DIFÍCIL
El título de este artículo me lo proporciona el día de hoy.
Difícil que algún lector se detenga en el mismo cuando todos están ávidos de las
páginas deportivas.
Hay que interiorizarse de los resultados de todos los partidos de ayer.
Hay que seguir interiorizándose de los ecos de la jornada de antes de ayer.
Necesario se hace saber todo lo posible sobre lo de hoy.
¿Cómo poder robarle capacidad de atención al debut uruguayo de hoy?
Es evidente que podría ocupar todos los renglones de este artículo con frases
carentes de cualquier sentido y casi nadie habría de percatarse de ello puesto que
todas las miradas están pendientes de las noticias deportivas del día de hoy.
Sí, difícil que este artículo pueda poseer algún tipo de contenido.
Pero ello no es todo lo que hace al título de este artículo.
Desde hace ya un buen tiempo, todos los sábados, comparto la eucaristía con gente
de diversos lugares en horas de la tarde.
Casi al finalizar la jornada comparto la eucaristía en la sede parroquial.
Es, entonces, que la eucaristía de los barrios debe de estar en un horario del que
pueda disponer tiempo y que no sea muy tarde en las horas de la tarde.
Es así que celebramos la eucaristía a las 16 horas.
¿Se da cuenta usted?
En el preciso momento en que comienza el partido de Uruguay y Costa Rica yo
debo comenzar la eucaristía en una capilla que está alejada de la gran mayoría de
las casas de la zona.
Quizás en otros tiempos podría tener la esperanza de la participación de algunas de
esas personas que “ni ahí con el fútbol”.
Pero, ahora, la selección ha cambiado nuestra mirada para con ella.
No sé si es una selección que nos ha acostumbrado a buenos resultados puesto que
siempre debemos utilizar la calculadora con el sufrimiento a flor de piel pero, sin
duda, es un grupo humano que se mira con simpatía puesto que poseen una
capacidad de identificación con casi todos.
Entonces…….. ni siquiera la presencia de algunas personas lejanas al fútbol está
asegurada.
Habrá que ir para hacer acto de presencia.
Creo que son dos razones que justifican el título de este artículo.
Pero aún hay más para justificar el título.
Hoy, parecería, que los partidos del mundial solamente pueden mirarse en algún
plasma o en algún celular.
Debo llegar a casa y encender el televisor de todos los días desde el año pasado o
del año anterior.
En ningún momento, para estar a la altura del hoy, se me ocurrió sacar algún
préstamo que obsequiaba algún plasma a quienes lo hacían.
En ningún momento se me ocurrió tener alguna tarjeta de crédito que me
permitiese comprar un plasma descontable en varios meses.
En ningún momento se me ocurrió estar a la altura del momento y poseer un
plasma que pueda lucir desde alguna ventana cercana a la calle para que todos
puedan admirar desde la calle.
Ahora me pregunto si lograré ver el mismo partido que pueden ver esos
muchísimos que han gastado más de lo que pueden con tal de estar a la última
moda.
Ahora me pregunto si lograré ver este mundial o, al ser viejito el televisor, pasarán
los partidos del mundial anterior.
Cuando fui a comprar un celular de última generación pagándolo en cuotas me
enteré que no podía hacerlo ya que no poseo ningún teléfono fijo a mi nombre ni
poseo tarjeta de crédito alguna.
Debí limitarme a un celular que sirve para que suene durante las misas, me
despierte por las mañanas y reciba algún mensaje.
Pero está muy lejos de ser de los beneficiados con las últimas ofertas de la
publicidad.
Es, entonces, que no pude encontrar otro título más adecuado para este artículo.
Padre Martín Ponce de León SDB