Un adolescente visita al Santísimo...
Dedicado a todos los que perseveran a pesar de las dificultades
Hola Jesús, mi querido amigo. Te voy a decir la verdad, estuve anhelando mucho,
mucho este momento de encuentro con vos. Siempre me hablan del Sagrario, que vos estás
ahí, pero aveces, pinta la “fiaca” y me alejo de tu lado. No siempre tengo ganas de venir,
además, (no es excusa) pero, la gente de la Iglesia cuando me ve entrar, me mira como
diciendo: “quien es este?, está loco...que viene a hacer acá”. A mi que no me cuesta
demasiado , enseguida me desanima y me voy para otro lado..
No sabes lo que te necesito Jesús. Estoy vacío y te necesito a vos. Primero y
principalmente a vos. Desde chico te quiero como mi amigo pero la adolescencia es difícil y
casi siempre me olvido de ti. Te confieso que no es fácil ser feliz, siendo adolescente hoy en
día. Uno tapa muchas cosas con el boliche, el baile, el alcohol, las risas, la moda el “celu”, el
“facebook”, los “amorcitos” de un día...
pero en realidad nos falta algo para ser felices de verdad. Sos vos Jesús, vos nos haces falta,
me haces falta. Tenes que lavar mi corazón y entrar en él, porque esta hecho un desastre.
Tenés que “tomarte” un tiempo solo para mi. Tengo muchos dolores... te los quiero contar... te
los quiero dar...
A los adultos aveces les parece que yo no presto atención a nada, que vivo sumergido
en la “compu” y contesto “si” o “no” sin mucho sentido, que estoy en mi mundo, que vivo en
la pavada...pero vos sabes cuanto sufro, cuanto lloro “solo” junto a mi almohada...Jesús
querido amigo, cuanto te necesito. Te necesito en mis dolores, en mis vacíos, en mis pecados,
en mis frustraciones...Jesús querido amigo, “Cristo vivo” que también tuviste mi edad, no me
sueltes, no me dejes. Muchas veces parecerá que estoy atrapado por el “mundo”, la
superficialidad, pero de tu mano no me quiero soltar. Hoy vengo a este sagrario a enfrentar mi
realidad con tu amor, a presentar mi necesidad con tu gran misericordia, tus ojos me hablan
de eso: de amor. Quiero darte mi inestabilidad de adolescente, mis distracciones, mis
desubicaciones...
Aveces me ocurre, como que, no quiero venir a verte, porque me pasa que, apenas
entro en la Iglesia, siento que me miran, como diciendo: “Que se va a hacer ese vago al
sagrario...” Es cierto no debería darle artículo, será mi baja autoestima... Muchos mayores me
dicen: “No te vayas al sagrario, a la Iglesia porque cada día estas peor” y tal vez tengan razón.
Pero yo no quiero estar peor. Yo quiero ser mejor, pero no me sale. Muchos me dicen que sigo
siendo el mismo, pero yo no me siento igual. Con vos todo es distinto. Con vos siento que mi
peso se desvanece. Con vos mis lágrimas se transforman en alegría. Con vos tengo felicidad.
Con vos quiero dejar todo y volver a creer. Querido “Cristo vivo” tengo ganas de estar mas
cerca de este sagrario pero no se como reaccionaran los que limpian la Iglesia. La cuidan tanto
que no sé si se dan cuenta que yo estoy acá porque creo que vos estás acá. No sé como
reaccionaran las señoras que están rezando el rosario cuando me vean llorar a tus pies. Tengo
ganas de golpear esa puertita que el cura abre y cierra en la misa para decirte: Jesús estoy
aquí y te necesito. Mirame, siento que me entendes, que me recargas las pilas, que me
comprendes mejor que nadie, que me animas a seguir mas y mas sin miedo. Hoy Jesús te
presento mis maximos dolores para que me acompañes a cargarlos sin renunciar a la vida, a la
alegría, a la felicidad completa.
Solo vos supiste esas veces que estaba mal y no se le decía a nadie, solo vos sabes
cuantas veces he llorado y muchas veces sin saber porque... o que ya iba explotar o explotaba
y nadie me entendía y todo lo que viví por alejarme de vos...y aquí estoy, hoy vuelvo junto a
vos, y vuelvo a ser tuyo; dame un abrazo de amigo, abrazá mi vida que es tuya.
GERMAN DIAZ*
germansdb@hotmail.com
*gracias a los jóvenes que me ayudaron a pensar y construir este relato...