EDUCAR ES DESCUBRIRSE.
EMILIO RODRIGUEZ ASCURRA / contactoconemilio@gmail.com
En la actualidad no queda demasiado claro el rol que juega la educación en el
entramado social, para ello es necesario definir primeramente a qué hace referencia el
mismo término, qué incluye en sí, así pues nos encontramos con que el término
educación proviene del vocablo latino “ducere”, que significa “conducir”, “llevar
adelante”. Entonces “educere” quiere decir “sacar fuera”. “Educación”, de “educir”,
involucra la acción de ayudar a alguien a sacar algo fuera de sí, a descubrir lo que hay
en sí para, exteriorizándolo, poder descubrir luego qué lugar ocupa en el cosmos, en el
mundo en el que vive.
Para Platón el acto de educar aduce a la imagen de un pedagogo (pedagogía: conducir o
llevar al niño) que ayuda a su discípulo a descubrir los conocimientos del mundo.
Sostenía que el ser humano como tal tiene todo el saber dentro suyo, lo conoce todo,
pues todo conocer es un recordar (teoría de la reminiscencia o mito del carro alado), por
ello requiere así de distintas personas que lo ayuden a recordar lo que hay dentro de sí
para ser educado. “Se trata de la liberación del hombre, sumido en la oscuridad de
sombras e imágenes inconstantes, a mercedes de meras opiniones y pareceres, una
liberación como proceso de purificación del alma, y retorno del hombre al mundo de las
Ideas y, en última instancia de la idea del Bien Supremo, del verdadero Ser y origen de
todo orden” 1
El maestro no es aquel que enseña, propondrá san Agustín, sino aquel que ayuda al
discípulo a descubrir el conocimiento dentro suyo, el único que enseña es Cristo. No
hay como ocurre en el caso de Platón recuerdo de vidas pasadas, pues como cristianos
no creemos en la reencarnación. En la filosofía agustiniana hallamos la presencia de
Dios en el interior de cada persona, y con ella de la sabiduría..
Entonces bien, educar es el acto de ayudar al discípulo, hoy la estructura lo denomina
alumno, a conocer, comprender y aprehender los conocimientos para sí, la educación es
al educando como su mapa de ruta mediante el cual, superando obstáculos personales,
desviaciones, lo guía hacia su fin, es por esto que la educación es un derecho propio del
hombre en cuanto merece poder ser estimulado para valerse de sí mismo y poder
desarrollarse humanamente digno en toda su integralidad; al mismo tiempo que tiene
derecho a recibir la educación necesaria tanto en los valores humanos que le permitan
ser hombres y mujeres de bien y adquirir los conocimientos necesarios sobre el medio
en el que vive, su historia y la realidad que lo circunda para armar así su propia
personalidad y descubrir a qué está llamado en su vida.
“Toda vida tiene un carácter teleológico: lleva en sí un plan y un destino fundamentales
que presiden el desarrollo de las virtualidades. A ese proyecto básico, ínsito por Dios en
la naturaleza del ser humano nos referimos al decir que el hombre es un proyecto
dinámico” 2 , el documento del Episcopado Argentino deja entrever la importancia de la
educación en la vida de todo hombre y mujer al ser la herramienta necesaria para que
diseñemos nuestro proyecto de vida, en el que están involucrados todos los aspectos de
1 Böhm, Winfried: Educar para ser persona, pp. 52.
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Educación y proyecto de vida n.12
la misma: lo que somos como personas, como seres educados, con nuestro valores y
nuestra propia historia, lo que hemos aprendido y el conocimiento que hemos asimilado
para nosotros.
La educación tiene el sentido de ayudar al otro a descubrirse, a sacar de su interior
aquello que es, donde radican sus deseos, sus anhelos y sus sueños para poder
cultivarlos y desarrollarlos, potenciando sus virtudes en post de su proyecto personal,
único e intransferible.
El hombre debe poder descubrir el sentido último de su existencia, su para qué estar hoy
y aquí, su por qué y su para quién/es dado que nadie puede ser para sí mismo, sino que
todo hombre está destinado a ser en comunidad, con otros y en los otros. La visión del
hombre, especialmente en lo que respecta a su crecimiento y evolución personal, no
puede quedar nunca reducida, como pareciera ser en la actualidad, a su desarrollo
profesional y socioeconómico hedonista. “Esa imagen del hombre no puede
considerarse cabal si no conlleva el sentido de la vida, el por qué y el para qué del
existir”. 3
El proceso educativo tiene como finalidad última ayudar a descubrir en cada persona la
verdad sobre sí mismo, esto es a responder a los interrogantes más profundos de la vida
y de la propia muerte, proceso inevitable en todo ser humano. Debe comprender el
porqué del luchar, del sufrir y del amar, del padecer, del trabajar, del tener esperanzas,
del esperar. -
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