Preparar el juicio final
¿Cristo reina en mí?
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
Con motivo de la fiesta de Cristo Rey, el Papa invitó a fijar la
mirada en Jesús como Rey del Universo. Pero, ¿cómo realiza Jesús
su reino?
El Papa responde diciendo que Jesús no es un rey como los de
este mundo. Para Él reinar no es mandar, sino obedecer al Padre,
entregarse a Él, para que se cumpla su designio de amor y
salvación: es un reino de verdad y de vida, reino de santidad y de
gracia, reino de justicia, de amor y de paz.
El Evangelio nos dice que el reino de Jesús pide ternura y
amor, y sobre esto seremos juzgados. Así nos dice la parábola del
juicio final: «El rey dice: 'Venid benditos de mi Padre, recibid en
herencia el reino preparado para vosotros desde la creación del
mundo, porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me
dieron de beber, era un extranjero y me acogieron, estaba desnudo
y me vistieron, enfermo y visitado, en la cárcel y me visitaron. Los
justos preguntarán: ¿cuándo hemos hecho todo esto? Y Él
responderá: 'En verdad yo les digo: todo lo que han hecho a uno
solo de estos mis hermanos más pequeños lo han hecho a mí' » (Mt
25,40).
En la medida en que impera el amor, en esa medida Jesús
reina ahí, y cada uno puede colaborar en la expansión de este reino
de paz y de amor.
2) Para pensar
Cabe recordar que la fiesta de Cristo Rey se originó a partir de
una petición del pueblo mexicano. Exactamente hace un siglo, en
1914, una delegación encabezada por Mons. Leopoldo Ruíz y Flores,
fue a presentarle al Papa Pio X un proyecto para proclamar el
Reinado de Cristo sobre todas las naciones. Eran tiempos difíciles
pues la Iglesia en México pues padecía de persecución. El Papa
aprobó que México se consagrara y celebrara a Cristo Rey: “… De
ese Corazón (del Sagrado Corazón de Jesús) brote para vosotros
Venerables Hermanos, y para vuestra nación agitada rudamente por
incesantes discordias, la gracia que habéis menester para la
salvación eterna y la paz”.
De esa manera se consagró México a Jesucristo con gran
júbilo del pueblo, no obstante, la persecución que la Iglesia estaba
teniendo en esos años. Años después, siendo Papa Pio XI, siguiendo
la propuesta de México, instauró la fiesta de Cristo Rey para toda la
cristiandad en 1925 con la encíclica “Quam primas”.
3) Para vivir
El Papa nos recuerda que quien cumple las obras de
misericordia demuestra haber acogido la realeza de Jesús, porque
ha hecho espacio en su corazón a la caridad de Dios. En el ocaso de
la vida seremos juzgados sobre el amor y la ternura hacia nuestros
hermanos. No nos dejemos distraer por otros intereses terrenos
pasajeros. De ello dependerá nuestro ingreso en el reino de Dios.
Jesús con su victoria nos ha abierto su reino, pero depende de
cada uno de nosotros entrar. El reino inicia ahora, haciéndonos
concretamente cercanos al hermano que nos pide pan, vestido,
acogida y solidaridad. Y si realmente amamos a aquel hermano, a
aquella hermana, seremos empujados a compartir con él o con ella
lo que tenemos de más hermoso, o sea Jesucristo y su Evangelio.
Por ello, quien no está cerca de Jesús, será difícil que sepa dar tan
gran tesoro a los demás.
El Papa terminó pidiendo a María, Reina de todos los santos,
que nos guíe a todos hacia el reino de los cielos.
( articulosdog@gmail.com )