SEMANA DISTINTA
Mañana, cuando celebremos el denominado Domingo de Ramos, estaremos
comenzando una semana que posee, para los cristianos, todas esas connotaciones
que la hacen una semana santa.
Santa porque está escrita con un amor lleno de entrega y liberación.
Santa porque está colmada de solidaridad desinteresada.
Santa porque está plena de fidelidad a Dios.
Santa porque está desbordada de pasión.
A lo largo de la semana nos vamos encontrando con diversos momentos donde
descubrimos muestras de la capacidad de amar que posee Dios.
Dios no nos ama con un amor utópico o hipotético sino con un amor bien concreto y
realista.
Es una semana donde lo nuestro y lo de Dios se funden formando esa cruz que no
es otra cosa que la máxima manifestación de la entrega plena de amor.
Es una semana donde el servicio se hace gesto y la caridad presencia real.
Es una semana donde el amor es cercanía y la cercanía es redentora.
No es fácil saber quién es el verdadero protagonista de esta semana.
Miramos a Dios y descubrimos su protagonismo de amor respetando hasta el
extremos la libertad de los hombres.
Ese respeto le habrá de llevar a la total aceptación de lo que los hombres han de
hacer con su hijo.
Miramos a Jesús y descubrimos su protagonismo en cuanto presencia de Dios en
medio de los hombres.
Sobre Él han de recaer la injusticia de los humanos y toda la cercanía de Dios.
Miramos a nuestra realidad y sentimos nuestro protagonismo hecho comodidad e
insensibilidad.
Somos los destinatarios directos del amor que se destila de mil maneras en esta
semana.
Pero, también, es una semana distinta porque todo lo de Jesucristo se nos vuelve
razón para más de una contemplación.
Su rostro carga los rostros sufrientes de nuestros hermanos.
Son los rostros de las muchas victimas de las injusticias humanas.
Son los rostros de los muchos marginados por un sistema insensible.
Son los rostros de los no tenidos en cuenta ya que muchos ni logran verles.
Son esas muchas situaciones que no importan para la sociedad de hoy y si cuentan
es para utilizarles para intereses particulares.
Es esa realidad de vulnerabilidad que muchos sufren y que es utilizada por quienes
prefieren lucrar antes que promover.
Son esa interminable cantidad de rostros de ancianos solos que ven agotarse sus
horas entre caras extrañas o entre cuatro paredes.
Semana Santa es una semana diferente ya que toda ella habla de amor, desde
Jesucristo, pero resulta imposible no mirar todos los rostros de este hoy carente de
amor.
Todas nuestras posibles miradas se centran en la cruz como fuente desbordada de
Pascua.
Es una semana para que nuestro corazón, nuestra mente y nuestras manos se
colmen del amor apasionado de Jesucristo y que vivimos desde cada uno de los
momentos celebrados.
Pero es, también, una semana para celebrar la presencia de tantos seres que, como
Jesús, molestan a quienes se empeñan en conservar un sistema deshumanizado.
Molestan porque presentan alternativas posibles.
Molestan porque convencen desde su actuar particular.
Molestan porque su voz hecha acción tiene un sonido distinto a las otras voces.
Molestan y nos muestran que se pueden realizar actividades diversas a lo de
siempre.
Nadie como Jesucristo pero….. de mil maneras el sistema se encarga de quitar del
medio a los que le molestan.
Ellos deben ser, también, realidades presentes en esta semana distinta.
Es una semana para vivir con los ojos bien abiertos y el corazón pleno de libertad y
amor.
Es una semana para mirar a Jesucristo y descubrir lo mucho que es posible para
nosotros en la medida que nos dejemos ganar por su amor.
Padre Martín Ponce de León SDB