La Iglesia es santa
No temer la santidad
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
El Papa Francisco continuó con las enseñanzas sobre la Iglesia en
su audiencia del miércoles. Una gran multitud de fieles venidos de todo
el mundo lo escuchaban en la plaza e incluso en las calles cercanas a
la plaza que estaban repletas de personas que, a pesar del calor,
entusiasmados acuden como peregrinos a san Pedro.
Recordó que al rezar el Credo decimos que “creemos en la
Iglesia que es una, santa…”. Sí, la Iglesia es santa y desde su inicio lo
tenían presente los primeros cristianos, que se llamaban simplemente
'los santos' porque tenían la certeza de que es el Espíritu Santo quien
santifica la Iglesia. Es decir, la Iglesia es santa no por los hombres que
la componen, sino por Dios que la santifica.
Alguien podría preguntarse, "¿cómo es que al ver en la historia
de la Iglesia tantas dificultades y momentos de oscuridad, puede ser
santa? Y podemos contestar que sí es posible porque su santidad
"procede de Dios que es santo, le es fiel y no la abandona…; no es
santa por nuestro méritos, sino porque Dios la hace santa, es fruto del
Espíritu Santo y de sus dones".
2) Para pensar
El Papa Francisco anunció la feliz noticia de la fecha en que será
canonizado Juan Pablo II: el 27 de abril de 2014. Dios le concedió
muchos dones al Papa anterior, y él supo corresponder a esas gracias
dándose por completo, como lo muestra la siguiente anécdota.
Con ocasión de las Bodas de Oro sacerdotales de Juan Pablo II,
un conocido intelectual le sugirió: “Santidad, procure cuidarse más:
tanto trabajo le consume”. Y el Papa, con el mismo afecto, pero con no
menor firmeza, le respondió: “Por favor, no me dé este tipo de
consejos. Yo estoy aquí para servir, y lo que necesita la Iglesia es un
Papa que luche todos los días para ser santo. Además, después de un
Papa viene otro”.
En efecto, hoy se necesitan personas que luchen por la santidad,
lo cual hace que haya un mundo mejor.
3) Para vivir
Ciertamente la Iglesia está formada de pecadores, pues, como
dice el Papa Francisco, "la Iglesia, que es santa, no rechaza a los
pecadores", es como el Padre de la parábola del Evangelio que no
rechazó a su hijo pecador. Además, añadió, "el Señor nos quiere parte
de una Iglesia que sepa abrir los brazos para acoger a todos, que sea
la casa de todos, donde todos podemos ser renovados, transformados,
santificados por su amor, los más fuertes y los más débiles, los
pecadores, los indiferentes, los que se sienten desalentados y
perdidos".
Ante la pregunta: "¿Qué puedo hacer yo que me siento débil,
frágil, pecador?" Respondió el Papa: "Dios te dice: no tengas miedo de
la santidad, no tengas miedo de apuntar a lo alto, de dejarte amar y
purificar por Dios, no tengas miedo de dejarte guiar por el Espíritu
Santo".
Como en una frase atribuida a Charles Chaplin: “No debemos
tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos
nacen las estrellas”.
Al final el Papa, invitó a todos a no olvidar la vocación a la
santidad: “No se dejen robar la esperanza. Ustedes pueden llegar a ser
santos. Vayamos todos por este camino. Vivamos con alegría nuestra
fe, dejémonos amar por el Señor”.
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