ASUNTO DE FAMILIA .
No soy muy ducho en estas cuestiones del periodismo.
Sé que hace más de dos décadas escribo para el “Diario Cambio”.
No logro explicarme como han tolerado, durante tanto tiempo, mis
divagues.
Nunca me indicaron sobre lo que debía escribir y sobre lo que no debía
hacerlo.
“Escriba sus sermones” me sugirió Carlos Artía (en ese tiempo director del
Diario).
Creo que ha sido lo único que no he escrito.
No hace mucho, un lunes a las dos de la tarde, suena el teléfono.
Era del diario “Crónicas” (de Mercedes) solicitándome autorización para
publicar mis artículos.
No sé muy bien cual es el grado de parentesco entre “Diario Cambio” y
“Crónicas” pero sé que son medio “parientes”.
Entre las dos cosas hay una pequeña diferencia.
Escribo para “Diario Cambio” y publicarían algunos de mis artículos en
“Crónicas”.
No hice muchas preguntas sobre la modalidad de la publicación.
Supuse que habrían de elegir aquellos más publicables mientras que en
“Diario Cambio” continuarían con la paciencia de continuar publicando a la
espera de que alguna vez escribiese alguno medianamente digno.
En un primer momento se me ocurrió que podría redactar algún artículo
más mercedario para “Crónicas” pero inmediatamente rechacé la idea.
Solamente yo sé lo mucho que me cuesta enviar dos artículos semanales
para “Diario Cambio” como para pretender realizar alguno más para
“Crónicas”.
La idea podía ser buena pero debo asumir mis limitaciones.
Una cosa es lo ideal y otra muy distinta es la realidad.
Ello, creo, es lo más difícil de asumir.
Poder tener bien los pies sobre la tierra como para saber de nuestras
limitaciones y de nuestras posibilidades.
Tener bien los pies sobre la tierra y no pretender lo que no podemos o
negar lo que está a nuestro alcance.
No somos superhombres ni somos completamente negados.
Siempre podemos realizar algo y debemos ser conscientes de tal cosa.
En oportunidades solemos gustar más lo que hacen los demás y hacer lo
nuestro mirando de reojo al lo de otros.
En oportunidades nos ganan los celos por lo que a otros se les confía
cuando nos hacíamos la idea de tener esa oportunidad.
Son realidades que se dan en todos los ámbitos.
Pero por más que sean realidades comunes no implica sean realidades
correctas.
Como tampoco es correcta aquella postura que, se nos decía, corresponde
al humilde.
“Yo sirvo para nada”. Quien tenía dicha actitud era el modelo del humilde.
Nada más lejos de lo correcto. Tal actitud responde a la comodidad y a la
ingratitud para con Dios.
Es no reconocer los dones que Dios nos regala y es negar a los demás de
nuestras capacidades.
Miro nuestra realidad de Iglesia y…………
¿Cuántas realidades podrían ser muy distintas si fuésemos más realistas?
Por suerte no todos los curas somos iguales. Cada uno poseemos nuestras
cualidades y nuestros límites.
En oportunidades, parecería, estamos más ocupados en fomentar la
uniformidad que la unidad.
En oportunidades, parecería, cuesta aceptar los acentos particulares en
lugar de reconocerlos y valorarlos como don para los demás.
Pero, yo supongo, esta ha de ser una realidad que se da en todos los
ámbitos y, por ello, no vale la pena detenerse en aspectos particulares.
Lo importante es que todo debe ayudarnos a tener los pies sobre la tierra
aunque debamos reconocer que muchas veces nos equivocamos.
Lo importante es que con nuestras determinaciones podamos hacer el
menos daño posible.
Con nuestras determinaciones perjudiquemos lo menos posible y que el
bien común sea la razón de nuestros actos.
Ubicación, pies sobre la tierra y………… los asuntos de familia, con buena
voluntad se superan.
Padre Martín Ponce de León SDB