CUANDO SE APAGA TU LUZ 4 Noviembre 2012 E. Orellana
Cuando tu luz, tras una repentina ráfaga de viento, se apague;
y tu fe, frente a la embestida del huracán de la vida, se doble;
y ese gran esfuerzo, no obstante tu ardua labor, un día se agote;
y el resplandor de la esperanza, por el hastío, de pronto se acabe…
¡suéltalo todo, abandónate y ponte completamente “en las manos” de Dios!...
son esos duros momentos de silencio y espera cuando más anhelas su Voz.
Cuando tu sonrisa, frente a la traición y el engaño, congelada se quede;
y tu gusto por dar, ante un revés de la vida, en urgencia de recibir se
transforme;
y adolorido por verte herido, no obstante desear estar bien, es lo que a ti te
sucede;
y tus fuerzas para luchar ya no te responden, sintiéndote a cada rato
inconforme…
¡suéltalo todo, anímate y ten la seguridad de que aún estás “en la mente” de
Dios!...
es al entregarnos con todo, lo bueno y lo malo, cuando más reclamamos su
Amor.
Cuando tu luz, tras una repentina ráfaga de viento, se apague…
recuerda: sólo acercándote a la Luz infinita y eterna puede volverse a prender
y dar de nuevo calor.