Inflaciones periodísticas
P. Fernando Pascual
24-1-2015
Hay un fenómeno fácil de constatar: algunos hechos reciben una enorme atención informativa
mientras otros hechos son apenas conocidos por millones de personas.
Por ejemplo, la masacre de decenas de cristianos en Nigeria puede carecer de difusión, mientras
un atentado donde mueren varias personas en Francia, en Tierra Santa o en Estados Unidos no
sólo ocupa las cubiertas de cientos de periódicos, sino que recibe condenas internacionales
inmediatas.
¿Por qué ocurre esto? Porque unos hechos ocurren cerca de los ojos y los intereses de grandes
medios informativos, que pueden en seguida conseguir imágenes, recoger opiniones, elaborar
análisis.
En cambio, otros hechos se producen en lugares con menos acceso al trabajo de los periodistas y
con escaso interés por parte de las grandes agencias de la información.
Vivimos en un mundo lleno de inflaciones periodísticas. El fenómeno está ante nuestros ojos.
Los remedios, por desgracia, no parecen ser fáciles de aplicar. Porque cuesta, y en ocasiones
resulta peligroso, estar atentos a lo que ocurre en tantos lugares de Asia o de África en los que la
violencia asesina cada año a miles de inocentes.
Pero es posible un proceso de cambio si los destinatarios de la información, los lectores y
oyentes de nuestro tiempo tecnológico, empiezan a exigir, a buscar, a divulgar, hechos que
ocurren en rincones del planeta donde viven y mueren seres humanos necesitados de atención,
ayuda, apoyo y mucha solidaridad.