Saber mostrar a Cristo
Un rico legado por herencia
José Martínez Colín
1) Para saber
En una de nuestras reflexiones pasadas acudíamos a una de las
últimas intervenciones del Papa Benedicto XVI donde se cuestionaba
cómo hablar de Dios hoy en día, cómo anunciar el Evangelio en
nuestro tiempo. Y se consideraba que, para hablar de Dios, se requiere
tener familiaridad con Él, tratarlo en la oración.
Ahora el Papa nos indica el camino a seguir: el de la humildad
que Jesús mismo vivió. Dios, al hacerse uno de nosotros, vivió la
humildad en la casa de Nazaret y en la gruta de Belén, y nos mostró el
gran amor de Dios. En la medida en que seamos humildes,
conoceremos mejor a nosotros y a Dios y lo podremos mostrar
fidedignamente a los demás.
2) Para pensar
El Papa no solo nos ha dicho que la humildad es la manera más
apropiada para mostrar a Dios, sino que él mismo la ha vivido. Estando
cierto de quien es Dios y es quien gobierna la Iglesia como Pastor
eterno, nos ha dejado el ejemplo de una gran humildad al saberse
apartar.
Así como nuestro Señor Jesucristo en todo momento cumplió la
voluntad de su Padre, aunque eso le traía enemistades, tanto que lo
llevaron a ser crucificado, ahora el Papa quiso cumplir en todo la
voluntad de Dios, como nos lo dejó escrito: “Después de haber
examinado ante Dios reiteradamente…” No le fue fácil, pues sabía que
suscitaría muchos comentarios respecto a su persona, algunos nada
agradables, como desgraciadamente lo hemos comprobado. Sin
embargo, puso en primer lugar la voluntad de Dios, antes que a sí
mismo.
Las personas hemos de luchar por no querer ser el centro de
todo. El famoso pintor surrealista Salvador Dalí no se caracterizaba
precisamente por su humildad. En una ocasión le presentaron en París
a una actriz llamada Madeleine Reanud. Ella le dijo: “Maestro, créame
que yo le admiro mucho”. Contest el pintor: “Yo también, seora”. La
actriz quiso aclarar: “¿Me ha visto actuar?” A lo que Dalí respondi:
“No hablo de usted, seora, sino de mí. Yo también me admiro mucho
de mí”.
Pensemos si nuestros actos no están dirigidos a ser el centro de
todo, en vez de buscar hacer la voluntad de Dios.
3) Para vivir
El Papa con su renuncia nos comunica, además, que es a Cristo a
quien seguimos, que es Dios quien realmente importa, y el Papa, sea
quien sea, deberá siempre centrar su pontificado en poner a Cristo en
el centro, no en sí mismo.
De esa manera, nos ha mostrado a Dios mismo: “Para hablar de
Dios, tenemos que dejarle espacio en la esperanza de que es Él quien
actúa en nuestra debilidad: dejar espacio sin miedo, con sencillez y
alegría, en la profunda convicción de que cuanto más lo pongamos en
medio, y no a nosotros, nuestra comunicacin será más fructífera…
Tenemos que ser cada vez más anunciadores de Cristo y no de
nosotros mismos”.
El Papa nos afirma que mostrar a Dios será comunicar, con la
palabra y la vida, al “Dios que nos ha mostrado un amor tan grande,
de encarnarse, morir y resucitar por nosotros; ese Dios que nos invita
a seguirlo y dejarnos transformar por su amor inmenso para renovar
nuestra vida y nuestras relaciones; el Dios que nos ha dado a la
Iglesia, para caminar juntos y, a través de la Palabra y los
Sacramentos, renovar la entera Ciudad de los hombres”.