Voz del Papa
No hay oraciones inútiles
José Martínez Colín
1) Para saber
El Papa Benedicto XVI ha vuelto a tratar el tema de la oración,
ahora a partir del libro del Apocalipsis. Dado que está lleno de
simbolismos, es interesante que la Iglesia, a través de su voz
autorizada, interprete esos textos. Existe el peligro de interpretarlos
erróneamente si nos apartamos del Magisterio de la Iglesia.
En el Apocalipsis se encuentra el símbolo del libro sellado por
siete sellos y que nadie puede abrir. Este libro contiene el plan de
Dios sobre los acontecimientos de los hombres (cfr Ap 5,1ss). Pero,
¿cómo comprenderlo? El Papa nos dice que la oración es el camino
para saber leer los hechos de la historia y de nuestra misma vida.
Mediante la oración levantamos los ojos al Cielo de Dios y nos
ponemos en relación constante con Cristo. Sólo abriéndole a Él
nuestro corazón y nuestra mente con la oración personal y
comunitaria conoceremos su santa Voluntad.
La oración es como una ventana abierta que nos permite tener
la mirada vuelta hacia Dios, no solamente para recordarnos la meta
hacia la cual nos dirigimos, sino también para dejar que su Voluntad
ilumine nuestro camino terreno y nos ayude a vivirlo con intensidad
y empeño.
2) Para pensar
En junio de 1873, el primer presidente de los Estados Unidos,
Jorge Washington, envió una circular a los gobernadores de todos
los estados. En su escrito deja entrever que era un hombre de fe y
de oración.
En el final de su carta decía: “Mi oración más sincera a Dios es
que os bendiga y que tenga vuestro estado bajo su protección. Que
él se digne inclinar el espíritu de los ciudadanos a la subordinación y
obediencia al gobierno, y despertar un sentimiento de amor
fraternal de los unos hacia los otros y, en particular para sus
hermanos que han peleado en los campos de batalla; y finalmente,
que su gracia nos mueva a todos a hacer justicia, a amar la
misericordia y a conducimos con esa claridad, mansedumbre y
templanza que caracterizan al Divino Autor de nuestra bendita
religión, pues sin imitarlo con humildad nunca podremos esperar
que la nación sea feliz.”
Hoy en día, en que a veces impera tanta corrupción y pérdida
de valores, es necesario levantar la mirada al Señor y pedirle la
sabiduría y fuerza para sabernos conducir.
3) Para vivir
El Apocalipsis nos presenta también a un ángel que quema
continuamente los granos de incienso. Significan nuestras oraciones,
cuyo suave olor sube a la presencia de Dios. Todas nuestras
oraciones -con sus limitaciones, fatiga, aridez, e imperfecciones- son
purificadas y llegan al corazón de Dios.
Dice el Papa que debemos estar seguros de que no hay
oraciones superfluas, inútiles; ninguna se pierde. Y encuentran
respuesta, aunque a veces sea misteriosa, porque Dios es Amor y
Misericordia infinita.
A menudo, frente al mal, se tiene la sensación de no poder
hacer nada, pero es justamente nuestra oración la que hace más
fuerte nuestro cotidiano compromiso por defender el bien.
Como cristianos no podemos nunca ser pesimistas. La oración
nos educa a ver los signos de Dios, su presencia y acción, más aún,
a ser nosotros luz del bien, que difunde la esperanza e indica que la
victoria es de Dios.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero en Computación por la UNAM y Doctor en Filosofía por la
Universidad de Navarra
( articulosdog@gmail.com )