LIRIOS
Padre Pedrojosé Ynaraja
¡Qué oportuno fue el invento de Linneo, dando nombre y apellidos a los vegetales!
Y ¡qué correcto ha sido el proceder de los que le siguieron y añadieron los animales
a un semejante registro! Hoy podemos entendernos y aclarar dudas. Sus nombres
valen tanto aquí, como en China. Tal vez sea este el único lugar actual en el que la
lengua latina se ha conservado, sin que nadie se queje.
¿Y a que viene todo esto? Estos diminutos articulitos sobre animales y plantas que
aparecen en el Cantar de los Cantares, pese a su inocencia, para mí suponen casi
siempre consultar enciclopedias bíblicas, monografías y manuales de ciencias
naturales. Es una labor que, aunque pesada, me resulta un divertimento.
Decir lirio, cuando yo era pequeño, se refería a unas flores que crecen casi siempre
junto a corrientes de agua. También en jardines, pero no es lo suyo. Se llamaban
lirios a secas. Ahora bien, en otros lugares, la palabra indica la azucena o la cala.
Se me ha ocurrido consultar al ínclito Chouraqui y he comprobado que en las citas
que daré después, él traduce la flor como el loto. ¿Quién se atreverá a
contradecirle?
Sea cual sea el significado de la palabra en el texto hebreo, corresponden siempre a
plantas delicadas, frágiles, silvestres. Un regalo de Dios para el que las encuentra,
que suscita admiración, asombro cuando se mira con detalle y que exige respeto.
Lo curioso del caso es que esta flor se relaciona tanto con el Amado como con su
Enamorada. Y no es porque el Cantar suponga que puedan ser hermafroditas ¡Dios
me libre!
Después de tanto comentario, me limitaré a dar las citas, todas ellas preciosas
imágenes bucólicas.
2, 1 . - Yo soy el narciso de Sarón el lirio de los valles.Como el lirio entre los cardos
así mi amada entre las mozas.
2,16 Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado: él pastorea entre los lirios. 4,
5 . Tus dos pechos, cual dos crías mellizas de gacela que pacen entre lirios.
6,2 . Mi amado ha bajado a su huerto a las eras de balsameras a apacentar en los
huertos, y recoger lirios.
6,3 . Yo soy para mi amado y mi amado es para mí: él pastorea entre los lirios.
7,3 . Tu ombligo es un ánfora redonda donde no falta el vino. Tu vientre, un
montón de trigo de lirios rodeado.