Primeras palabras del Papa
Una primera enseñanza
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
Con gran alegría y entusiasmo hemos recibido la noticia de la
elección del nuevo Papa Francisco I. Con ello recordamos las palabras
de nuestro Señor: “No os dejaré huérfanos (…). Yo rogaré al Padre y
os dará otro Paráclito para que esté con vosotros siempre” (Jn 14, 18 y
16).
Con las primeras palabras que pronunció el Papa desde el balcón
de la Basílica de San Pedro, llenas de sencillez y humildad, sin
pretenderlo, nos ha dejado una gran enseñanza: la importancia y
necesidad que tenemos de la oración. Nos está mostrando que hemos
de tener una gran fe en que es Dios mismo quien guía la Iglesia.
Veamos: En un gesto de humildad y unidad, lo primero que pidió
fue una oración por el obispo emérito de Roma, Benedicto XVI. Pidió
que lo acompañaran a rezar un Padrenuestro y una Avemaría para que
la Virgen lo cuide. Rezó junto a miles que estaban en la plaza de San
Pedro, y con muchísimos más que seguían la transmisión a través de
los medios de comunicación. Fue una muestra de agradecimiento y
respeto por todo lo que hizo Benedicto XVI, así como un signo de
unidad y continuidad.
Después, en un segundo momento, pidió un favor: que todos
rezaran al Señor para que lo bendijera, y acto seguido se inclinó para
recibirla en un acto de humildad y fe.
Luego, en un tercer momento, rezó por todos los fieles,
otorgando las indulgencias que conlleva su bendición.
Por último quiso anunciarnos su intención de ir al día siguiente a
encomendarse a la santísima Virgen María, como efectivamente lo
hizo, llevándole un ramo de flores y poniendo su pontificado bajo su
protección.
2) Para pensar
Fue notorio el gran entusiasmo y emoción que suscitó la elección
del nuevo Pontífice, pero el amor al Papa no se limita a la novedad o el
momento, sino que es más profundo y fuerte.
La Iglesia se llena de un gozo inmenso porque sabe que Cristo
puso a Pedro, el Apóstol, como pastor para que guíe a su Iglesia.
Como se￱ala el Concilio Vaticano II, Jesucristo “puso al frente de los
demás Apóstoles al bienaventurado Pedro e instituyó en la persona del
mismo el principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de fe
y de comuni￳n”. Por eso decimos que donde está Pedro se encuentra
la Iglesia de Cristo.
Por ello, no importa ni la nacionalidad, ni la edad, o cualquier
otra característica de la persona del Papa, de todas maneras se le
ama, obedece y respeta. Al amor humano que se le tiene, se le añade
un amor sobrenatural basado en profundas razones espirituales.
3) Para vivir
Esa confianza en la oración la mostró el Papa al decirnos que
caminamos todos juntos el camino de la Iglesia en la caridad. Pues un
modo de vivir ese amor es ayudarnos con la oración. El Papa invitó a
rezar unos por otros, por todo el mundo, para que haya una gran
fraternidad y sea un gozo ver los frutos de la evangelización.
El Papa nos transmite esa confianza en Dios, como lo hace un
padre con sus hijos, y, sin decirlo, parece recordarnos lo que su dos
antecesores nos decían a menudo al recordarnos las palabras de
Jesús: “No tengáis miedo!”
Recemos, pues, a diario por el Romano Pontífice y
encomendémoslo, como él lo hizo, en manos de la Virgen.
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