El testimonio de una exmusulmán
La fuerza del perdón
Pbro. José Martínez Colín
1)
Para saber
En ocasiones nos podemos acostumbrar a las cosas, que aunque
sean valiosas ya no las apreciamos. Hay ejemplos que nos ayudan a
recordarlo. Este es el caso de Joseph Fadelle y su mujer, musulmanes,
que descubrieron el Evangelio y decidieron convertirse al catolicismo,
aunque esa decisión aún les puede costar la vida.
Joseph se llamaba Mohammed al-Sayyid antes de su conversión.
Nació en Irak en 1964 y pertenecía a una familia aristocrática muy
influyente de su país. Su familia desciende directamente de Mahoma.
Todo comenzó cuando prestó su servicio militar. Coincidió con un
compañero que era católico. Le parecía algo inconcebible, pues el
Corán les exige: “Si encontráis judíos o cristianos, no los saludáis; si
tenéis que caminar con ellos, intentáis dejarle el peor camino”.
La curiosidad hizo que empezara a preguntarse cosas y a
preguntarle a su compañero. Le sorprendió que le aconsejara que
leyera bien el Corán. Después de un tiempo su compañero se fue.
Luego se enteró que había muerto accidentado en un coche. Piensa
Joseph que había cumplido su misión, pues le hizo descubrir un tesoro.
Decidió bautizarse, sin imaginarse todo lo que le vendría encima.
2) Para pensar
Cuando sus familiares se enteraron reaccionaron violentamente y
lo persiguieron para matarlo. Se proclamó la llamada “fatwa” contra él,
que consiste en una ley en que obliga a matarlo a cualquiera, aunque
sean niños, y, si no lo hace, se le considerará un traidor. Joseph huyó
a Jordania, pero hasta allá fueron a buscarlo. Su tío y sus propios
hermanos, le dispararon a bocajarro dejándolo tirado en la calle
creyendo que había muerto. Pero una persona se apiadó y lo llevó al
hospital, salvándole la vida. Luego pasó más de un año en una cárcel,
y soportó torturas y vejaciones, pero no se rindió.
Comenta Joseph que no tiene nada contra los musulmanes, “son
personas buenas, como tú y como yo. Les pido en conferencias, a
través de Internet, que busquen entenderlo… me gustaría ayudarles a
que vieran todas las contradicciones del Islam: ¡explicárselo para que
reflexionaran!” Reza mucho por su familia y todos los musulmanes y
no les guarda rencor.
En el Islam se premia al que lee el Corán, sin embargo, dice
Joseph, no se tiene el derecho de preguntarse sobre lo que se lee. Él
lo hizo y no le quisieron responder: “Me atrevería a decir que el 99.99
% de los musulmanes no sabe nada del Islam. Lo son por tradición
familiar… el resto –los grandes jeques, los presidentes, los reyes…- sí
lo saben, pero no quieren perder lo que tienen: poder, dinero,
negocio…”
3) Para vivir
A Joseph le gustaría volver a su país para dar su testimonio, pues
conoce su mentalidad pero no le es posible, pues ahí todos quieren
matarlo: “Ése es el único obstáculo” afirma.
Una diferencia que encontró con el catolicismo es que en éste a
veces no se hace caso a lo indicado por la Iglesia, pero ese es el riesgo
de la gran libertad que hay, es una religión que propone obedecer por
amor. En el Islam se obedece más, pero es por miedo.
Cuando le preguntaron si tenía miedo, respondió que no, “Tarde
o temprano me van a matar, pero ya no tengo miedo… me han
amenazado varias veces, incluso hace poco un niño de trece años lo
hizo porque así se lo mandó un jeque, que es un líder religioso”.
Valoremos la libertad que tenemos para creer.