Voz del Papa
Un nuevo Año Santo (I)
José Martínez Colín
1) Para saber
En la pasada fiesta de la Divina Misericordia, el Papa Francisco
publicó una Bula para convocar un Jubileo Extraordinario de la
Misericordia. Será un Año Santo en donde podremos redescubrir
el amor de Dios por nosotros y experimentarlo en nuestras vidas. En
estos artículos se tocarán algunos puntos importantes de la Bula.
Este Año Santo comenzará el 8 de diciembre de 2015, día en
que la Iglesia celebra la solemnidad de la Inmaculada Concepción.
El Papa quiso escoger esta fecha, pues, además de ser el
quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico
Vaticano II, también hace referencia a la misericordia que mostró
Dios ante el pecado de Adán y Eva, pues no quiso dejar la
humanidad en soledad y a merced del mal, sino que prometió un
Salvador. Y para que naciera de forma digna, quiso Dios que la
Virgen María fuera inmaculada, sin mancha de ningún pecado -ni el
pecado original-, desde su concepción, y así fuera digna Madre de
Jesús, del Verbo Encarnado.
2) Para pensar
Un hecho de la vida de San Pio X ha pasado a la historia como
ejemplo de misericordia y perdón. Sucedió cuando era obispo de
Mantua. Hubo un comerciante de esta ciudad publicó un libelo, un
escrito lleno de calumnias, contra él. Muchos le aconsejaron que
denunciase judicialmente al calumniador para que fuera castigado,
pero el futuro Papa no quiso que lo enviaran a la cárcel y respondió:
“Ese infeliz necesita más la oración que el castigo”.
Pero el perdón fue más allá. Pasado cierto tiempo, el mismo
comerciante se declaró en bancarrota. Los acreedores procedieron
contra él y lo dejaron sin nada, en una gran ruina. Sin embargo,
cuando lo había perdido todo, una mano desconocida vino en su
ayuda. El obispo de Mantua hizo llamar a una anciana señora
dedicada a obras de caridad. A través de ella le envió un sobre con
dinero diciéndole: “Dígale que esta cantidad viene de la Señora más
Misericordiosa, es decir, de la Virgen del Perpetuo Socorro”.
En su humildad, el obispo no quiso que supiera que le
ayudaba aquel a quien tanto había ofendido injustamente.
La misericordia se muestra cuando damos más que lo que en
justicia deberíamos dar, cuando no nos mueve ninguna obligación,
sino el amor.
3) Para vivir
Por eso en la historia del hombre encontramos de continuo la
misericordia de Dios. Pues ante la gravedad del pecado, Dios
responde con la plenitud del perdón. La misericordia de Dios
siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner
un límite al amor inmenso de Dios que perdona.
En la fiesta de la Inmaculada Concepción el Papa abrirá en la
Basílica de San Pedro, en Roma, una Puerta Santa, que se llamará
Puerta de la Misericordia. Luego también en cada diócesis se abrirán
las respectivas puertas, como un signo de unidad de toda la Iglesia.
Se invitará a pasar por ella, pero no como algo mágico, sino para
que cualquiera que entre por ella pueda experimentar el amor de
Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza. Para que sea
un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra)
( articulosdog@gmail.com )