Una “Ecología Humana”
Cuidar nuestra casa (2)
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
El Papa Francisco en su reciente Encíclica “Laudato Si”
(“Alabado seas”), trata el tema de la ecología. El Papa Francisco en
su introducción recuerda que sus predecesores también han
señalado principios ecológicos: San Juan XXIII, B. Paulo VI y más
recientemente San Juan Pablo II y Benedicto XVI.
San Juan Pablo II advirtió que el ser humano no debe dejarse
llevar solo por su interés personal, olvidándose del entorno. En ese
respeto se ha de incluir al hombre mismo, hablándose así de un
“ecología humana”. Así como el hombre debe cuidar “la casa
común”, también hay que cuidar a los habitantes de la casa.
No se puede olvidar que la naturaleza que nos rodea como la
propia vida son una donación de Dios, mas no para hacer lo que se
quiera con ella, sino para hacerla “fructificar”, desarrollarla, es decir,
que llegue a su perfección. Y llegará a esa perfección si sabemos
respetar la forma de cada ser, lo que son cada cosa.
2) Para pensar
Se cuenta de un rey que salió a su jardín una mañana y lo
encontró marchito y mustio. Le preguntó qué ocurría al roble. El
roble dijo que había resuelto morirse porque no era alto y hermoso
como el pino. El pino, a su vez, renegaba porque no podía tenía
frutos como la vid. La vid estaba decidida a ultimar su vida porque
su uva no era grande como el durazno. El durazno porque no tenía
flores como el geranio, y éste se quejaba porque no era bella y
fragante como la rosa.
Pero cuando llegó a la violeta, el rey la encontró tan viva y
alegre como siempre, y le dijo: "¡Violeta!, me alegro de encontrar
una flor tan pequeña y valiente en medio de todo este desaliento.
No pareces sentirte descorazonada".
La violeta respondió: "No, no lo estoy. Sé que soy pequeña,
pero pensé que si querías un roble, un pino, un árbol de durazno,
los habrías plantado. Pero quisiste una violeta, y estoy decidida a
ser la mejor violeta posible."
Cada uno tiene su propia forma de ser y ha de aceptarla. La
ecología ha de llevar a respetar a cada uno según su forma de ser,
incluyendo a la persona humana. Esa forma de ser radical, se nos es
dada, es un don,
no se escoge, es nuestra esencia. Y sobre esa
forma se ha de desarrollar todo lo demás.
3) Para vivir
Como decía Benedicto XVI, hay que saber respetar todos los
aspectos: «el libro de la naturaleza incluye el ambiente, la vida, la
sexualidad, la familia, las relaciones
sociales, etc.” Las heridas
producidas por nuestro comportamiento irresponsable se deben a
que olvidamos que existen verdades indiscutibles que guían
nuestras vidas y a las que la libertad debe someterse.
El hombre no se crea a sí mismo. Es espíritu y voluntad, pero
también naturaleza. El derroche de la creación, decía Benedicto XVI,
comienza donde no reconocemos ya ninguna instancia por encima
de nosotros, sino que sólo nos vemos a nosotros mismos.
Por eso, los santos son aquellos que han aprendido a aceptar
lo que son, aceptando en todo la voluntad de Dios, sin dejar de
luchar por producir sus propios frutos.