LISIEUX
Padre Pedrojosé Ynaraja
Entre mis recuerdos de infancia están unos sobrecitos con pétalos de rosa que nos
entregaban los carmelitas de Burgos, a los que un cierto día íbamos a misa. Me
dijeron que la “santa” había prometido que cuando muriera y estuviese en el Cielo,
quería que llovieran flores sobre sus devotos, o algo parecido. Mi padre también
comentaba, que a la santa la habían canonizado más pronto que a otros. La imagen
que vi en un altar, era de una monja con una cruz y un ramo de flores. Ni fu, ni fa
Aprendí más tarde su nombre, sin que me interesasen demasiado los detalles de su
vida.
Cuando acabé el bachillerato y entré en el seminario, por la noche, entremezclada
entre oraciones, el Director Espiritual, nos leía fragmentos de un libro. Estaba yo
aturdido por tantas cosas que suponía el cambio de vida: sotana, internado, el
latín, etc. de manera que aquellas frases donde oía animita, peque￱ita, Celina… las
encontraba ridículas. (se trataba de Historia de un alma)
Me reconcilié con la santa, Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, de la que había
ido leyendo cosas, posteriormente, el día que tuve la biografía que había escrito
Hans Urs von Balthasar. Una frase clave cambió mi visión: Teresa pertenecía a una
familia burguesa, en un ambiente ñoño, de aquí que se expresó con un estilo ñoño.
Hay muchas personas que viven o vivieron santamente. La Santa Madre Iglesia, de
acuerdo con unos protocolos establecidos, declara solemnemente la santidad de
algunos y no dudo de que acierte. Lo cual no quiere decir que quien recibe este
título, haya sido durante toda su vida ejemplo de virtudes. Pienso, siempre que
digo esto, en San Segismundo, un santo germánico cuya fiesta es el 1º de mayo y
que, de acuerdo con tradiciones más o menos legendarias, entre otras cosas,
pretendiendo títulos imperiales, mató a un primo suyo. Según cuenta la leyenda,
pasó una gran parte de su vida, en una cueva del Montseny, de aquí que, desde el
año 1958, en esta misma montaña y en tal día, celebre misa en su recuerdo. Otro
ejemplo emblemático sería el buen ladrón, que, por lo que cuenta el evangelio,
tuvo escasas horas, las finales, para ganarse el Cielo.
He explicado estas ideas para entender algo de lo que significa una canonización. Y
para que, leyendo los escritos de Teresa del Niño Jesús, pese a su lenguaje, que es
muy diferente del nuestro, aprendamos nosotros a ser santos y a nuestra manera.
Y añado que esta jovencita, murió a los 24 años y ha recibido el título de doctora de
la Iglesia, que muy pocas lo tienen. Es además patrona de las misiones, ella que no
salió del convento y, añado yo por mi cuenta, es genial. Cualidad bastante escasa
entre los humanos.
Hablo de una mujer y titulo el artículo con el nombre de un lugar. Me justifico
advirtiendo que si no hubiera sido por ella, resultaría la población totalmente
desconocida fuera de su entorno.
Lisieux es una pequeña ciudad, leo que tiene unos 22.000 habitantes. Está situada
al sur de la Normandía, en el departamento de Calvados, cuyo aguardiente tiene
denominación de origen y se conoce, evidentemente, como Calvados.
Turísticamente, no creo que tenga otro interés que las edificaciones relacionadas
con Teresa. Una mastodóntica basílica de estilo neogótico, muy propia del tiempo
que se edificó, y que leo es el lugar religioso más visitado de Francia, después de
Lourdes. El convento donde residi￳ y muri￳, y “le Buissonnes. Esta casa, situada en
la callejuela llamada “camino del paraíso”, es la que para mí tiene mayor atractivo.
En ella residió ella hasta su entrada en el Carmelo.
La mansión se conserva en muy buen estado y además, en las estancias, se
guardan los objetos que rodearon su niñez, sus juguetes y sus objetos piadosos
predilectos. La segunda vez que pude visitar la población, disponía de poquísimo
tiempo. decidí dedicarlo exclusivamente a Le Buissonnes y fijarme en los muebles y
en detalles tan banales como la cocinita con la que se entretuvo jugando. Es muy
interesante fijarse en sus libretas, en la letra y en los dibujos de las tapas, para
comprender lo de ñoño.
Otro detalle es un grupo escultórico en el jardín. Representa a ella y su padre,
sentados en un banco, en el mismo sitio donde se ponían, intercambiando
confidencias de una y consejos del otro. No pude dejar de comparar las que pudiera
ella tener y las que había tenido yo con el mío, de las que, gracias a Dios, me
siento muy satisfecho. Pensé también ¿tienen ocasión y posibilidad los jóvenes de
hoy en día de pasar ratos a solas con su padre conversando?
A los 14 años se atrevió, en un viaje a Roma, y saltándose normas, a solicitar del
Papa León XIII, que pudiera entrar en el Carmelo. Y lo logró. Era así de decidida,
pese a su hipersensibilidad, que la llevaba a llorar después de intensas emociones
y, pasado el llanto, volver a llorar, arrepentida de haber llorado. Esta experiencia
que ella misma recuerda, seguramente la llevaría a decirle a un familiar que no
pensase demasiado en sus pecados, que el excesivo arrepentimiento, tal vez sea
orgullo (no cito textualmente, se encuentra en una carta familiar) o el entusiasmo
con que espera la llegada al Carmelo de una prima, creo recordar, y le dice que
cuando esté allí, las oraciónes juntas, no se sumarán ante el Señor, se
multiplicarán.
Enferma de tuberculosis, se empeñará en ofrecer sus dolores por los misioneros,
por sus posibles decepciones, por sus dudas. Era sumamente obstinada e
interesada por lo que importaba al Señor. Se enteró de que un reo iba a ser
ejecutado y no solo quiso encomendarlo en sus oraciones a Dios, sino también
tener pruebas de que había sido escuchada. El condenado rehusó los sacramentos,
pero, a última hora, antes de ser guillotinado, pidió un Crucifijo y lo besó
fervorosamente. Teresa se enter￳ leyendo “la Croix” y satisfecha, se lo agradeció a
Dios.
Es curioso el aprecio que sentía por Juana de Arco, entonces oficialmente solo una
heroína militar. Durante el noviciado, se disfraz￳ de la “doncella de Orleans” para
una representación teatral dentro del convento. También le dedicó un poema. Lo
singular del caso es que hasta dos años después de su muerte, la Iglesia no
reconoció la santidad de Juana.
Muchos detalles los conocemos por las fotografías que se han conservado. Leí un
día que había sido la primera santa fotografiada. Y hay que tener en cuenta que en
aquel tiempo no existían instantáneas. Cada imagen supuso mucho tiempo de
inmovilidad y seguramente, en algún caso, conseguida esta, mediante estar atada
para no moverse.
Acompañan a este reportaje tomas del lugar al que me he referido. Ya he dicho que
fue lo único que visité la última vez. Las diapositivas de otra ocasión, se han
descolorido y no he querido adjuntarlas.
Le Buissonnes se la visita libremente, no se paga entrada. Y, algo más, unas
personas, que me confiaron eran de un Instituto secular, se ofrecen a enseñar y
explicarlo todo lo referente a la santa y el lugar, para, al final, invitarte a pasar un
ratito de reflexión u oración allí mismo. Una gozada