EL sentido del sufrimiento
La luz de la fe (XV)
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
La luz de la fe alumbra una de las realidades que más nos
cuesta comprender: el sufrimiento. El Papa Francisco quiere
culminar esta carta acercándose a esta dimensión que acompaña al
hombre durante esta vida. Para ello recuerda el salmo 116 que nos
pone en relación la fe y el sufrimiento cuando dice: «Tenía fe, aun
cuando dije “ᄀQué desgraciado soy!”ᄏ.
Recuerda el Papa que San Pablo nos enseña desde su propia
experiencia llena de adversidades, que es en nuestra debilidad y en
nuestro sufrimiento donde se pone claramente de manifiesto el
poder y amor de Dios, que logra que no sucumbamos en nuestra
pequeñez acompañándonos en todo momento.
El cristiano sabe que siempre habrá sufrimiento, pero es
gracias a la fe que podemos darle un sentido positivo al convertirlo
en un acto de amor, en un acto de entrega confiada en las manos
de Dios que no nos abandona. De esa manera el sufrimiento no solo
no nos perjudica, sino, al contrario, nos ayuda a crecer en la fe y en
el amor. Incluso la misma muerte queda iluminada y cuando llegue,
en ese momento podremos hacer nuestro último acto de fe y amor
entregándonos a Dios.
2) Para pensar
Cuando nos ocurre una desgracia el dolor nos puede dificultar
ver que en esos momentos Dios no nos ha dejado. Pero la fe no
significa ver con claridad, sino significa seguir creyendo a pesar de
no ver claro. Posiblemente por encontrarnos en una situación
dolorosa sintamos la lejanía de Dios, pero no es porque se haya
alejado, sino porque nuestra visión se ha perturbado.
Nos puede ayudar recordar aquel extraño sueño que tuvo un
hombre mayor: Soñó que estaba en una playa muy extensa ante un
mar tranquilo. Entonces vio que había sobre la arena las huellas de
dos personas que habían pasado por allí. Cuando se preguntaba de
quienes serían, una voz en su interior le contestó: “Mira, son tus
huellas que has ido dejando en tu vida. Significa el recorrido de tu
vida: hay subidas, bajadas, rectas y curvas, a veces retrocesos…” El
hombre preguntó: “Y las otras, ﾿de quién son?” Contestó la voz:
“Son las mías, las de Jesús, que siempre he estado a tu lado”.
Sin embargó el hombre replicó: “﾿Qué significa que a veces en
el trayecto se vean sólo un par de huellas?” Jesús le contestó: “Son
los momentos más difíciles de tu vida, cuando te sentías sólo y
creías que ya no podías seguir adelante”. Entonces el hombre
exclamó: “Pero, ᄀcómo es posible que en esos momentos me hayas
dejado solo!” Pero Jesús le aclaró: “No es así. En esos momentos en
que ya no podías más, Yo te estaba cargando entre mis brazos”.
3) Para vivir
Dice el Papa Francisco que la fe, ciertamente, no nos quita el
dolor, sino que nos ayuda a captar su misterio. “La luz de la fe no
disipa todas nuestras tinieblas, sino que, como una lámpara, guía
nuestros pasos en la noche, y esto basta para caminar” (n.57).
Ante el sufrimiento, más que darnos un razonamiento, Dios ha
querido respondernos con su presencia. Es Cristo quien ha querido
compartir con nosotros nuestro camino. Ojalá dejemos que nos
acompañe en nuestra vida hacia la ciudad eterna. Se nos da en
cada Santa Misa y los Sacramentos, de nosotros depende invitarlo a
ser nuestro acompañante.
( articulosdog@gmail.com )