SECA
Déficit hídrico.
Sequía.
Necesidad de un tiempo de gracia.
Pérdida de valores.
Las diversas voces se hacen escuchar ante la realidad que nos toca
vivir.
Mientras tanto la naturaleza nos hace escuchar su voz.
Al escucharla no podemos menos que callar la nuestra que esboza
quejas.
Primero fue el volcán Calbuco.
Furia incontenible de la naturaleza que se hace explosión y nube de
ceniza.
Una nube de ceniza que, para hacernos saber su magnitud, se llega
hasta nosotros.
Son miles de toneladas de ceniza que caen sembrando de gris y
desolación lo que se encuentra a su alcance.
Una calamidad que posee la sombrosa capacidad de ser belleza para
ojos espectadores lejanos.
Esto sí es tragedia.
Esto sí merece atención.
Cuando aún no se había acallado las voces por lo sucedido en Chile la
naturaleza vuelve a hablar.
Un terremoto agita a Nepal.
La sola cifra de fallecidos es por demás impactante.
Se calculan unos 4000 fallecidos y unos 6000 heridos.
Fueron necesarios quince segundos para semejante catástrofe.
Quince segundos del agite principal y, luego, una importante cantidad
de réplicas de menor intensidad.
La mítica Kamandú se ha llenado de escombros y destrucción.
Allá por la década del 60 era la mítica capital del movimiento hippie.
Muchas novelas se han escrito sobre su realidad y los sueños que allí
se plasmaban.
Hoy, al escribir sobre ella, se habla de edificios destruidos, calles
llenas de barro y escombros.
Hasta el majestuoso Everest sacudió su lomo para dejar caer
importantes avalanchas de milenaria nieve.
Esto sí es tragedia.
Esto sí merece atención.
Mientras tanto otro drama que involucra al ser humano y a la
naturaleza deja de ser noticia.
11 000 africanos fueron rescatados de las aguas del Mar
Mediterráneo mientras se calcula que unos 1800 fallecieron ahogados
en dichas aguas.
Son seres que buscan huir de la miseria y sueñan con mejorar su
condición de vida.
Son seres que, en su desesperación, caen en manos inescrupulosas
que únicamente buscan hacerse de un dinero fácil.
Esto sí es tragedia.
Esto sí merece atención.
Frente a estas voces de la naturaleza lo nuestro es, apenas, un
murmullo.
Lo nuestro es nada como para esbozar quejas o protestas.
Lo nuestro no justifica mucha atención como para transformarse en
noticia.
Frente a la realidad de los demás no nuestro es merecedor de
gratitud ya que es ínfimo y rápidamente pasajero.
Pequeño país cuyas grandes adversidades tienen que ver con el agua
ya que se hace inundación o se vuelve seca.
Pequeño país que, para saber de estas tragedias, necesitamos ver o
leer las noticias de otros lugares.
Padre Martín Ponce de León