7 maneras de criar hijos infelices
P. Adolfo Güémez, L.C.
El título de este artículo ya es de por sí ridículo. ¿Qué padre o madre –en su sano juicio– no
buscan a toda costa la felicidad de sus hijos? Y sin embargo, su comportamiento denota
muchas veces lo contrario.
Voy a mencionar 7 conductas que sin duda harán que el futuro de tus hijos sea infeliz:
1. Dales todo lo que te pidan: los hijos son caprichosos por naturaleza. Siempre lo han
sido. Exigen lo que quieren, y si no… ¡ya saben que palito tirar para que sus papás se
derrumben a sus pies! El problema no son ellos. El problema son los padres, que antes eran
capaces de resistir a sus presiones, pero que hoy se doblan ante esos pequeños tiranos con
más facilidad que un popote.
2. Evítales toda frustración: el instinto de un papá o mamá es el de proteger a sus hijos de
todo peligro. Y eso está bien. Pero una cosa es la protección, y otra la sobreprotección.
Cuando se busca que los niños simplemente no tengan ningún contratiempo, estás
haciéndoles vivir en un mundo ilusorio. Y tarde o temprano tú no estarás ahí cuando les
toque conocer el de verdad.
A los niños hay que educarlos. Y esto significa también enseñarles a superar las
dificultades, a defenderse de las agresiones, a proteger a los débiles, a compartir con el que
no tiene, aunque conlleve una renuncia.
No seas fácil en resolverles todos sus problemas. Deja que aprendan. Como dice el viejo
proverbio: «No les des el pescado, mejor enséñales a pescar».
3. Sé el primero en romper las reglas: en toda casa deben de existir reglas. Y los primeros
obligados a cumplirlas deben ser los padres. Cuando le pides a tu hijo algo que tú mismo no
eres capaz de hacer, estás dañando tu propia autoridad.
Y viceversa, si eres el primero que cumples lo que dices, entonces generarás una gran
admiración y emulación de parte de ellos.
4. Muéstrate perfecto: claro que tú también te equivocas, pero no por eso eres peor
persona. Aprovecha tus errores para enseñarles a tus hijos lo que no deben de hacer. El peor
error es esconder con vergüenza los propios errores.
5. Llénalos de cosas: vivimos en un mundo materialista, y esto nos influye fuertemente.
Creemos que el cariño se demuestra sobre todo con regalos. ¡Nada más equivocado! El
verdadero amor es incondicional, y si tú, para expresar amor o sentirte querido siempre lo
haces con regalos, entonces tus hijos crecerán pensando que para amar antes tienen que
recibir algo.
Acostúmbralos a descubrir que hay personas y acciones por las que vale la pena darlo todo,
aunque uno no reciba nada a cambio.
6. Confundir inteligencia con madurez: es muy fácil escuchar a papás que dicen: «Es que
mi hijo es muy inteligente. Por eso siempre me saca lo que quiere». No puedes permitirte
esto. Aunque a veces pareciera que piensan más rápido que tú, que tienen preguntas que no
sabes, que sacan conclusiones asombrosas, no confundas esto con la madurez, que es la
capacidad de ser responsables, de actuar de acuerdo a la palabra dada.
Una pregunta difícil no los hace superiores a ti.
7. Trata a Dios como si sólo existiera los domingos: si tu relación con Dios se limita a la
misa dominical y poco más, viviendo el resto de la semana como si no existiera, entonces
estrás generando una dicotomía muy fuerte en su alma. Los niños saben que Dios es lo más
importante. Que está vivo. Que toca todos los aspectos de la vida. Es por esto que deben ver
esto reflejado también en ti: en la manera en que das gracias, en que encomiendas tu día, en
que bendices los alimentos, en que te confiesas, comulgas, etc.
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