
dicha madonna se volvi a las hermanas y les dijo: “No temáis, porque yo soy
fiadora de que no sufriréis mal alguno, ni ahora ni en el futuro, mientras
obedezcáis los mandamientos de Dios”. Y los sarracenos se marcharon sin
causar mal ni dao alguno… La voz la había oído la testigo y otra hermana ya
fallecida (Sor Iluminada de Pisa) , que eran las dos que sostenían a Clara. Y
132 Eusebio de Cesarea, De vita Constantini imperatoris , Patrologia griega, MIGNE, tomo 20, libro 1,
cap. 28-29, p. 945.
San Eusebio escribió en griego y, en la traducción latina, se dice literalmente: Verum cum ipse victor
Augustus nobis qui hanc historiam scribimus, longo post tempore, cum videlicet in ejus notitiam et
familiaritatem pervenimus, id retulerit… quis posthac fidem huic narrationi adhibere dubitabit?... Ipsis
oculis se vidisse affirmavit cum hujusmodi inscriptione: Hac vince (en griego escribe touto nika). Eo
viso et seipsum et milites omnes… vehementes obstupefactos… Tum vero Christus Dei dormienti
apparuit cum signo illo quod in coelo ostentum fuerat, praecepitque ut mililari signo ad similitudinem
ejus quod in coelo vidisset fabricato, eo tanquam salutari proesidio in praeliis uteretur.
85
santa Clara las llamó a las dos aquella tarde y les mandó que, mientras ella
viviese, no se lo dijesen a persona alguna 133 .
En la Leyenda de santa Clara 134 se añade que la audacia de los sarracenos,
rechazada por una fuerza misteriosa, se convirtió en pánico y, escapándose de
prisa por los muros que habían escalado, fueron dispersados por el valor de la
suplicante 135 .
Según la misma “ Leyenda de santa Clara” : En otra ocasión, Vidal de
Aversa, hombre codicioso de gloria e intrépido en las batallas, desplegó contra
Asís el ejército imperial que capitaneaba. En consecuencia, taló los árboles del
territorio, asoló todos los alrededores y se asentó para asediar la ciudad.
Declaró con amenazadoras palabras que de ningún modo se retiraría hasta que
no la hubiese tomado. De hecho, se había llegado a tal extremo, que se temía su
inminente caída. En oyendo esto, Clara, la sierva de Cristo, suspira
vehementemente y, convocando a las hermanas, les dice: “Hijas carísimas,
recibimos a diario muchos bienes de esta ciudad; sería gran ingratitud si, en el
momento en que lo necesita, no la socorremos en la medida de nuestras
fuerzas”… Dios dispuso que, a la maana siguiente, se desbandara todo el
ejército y que su soberbio jefe, en contra de sus propósitos, abandonara el sitio y
que nunca más pudiera hostigar aquella comarca; ya que, al poco tiempo, aquel
caudillo guerrero fue muerto a espada 136 .
L IBERACIÓN DE F RANCIA
La vida de santa Juana de Arco es una de las más evidentes
manifestaciones de Dios en la vida de los hombres. Era todavía una niña cuando
Enrique V de Inglaterra invadió Francia, reclamando la corona de Carlos VI.
Francia estaba en guerra civil entre los partidarios del duque de Borgoña y el
duque de Orleans, que también reclamaban el derecho a ocupar el trono real.
El duque de Borgoña fue traidoramente asesinado por los partidarios del
delfín o duque de Orleans y los borgoñones se aliaron con los ingleses. Los
ingleses fueron tomando una a una todas las ciudades francesas y sólo faltaba por
conquistar Orleans. El duque de Orleans o delfín estaba prácticamente perdido. Y
es entonces cuando Dios suscita a una jovencita, totalmente analfabeta, que no
133 Omaechevarría Ignacio, Escritos de Santa Clara y documentos complementarios , BAC, Madrid,
1999, p. 96.
134 Recordemos que la palabra Leyenda en su tiempo era sinónimo de biografía y no de cuento antiguo.
135 Omaechevarría, o.c., p. 157.
136 Ib. pp. 157-158.
86
sabía leer ni escribir, para poder rechazar a los ingleses y dar el trono al legítimo
sucesor, el delfín o Carlos VII.
A los trece años Juana de Arco oyó unas voces celestiales. Después
entendió que se trataba de San Miguel arcángel, que venía acompañado de otros
ángeles de parte de Dios.
Cuando una junta de teólogos encargada de examinarla en Poitiers, le
preguntó sobre esto, antes de que comenzaran sus campañas guerreras, ella
respondió: San Miguel vino el primero. Yo tenía miedo. Lo vi muchas veces antes
de saber que era san Miguel. No venía solo sino acompañado de ángeles del
cielo. Yo los vi con mis ojos corporales y, cuando se alejaban, yo lloraba y
hubiera querido que me llevaran con ellos. Él me dijo que también vendrían
santa Margarita y santa Catalina y que me condujera según sus consejos, que
ellas me aconsejarían lo que debía hacer…
Pronto, como me había anunciado san Miguel, vinieron santa Catalina y
santa Margarita. Ellas llevaban unas bellas, ricas y preciosas coronas… La voz
de san Miguel me decía que era necesario ir a Francia (a la parte no conquistada
por los ingleses) , pues yo haría levantar el sitio de Orleans (sitiada por los
ingleses) y que fuera a encontrar a Robert de Baudricourt, capitán de
Vaucouleurs, que me daría gente para llevarme. Y yo decía: “Yo soy una
jovencita que no sabe montar un caballo ni guerrear”…
Robert de Baudricourt no hacía caso, pero el 12 de febrero de 1429 le
anunci: “En nombre de Dios, usted tarda mucho en enviarme al delfín. Hoy el
delfín está teniendo un gran desastre (militar) cerca de Orleans. Y este daño será
peor si usted no me envía pronto a él”.
Baudricourt se informó y reconoció que había dicho la verdad y le dio un
escudero y cuatro servidores que la acompañaran.
Llegaron al Castillo del delfín el 9 ó 10 de marzo de 1429. Ella pidió
hablar con el rey (el delfín). Le mostraron al conde de Clermont fingiendo ser el
rey, pero ella sabía que él no era y que lo reconocería al verlo, pues las voces
celestiales la guiaban y aconsejaban. Después hicieron venir a un escudero
fingiendo ser el rey, pero ella reconoció que tampoco era. Por fin apareció el
delfín y ella lo saludó. Él se disculpó diciendo que no era el rey, que el rey era
otro, designando a uno de los presentes, pero ella, guiada por la voz, le dijo: En
nombre de Dios, gentil príncipe, usted es y no otro. Yo soy Juana la Doncella
(Pucelle) y manda el rey de los cielos que sea consagrado y coronado en Reims y
sea el lugarteniente del rey de los cielos, que es el verdadero rey de Francia. Yo
he sido enviada para darle apoyo a su reino y a usted.
87
Ella le dijo al rey: ¿Por qué no me cree? Yo le digo que Dios tiene piedad
de usted, de su reino y de su pueblo. San Luis y san Carlomagno están de
rodillas ante él, rezando por usted. Y yo le diré algo que le hará creer en mí… A
solas le dijo: Señor, recuerde que el día de Todos los Santos último, estando en
la capilla del Castillo de Loches usted solo, hizo a Dios tres peticiones:
1. La primera era que, si usted no era el verdadero heredero del reino de
Francia, que le quitara el coraje de luchar para recobrar este reino, pero
que le guardara la vida y le diera un refugio en España o en Escocia.
2. La segunda petición fue que, si las grandes tribulaciones que sufría el
pueblo de Francia se debía a sus pecados, que fuera usted solo castigado
y que le impusiera la pena que Él decidiera.
3. La tercera que, si los pecados del pueblo eran la causa de tantas
desventuras, que lo perdonara y que los liberara de tantas tribulaciones
que tenían desde hacía doce años.
Entonces Juana levantó la voz y le dijo: Y te digo en Nombre del Señor
que tú eres el verdadero heredero de Francia y el hijo del rey.
Entonces el futuro rey nombró una comisión de teólogos, que la
interrogaron a mediados de marzo de 1420. La comisión de los diez teólogos dio
un informe positivo sobre ella y el delfín ya no pudo dudar más y decidió que
ella le ayudara. Lo primero que hizo ella fue escribir (por medio de otro, pues no
sabía escribir) una carta a los ingleses e intimarlos a retirarse, porque esa era la
voluntad de Dios. Al no hacerlo, pidió una espada. La que llevaba se la habían
dado en Vaucouleurs, pero ella pidió que fueran a buscar otra que dijo se
encontraba en la iglesia de santa Catalina de Fierbois, detrás del altar. La
encontraron llena de moho, pero todos lo consideraron como una señal divina.
Mandó hacer un estandarte azul sobre el que estaban bordados los
nombres de Jesús y María, una imagen del Padre eterno y dos ángeles, que le
presentaban una flor de lis.
La expedición, encabezada por ella, partió el 27 de abril de 1429 de Blois.
Juana iba vestida de hombre con una armadura blanca. Y consiguieron la
liberación de Orleans el 8 de mayo. Ella había recibido una herida de flecha de la
que pudo curar. Después fueron conquistadas algunas ciudades y quiso que, de
inmediato, el delfín fuera coronado rey en Reims, lo que tuvo lugar el 17 de julio
de ese año 1429, tomando el nombre de Carlos VII.
88
Con la coronación del rey terminaba su carrera de triunfos militares. El 23
de mayo de 1430 acudió a socorrer a la plaza de Compiegne y fue hecha
prisionera de los borgoñones. Ni el rey ni nadie hizo nada para liberarla, pero los
ingleses la compraron a los borgoñones el 21 de noviembre por una suma de mil
monedas de oro.
A partir de ese momento, su vida fue un martirio continuo, la metieron en
la cárcel y la maltrataron, viviendo en las peores condiciones. Al fin, los ingleses
organizaron un tribunal para interrogarla. El tribunal estaba constituido por
magistrados civiles, doctores, empleados ordinarios y algunos eclesiásticos, entre
los que estaba el obispo de Beauvais, pero no era ningún tribunal de la
Inquisición. Y la juzgaron y condenaron a muerte por considerarla una bruja por
sus éxitos militares. Fue quemada viva el 3 de mayo de 1431, mientras un fraile
dominico la ayudaba a bien morir y ella miraba el crucifijo que le presentaba,
repitiendo el nombre de Jesús. Tenía 19 años.
Veintitrés años después de su muerte, el Papa Calixto III nombró una
Comisión investigadora y la rehabilitó el 7 de julio de 1456. La Iglesia la
reconoció como mártir y fue canonizada el 16 de mayo de 1920.
Este caso es uno de los más claros del poder de Dios y de su influencia en
la vida de los hombres. La historia de los países por más persecuciones que
pueda haber contra los buenos, siempre es dirigida por Dios. Dios permite el
triunfo de los malos hasta cierto límite; pero, al final, siempre Dios triunfará de
todos sus enemigos 137 .
B ATALLA DEL C UZCO
Una victoria de los españoles sobre los indígenas peruanos debido a una
aparición de la Virgen es consignada por casi todos los historiadores primitivos
del Perú y su memoria se ha perpetuado en un religioso monumento, llamado
Capilla del Triunfo , que se alza al lado izquierdo de la catedral de Cuzco.
Después de haber sido conquistada por los españoles la ciudad de Cuzco,
capital del imperio incaico, Manco, hijo de Huayna Capac, se levantó en armas y
consiguió reunir, según algunos historiadores, hasta 200.000 indios. Éstos
cercaron a los españoles en algunas casas de la Plaza principal de la ciudad. Todo
137 Pueden leer los siguientes libros bien documentados sobre los Procesos de Juana de Arco: La misión
posthume de Sainte Jeanne d´Arc , Ed. Sainte Jeanne d´Arc, 1983, de Henri Delassus y Vie et mort de
Jeanne d´Arc , 1953, de Régine Pernoud; y sobre todo, los cinco volúmenes de Jules Quicherat: Proces
de condamnation et de réhabilitation de Jeanne d´Arc , dite la Pucelle, París, 1841.
89
parecía perdido para los españoles, que invocaban en su auxilio a Jesucristo y a
la Virgen María, de quien eran muy devotos.
El Inca Garcilaso de la Vega refiere en sus Comentarios Reales: Venida la
noche, salieron los indios, apercibidos de sus armas, con grandes amenazas de
vengar las injurias pasadas con degollar a los españoles. Los cuales, avisados
de sus criados, los indios domésticos, de la venida de los enemigos, estaban
armados de sus armas y, con gran devoción llamando a Cristo Nuestro Señor y a
la Virgen María, su madre, y al apóstol Santiago, que les socorriesen en aquella
necesidad. Estando ya los indios para arremeter con los cristianos, se les
apareció en el aire Nuestra Señora con el niño Jesús en brazos, con grandísimo
resplandor y hermosura, y se puso delante de ellos. Los infieles, mirando aquella
maravilla, quedamos pasmados: sentían que les caía en los ojos un polvo, ya
como arena, ya como rocío, con que se les quitó la vista de los ojos, que no
sabían dónde estaban. Tuvieron por bien volverse a su alojamiento antes que los
españoles saliesen a ellos. Quedaron tan amedrentados que, en muchos días, no
osaron salir de sus cuarteles. Esa noche fue la décimo séptima que los indios
tuvieron apretados a los españoles, que no les dejaban salir de la plaza, ni ellos
osaban estar sino en escuadrón de día y de noche. Así pudieron salvarse por la
ayuda divina. Esto sucedió en mayo de 1536 en el lugar llamado Suntur
Huasi 138 .
B ATALLA DE L EPANTO
Muchos historiadores católicos consideran que la victoria de Lepanto del 7
de octubre de 1571 fue obtenida con la ayuda de Dios. El Papa Pío V había
recomendado en 1569 que en todas las iglesias rezaran el santo rosario, tal como
lo había ordenado y que es como se reza en la actualidad 139 .
El Papa organizó la Liga en la que participó España, Venecia y la Santa
Sede, formando una escuadra capaz de oponerse a los turcos, que asolaban el
mediterráneo y que parecían invencibles. El Papa ma ndó rezar el rosari o por el
éxito de la empresa y él mismo ordenó rezar el rosario durante las procesiones,
que se organizaron en Roma después de la partida de la Armada.
138 También lo narran José de Acosta, Historia natural y moral de las Indias , libro VII. C. 27 y también
fray Diego de Córdova, Crónica de la Provincia de los 12 apóstoles , libro I.
Sobre la importancia de la devoción de la Virgen María en la evangelización de América, puede leerse
el extraordinario libro escrito por el historiador peruano, el jesuita Rubén Vargas Ugarte, Historia del
culto a María en Iberoamérica y de sus imágenes y santuarios más celebrados, Buenos Aires, 1947.
139 Sin los misterios luminosos, que fueron añadidos por el Papa Juan Pablo II.
90
A cada soldado de la flota cristiana se le entregó un rosario y una pequeña
figura del Agnus Dei. Se trató de que hubiera la máxima piedad posible en un
ejército de hombres rudos, acostumbrados a una vida desordenada. Se avisó que
se castigaría la blasfemia con latigazos y hasta con la horca para los reincidentes.
Se prohibieron los juegos y las apuestas, que eran fuentes de reyertas. También
se prohibió que fueran mujeres para evitar desórdenes. Para atender
espiritualmente a los soldados y que pudieran confesarse se embarcaron 250
religiosos, especialmente capuchinos y jesuitas.
Todos los historiadores están de acuerdo en que antes de comenzar la
batalla el viento era favorable a los turcos y, al poco tiempo, cambió el viento,
favoreciendo a los cristianos. Todos pelearon con valor en ambas partes, pero
Dios ayudó a los cristianos. Así lo reconoció el mismo comandante general de la
Armada, Don Juan de Austria, que le escribía a Don García de Toledo: Ha sido,
cierto, cosa de la mano de su divina Majestad, al cual hemos de dar todos
muchas gracias como yo se las doy. Puerto de Petela a nueve de octubre de
1571 140 .
Al conseguir la victoria, hecha una salva general, se hincaron de rodillas
todos los cristianos de la Armada delante de la imagen del santísimo crucifijo,
que estaba en el estandarte (de la nave capitana) de donde nació una increíble
alegría tal que, levantados todos en pie, daban gritos de victoria 141 .
El Papa Pío V también reconoció la ayuda divina y Dios personalmente le
avisó de la victoria. Estaba el Papa el 7 de octubre despachando con su tesorero.
Monseñor Busotti di Bibiana, cuando, de repente, interrumpió la conversación;
mandó callar al tesorero, como si escuchara algo, se acercó a la ventana que
miraba a Oriente y la abrió, asomándose a ella y experimentando acto seguido
una fuerte emoción. Después de varios minutos de silencio exclamó: No es hora
ésta de tratar negocios... Demos gracias a Dios por la victoria alcanzada sobre
los turcos. Tras lo cual se dirigió a su oratorio a rezar. Esto sorprendió a todos y
se levantó acta de lo sucedido y de la hora exacta en la que pasó. Cuando
llegaron a Roma las primeras noticias de la victoria, nada menos que el 26 de
octubre, se pudo comprobar que la súbita interrupción y declaración del Papa
había tenido lugar al mismo tiempo que se tomaba al abordaje la galera del
almirante turco Alí Pachá 142 .
140 Valgoma y Díaz Varela: Dos documentos inéditos sobre Lepanto, en Revista general de la Marina,
Madrid, octubre de 1971, pp. 340-341.
141 Hallazgo de una crónica inédita de un soldado de la batalla de Lepanto en Revista general de la
Marina, Madrid, octubre de 1971, p. 388.
142 Serrano Luciano, España en Lepanto , San Lorenzo de El Escorial, Madrid, 1986, pp. 168-183.
91
Por su parte el senado de Venecia mandó pintar un cuadro, representando
la batalla de Lepanto, y bajo el cuadro, colocado en la sala de sesiones, colocó
esta inscripción: No son las armas, ni los jefes, ni el coraje los que nos han dado
la victoria, sino la Virgen del Rosario 143 .
A raíz de la victoria el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de
las Victorias el 7 de octubre de cada año. En 1573 el Papa Gregorio XIII cambio
el nombre por el de Nuestra Señora del Rosario. El 13 de octubre de 1917 la
Virgen María en su última aparición de Fátima dijo: Yo soy Nuestra Señora del
Rosario. Y cada año el 7 de octubre se celebra el día mundial del rosario.
L A A RMADA INVENCIBLE
El desastre de esta Armada enviada en 1588 contra Inglaterra fue un
castigo de Dios. Así se lo reveló Jesucristo a la beata sor Ana de san Bartolomé.
Escribe en tercera persona: En el tiempo de aquella monja de Portugal, que salió
en muriendo nuestra santa Madre (Teresa de Jesús) , que creo que si fuera viva lo
descubriera antes que llegara a donde llegó, una vez vio una persona en visión
que salía un aire de aquella ciudad (Lisboa) donde estaba tan fuerte que por
todas las partes hacía grande estrago y que derribaba los árboles y los echaba
por tierra, y el polvo que levantaba del suelo cegaba a los más. Y luego que pasó
esto, el rey don Felipe pasado ordenó una muy lucida Armada para ir sobre
Inglaterra, que esta buena mujer le hacía entender ganarían el reino los
nuestros; y era todo engaño del diablo. Iban en esta Armada los más principales
caballeros de España.
Y para esto mandó el rey se sacase en todas la iglesias el Santísimo
Sacramento y que se hiciese procesión general en todas las iglesias. Y en esta
revolución que todo era ordenado por esta mujer, vio otra vez esta misma
persona que Nuestro Señor se mostraba muy airado y con el Santísimo
Sacramento en las manos en un cáliz, y este cáliz cubierto con un velo negro y a
los cabos de este velo, unos ramales llenos de sangre: y esta hermana que lo veía
estaba de rodillas llamando a Dios para que aplacase su ira. Y estando como
digo, vio a otra religiosa del mismo hábito que hacía oración para este mismo
sujeto (asunto). Y entrambas con grande afecto daban muchos clamores a Dios;
y a esta oración vino la Virgen sacratísima y rogó a Jesucristo que hiciese lo que
le pedíamos, que aplacase su ira en algo. Y desapareció.
La Armada partió de Portugal y todos iban a pedir la bendición a aquella
religiosa, pensando que era santa. Como no lo era, sino invención maligna para
143 Laboa Gallego Juan María, Historia de los Papas , Ed. La esfera de los libros, 2005, Madrid, p. 313.
92
hacer perder el reino, quiso Dios que no fuesen todos, aunque fue harta
desventura en los de la Armada. Pues habiendo partido y embarcádose días
hacía, sonóse una nueva: que habían entrado en Inglaterra y ganado. Y esta
hermana pidió al Señor le mostrase si era verdad. Apareciósele el Señor
crucificado con las llagas tan frescas como si le acabaran entonces de crucificar
y mostróme cómo estaba perdido todo. Y para que lo creas, me dijo, mira lo que
pasa. Bajóse y metió su brazo en el mar y mostrábame los hombres muertos y
anegada toda la Armada, y algunos pocos que se escaparon, tan enfermos que
morían de hambre, que parecían tan muertos como los ahogados. Y mostró cómo
se habían cegado con aquella mujer y le habían ofendido tanto, que si no
hubiera aplacado su ira, destruyera todo el reino 144 .
Todo el problema comenzó con una famosa religiosa dominica, llamada
sor María de la Visitación del convento de la Annunziata de Lisboa, cuyos
prodigios admiraban a todos. En ocasiones se quedaba con su cuerpo en el aire,
rodeado de una luz misteriosa e, incluso, aparecían en sus manos unas llagas. Por
eso, todos la llamaban la monja de las llagas . Y todos la tenían por santa.
Solamente san Juan de la Cruz, cuando en 1585 fue a Lisboa al Capítulo
provincial, rechazó ir a verla, como hacían sus compañeros religiosos, algunos de
los cuales regresaron a España cargados de reliquias y paños teñidos de la sangre
de sus llagas, pero él, a sus súbditos, les mandó que las tiraran. Y cuando alguien
le reclamó por qué no iba a visitarla, dijo: Vaya de ahí, ¿para qué quiere ir a ver
a un embuste? Calle, verá cómo lo descubre el Señor 145 .
Ella decía a todos que la Armada que se preparaba contra Inglaterra
saldría victoriosa. Y cuando el año 1588 partió de Lisboa la Armada llamada
invencible , todos acudieron a pedirle la bendición. A los pocos días de la partida
ella, arrobada, empezó a dar voces en la iglesia, donde había mucha gente en la
misa y luego se divulgó, y decía “victoria, victoria” 146 .
Todo era una burda estafa y un engaño del demonio, pues esta desgraciada
monja se había entregado a él desde niña y el diablo hacía maravillas por su
medio. Después del desastre de la Armada, la Inquisición la investigó y
descubrió la falsedad y ella lo reconoció e hizo penitencia.
Pero Dios estaba muy enojado con todos los que habían creído en sus
mentiras, desde el rey hasta el último vasallo, y castigó a España con el desastre
de la Armada. Felizmente que a sor Ana se lo reveló el Señor y pudo, con otra
144 Obras completas de la beata Ana de san Bartolomé, tomo 1, Edición del padre Julián Urkiza,
Teresianum, Roma, 1981, pp. 485-486.
145 Declaración de fray Gabriel de Cristo en manuscrito 13.460, fol. 123 de la Biblioteca Nacional de
Madrid.
146 Obras completas de la beata Ana de san Bartolomé, tomo 1, p. 324.
93
religiosa que también tuvo esa revelación, aplacar la cólera de Dios y que el
desastre no hubiera sido mayor.
S ALVACIÓN DE L IMA
En la vida de santa Rosa de Lima (1586-1617) cuentan los testigos del
Proceso de canonización cómo por sus oraciones se pudo salvar la ciudad de
Lima del saqueo de los piratas. Refiere su director espiritual el padre Pedro de
Loaysa: Cuando los pechelingues (corsarios holandeses) entraron al Callao el
año pasado de 1615 por el mes de julio, estando ella en oración en la capilla de
Nuestra Señora del Rosario, vio que la santa imagen de la Madre de Dios estaba
como ahilada (desfallecida) y afligida, con lo que ella entendió que la ira de
Dios venía sobre esta ciudad. Después…, el mismo día u otro, se le mostr la
santa imagen muy serena y como alegre, con que entendió que el Señor alzaba el
cuchillo de su ira para no castigar esta ciudad 147 .
Este suceso se refiere a lo ocurrido en 1615. El pirata Jorge Spilbergen
había partido de Holanda con cinco naves artilladas y, después de un pequeño
encontronazo con dos naves artilladas y un barco pequeño del virrey, siguió hacia
el Callao, seguro de su superioridad. Lima entera, al saberlo, se puso en pie de
guerra y hasta los religiosos tomaron las armas. Toda la ciudad estaba alborotada
y llena de temor. El corsario entró en el Callao el 21 de julio a la tres de la tarde y
encontró muchos hombres apostados en la playa dispuestos a impedirle el
desembarco. Al ver que tendría dura resistencia, emprendió viaje hacia el norte.
Llegó a Acapulco, donde se abasteció, y siguió rumbo a Indonesia y Filipinas,
donde pereció en un encuentro.
Rosa en ese momento, se mostró valerosa, capaz de dar vida por Cristo,
animando a todos a hacer lo mismo. Dice Don Gonzalo de la Maza: La bendita
Rosa refirió que había tenido grandes consuelos, pareciéndole que se ofrecía
ocasión en que podía dar la vida por su esposo y así había sacado una tijeras del
estuche y cortándose los hábitos para con mayor ligereza poder subir al altar,
para en caso de que fuese necesario defender el Santísimo Sacramento de los
enemigos de la fe y morir por ella, y por haberse cortado los hábitos aguardó
hasta la noche para poderse ir a su casa con su madre. Y este testigo vio cortado
el dicho hábito y escapulario 148 .
147 Proceso ordinario de canonización, Edición preparada por el padre Hernán Jiménez Salas, Lima,
2002, p. 334.
148 Ib. p .63.
94
Su madre recuerda que Rosa le dijo: “Si vienen, madre mía, me tengo que
subir al altar mayor, donde está el Señor descubierto (expuesto) y con este
rosario los tengo que rendir a todos”. Y esto lo decía con gran fervor. Y riéndose
esta testigo, le respondi: “No se ría, madre mía, vuestra merced verá cómo con
este rosario de la Madre de Dios, los tengo que rendir a todos” 149 .
L IBERACIÓN DE A MBERES
La beata sor Ana de san Bartolomé salvó a Amberes de ser conquistada y
saqueada por los protestantes holandeses en dos ocasiones, en 1622 y 1624. La
misma beata nos cuenta lo que vivió en diciembre de 1622.
El día en que Mauricio (de Nassau) vino con grande Armada y
determinación de tomar Amberes, tomó una noche toda la más de su gente en
muchas barcas; y hacía una noche muy serena y apacible, y decía a los suyos
alegremente: “Vamos, slo Dios o el diablo me quitarán la empresa”, y
asegurándolos de que tendrían Amberes y que vendrían bien ricos. Y llegando
frontero en Amberes, se levantó una tormenta y gran aire frío, que se heló toda
el agua y se anegaron todas las barcas y la gente en un momento; sólo Mauricio
se libró con harto trabajo anegándose y trepando por el agua, tanto que se le
abrió el cuerpo, que nunca más tuvo salud hasta que de eso murió.
Esta noche, sin saber la traición con que venía, me dio gran miedo desde
las doce, y me puse en oración, alzadas mis manos al cielo con gran ímpetu; y
cansándoseme los brazos, fui a bajarlos, y pareció que me los tornaron a
levantar diciéndome no sé yo quién: “No es hora, tenlos en alto”. Y así estuve
casi hasta el amanecer, que sentí que estaba hecho lo que pedía. Esto fue así
verdad 150 .
Sor Teresa de Jesús, que le sucedió en el priorato de Amberes, escribió:
Pasaba las noches en oración clamando a Dios por estas necesidades como lo
hizo aquella noche cuando los holandeses quisieron venir a tomar Amberes, que
antes de acostarse nos dijo a todas en el coro con grandísimo fervor que por
amor de Dios que rezásemos bien y apretásemos a Dios por estas cosas de su
Iglesia, y esto tornaba a repetir con tanto ímpetu, que nos espantábamos, y
pensábamos que había tenido nuevas, que se había de hacer alguna gran
empresa. Y preguntádoselo dijo que no sabía esto, mas que Dios le ponía este
espíritu; y desde las dos de la mañana se puso en oración hasta que yo fui a su
celda a la mañana antes de ir al coro como lo tenía de costumbre, y en entrando
149 Ib. p. 384.
150 Obras completas de la beata Ana de San Bartolomé , tomo 1, Teresianum, Roma, 1981, p. 510.
95
me dijo: “Ay, hija!, y qué cansada que estoy, que parece tengo el cuerpo
molido, alguna gran traición debe de haber, porque toda la noche parece he
peleado y de la fuerza que me han hecho para que yo rezase que al momento que
yo quería bajar los brazos que tenía levantados para clamar a Dios, me decían
siempre, reza más, más, más, y, aunque hubiera peleado con un ejército no creo
estuviera más cansada, que estoy toda en agua”. Y así fue menester mudarle la
túnica, y a la maana soseg y dijo: “Ya está hecho”, y dos o tres horas de ahí
vino la nueva de cómo había faltado muy poco para que los holandeses tomasen
Amberes, y fuíselo a decir a nuestra Madre, la cual dio hartas gracias a Dios por
esta merced. Hartas veces decía sentía había alguna traición, y de ahí algunos
días venían las nuevas cómo era verdad 151 .
También el padre Hilario de San Agustín, entonces Prior en el Carmelo de
Amberes, declaró en el Proceso: El año 1622, en la fiesta de San Andrés, vino…
a visitar una mañana a la dicha venerable Madre, que entonces dijo que pasó la
noche en oración y en una agonía, y que pidió al Señor Dios que librara de un
peligro inminente a la ciudad de Amberes. Y poco después entendió que venía
una ingente escuadra, formada por el conde Mauricio, jefe del ejército de
Holanda, con un gran aparato bélico; y él confiaba tanto en su éxito, que decía
abiertamente que todo estaba tan organizado que solamente Dios podría
impedirlo; y animaba a sus soldados a luchar para conseguir un gran botín y
muchas ventajas; y cuando ya la escuadra estaba navegando, capitaneada por él
y sus principales, surgió un viento huracanado y frío; peligraba su misma nave,
algunas se hundieron y el resto de la escuadra andaba a merced de los vientos,
terminando todo en un gran desastre, y tanto los soldados como los marineros
luchaban por salvarse 152 .
La segunda liberación sucedió en 1624. Este año, en setiembre, el general
Spínola estaba comenzando el asedio a la ciudad de Breda y se temía que los
holandeses, para hacer desistir del asedio podían atacar Amberes. Y esto es lo
que ocurrió la noche del 13 al 14 de octubre de 1624. La misma sor Ana nos
cuenta cómo lo vivió: Estando acostada y dormida, desperté a unos gritos que
daban en el dormitorio; y en despertando, los oía y llamé. Viniendo las
hermanas, les dije: “Vayan por las celdas, miren quién está mala, que dan
gritos”. Y dijeron: “Todas duermen y nadie está mala”. Yo les dije: “Vístanse y
vámonos al Santísimo Sacramento, que debe de haber alguna traición, que
parece ser nuestra santa (Teresa de Jesús) la que nos despierta”; y fuimos. Yo
dije al Seor: “Aquí os traigo vuestras siervas, para que os pidan lo que deseo,
que yo no puedo nada”. Y así lo sentía, que me hallaba confusa delante del
151 Procesos de beatificación y canonización de la beata Ana de San Bartolomé , Ed. Monte Carmelo,
Burgos, 2010, p. 44.
152 Ib. p. 241.
96
Señor. Y estuvimos un poco, y luego sentí, sin ver ni oír nada, que nos podíamos
ir. Olvidábaseme (decir) que junto con los gritos que oía, oí tañer el arma en el
castillo y miré por las ventanas si había luces en él, — que se ve desde nuestra
casa—; no había nada, todo estaba oscuro; y con todo, sentí que había algo
malo 153 .
Al día siguiente la Infanta sabía lo que había pasado en el castillo y en las
carmelitas de Amberes, y envió al padre Hilario de San Agustín, que estaba de
Prior en Bruselas, a donde la Madre Ana para informarse mejor. La Infanta
escribía el 18 de octubre un relato detallado e interesante al padre Domingo de
Jesús María: El domingo después de la octava de la santa Madre Teresa, a las
tres de la mañana, vino el enemigo con tres mil infantes y mil caballos y treinta
carros con escalas e instrumentos, algunos nunca usados, y llegó con unas
barquillas hechas de juncos a poner dos escalas al castillo de Amberes, y por ser
la noche la más terrible de aire y oscuridad que se ha visto, no pudieron ser
sentidos ni haberse sabido antes de su venida, porque todos traían bandas rosas
y los carros con las cruces de Borgoña como los nuestros de munición; y a todos
los villanos y gente que toparon decían que era nuestra gente que venía a hacer
escolta a un convoy. Y como suelen venir muchas veces así, todos lo creían, y los
estaban aguardando en Amberes, espantándose mucho cuando anocheció cómo
no llegaban y pensaban les había acontecido algo. Pero ellos llegaron como
digo a las tres y por la mucha tempestad parece que no pudieron echar tan bien
el puente que traían tan bien hecho de juncos; y quiso Dios que el centinela con
toda la oscuridad le pareció veía algo en el foso, y así se echó de bruces sobre la
muralla para verlo mejor, y en fin le pareció veía algo y era una de las
barquillas y así pregunt: “Quién va allá?”, y le respondieron “amici”
(amigos). Él con eso disparó su mosquete y llamó al cuerpo de guardia que
comenzaron a tirar y tocar arma con que vino el castellano y cuantos había en el
castillo hasta las mujeres, con que se retiraron los enemigos. Y al amanecer
hallaron las escalas y las barcas y todos los instrumentos, que se retiraron tan
aprisa que lo dejaron todo.
Yo le aseguro que con uno que subiera y hubiera muerto al centinela
estaba hecho el negocio, porque primero que se sintiera, fueran señores del
castillo; porque además de haber poca gente por haberse sacado alguna para
Breda, estaban todos malos, que no había sino 25 sanos, pero sanos y enfermos
todos acudieron, y a algunos se les han quitado las calenturas. Todos tenemos
por cierto que las oraciones de la Madre Ana de San Bartolomé nos han librado,
porque a las doce fue a despertar a sus monjas muy aprisa para que fuesen a
hacer oración al coro, que había una gran traición. El enemigo tenía trescientas
barcas en Lillo para acudir luego con más gente, pero el aire se lo estorbó y las
153 Obras completas de la beata Ana de San Bartolomé , tomo 1, Teresianum, Roma, 1981, p. 511.
97
echó todas por allí, de manera que ya ha librado Nuestro Señor dos veces a
Amberes con una tempestad; y es lo bueno, que como hacía tal aire dije yo a las
damas riendo, que sin duda el enemigo debía de venir a Amberes y Nuestro
Señor nos quería defender con otra tempestad como la pasada 154 .
El soldado de guardia del que habla la Infanta era Andrés de Cea, quien
cinco años más tarde declaró en setiembre de 1629 sobre lo sucedido en la noche
del 13 al 14 de octubre: Confieso yo, Andrés de Cea, soldado del castillo de
Amberes, que el día décimo o décimo tercero de octubre del año 1624 estando yo
de centinela una noche de tan grande oscuridad, lluvia y vientos, que no se podía
descubrir nada, y vi alguna cosa negra en las aguas; dudando qué podría ser me
eché por tierra, porque otramente no era posible discernir nada, y entonces vi
que era una pequeña barquilla, que pasaba debajo del puente de socorro, y
luego avisé a otro centinela para que llamase al cabo de escuadra y, viniendo,
dije que había visto pasar la barquilla debajo del puente. Él respondió que no
veía nada. Repliqué yo que se echase por tierra como estaba yo, y que viese.
Hízolo así y habiendo bien reconocido, tocó armas; con que huyó el enemigo,
dejando todos los instrumentos que había traído consigo 155 .
El obispo de Amberes investigó el hecho y tanto gobernantes como
soldados y pueblo reconocieron públicamente a sor Ana como la libertadora de
Amberes.
P ROMESAS AL REY DE F RANCIA
Un caso parecido al de Constantino, con la señal de la cruz, es el que Dios
le propuso al rey de Francia para colocar en sus estandartes la imagen del
Corazón de Jesús. Pero en este caso el rey de Francia no siguió el consejo y así
perdió victorias contra los protestantes, que querían imponerse en Francia. Santa
Margarita María de Alacoque (1647-1690) la mensajera del Corazón de Jesús,
escribió: El Corazón de Jesús tiene un gran deseo de que esta devoción entre en
los palacios de los reyes y príncipes de la tierra a fin de que allí reciba tanto
placer, siendo amado y honrado de los grandes, como grandes fueron las
amarguras y angustias que experimentó cuando en su Pasión fue tan
despreciado, ultrajado y humillado. Y esta devoción serviría de gran protección
a la persona de nuestro rey (de Francia) y podría dar feliz éxito a su ejército y
proporcionarle grandes victorias 156 .
154 Carta autógrafa que se encuentra en el Archivo de las carmelitas descalzas de Amberes.
155 Ibídem.
156 Carta al padre Croiset del 15 de setiembre de 1689.
98
Me parece que este divino Corazón desea entrar con pompa y
magnificencia en las casas de los príncipes y reyes para ser en ellas tan honrado
cuanto fue ultrajado y despreciado y humillado en su Pasin… He aquí las
palabras que oí referentes a nuestro rey: “Haz saber al hijo mayor de mi
Sagrado Corazón que así como se obtuvo su nacimiento temporal por la
devoción a los méritos de mi sagrada infancia 157 así alcanzará su nacimiento a
la gracia y a la gloria eterna por la consagración que haga de su persona a mi
Corazón adorable, que quiere alcanzar victoria sobre el suyo, y por su medio
sobre los de los grandes de la tierra” 158 .
Quiere establecer su imperio en la corte de nuestro gran monarca, de
quien desea servirse para la ejecución de este designio que tendrá lugar del
modo siguiente: Debe hacer un edificio donde se coloque el cuadro de este
divino Corazón para recibir en él la consagración y homenajes del rey y de toda
la corte. Además este divino Corazón quiere ser el protector y defensor de su
sagrada persona, contra todos sus enemigos visibles e invisibles, de los cuales
quiere defenderle, y asegurar su salvación por este medio; por lo cual le ha
escogido como a su fiel amigo a fin de que consiga autorización de la Sede
apostólica para que se pueda celebrar la misa en su honor, y obtenga al mismo
tiempo los otros privilegios que han de acompañar a esta devoción del Sagrado
Corazón, por medio de la cual quiere concederle a él los tesoros de sus gracias
de santificación y de salvación, derramando abundantemente sus bendiciones
sobre todas sus empresas, que hará prosperar para gloria suya, dando feliz éxito
a sus ejércitos, y victoria contra la malicia de sus enemigos. Dichoso él si se
aficiona a esta devoción, que le conseguirá un reino eterno de honor y de gloria
en el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo 159 .
L IBERACIÓN DE LA CIUDAD DE B UDA
La beata Inés de Benigámin, agustina descalza (1625-1696), tenía grandes
dones sobrenaturales. Ella habla de haber estado en bilocación en distintos
lugares para poder ayudar a personas en necesidad. En una ocasión, habla de
haber estado en una batalla contra los turcos que ganó el emperador Leopoldo I,
rey de Hungría y Bohemia, consiguiendo que se retiraran definitivamente de
Hungría y Transilvania.
La beata Inés estuvo en la batalla en que se conquistó la ciudad de Buda.
Así lo refiere su confesor el padre Jaime Albert. Ella estaba en éxtasis y comenzó
157 Se refiere a que su nacimiento fue fruto de las oraciones que su madre hizo al divino niño.
158 Carta a la Madre Saumaise de junio de 1689.
159 Carta a la Madre Saumaise del 28 de agosto de 1689.
99
a decir: “ Madres, demos gracias a Dios, porque allí en tierras extrañas muy lejos
se va propagando la fe de Jesucristo”. Como las religiosas ya tenían experiencia
de los extraordinarios favores que el Señor solía conceder a su sierva, pensando
que la venerable Madre había querido significar algo especial con aquellas
palabras, anotaron el día y la hora en que las profirió. Efectivamente no pasaron
muchos días, cuando se recibió la noticia de que en aquel mismo día y hora el
emperador Leopoldo había vencido a los turcos, conquistando la ciudad de
Buda. La misma venerable Madre afirmó que ella se había encontrado presente
a los asaltos de la ciudad y que andaba animando a los soldados. Le repliqué a
esto y le dije. “Y cmo ha hecho para meterse entre los soldados siendo
monja?”. Respondi ella “que no la conocían ni se daban cuenta de que era
monja” 160 .
G UERRA DE M ARRUECOS
Sor Mónica de Jesús (1889-1964), agustina recoleta, fue una religiosa con
grandes carismas de Dios, que vivía familiarmente con su ángel custodio, quien
la llevaba a distintos lugares en bilocación. Ella le cuenta a su director espiritual
como en varias ocasiones la llevó a animar a los soldados españoles en la guerra
de España contra Marruecos de 1921 y 1925. Escribe: El día 29 del pasado mes
de setiembre 1921 vino el ángel a decirme que parte de las tropas de los nuestros
retrocedían atrás y por esta causa había muchas bajas. ¡Qué pena me dio!
Entonces le dije: “Nunca he deseado salir de clausura, pero ahora mismo iba yo
de buena gana sin que nadie lo supiera, porque de lo contrario tampoco querría
ir”. Al instante, me dijo: “Sí, ahora mismo te llevo”. No sé cmo fue ni por
dónde fui, lo cierto es que me encontré en medio de varias filas de soldados, y
efectivamente, decían que no querían pelear. Yo les dije: “Cobardes!” y otras
muchas cosas y, al momento, no sé por dónde, me vino una espada y me puse la
primera de todos y decía: “Adelante, adelante, no temamos!”, y todos
siguieron. Muchos, muchos de ellos murieron, y de los nuestros habían muerto
antes muchos también, pero después sólo hubo algunos heridos.
Yo no sé el tiempo que estuve allí, pues otra vez me encontré aquí. Me
volvieron a llevar otra vez el día primero de éste e hice lo mismo, pero ese día,
todos los nuestros estaban con valor de luchar y vencer. Se adelantó mucho
terreno y sólo hubo seis bajas y varios heridos y una herida, que fui yo, en la
pierna izquierda. Me traspasó una bala o dos, pues el agujero era bastante
grande, que se metían los dedos con facilidad. Yo no sentí nada hasta que estuve
160 Pedro de la Dedicación, La azucena de Valencia, vida, virtudes y carismas de la beata Josefa María
de Santa Inés , Valencia, segunda edición, 1974, p. 318.
100
aquí, pues medias y zapatos, todo, estaba empapado de sangre. En seguida el
ángel me dio gasa, diciéndome que era desinfectante mojado no sé en qué 161 .
Las veces que estuve en aquellas tierras fueron cinco veces. Hablar no
hablé con nadie en particular sino el primer día con todos los soldados que
estaban. Les dije ¡Cobardes!, y varias cosas de esas, y les dije que siguieran
adelante y no retrocedieran. Vi varios jefes, en todos los regimientos había uno
al frente, y de grupo en grupo había otro que, por los galones y cosas que
llevaban colgadas, debían mandar también, pero no sé quiénes eran ni cómo se
llamaban, pues nunca les había visto ni me metí con ellos para nada.
No sé cómo se llaman aquellos terrenos, pues yo no iba mirando lo que
había por allí, ni mucho menos, yo lo que miraba era sólo a los enemigos del
nombre cristiano y de Jesús. El ángel estaba a mi lado, lo veía muchas veces y le
decía: “No me dejes, porque yo no conozco estos caminos para volver a casa”.
Slo una vez me dijo el ángel: “Mira, este soldado es un hermano de una monja
de tu convento”. Le miré yo entonces a ese soldado, era muy alto y estaba
preparando un cañón y le metía muchas balas. Yo le dije entonces: “Será el
hermano de sor Consolacin?”, y me dijo que sí era, pero yo al soldado nada le
dije. Y al poco rato vi que mi ángel le decía a aquel soldado que fuera a Melilla,
y después me dijo el ángel que aquel cañón estaba muy desgastado y estallaría.
Así fue, estalló y mató a un soldado y a otros dejó heridos.
Nadie me decía nada a mí, porque antes de ir, el ángel me dijo que no
temiera, que nadie me vería ni me echarían de menos aquí en el convento, pues
él ocuparía mi puesto, al mismo tiempo que allí me guardaría dos días. Cuando
todo terminó, y los enemigos corrieron a su tierra, había muchos muertos de los
nuestros y muchos heridos. Ayudé a vendar a siete de los heridos con mi ángel,
otro día a tres, pues era tarde y no me entretenía. El día que cercaron una
montaña que hay muy grande, ese día ayudé a curar a treinta y cinco, y cuando
se tomó toda la montaña, hubo muchos muertos. Ese día curé yo sola a cincuenta
y siete. Era por la mañana. La bala que me hirió no la guardo, ni sé dónde fue.
Me entró por un lado y me salió por otro sin saber a dónde fue, ni yo me di
cuenta hasta estar aquí de vuelta. No estaba la cosa para pararse. A mí me
llevaban, cuando ya estaban para comenzar el combate.
Pocos o casi ningún soldado había que al coger el fusil o cañón no
hicieran la señal de la cruz; levantaban los ojos al cielo, invocaban a María
Santísima y muchos se ponían hasta de rodillas con los brazos en cruz un
momento. Padre, esos casos conmueven mucho y se ve la fe a montones; hasta
los endurecidos lo hacen y en particular mentan a María Santísima, que venga
161 Carta a su director espiritual, padre Eugenio Cantera del 24 de octubre de 1921.
101
en su auxilio. Cada uno llama a la suya según los muchos títulos de María
Santísima. Se les ve esa confianza tan hermosa. Otros muchos decían: “Seor,
perdónanos y coge nuestras almas en buena hora”. A gritos muy grandes
decían: “Seor, perdnanos nuestros pecados y ten misericordia de nuestra
Espaa!; Madre del Pilar, venid aquí, sois nuestra Capitana!”. En fin, muchas
cosas, padre, que partían el corazón y daban valor. Fui de día todas las veces,
pero siempre me cogió la noche. Sólo me di cuenta la primera vez que fue el 29
de setiembre. Entonces estuve 21 horas. Las demás veces no me pude dar cuenta
ni cuándo fui ni cuándo vine ni las horas que estuve 162 .
Con relación a la guerra de 1925 escribe: El día dos de octubre de 1925
pedí a los siete ángeles de las siete hermanas, ofrecidas como víctimas, que
fueran a pelear a favor de nuestra patria y, al instante, me dijeron que sí se iban
y que se daba la gran batalla y se ganaría. Ellos me convidaron a mí para que
fuera también, pero yo les dije que era monja para estar en el convento y que
debía estar encerradita, pero que pediría a Jesús y a su bendita madre que les
ayudase y se quedaron conformes. Mi ángel vino, serían las once de la mañana y
me dijo: “Hemos triunfado, hemos ganado”. La alegría mía no sé explicarla,
padre, lo que sé decir es que gocé mucho 163 .
La Madre Dolores le escribió al padre Cantera: Me dijo que la gran
victoria (de Alhucemas) había sido el día 2, día de los ángeles custodios. En otra
ocasión le hice unas preguntas sobre esto y me dijo que el mismo día dos supo
ella que los hermanos mayores iban y venían al lugar del combate y que le
dijeron que todo estaba asolado. Ella les dijo a los hermanos mayores que
fueran a ayudar a los españoles y que estos querían que fuese ella, pero les dijo
que no. Entonces yo le estuve diciendo que por qué no había ido y me contestó:
“Ya se ve que no ha estado nunca en la guerra y no sabe las penas que se pasan
y después lo que duran esas penas” 164 .
Como puede observarse, ella, con el permiso de Dios y la guía de su ángel,
colaboró a la victoria de los soldados de su patria.
S ALVACIÓN DE V ARSOVIA
Dice santa Faustina Kowalska en su Diario en 1928: Un día Jesús me dijo
que iba a castigar una ciudad, que es la más bonita de nuestra patria (Varsovia).
El castigo iba a ser igual a aquel con el cual Dios castigó a Sodoma y Gomorra.
162 Carta a su director espiritual del 10 de noviembre de 1921.
163 Carta a su director espiritual del 7 de octubre de 1925.
164 Carta a su director espiritual del 29 de octubre de 1925.
102
Vi la gran ira de Dios y un escalofrío traspasó mi corazón. Rogué en silencio.
Un momento después Jesús me dijo: “Niña Mía, durante el sacrificio, únete
estrechamente conmigo y ofrece al Padre celestial mi sangre y mis llagas como
propiciación de los pecados de esta ciudad. Repítelo ininterrumpidamente
durante toda la santa misa. Hazlo durante siete días”. Al séptimo día, vi a Jesús
en una nube clara y me puse a pedir que Jesús mirara aquella ciudad (Varsovia)
y todo nuestro país. Y con la mano hizo una gran señal de la cruz encima de
nuestra patria. Al ver la bondad de Dios, una gran alegría llenó mi alma 165 .
El director espiritual de sor Faustina, padre Sopocko, le preguntó a ella
por qué pecados Dios había querido castigar a Varsovia y ella respondió que por
los pecados del aborto.
S ALVACIÓN DE S AN G IOVANNI R OTONDO
En la vida del famoso padre Pió o san Pío de Pietrelcina (1887-1968) se
refiere cómo en varias ocasiones evitó milagrosamente que la ciudad donde
vivía, San Giovanni Rotondo, fuera bombardeada y destruida por los aliados.
El padre Dámaso de Sant´Elia a Pianisi, Superior del convento declaró en
el Proceso para su canonización: Diversos pilotos de la aviación angloamericana
de varias nacionalidades (ingleses, americanos, polacos, palestinos) y de
diversas religiones (católicos, ortodoxos, musulmanes, protestantes, judíos), que
durante la segunda guerra mundial, después del 8 de setiembre de 1943, se
encontraban en la zona de Bari para cumplir misiones en territorio italiano,
fueron testigos de un hecho clamoroso. Cada vez que en el cumplimiento de sus
misiones militares se acercaban a la zona del Gárgano, cerca de San Giovanni
Rotondo, veían en el cielo a un fraile que les prohibía tirar allí las bombas.
Foggia y casi todos los centros de la región de la Puglia sufrieron repetidos
bombardeos, pero sobre San Giovanni Rotondo no cayó ni una bomba. De este
hecho fue testigo directo el general de la fuerza aérea italiana, Bernardo Rosini,
que entonces formaba parte del Comando de unidad aérea, cooperando en Bari
con las fuerzas aliadas.
El general Rosini me contó que entre ellos hablaban de ese fraile que se
aparecía en el cielo y hacía que sus aviones volvieran atrás. Todos los que lo
oían se reían incrédulos; pero, como el episodio se repetía y con pilotos
diversos, intervino el comandante general en persona. Tomó el comando de una
escuadrilla de bombarderos para destruir un depósito de material bélico alemán
que estaba precisamente en San Giovanni Rotondo. Todos estábamos curiosos de
165 Diario Nº 39, Ed. padres marianos, Stockbridge, USA, 2002.
103
conocer el resultado de aquella misión. Cuando la escuadrilla regresó, todos
fuimos de inmediato a pedir información.
El general americano estaba desconcertado. Contó que, apenas llegaron
cerca del pueblo él y sus pilotos, vieron surgir en el cielo la figura del fraile con
las manos levantadas. Las bombas se soltaron solas, cayendo en los bosques, y
los aviones dieron vuelta atrás sin ninguna intervención de los pilotos. Todos se
preguntaban quién era aquel fantasma a quien los aviones obedecían
misteriosamente. Alguien le dijo al general que en San Giovanni Rotondo había
un fraile con las llagas, considerado un santo, y que quizás podía ser él. El
general, incrédulo, dijo que apenas fuera posible iría a comprobarlo.
Después de la guerra, el general, acompañado de algunos pilotos, se
acercó al convento de los capuchinos. Apenas entró en la sacristía, se encontró
con varios religiosos entre los que reconoció de inmediato a quien habían
obedecido los aviones. El padre Pío se le acercó y, poniéndole la mano en la
espalda, le dijo: “Así que eres tú quien nos quería matar a todos!” El general
se arrodilló delante de él. El padre había hablado como de costumbre en
dialecto de Benevento, pero el general estaba convencido de que había hablado
en inglés. Los dos se hicieron amigos y el general, que era protestante, se
convirtió, haciéndose católico 166 .
**********
El 29 de marzo de 1941, en plena guerra mundial, le decía Jesús a la
mística francesa Gabrielle Bossis: Comprende que, si Yo permito que haya
guerras es porque muchas almas se acercan mejor a mí en la guerra que en la
seguridad. Olvidan los placeres mundanos, oran más y se convierten 167 .
Tú me pides la paz para Francia. Pero hay algo más grave que la guerra
y es el pecado. Pídeme la conversión de los pecadores 168 . Tú, ¿qué es lo que
quieres? ¿La salvación del país o la salvación de las almas? 169 .
166 Positio super virtutibus volumen III, tomo 1, del Processus beatificationis et canonizationis servi Dei
Pii a Pietrelcina , pp. 689-690.
167 Bossis Gabriela, El y yo , Librería espiritual, Quito, 1977, p. 304.
168 Ib. p. 198.
169 Ib. p. 213.
104
IX. DIOS VENCE AL MAL
IDEOLOGÍA DEL MAL
Cuando la sociedad se aleja de Dios no puede subsistir mucho tiempo
coma tal, pues Dios enviará sus correcciones, por no decir castigos, para
enmendar el rumbo. Esto puede verse en regímenes ateos como el comunismo, el
nazismo…, en diferentes países y regiones del mundo, aunque los nombres
pueden ser diferentes.
Juan Pablo II sufrió en carne propia los efectos del mal en el mundo y nos
dice: He tenido la oportunidad de experimentar personalmente las ideologías del
mal. Es algo que nunca se borra de la memoria. Primero fue el nazismo. Lo que
se podía ver en aquellos aos era ya terrible… Vivíamos sumidos en una gran
erupción del mal y sólo gradualmente comenzamos a darnos cuenta de sus
dimensiones reales… Tanto los nazis durante la guerra como los comunistas
después, en Europa Oriental, intentaban encubrir ante la opinión pública lo que
estaban haciendo. Durante mucho tiempo, Occidente no quiso creer en el
exterminio de los judíos. Sólo después, todo esto salió a la luz sin tapujos. Ni
siquiera en Polonia se sabía todo lo que los nazis habían hecho y hacían a los
polacos ni lo que los soviéticos hicieron a los oficiales polacos en Katyn, e
incluso la trágica historia de las deportaciones se conocía sólo en parte.
Más tarde, una vez terminada la guerra, pensé para mí: Dios concedió al
hitlerismo doce años de existencia y, cumplido este plazo, el sistema sucumbió 170 .
¿Por qué permite Dios la existencia del mal a gran escala como el
holocausto de los judíos en la segunda guerra mundial o los atroces asesinatos de
la revolución francesa? San Agustín decía que Dios no permitiría los males si no
sacará más bienes de los mismos males 171 . Desde este punto de vista podemos
decir que el mal, en cierta manera, es útil en cuanto propicia ocasiones para el
bien. Es lo que suele expresarse sencillamente al decir: Dios escribe derecho con
renglones torcidos. ¿Acaso no fue Johann Wolfgang von Goete quien calificó al
diablo como una parte de esa fuerza que desea siempre el mal y que termina
siempre haciendo el bien? 172 .
Dios pone un límite al mal, porque una sociedad sin Dios se vuelve
inhumana. Veamos el caso emblemático de la Revolución francesa. El año 1789
hubo una revolución en Francia. En lugar de Dios colocaron a la diosa Razón. El
170 Memoria e identidad , Ed. La esfera de los libros, Madrid, 2005, pp. 27-28.
171 Enquiridión 13, 8.
172 Juan Pablo II, Memoria e identidad , Ed. La esfera de los libros, Madrid, 2005, p. 29.
105
10 de noviembre de 1793 los revolucionarios consagraron la catedral de Notre
Dame a la diosa Razón. Se transportó desde la Ópera un escenario y lo colocaron
delante del altar. Su pieza central era una montaña, en cuyo pico se alzaba una
estatua de la Filosofía. Por el nuevo templo desfiló una joven actriz,
Mademoiselle Aubry, vestida con una larga túnica blanca y un manto azul y
armada con la lanza de la Ciencia. Estaba acompañada de un coro de bailarinas
vestidas de blanco, y quemaron incienso en el altar. La multitud cantó: “Tú,
santa libertad, ven a vivir en el templo y sé la diosa de los franceses. Esta
profanación despertó tal entusiasmo que casi inmediatamente dos mil trescientas
cuarenta y cinco iglesias fueron transformadas en templos de la Razón 173 .
Los revolucionarios buscaban la felicidad en este mundo sin Dios como lo
harán en épocas sucesivas los comunistas, los nazis y otros con distintos
nombres.
¿Pero la vida sin Dios hace más feliz a los hombres? La experiencia de la
historia nos enseña que no. Aquellos revolucionarios ateos y racionalistas de la
Revolución francesa, que se proclamaban defensores de la libertad y de los
derechos humanos, destruyeron por puro vandalismo tesoros culturales y
artísticos de muchas bibliotecas, templos y monasterios católicos
Y fueron los verdugos más crueles cometiendo el más grande genocidio de
la historia moderna en la Región de la Vendée. El historiador francés Secher
habla del genocidio de todo un pueblo en un territorio de 10.000 Kilómetros,
donde masacraron a 120.000 personas y destruyeron sistemáticamente casas,
cultivos, ganado… para matar de hambre a todos los supervivientes.
Su deshumanización llegó al extremo de que, con las pieles curtidas de los
vencidos, hicieron botas para los oficiales. Y hervían los cadáveres para extraer
grasa y jabón. Algo superado sólo por las cámaras de gas de los nazis. El 10 de
junio de 1794 se instituyó el Terror. En París, el tribunal revolucionario funcionó
ininterrumpidamente. La guillotina trabajaba seis horas al día, despachando 900
muertos al mes. En seis meses de la dictadura de Robespierre fueron
encarceladas 500.000 personas, y 16.594 guillotinadas. ¿Dónde estaba la
proclamada libertad?
¿Y qué podemos decir de los regímenes ateos y comunistas de Rusia,
Laos, Camboya o Vietnam? ¿Cuántos millones de seres humanos fueron
enviados a Siberia por ser opositores políticos? ¿Cuántos sacerdotes y religiosos
encarcelados y asesinados? Según el premio Nóbel de la literatura Alexander
173 Fulton Sheen, La vida merece vivirse , Ed. Planeta, Barcelona, 1961, p. 190.
106
Solzhenitzyn, entre 1917 y 1959, hubo 60 millones de víctimas del comunismo
en Rusia.
Según el informe de la KGB, la policía secreta soviética, dado a conocer
en 1994: entre 1928 y 1952 fueron asesinados 92 millones de rusos. ¿Dónde
estaban los derechos humanos?
El Papa Juan Pablo II escribió: Toda vida humana o colectiva, aparece
como una lucha, ciertamente dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las
tinieblas. Además, el hombre se encuentra hasta tal punto incapaz de vencer
eficazmente por sí mismo los ataques del mal que cada uno se siente como atado
con cadenas. Pero el mismo Señor vino para liberar y fortalecer al hombre,
renovándolo interiormente y arrojando fuera al príncipe de este mundo (diablo)
que lo retenía en la esclavitud del pecado 174 . La Redención es el límite divino
impuesto al mal por la simple razón de que en ella el mal es vencido
radicalmente por el bien, el odio por el amor, la muerte por la resurreccin…
Esta contienda (entre el bien y el mal) se ilustra a veces con la figura de la
balanza. Usando este símbolo, se puede decir que Dios, ofreciendo el sacrificio
de su propio Hijo en la cruz, ha puesto esta expiación de valor infinito en el
platillo del bien, para que en definitiva, éste pueda prevalecer siempre 175 .
El límite impuesto al mal por el bien divino se ha incorporado a la historia
del hombre, a la historia de Europa en particular, por medio de Cristo. Así pues,
no se puede separar a Cristo de la historia del hombre. De hecho, sólo en Él todas
las naciones y la humanidad entera pueden cruzar el umbral de la esperanza.
No existe mal del que Dios no pueda obtener un bien más grande. No hay
sufrimiento que no sepa convertir en camino que conduce a Él… Cristo,
padeciendo por todos nosotros, ha dado al sufrimiento un nuevo sentido, lo ha
introducido en una nueva dimensión, en otro orden: en el orden del amor. Es
verdad que el sufrimiento entra en la historia del hombre con el pecado
original…, pero la pasin de Cristo en la cruz ha dado un sentido totalmente
nuevo al sufrimiento y lo ha transformado desde dentro. Ha introducido en la
historia humana, que es una historia de pecado, el sufrimiento sin culpa, el
sufrimiento afrontado exclusivamente por amor. Es el sufrimiento que abre la
puerta a la esperanza de la liberacin… Es el sufrimiento que destruye y
consume el mal con el fuego del amor, y aprovecha incluso el pecado para
múltiples brotes de bien. Todo sufrimiento humano, todo dolor, toda enfermedad,
encierra en sí una promesa de liberacin, una promesa de la alegría: “Me
alegro de sufrir por vosotros”, escribe san Pablo (Col 1, 24)… En el amor, que
174 Memoria e identidad , o.c., p. 33.
175 Ib. p. 37.
107
tiene su fuente en el Corazón de Jesús, está la esperanza del futuro del mundo.
Cristo es el Redentor del mundo 176 .
El mal no tiene la última palabra en el mundo. Jesús triunfó por medio de
la cruz. El mal nunca consigue la victoria. El misterio pascual confirma que a la
postre vence el bien; que la vida prevalece sobre la muerte y el amor triunfa
sobre el odio 177 .
El sufrimiento no es algo absurdo y sin sentido, sino un tesoro valioso
para la salvación del mundo. Por eso, el Papa Juan Pablo II escribió a los
enfermos la carta apostólica Salvifici doloris, en la que dice: El hombre que sufre
no slo es útil a los demás, sino que realiza incluso un servicio insustituible… El
sufrimiento más que cualquier otra cosa es el que abre el camino a la gracia,
que transforma las almas. El sufrimiento, más que todo lo demás, hace presente
en la historia de la humanidad la fuerza de la redencin… La Iglesia siente la
necesidad de recurrir al valor de los sufrimientos humanos para la salvación del
mundo 178 .
Les pedimos a todos los que sufren que nos ayuden. Precisamente a
ustedes, que son débiles, pedimos que sean una fuente de fuerza para la Iglesia y
para la humanidad. En la terrible batalla entre las fuerzas del bien y del mal,
que nos presenta el mundo contemporáneo, venza su sufrimiento en unión con la
cruz de Cristo 179 .
El mismo Juan Pablo II aclara: Jesús es quien ofrece a Dios Padre el
sacrificio de sí mismo, de su carne y de su sangre, y con su sacrificio justifica a
los ojos del Padre a toda la humanidad e indirectamente a toda la creación 180 .
En el sacrificio de la cruz, representado y actualizado en cada Eucaristía,
Cristo se ofrece a sí mismo por la salvación del mundo 181 .
Todos los sufrimientos de los seres humanos deberían ser ofrecidos con
los de Jesús por la salvación de la humanidad. En cada misa debemos unirnos a
Jesús, que se ofrece al Padre, y unir nuestra vida con Jesús por la salvación de
todos. Así se comprende la explosión de alegría de san Pablo cuando dice: Me
alegro en las enfermedades, en los oprobios, en las necesidades, en las
persecuciones, en las angustias por Cristo (2 Co 12, 10). Y vuelve a insistir:
176 Ib. pp. 207-208.
177 Ib. p. 74.
178 Carta apostólica Salvifici doloris N° 27.
179 Ib. N° 31.
180 Juan Pablo II, Don y misterio , BAC, Madrid, 1996, pp. 91-92.
181 Ib. p. 96.
108
Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros y suplo en mi carne lo que
falta a las tribulaciones de Cristo en su cuerpo, que es la Iglesia (Col 1, 24).
EL PODER DE LA ORACIÓN
El poder de la oración en la marcha de la historia humana es inmenso. Ya
que es poner en acción el poder todopoderoso de Dios. Teilhard de Chardin
escribió: Benson, en uno de sus cuentos imagina que un vidente llega a una
capilla apartada en la que reza una religiosa. Entra. Y he aquí que en torno a
este apartado lugar ve, de pronto, que el mundo entero se enlaza, se mueve, se
organiza siguiendo el grado de intensidad y la inflexión de los deseos de la
mísera rezadora. La capilla se había convertido en el polo en torno al cual
giraba la Tierra. La contemplativa sensibilizaba y animaba en torno a sí todas
las cosas, porque creía; y su fe era operante porque su alma, purísima, la
situaba muy cerca de Dios 182 .
El cardenal Nicolás Cusano (1401-1454) fue un gran reformador de la
vida espiritual del clero en el siglo XV y Dios le mostró en un sueño el poder de
la oración de las religiosas en el silencio de sus conventos.
Dice: Un día soñé que en una pequeña iglesia, muy antigua, adornada
con mosaicos de los primeros siglos, había millares de religiosas orando.
Estaban muy recogidas en oración. Estaban de pie con la mirada fija en un
punto lejano. Sus brazos estaban abiertos y las manos dirigidas hacia lo alto en
señal de ofrecimiento. Pero estas religiosas tenían en sus manos hombres y
mujeres, emperadores y reyes, ciudades y países. A veces, sus manos se cerraban
sobre una ciudad o país, pero la mayoría sostenía en su mano un solo hermano o
hermana. En las manos de una joven religiosa, casi niña, vi al Papa. Su rostro
irradiaba alegría y oraba por el Papa. En las manos de una religiosa anciana
estaba yo mismo, cardenal de la Iglesia.
De pronto, en compañía de mi guía o ángel, me encontré en la cripta de
esa iglesia donde rezaban millares de hermanas. Pero, mientras en la anterior
visión las religiosas tenían a las personas en sus manos, éstas de la cripta las
tenían en sus corazones. Se trataba de almas cuya salvación estaba en peligro.
El ángel me dijo: Así tienen estas hermanas a quienes han dejado de
amar. A veces, sucede que se calientan al calor de sus corazones, pero no
siempre. En ocasiones pasan de las manos de quienes las quieren salvar a las del
182 El medio divino , o.c., pp. 142-143.
109
juez divino a quien deberán dar cuenta de las oraciones y sacrificios ofrecidos
por ellos sin fruto.
Fijé la mirada sobre aquellas almas víctimas. Siempre había sabido de su
existencia, pero nunca había tenido claro lo que significaban para la Iglesia,
para el mundo o para los pueblos. Sólo ahora comprendía su significado
profundo. Y me incliné con reverencia ante aquellas mártires del amor 183 .
El obispo alemán Wilhelm Ketteler (1811-1877) contaba que, cuando ya
había recibido el título de abogado y pensaba dedicarse a esta profesión y fundar
una familia, un día tuvo un sueño divino: Cristo estaba sobre mí en una nube de
luz y me mostraba su Sagrado Corazón. Delante de él se encontraba de rodillas
una monjita que levantaba sus manos en seal de oracin. Y Jesús me dijo: “Ella
reza por ti ininterrumpidamente”. Vi claramente su figura y no pude nunca
olvidarme de su rostro.
Esta experiencia fue tan fuerte que me decidí a dejarlo todo y hacerme
sacerdote. Y comencé mis estudios de teología a los 30 años. Estoy convencido
de que hay alguien que ora por mí y yo rezo para que Dios también bendiga a
esa religiosa desconocida.
Pero un día el obispo Ketteler fue a celebrar misa a un convento de
religiosas y, al dar la comunión a la última de ellas, se quedó como inmóvil al
reconocer a la religiosa de su sueño. Pidió a la Superiora que hiciera venir a todas
las religiosas para conversar con ellas. Pero faltaba ella. ¿Por qué? Porque era la
última hermana, la que se dedicaba a las tareas de la huerta y de la cocina. Pidió
que la hiciera venir y después, pudo conversar con ella a solas. Ella le confesó
que todo lo que hacía y sufría lo ofrecía por un alma necesitada. El Señor sabrá a
quién le ofrece mis oraciones. Siempre he orado como me enseñaba mi párroco
por las personas más necesitadas de oración. El obispo se dio cuenta de que el
día de su sueño y de su conversión era exactamente el día del nacimiento de esa
religiosa. Dios le había concedido su conversión en virtud de los méritos y
oraciones que en su providencia sabía que iba a ofrecer esa religiosa por un alma
necesitada y Dios lo escogió a él como beneficiario. El obispo bendijo a la
hermana y la animó a seguir orando por esa intención. A ella no le descubrió el
secreto. Pero sí a la Madre Priora, a quien dijo que su vocación se la debía a esa
pobre religiosa que rezaba todos los días por un alma necesitada. Y el obispo le
dijo: Si alguna vez me siento tentado de enorgullecerme de mis obras o de mis
éxitos, no quiero olvidarme que todo se debe, no a mis méritos, sino a las
oraciones de esa simple hermana que trabaja en la cocina, en el gallinero y en
183 Congregación vaticana para el clero, Adorazione, riparazione, maternità spirituale per i sacerdoti ,
Roma, 2007, p. 12.
110
las cosas más humildes del convento. Y esas cosas pequeñas tienen tanto valor
ante Dios que han podido dar un obispo a la Iglesia 184 .
La beata Alexandrina da Costa (1904-1955) fue beatificada el 25 de abril
del 2004. Ella vivió muchos años enferma en cama y sin comer ni beber sus
últimos 13 años. Un día de 1941, le escribió a su padre espiritual padre Mariano
Pinho que Jesús le había dicho: En Lisboa hay un sacerdote que está en peligro
de condenación eterna. Él me ofende gravemente. Llama a tu padre espiritual y
pídele permiso para sufrir de modo particular por esa alma.
Recibido el permiso de su director espiritual, Dios le mandó sufrimientos
para reparar por aquel sacerdote pecador. Y ella le decía a Jesús: No, que no vaya
al infierno. Me ofrezco como holocausto hasta que Tú quieras, Señor. Jesús le
reveló el nombre y apellido de aquel sacerdote. Y su director quiso investigar
quién era ese sacerdote y le preguntó al cardenal de Lisboa si lo conocía. Y le
confirmó que sí lo conocía y que era un sacerdote que le daba muchas
preocupaciones por su mal comportamiento.
Poco tiempo después, el padre David de Novais le contó al padre Pinho,
director de Alexandrina, que había dado ejercicios espirituales en Fátima y había
participado un señor muy reservado, que había tenido un comportamiento
ejemplar. La última tarde de los ejercicios tuvo un ataque al corazón, pero hubo
tiempo de llamar a un sacerdote, que lo confesó y le dio la comunión. Al poco
rato, murió reconciliado con Dios. Y se descubrió que ese señor, vestido de laico,
era el sacerdote por el cual tanto había rezado y sufrido Alexandrina 185 .
El padre Giovanni Salerno, fundador de la Congregación Siervos de los
pobres del tercer mundo , que tanto bien hace entre los más pobres, cuenta: Tenía
17 años, cuando tres oftalmólogos de Viterbo, donde estaba cursando el liceo,
me dieron su veredicto: “A los 20 aos quedarás ciego”. El Superior me inst a
interrumpir mis estudios (era seminarista de la Orden agustiniana) y a casarme
cuanto antes para tener así a mi lado una esposa que pudiera acompañarme en
mi ceguera. Pero yo creí firmemente en mi vocación y con lágrimas en los ojos
pedía al Señor que viniera a socorrerme. Escribí al monasterio de Casia. En
seguida, la abadesa me contestó que una joven hermana se había ofrecido
víctima por la salud de mis ojos. Después de algunos días, llegó a Viterbo el
padre Hector Selippene. No lo conocía, pero cuando supo mi caso, convenció a
mi Superior para que me llevara a Roma con un célebre oftalmólogo, el profesor
Lazzantini. Éste me salv la vista y se despidi de mí, diciéndome: “Debes
184 ib. pp. 26-28.
185 Ib. p. 20.
111
retomar tus estudios”. Resultado: fui ordenado sacerdote un ao antes que mis
compañeros de curso 186 .
Y cuántos casos más podríamos anotar para confirmar con ejemplos esta
idea del poder de la oración ante la presencia de Dios. Uno de los más
significativos es el de santa Mónica, la madre de san Agustín. Sin la existencia de
santa Mónica y de tantas oraciones que hizo por su hijo, probablemente nunca se
hubiera convertido y el mundo se hubiera privado de tantas bendiciones recibidas
por medio de él y de sus agustinos a lo largo de los siglos.
Ahora pensemos en la Virgen María, la persona humana más perfecta que
ha existido, existe y existirá, la inmaculada, la santidad elevada a la máxima
potencia. Ella oraba a Dios intensamente, como buena judía, por el advenimiento
del Mesías prometido. La potencia de su oración hizo nacer lo divino entre los
hombres. Y no sólo eso, sino que hizo posible la alianza indisoluble entre lo
humano y lo divino al unirse (hipostáticamente, como dicen los teólogos) la
humanidad y la divinidad en la persona de Cristo.
Pues bien, cada persona que ora, en la medida de su santidad, se dirige
vertiginosamente y se une a Cristo, arrastrando consigo a todo el universo hacia
la unión con el hombre Dios o el Dios humanado. Y Cristo, en un movimiento
recíproco de amor y atracción, se entrega a él y lo cristifica y santifica y lo hace,
en cierto modo, otro Cristo en el mundo, es decir, una fuente de amor y
bendiciones para todos. De ahí la importancia de orar en unión con Cristo
Eucaristía, que es el Centro del universo cerca de nosotros, sabiendo que Él nos
unirá a todo el universo y que nos bendecirá más abundantemente de lo que
podemos pedir o imaginar. ¿Alguien alguna vez ha puesto en duda la validez de
la vida y oración de las religiosas de clausura? La oración nos une a Dios y a
todo lo que existe, especialmente a toda la humanidad. Por ello la oración,
aunque sea oculta y escondida es siempre social y de beneficio para todos los
hombres. Cristo y el hombre se unen en la oración y, por medio de Cristo, la vida
del hombre tiene una dimensión cósmica y divina.
Cristo necesita del hombre y el hombre necesita de Cristo. Ambos unidos
construyen la historia a pesar de los obstáculos de los malos. Por eso Luigi
Giussani, el fundador del movimiento Comunión y Liberación escribe: El
verdadero protagonista de la historia es el mendigo: Cristo mendigo del corazón
del hombre; y el corazón del hombre, mendigo de Cristo 187 .
186 Salerno Giovanni, Misión andina con Dios, segunda edición, Ed. Edibesa, Madrid, 2004, p. 33.
187 Giussani Luigi, Testimonio durante el encuentro con el Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro
el 30 de mayo de 1998 , en Huellas, Litterae communionis II, 6 (1998) 12.
112
JESUCRISTO, PRINCIPIO Y FIN DE LA HISTORIA
Ya hemos anotado cómo al final Dios triunfará. Y Cristo, como puente
entre la humanidad y la divinidad, será el centro de todo lo que existe y de toda la
humanidad. Él es el alfa y omega, el primero y el último, el principio y el fin (Ap
22, 13; 21, 6). El Padre nos eligió antes de la constitución del mundo, para que
fuésemos santos e inmaculados ante él, y nos predestinó a la adopción de hijos
suyos por Jesucristo… dándonos a conocer el misterio de su voluntad…, para
realizarlo al cumplirse los tiempos, recapitulando todas las cosas en Cristo, las
del cielo y las de la tierra; en Él, en quien hemos sido declarados herederos,
predestinados, según el propósito de aquel que hace todas las cosas conforme al
consejo de su voluntad, a fin de que cuantos esperamos en Cristo, seamos para
alabanza de su gloria (Ef 1, 4-12).
Él (Cristo) es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura,
porque en Él fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y
las invisibles… Todo fue creado por Él y para Él. Él es antes que todo y todo
subsiste en Él. Es la cabeza del cuerpo de la Iglesia. Él es el principio, el
primogénito de los muertos, para que tenga la primacía sobre todas las cosas. Y
quiso el Padre que en Él habitasen toda la plenitud y por Él reconciliar consigo
todas las cosas en Él, pacificando con la sangre de su cruz así las cosas de la
tierra como las del cielo (Col 1, 15-20).
El Papa Juan Pablo II escribía en su carta apostólica “Dies Domini” : En la
mañana de la creación el proyecto de Dios implicaba la misión cósmica de
Cristo. Esta visión cristocéntrica, que se proyectaba en el tiempo, estaba
presente en la mirada complaciente de Dios 188 . Esto lo confirma la Palabra de
Dios cuando dice: Cristo lo es todo en todos (Col 3, 11). En Él vivimos, nos
movemos y existimos (Hech 17, 28). En Cristo todos somos vivificados (1 Co 15,
22). Dios ha puesto todas las cosas bajo sus pies (1 Co 15, 28). Todas las cosas
fueron hechas por Él y, sin Él, no se hizo nada de cuanto se ha hecho (Jn 1, 3).
Él es el Rey de Reyes y Señor de los señores (Ap 19, 16).
Ahora bien, este Cristo cósmico que centra en Sí todo el cosmos es el
mismo Cristo vivo y resucitado que está entre nosotros en el sacramento de la
Eucaristía. Por consiguiente, Cristo Eucaristía es el centro y punto clave del
universo entero. Donde está Jesús Eucaristía está el centro del universo, el
principio y fin de la historia humana.
188 Dies Domini 1, 8.
113
Al comulgar y unirnos al Cristo eucarístico, estamos uniéndonos con Él al
universo entero y a todos los hombres que han existido, existen y existirán. Por
eso, suele decirse que la misa tiene una dimensión cósmica y universal, y abarca
a todos los hombres de todos los tiempos y lugares y al universo entero.
El Papa Juan Pablo II decía: He podido celebrar la misa en capillas
situadas en senderos de montaña, a orillas de los lagos, en las riberas del mar;
sobre altares construidos en estadios, en las plazas de las ciudades... Estos
escenarios tan variados de mis celebraciones eucarísticas me hacen
experimentar su carácter universal y, por así decir, cósmico. ¡Sí, cósmico!
Porque también cuando se celebra sobre el pequeño altar de una iglesia en el
campo, la Eucaristía se celebra, en cierto sentido, sobre el altar del mundo. Ella
une el cielo y la tierra. Abarca e impregna toda la creación. El Hijo de Dios se
ha hecho hombre para reconducir todo lo creado, en un supremo acto de
alabanza a Aquel que lo hizo de la nada. De este modo, Él, sumo y eterno
sacerdote…, devuelve al Creador y Padre toda la creacin redimida. Y lo hace a
través del ministerio sacerdotal de la Iglesia y para gloria de la Santísima
Trinidad. Verdaderamente éste es el “mysterium fidei” (misterio de la fe) que se
realiza en la Eucaristía: el mundo, nacido de las manos de Dios creador, retorna
a Él redimido por Cristo 189 .
En la misa nos unimos (también) a la liturgia celestial, asociándonos con
la multitud inmensa que grita: La salvación es de nuestro Dios, que está sentado
en el trono, y del Cordero (Ap 7, 10). La Eucaristía es verdaderamente un
resquicio del cielo que se abre sobre la tierra. Es un rayo de gloria de la
Jerusalén celestial, que penetra en las nubes de nuestra historia y proyecta luz
sobre nuestro camino 190 .
El Papa Benedicto XVI, en su libro Al servicio del Evangelio , habla de la
misa cósmica. Por eso, podemos decir que el lugar donde se celebra una misa se
convierte en esos momentos en el punto de concentración del universo, donde se
unen la tierra y el cielo. El Papa Juan Pablo II recalcaba que la misa une el cielo y
la tierra. Abarca e impregna toda la creación 191 . Algo parecido decía san Juan
Crisóstomo, cuando decía al celebrar la misa: Aquí está el cielo 192 .
En la misa Cristo toma una parte representativa de la Creación, el pan y el
vino, y lo hace totalmente suyos, aún más, los hace Él mismo . En el momento de
la consagración, Cristo diviniza la materia cósmica y la lleva a la máxima
manifestación de su evolución como hizo con su cuerpo humano al asumirlo para
189 Encíclica Ecclesia de Eucharistía N° 8.
190 Encíclica Ecclesia de Eucharistía N° 19.
191 Encíclica Ecclesia de Eucharistía N° 8.
192 In epist ad corinthios XXXVI, 5.
114
ser hombre y Dios al mismo tiempo. Cristo diviniza, en cierto modo, el pan y el
vino y diviniza al hombre que lo recibe en la comunión. Así Cristo y la materia
se unen. El cosmos y el hombre se unen con Cristo, formando una UNIDAD, de
modo que el universo y la humanidad están indisolublemente unidos en Cristo,
que lo ofrece al Padre en la misa. Cristo se convierte en puente y centro del
universo, en principio y fin, para la divinización de la humanidad. De esta
manera podemos entender que la historia de cada hombre y de la humanidad en
su conjunto, está centrada en Cristo y recibe su máximo sentido Por Cristo, con
Él y en Él ; palabras hermosas que debemos vivir en el momento de la misa,
cuando el sacerdote eleva la materia divinizada del Cuerpo y Sangre de Cristo y
la ofrece consigo mismo al Padre celestial.
El famoso científico jesuita Teilhard de Chardin habla en sus escritos de
que la historia humana evoluciona y avanza en un movimiento gigantesco de
unificación y de humanización en Cristo, por Él y en Él. Dice: En el seno de
nuestro universo, toda alma es para Dios en Nuestro Señor 193 .
La omnipresencia divina en la que nos hallamos sumergidos es una
omnipresencia de acción. Dios nos envuelve y nos penetra, creándonos y
conservándonos 194 . Y ¿quién es el lazo de unión? El lazo viviente... es aquel en
el que todo se reúne y todo se consuma. Aquel por quien tiene su consistencia
todo el edificio creado: Cristo, muerto y resucitado 195 .
Cristo es el punto de convergencia y de unión de todo el universo creado,
pero no se comporta como un punto de convergencia muerto y pasivo, sino que
es el centro de la radiación de las energías que llevan al universo a Dios a
través de la humanidad 196 .
Reconocemos en Él una omnipresencia que obra en nosotros,
asimilándonos a Él mismo, en unidad del Cuerpo de Cristo. A consecuencia de la
Encarnación, la Inmensidad divina se ha transformado para nosotros en
omnipresencia de cristificación 197 . Dios Padre quiere que todo esté unido a
Cristo y sea cristificado de alguna manera en Él; al igual que lo es el pan y el
vino en la misa o como lo es nuestro cuerpo en el momento de la comunión.
Por ello, concluye diciendo: Un solo acontecimiento se desarrolla en el
mundo: la Encarnación realizada en cada individuo por la Eucaristía. Todas las
comuniones de una vida constituyen una sola comunión. Todas las comuniones
193 El medio divino , Ed. Taurus, Madrid, 1964, p. 42.
194 Ib. p. 127.
195 Ib. p.128.
196 Ib. p. 129.
197 Ibídem.
115
de todos los hombres, actualmente vivientes, constituyen una sola comunión.
Todas las comuniones de todos los hombres, presentes y pasados y por ser,
constituyen una sola comunión 198 .
Lo mismo podríamos decir que no hay más que una sola misa, la misa de
Cristo, que cada sacerdote actualiza y hace presente aquí y ahora en cada
Eucaristía. Algunos autores prefieren decir que el sacerdote hace presente aquí y
ahora el único sacrificio de Cristo, que se prolonga a través de los siglos. Desde
que Cristo existe, como hombre y Dios, sigue ofreciéndose por la salvación del
mundo, y los sacerdotes nos llevan y nos hacen presentes a este único sacrificio
de Jesús, que está ahí permanentemente, para que podamos asistir y disfrutarlo
mientras se celebra la misa del sacerdote. Cristo es como un sol divino, que está
brillando continuamente y, si nosotros, por falta de fe o por lo que sea, tenemos
las puertas y ventanas del alma cerradas, no podemos disfrutar de ese sol divino.
Y en la misa, se abren las puertas y ventanas, y podemos disfrutar del calor y de
la luz del sol que llega al alma y la llena de sus bendiciones, y muy
especialmente en la comunión.
Y dice Teilhard de Chardin: Dios mío, cuando me acerque al altar para
comulgar, haz que discierna desde ahora las infinitas perspectivas ocultas bajo
la pequeñez y la proximidad de la hostia en donde te ocultas. Ya me he
acostumbrado a reconocer bajo este pedazo de pan una potencia devoradora
que, siguiendo la expresión de tus grandes doctores, me asimila, lejos de dejarse
asimilar por mí… En un sentido verdadero los brazos y el Corazón que me abres
son nada menos que todas las fuerzas del mundo juntas 199 .
¿Qué podría hacer para recoger este abrazo envolvente? ¿Qué para
responder a este beso universal? A la ofrenda total que se me hace, sólo puedo
responder con una aceptación total. Al contacto eucarístico reaccionaré
mediante el esfuerzo entero de mi vida, de mi vida de hoy y de mi vida de
mañana, de mi vida individual y de mi vida aliada a todas las demás vidas 200 .
Por tanto, se justifica con un vigor y un rigor insospechado el precepto
implícito de tu Iglesia de que es preciso, siempre y en todas partes comulgar. La
Eucaristía debe invadir mi vida. Mi vida debe hacerse, gracias al sacramento,
un contacto contigo sin límite y sin fin 201 .
Ojalá que hagamos de nuestra vida una común unión con Cristo de modo
que sintamos la necesidad de comulgar todos los días o de encontrarnos con
198 Ib. p.130.
199 Ib. pp. 132-133.
200 Ib. p. 133.
201 Ib. p. 134.
116
Jesús en alguna iglesia solitaria para hacer de nuestra vida entera una comunión
permanente con Jesús. Y por medio de Él con la humanidad y la creación entera.
X. SOMOS LAS MANOS DE DIOS
REFLEXIONES
Piensa: tu vida es diferente a la de los 34 mil millones de seres humanos
que han existido en el planeta hasta hoy. Tú eres único. Dios te ha llamado a la
vida por amor y para amar. Fuera de Dios no podrás encontrar la felicidad que
con tanto anhelo andas buscando. Eres demasiado grande como para que tu
corazón se llene con las pequeñas cosas de este mundo. Tú corazón está hecho
para mares sin orillas, para horizontes sin límites. En una palabra, estás hecho
para Dios. Por ello no te contentes con cualquier placer pasajero. Piensa en
grande. Piensa en la eternidad. Alguien ha dicho que hay que explorar nuevas
playas, plantar árboles de esperanza, avanzar hacia el infinito y nunca instalarnos
o desanimarnos o contentarnos con lo que tenemos. Siempre hay que aspirar a las
alturas, siempre más arriba, siempre adelante. En el camino de Dios no te
detengas.
Decía san Agustín: En esta vida somos caminantes. ¿Me preguntas qué es
caminar? Avanzar siempre. Debes estar siempre descontento de lo que eres, si
quieres llegar a ser lo que no eres. Si te complaces en lo que eres, ya te has
detenido allí. Y, si dices “basta”, estás perdido. Vete siempre sumando, camina
siempre, avanza siempre, no quieras quedarte en el camino, no vuelvas la vista
atrás, no te desvíes. Se detiene el que no adelanta, vuelve atrás el que retorna a
las cosas que dejó; se desvía, el que pierde la fe 202 .
¡Cuánto vale sonreír a un anciano, orar por un agonizante, abrazar a un
amigo, alegrar la vida de un niño o de alguien que está triste! ¡Cuánta alegría
puedes repartir a tu alrededor! ¡Cuánto vale la vida! Por esto, sigue siempre
adelante en el camino del bien. Haz el bien a todo el mundo sin excepción. No te
estanques. Vive con Dios y para Dios todos los instantes de tu vida y haz algo
que valga la pena. Dale un sentido a tu vida, haciendo el bien a los demás.
Cumple tu misión, tienes una misión personal e intransferible. Tu vida es
semejante, pero a la vez diferente a la de todos los demás seres humanos. No te
compares. Tú eres distinto y tienes una vocación especial. Vívela en plenitud,
estés sano o enfermo, seas rico o pobre, sabio o ignorante.
202 Sermón 169, 18.
117
Un ejemplo entre millones. El padre Arrupe, que fue general de los
jesuitas, cuenta que en 1945 vivía en Hiroshima en el momento en que cayó la
bomba atómica sobre la ciudad. Acababa de celebrar la misa, cuando una luz
cegadora redujo a cenizas la ciudad y, en pocos minutos, dejó más de 200.000
entre muertos y heridos. Nadie entendía nada. Su primera reacción fue ir a la
capilla para pedir ayuda. Dice: Por todas partes, muerte y destrucción. Nosotros,
aniquilados por la impotencia. Salí de la capilla y la decisión fue inmediata:
Haríamos de la casa un hospital. Me acordé de que había estudiado medicina.
Años lejanos ya, sin práctica posterior, pero que en aquellos momentos me
convirtieron en médico y cirujano. Fui a recoger el botiquín y lo encontré en
ruinas, destrozado, sin que hubiera en él aprovechable más que un poco de yodo,
algunas aspirinas, sal de frutas y bicarbonato.
Pero en aquel hospital, que no era hospital, y con el médico, que no era
médico, se aliviaron muchos dolores, fueron suavizadas muchas muertes y
curados no pocos 203 .
SUFRIR POR LOS DEMAS
El padre Larráñaga refiere en su libro “ El arte de ser feliz” : He conocido
familias piadosas, que vivieron siempre según sus exigencias de una fe
consecuente y ahora, de pronto, les ha caído una cadena de infortunios
(accidentes de carretera, muertes prematuras, injusticias, quiebras económicas).
No hay otra explicación: están sufriendo por los demás.
He conocido madres de familia, que durante largas épocas llevaron una
vida intachable y ahora, de repente, han sido visitadas por la incomprensión, la
calumnia, la traición o una cruel enfermedad. Si Dios es justo, esto es
incomprensible; no hay otra explicación, sino ésta: están sufriendo por los
demás.
He visto criaturas pequeñas sin culpa ni malicia marcadas para siempre
por la invalidez o por la enfermedad; trabajadores que fueron despedidos,
quedándose sin pan y con ocho hijos en casa; basta asomarse a los pabellones
de un hospital para ver cuántos enfermos se consumen lentamente durante años
y años, hasta extinguirse por completo en una cama; basta recorrer cualquier
calle y entrar casa por casa para encontrarnos con centenares y millares de
víctimas de la mentira, la traición, enfermedades incurables, agonías
dolorosas... Sabiéndolo o sin saber, están sufriendo y muriendo por los demás,
con Cristo, cargando sobre sí las cruces de la humanidad.
203 Puede leerse su libro: Yo viví la bomba atómica.
118
Me diréis que esto es incomprensible, que es absurdo, que no tiene lógica.
Desde luego, si miramos las cosas a través de una prisma de normalidades, todo
esto atenta contra el sentido común y está en contra de la equidad y de la
justicia. Pero después de lo que sucedió en el Calvario, después de que Dios
extrajo de la muerte vida y del fracaso total el triunfo definitivo, todas las
normalidades se vinieron abajo, las lógicas humanas se las llevó el viento,
subieron y bajaron las jerarquías de valores, se hundieron para siempre las
coordenadas del sentido común y, finalmente, nuestras medidas no son sus
medidas ni sus criterios nuestros criterios. El Calvario es la revolución de todos
los valores...
He presenciado en los hospitales, y repetidas veces, la siguiente escena:
cuando yo les explicaba a los enfermos incurables cómo estaban compartiendo
los dolores del Crucificado y cómo estaban acompañándolo en la Redención del
mundo, he visto, mientras ellos miraban fijamente el crucifijo, cómo sus rostros
se revestían de una paz inexplicable y de una alegría misteriosa. Seguramente,
sentían que valía la pena sufrir, porque habían encontrado un sentido y una
utilidad a su sufrimiento.
Su dolor tenía ya un carácter creador, como el dolor de la madre que da a
la luz. Yo no sé si a esto se le podría llamar alegría en el dolor. En todo caso, es
la victoria y satisfacción de quien ha arrancado al dolor su aguijón más terrible,
el sin sentido, la inutilidad.
Un enfermo inútil para todo (humanamente) o cualquier otro atribulado
por las penas de la vida, toma conciencia de que, en la fe y en el amor, está
participando activamente en la salvación de sus hermanos, de que está
completando lo que les falta a los padecimientos del Señor; de que su
sufrimiento no es sólo útil a los demás, sino que cumple un servicio insustituible
en el plan de salvación; de que está enriqueciendo a la Iglesia tanto o más que
los apóstoles y misioneros; de que su sufrimiento, asumido con amor, es el que
abre el camino a la gracia más que cualquier otro servicio; de que los que sufren
con fe y amor hacen presente en la historia de la humanidad la fuerza de la
redención más que ninguna otra cosa; y, en fin, de que están impulsando el reino
de Dios desde dentro hacia delante y hacia arriba. ¿Cómo no sentir satisfacción
y gozo?
Piensa: con el correr del tiempo tu nombre desaparecerá de los archivos
de la vida. Tus nietos y biznietos serán también sepultados en el olvido y sus
nombres se los llevará el viento. De tu recuerdo no quedará más que el silencio.
119
Pero, si has contribuido a la Redención del mundo, asociándote a la tarea
redentora de Jesús con tu propio dolor, habrás abierto surcos indelebles en las
entrañas de la historia, que no los borrarán ni los vientos ni las lluvias; habrás
realizado una labor, que transciende los tiempos y los espacios ¿Cómo no sentir
satisfacción y gozo? Así se comprende aquella explosión de Pablo, cuando dice:
“Ahora me alegro de mis padecimientos” (2 Co 12,10) .
LAS MANOS DE DIOS
Hemos visto a lo largo de estas páginas cómo Dios actúa en el mundo de
diferentes maneras. Las manos de Dios están presentes en la historia humana,
pero Él quiere que nosotros, cada uno en particular y todos en general, podamos,
en su nombre y con su poder, hacer el bien a los demás. Cada uno debe ser un
rayo de luz en este mundo de tinieblas. Cada uno debe sembrar esperanza, alegría
y amor a los que lo rodean como hicieron los santos. Nosotros debemos ser las
manos de Dios en el mundo.
He visto en un cementerio un Cristo sin brazos y sin piernas y me acordé
de aquel Cristo encontrado en cierto pueblo de España después de la guerra civil
(1936-1939). El párroco no quiso restaurarlo y lo dejó así a la vista de todos en la
iglesia parroquial para que todos fueran conscientes de que Cristo quiere que
nosotros seamos sus manos y sus pies para ayudar a los demás. El Cristo roto nos
interpela y nos habla a cada uno, si estamos cumpliendo fielmente nuestra
misión.
Veamos un caso concreto. Un día la Madre Teresa de Calcuta caminaba,
rezando su rosario, por las calles de Calcuta y vio a una niña que estaba tosiendo
y casi muerta de frío, con un vestido roto y sucio. Pedía limosna con cara de
hambre. Todos pasaban de largo. Aquel espectáculo la conmovió, la ayudó como
pudo y pensó interiormente: ¿Por qué Dios permite esto? ¿Por qué no hace algo
para que esto no suceda? Y por la noche, en el silencio de su habitación, oyó la
voz de Dios que le dijo: Sí he hecho algo para solucionar estos casos; te he
hecho a ti.
Pues bien, eso mismo podía decirnos a cada uno de nosotros, cuando
queramos pedirle cuenta de los males que suceden a nuestro alrededor.
Un autor escribió: Cuando veía a un enfermo que sufría sin consuelo una
enfermedad incurable, cuando veía a un anciano abandonado o a un pobre sin
esperanza, me preguntaba: ¿Dónde está Dios?
120
Cuando veía a un moribundo en su agonía lleno de dolor, cuando veía a
una esposa traicionada y abandonada o veía niños inocentes, que sufrían sin que
nadie les tuviera compasión, me seguía preguntando: ¿Dónde está Dios?
Cuando veía mujeres de la calle, hombres sin compasión, asesinos a
sueldo o jóvenes sin ilusión, me tenía que seguir preguntando: ¿Dónde está
Dios? ¿Es que Dios era indiferente ante la miseria y el dolor humano? ¿Es que no
tenía compasión de sus hijos que sufrían? ¿Es que no le importaba que siguieran
sufriendo injustamente y, a veces, sin fe y sin esperanza?
Un día tuve la osadía de enfrentarme a Dios y decirle: Señor, ¿por qué
permites tanto sufrimiento? ¿Por qué no haces algo para que haya más amor y
más consuelo? ¿Dónde están tus manos para acariciar a tantos que necesitan
consuelo y amor, porque nadie los quiere? ¿Por qué no echas una mano de
ternura a los que más te necesitan, especialmente a los que más sufren?
Después de un largo silencio, escuché una voz en el fondo de mi alma, que
me dejó sin aliento. Él me dijo: Hijo mío, ¿no te das cuenta de que yo quiero que
tú seas mis manos y mis pies, mi corazón y mi alma, y que, con tu vida y tu amor,
lleves alegría y consuelo a los que lo necesitan? Entonces, comprendí, de un solo
golpe, que yo debía ser las MANOS DE DIOS y que, en vez de criticar a Dios, lo
que debía hacer era atreverme a hacer algo con mis manos por los demás. Sí, me
di cuenta de que mis manos estaban sin llenar, que no habían dado todo lo que
debían dar, que no habían consolado ni amado ni perdonado como debían, ni
habían sabido compartir tanto amor que tenía guardado en mi corazón. Por eso,
me propuse, a partir de ese día, repartir a manos llenas todo lo que Dios me había
dado para que, al final de mi vida, pudiera entregarle mis manos vacías, porque
habían entregado todo sin guardarme nada. Pero también le daría mi corazón
lleno de amor y lleno de nombres, de tantas personas a quienes había ayudado a
ser felices.
Señor, ¿quieres mis manos para dar amor
a los pobres y enfermos?
Señor, te doy mis manos.
¿Quieres mis pies para pasar el día, visitando a los encarcelados,
a los necesitados o a los marginados?
Aquí están mis pies.
¿Quieres mi voz para pasar todo el día hablando
a quienes necesitan palabras de amor?
Aquí está mi voz.
Señor, ¿quieres mi corazón para amar
todo el día y toda la noche
a quienes me rodean?
121
Aquí está, Señor, mi corazón y mi vida.
¿Quieres mi dolor para seguir salvando
a los hombres?
Aquí está mi dolor y mi alma con todo lo que
tengo y todo lo que soy.
DECIDETE A SER SANTO
Tú puedes ser santo. Dios lo quiere y te lo dice: Te escogí antes de la
creación del mundo para que fueses santo e inmaculado por el amor (Ef 1, 4).
Por ello no seas mediocre. No seas flojo ni comodón, no seas como el agua del
río, alegre y saltarina, que se estanca cansada y muere podrida. Vive con todas
tus fuerzas, no las dilapides con falsos amores. Toma en serio tu vida. Despierta
tus energías dormidas. Toca, con el arpa de tu alma, las mejores melodías para
alegrar la vida de tus hermanos.
Decía el poeta Adolfo Bécquer:
Del salón en el ángulo oscuro
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro que duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
¡Ay! –pensé-. ¡Cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma
y una voz como Lázaro espera
que le diga: Levántate y anda!
Así que levántate, despierta, canta himnos a tu Dios. Ora, lucha por la
verdad, comparte tu fe. Que tu vida sea un canto permanente de agradecimiento
por esta vida tan hermosa que Él te ha dado. Tu Padre Dios espera más de ti. Tus
hermanos te necesitan. No los defraudes. Descubre los tesoros de amor que hay
en tu corazón. Saca las notas dormidas del arpa de tu vida. Levántate y descubre
el tesoro de pureza que llevas dentro. Todavía puedes dar mucho más. Sigue
adelante. No te desanimes. Dios te ama y te sonríe. Sonríe tú también, porque
Dios te ama y te regala el don de la vida para servir y amar a los demás.
122
Al final de la historia el triunfo será de Dios. Y nos asegura a todos: Yo he
vencido al mundo (Jn 16, 33). Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin
del mundo (Mt 28, 20). No te dejes vencer por el mal, vence al mal con el bien
(Rom 12, 21). Ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni lo
presente, ni lo futuro, ni las potestades, ni la altura, ni la profundidad, ni
ninguna otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios, manifestado
en Cristo Jesús, Nuestro Señor (Rom 8, 38-39).
123
CONCLUSIÓN
Después de haber analizado a vista de pájaro algunos puntos sobre la
historia de los hombres y la influencia positiva de Dios en los acontecimientos
humanos, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que las manos de Dios están
presentes en la vida de cada ser humano y de todos en general.
Dios, como Padre amoroso, no puede olvidarse de sus hijos, a quienes ha
creado con infinito amor para hacerlos felices eternamente, a no ser que ellos,
directa y personalmente, lo rechacen y prefieran irse a vivir toda la eternidad con
los demonios y los rebeldes que rechazaron también a Dios.
Hemos visto algunas batallas, apariciones y hechos concretos en los que
Dios se ha manifestado claramente y, sobre todo, en la vida de los santos, a
quienes ha elevado a la cima de la santidad y por medio de ellos ha influido
poderosamente en la sociedad humana.
Ahora sólo nos queda dar gracias a Dios, porque nuestra vida, aunque no
lo entendamos plenamente y, a veces, parezca que Dios se ha olvidado de
nosotros, sin embargo, está llena de Dios. Dios nos ama infinitamente, Dios
como Padre nos guía y protege y nos aconseja, incluso por medio de sus ángeles,
de sus santos y de otras personas buenas, para ir por el camino del bien, que es el
único camino de la felicidad.
Agradezcamos a nuestro Padre Dios por todos los dones recibidos de su
bondad y por tantas bendiciones recibidas. Seamos por ello agradecidos y
llevemos a otros a Dios para que en Él encuentren la paz y la felicidad que andan
buscando.
Que Dios te bendiga por medio de María.
Saludos de mi ángel. Tu hermano y amigo del Perú.
P. Ángel Peña O.A.R.
Parroquia La Caridad
Pueblo Libre - Lima - Perú
Teléfono 00(511)461-5894
&&&&&&&&&&&
Pueden leer todos los libros del autor en
www.libroscatolicos.org
124
BIBLIOGRAFÍA
Ana de San Bartolomé, Obras completas , 2 tomos, Teresianum, Roma, 1981.
Artigas Mariano y Melchor Sánchez de Toca, Galileo y el Vaticano , BAC,
Madrid, 2002.
Carrel Alexis, Viaje a Lourdes , Ed. Iberia, Barcelona, 1957.
Dawson Christopher, La religión y el origen de la cultura occidental , Ed.
Encuentro, Madrid, 1995.
Eusebio de Cesarea, De vita Constantini imperatoris , Patrologia griega MIGNE,
tomo 20, libro I.
Frossard André, Dios existe, yo me lo encontré , Ed. Rialp, Madrid, 2001.
García Morente Manuel, El hecho extraordinario , Ed. Rialp, Madrid, 2002.
Gimpel Jean, The medieval machine: the industrial revolution of the middle ages ,
Nueva York, 1976.
Guenter Risse, Mending bodies, saving souls: a history of hospitals , Oxford
university press, Nueva York, 1999.
Guitton Jean, Dios y la ciencia , Ed. Debate, Madrid, 1995.
Henri Delassus, La misión posthume de sainte Jeanne d´Arc , Ed sainte Jeanne
D´Arc, 1983.
Jaramillo Diego, Santos de América , Ed. Minuto de Dios, Bogotá, 1987.
Jerónimo de Mendieta, Historia eclesiástica indígena , BAE, Madrid, 1973.
Juan Pablo II, Don y misterio , BAC, Madrid, 1996.
Juan Pablo II, Memoria e identidad , Ed. Esfera de los libros, Madrid, 2005.
Lemoyne, Amadei, Ceria: Memorias biográficas de San Juan Bosco , 19 vol., Ed.
Central catequística salesiana, Madrid, 1981-1989.
Lucía de Fátima, Memorias de Lucía , Ed. Sol de Fátima, Madrid, 1974.
L´Inquisizione, atti del Simposio internazionale , Ed. Vaticana, 2003.
María de Jesús de Ágreda, Mística Ciudad de Dios , tomo V, Madrid, 1985.
Messori Vittorio, El gran milagro , Ed. Planeta, Barcelona, 2001.
Messori Vittorio y Cammilleri Mino, Gli occhi di Maria , Ed. Rizzoli, Milán,
2003.
Omaechevarría, Escritos de Santa Clara y documentos complementarios , BAC,
Madrid, 1999.
Peyret Raymond, Marta Robin , Ed. Eafit, Medellín, 1984.
Phillips Robert, Last things first , Roman catholic books, 2004.
Plandolit Luis Julián, El apóstol de América San Francisco Solano , Ed. Cisneros,
Madrid, 1963.
Positio super virtutibus (de la beata Ana Catalina Emmerick), 3 vol., Tipografía
Guerra, 1992.
Positio super virtutibus , 9 vol., Processus beatificationis et canonizationis servi
Dei Pii a Pietrelcina, 1997.
125
Proceso de beatificación de fray Martín de Porres , Ed. Secretariado Martín de
Porres, Palencia. Transcripción del original, correspondiendo a los años 1660,
1664 y 1671.
Proceso ordinario de canonización de santa Rosa de Lima , Lima, 2002.
Quicherat Jules, Proces de condamnation et de réhabilitation de Jeanne d´Arc ,
dite la Pucelle, París, 1841.
Roth Cecil, La Inquisición española , 1999.
Serrano Luciano, España en Lepanto , San Lorenzo de El Escorial, Madrid, 1986.
Stark Rodney, El auge del cristianismo , Ed. Andrés Bello, Santiago de Chile,
2001.
Steiner Johannes, Teresa Neumann , Ed. Herder, Barcelona, 1991.
Teilhard de Chardin, El medio divino , Ed Taurus, Madrid, 1964.
Toribio de Benavente, Motolinía, Historia de los indios , México, 1969.
Valeriano Antonio, Nican Mopohua , Ed. Salesiana, Lima.
Woods Thomas, Cómo la Iglesia construyó la civilización occidental , Ed.
Ciudadela, Madrid, 2007.
&&&&&&&&&&&
126