ÉBANO
Padre Pedrojosé Ynaraja
Reconozco que sólo la traducción de Luis Alonso Schökel, admirable por su estilo
literario y la más bella en lengua castellana sin duda, menciona esta madera en el
Cantar 3,10. El diccionario bíblico de Maredsous, aventura que tal vez podría
mencionarse en el lugar citado y que corresponde al chapado interior de la litera de
Salomón. Para los demás autores solo aparece en Ezequiel 27,15 cuando dice: Los
hijos de Rodán traficaban contigo; numerosas islas eran clientes tuyas; te pagaban
con colmillos de marfil y madera de ébano. Como tantas veces repito, faltaban
muchos siglos para que Linneo nos legara sus intuiciones sobre la nominación de
los vegetales, cosa que han seguido los demás y añadido semejantes normas
también al reino animal.
Se trata de la única madera totalmente negra, también dura y noble. Siento por
ella especial simpatía. Como nuestro común boj, este de color blanco amarillento,
facilita el trabajo meticuloso. La gubia se hunde con la misma facilidad o dificultad,
cualquiera sea la dirección de la mano que sujeta y del martillo que golpea. Es
sumamente apreciada y, según me decía un empresario importador, la única que se
vende, no por cubicaje como las demás, sino a peso. Valga advertir que es de una
densidad que seguramente solo iguala la de palo-hierro. Dicho lo cual se
comprenderá que es cara de compra.
Según me cuentan, los árboles son, como otros cualquiera, verdes, así como sus
hojas, evidentemente. Sumamente estirados, aparentemente blanca su madera
superficial, es negra en su núcleo. Como no son gruesos y al secarse fácilmente se
resquebrajan, las figuras que se puedan tallar de esta madera, serán siempre
alargadas y enormemente estilizadas. Aunque los autores antiguos hablan de ébano
procedente de la India, la más apreciada se importaba de África, comercio que
ejercían generalmente las naves de la ciudad de Tiro.
Si un trozo en bruto asemeja un vulgar fragmento de carbón vegetal, una vez
pulida su superficie es preciosa a la vista y al tacto.
No es de extrañar que si el texto de Ezequiel se refiere al ébano como objeto de
canje y tributo, el del Cantar 3,7 si a ella se refiere, es un buen elogio del esplendor
de Salomón que tanto se menciona en la Biblia (recuérdese el pasaje bíblico de la
visita de la Reina de Saba y las leyendas apócrifas paralelas). Marquetería de ébano
junto al pálido marfil, produce preciosos chapados.
Tanto mencionar imprecisiones, olvidaba decir que actualmente su nombre
científico es: diospyros ebenum y para otro autor diospyros mespiliformis. Su
dureza se expresaba llamándola: piedra de madera.
Si es problemática su mención en el Cantar, el lector avispado se habrá dado
cuenta de que mi breve dedicación ha sido por la simpatía que siento por esta
madera.