10 consejos para vivir la Cuaresma
P. Adolfo Güémez, L.C.
«Acuérdate que la Cuaresma no es sólo una tradición. ¡Es parte de nuestra vida! Porque
como cristianos, nos comprometemos a vivir lo que Cristo vivió.» Este fue el comentario
que un sacerdote me hizo cuando yo apenas era un estudiante de prepa.
Y así es. No podemos limitar la Cuaresma a un evento de cuarenta días que se repite año
con año.
Este período nos sirve para reforzar virtudes cristianas que hoy en día no están muy de
moda, como la abnegación, el sacrificio por amor, la limosna, la oración, etc.
Por ello hoy quiero compartir con ustedes diez consejos que nos ayudarán a vivirla de la
mejor manera.
1.- Cuaresma significa los cuarenta días que pasó Cristo en el desierto, antes de comenzar
su vida pública. Así como Él ayunó y oró durante esos días, así también tú puedes ofrecer
en estos días algunos sacrificios y aumentar tus momentos de oración.
2.- Déjate servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchas la
Palabra de Dios y recibes los sacramentos, en particular la Eucaristía. En ella nos
convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. No dejes de ir a misa todos los
domingos, pero también has un esfuerzo para asistir entre semana.
3.- Ten presente que la Cuaresma siempre termina en la resurrección. Por eso no se trata de
un tiempo de tristeza, sino de esperanza, que a través de nuestro esfuerzo diario, prepara el
corazón para resucitar juntamente con Jesús.
4.- Las renuncias que podamos hacer en estos días no son sólo para sacrificarnos, sino para
unirnos más a Dios. Una renuncia vale la pena únicamente si nos da a cambio algo mejor.
Ofrece a Dios renunciar a la tentación de lo que más te cueste, porque con ello tu amistad
con Dios va a aumentar.
5.- La Cuaresma es tiempo también de dar limosna. No sólo dar de lo que te sobra, sino
también dar de lo que necesitas, pero que tal vez otros necesiten más que tú. Deja de lado tu
indiferencia y date cuenta de que hay gente que sufre alrededor tuyo y haz algo al respecto.
6.- Refuerza tu compromiso como cristiano. No sólo como alguien que “participa en la
Iglesia”, sino como alguien que “es Iglesia”. Dedica un tiempo de oración a pensar cómo
puedes ser mejor testigo de ese Jesús que vivió, sufrió y resucitó por ti. La Cuaresma es
tiempo para el examen de conciencia de cara a Dios.
7.- Abre los ojos y date cuenta de la cantidad de gente que te necesita y que tal vez tú ya
hayas llegado a ignorar con desdén. Dedícales ahora tu tiempo, tu atención, tu sonrisa.
8.- Cultiva la bondad de corazón, pensando y hablando siempre bien de los demás. Porque
el cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia, que lo
revista de Cristo.
9.- Planea ya desde ahora qué vas a hacer durante la Semana Santa. Lo ideal es que la
dediques a irte de misiones, ya que la Iglesia es misionera por naturaleza. Pero si no te es
posible, al menos haz que esos días sean de especial recogimiento y oración, sin dejar de
asistir a todos los oficios litúrgicos.
10.- Vívela de la mano de la Virgen María. Nadie mejor que Ella nos puede ayudar a
preparar nuestro corazón. Visítala con frecuencia, al menos una vez al día. Puedes hacerlo
en un templo, pero también frente a una imagen que tengas en tu casa. Lo importante es que
le hagas saber que cuenta contigo, y le abres tu corazón para que Ella lo trabaje.
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