Voz del Papa
Ecos del Sínodo en el “Ao de la Fe”
José Martínez Colín
1) Para saber
Hace días se dio por concluido el Sínodo de Obispos cuyo
tema era “La nueva evangelizacin para la transmisin de la fe
cristiana”. Dado que se quiere “evangelizar”, el Papa Benedicto XVI
quiso reflexionar sobre lo que significa la palabra “Evangelio”.
El Papa decía que esa palabra tiene una larga historia, pues
aparece desde Homero y significaba el anuncio de una victoria, de
un bien, de una alegría, de felicidad. También el profeta Isaías (cfr
Is 40,9), la utiliza para significar el anuncio de la alegría que viene
de Dios, una voz que hace comprender que Dios no se ha olvidado
de su pueblo, que Dios está aquí y renueva la historia de su amor.
Los romanos, en tiempos de Jesús, utilizaban la palabra
“evangelizar” para indicar que se transmitía la palabra del
Emperador, un mensaje de salvación, pues estaba cargado de
poder; era un mensaje de salvación y de salud.
En el Nuevo Testamento, con el nacimiento de Nuestro Señor
Jesucristo, “evangelizar” significará llevar la palabra del verdadero
Emperador y Rey del Universo, Jesús, a todas las gentes. Un
mensaje que, como Jesús mismo lo recuerda, lleva la alegría,
felicidad y alivio a los marginados, a los encarcelados, a los que
sufren y a los pobres, en una palabra, anuncia la salvación.
2) Para pensar
Algunas personas se preguntan: si Dios existe, ¿por qué no
nos habla? El papa Benedicto XVI responde: Precisamente
«Evangelio» quiere decir que Dios ha hablado, que Dios existe y ha
roto su silencio. Este hecho como tal es salvación: Dios nos conoce,
Dios nos ama, ha entrado en la historia. Jesús es su Palabra, es Dios
con nosotros, el Dios que nos enseña, que nos ama, que sufre con
nosotros hasta la muerte y resucita. Este es el Evangelio mismo:
Dios ha hablado, ya no es el gran desconocido, sino que se ha
mostrado a sí mismo y esta es la salvación.
Una periodista, Paloma Borrego, acompañó al beato Juan
Pablo II a un viaje pastoral a Australia. Fue muy cansado y
agotador, e implicó el movimiento de muchas personas. A su
regreso se animó a preguntarle si merecía la pena tanta fatiga para
un viaje. El papa le respondi: “Sí, claro que merece la pena,
porque soy portador para el mundo de un mensaje de salvación. Un
mensaje que ha costado nada menos que
la sangre de Cristo
. No
hay cansancio ni dinero suficiente para pagarla”. Eso es evangelizar.
3) Para vivir
Dios es quien hace su Iglesia, y a nosotros, los hombres, nos
corresponde dar a conocer lo que ha hecho Él. La Iglesia no
empieza con el «hacer» nuestro, sino con el «hacer» de Dios. Los
Apóstoles no dijeron: ahora queremos crear una Iglesia, y
elaboraron una constitución. No, ellos oraron y esperaron, porque
sabían que sólo Dios mismo puede crear su Iglesia: si Dios no obra,
nuestras cosas son sólo nuestras y son insuficientes.
Sabiendo la necesidad de Dios, el Papa nos invita a comenzar
todos nuestros actos invocándolo. Puede ser también interiormente,
sin expresiones que puedan resultar raras. Pues sólo si Dios
precede nuestras obras, hace posible nuestro caminar. Solo si
imploramos esta iniciativa divina, podremos también ser -con Él y
en Él- evangelizadores.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero en Computación por la UNAM y Doctor en Filosofía por la
Universidad de Navarra