EL MEJOR REGALO
Sí, ya sé que es una celebración teñida de intereses comerciales.
Pero es casi imposible sustraerse de todo un bombardeo de los medios de
comunicación que de mil maneras está gritando que será su día.
Ellos son realidad de este hoy donde la sociedad de consumo impone sus reglas y
sus códigos.
Quizás, todo nos esté haciendo pensar que, la celebración, pasa por un obsequio.
Sobradamente sabemos que ello, el objeto, es tremendamente secundario en lo
que hace a tal día.
Algunos, ante lo comercial de la fecha, optan por un restarle importancia a la
misma.
Se me podrá decir que el niño no necesita de un día, puesto que todos los días son
su día. Ojalá fuese realidad tal afirmación.
¿Podemos ignorar la fecha?
Ello es mucho más simple que darle un contenido distinto al comercial pero que, sin
duda, es bueno lo sepamos encontrar.
Es, a cada uno de los adultos que, este día, nos puede presentar esa oportunidad.
Tal vez que a tal oportunidad la tenemos todos los días pero.....muy poco
aprovechamos por más que los niños nos estén haciendo saber que esperan
nuestra voz.
Cotidianamente, con nuestras actitudes, les estamos haciendo escuchar nuestra
voz, pero muy pocas veces les estamos haciendo saber que nos importan.
Nuestro hoy es nuestra cotidiana palabra y, allí, muy pocas veces les estamos
pronunciando una muy buena palabra.
Todas nuestras voces están diciendo que ellos, como mañana, muy poco importan.
Con fuerza podemos ver como se van perdiendo valores y el no hacer mucho para
revertir tal situación ¿no es una manera de decir que el mañana no nos importa
mucho?.
Cotidianamente se ve como la violencia es el lenguaje más constante o más fácil de
nuestras palabras ¿qué mañana estamos construyendo?
Un mañana que está muy lejos de ser para nosotros puesto que será totalmente de
ellos.
Allí precisarán de espacios para el diálogo. Trasladarán los modelos afectivos
recibidos y necesitarán de medios para poder realizarse.
Quizás que nuestro mejor obsequio sea poderles brindar un futuro mejor pero ello
no es tarea de alguien en soledad sino de todo el contexto social empeñado en ello
y, creo, pasarán muchos días del niño antes de que podamos llegar a un concepto
común de “futuro mejor”.
Pero, sí está en nuestras manos, ese intento cotidiano de, por lo menos, revertir
esa situación que hace a nuestro entorno.
Sería bueno que ellos pudiesen escuchar que nuestra apuesta está centrado en ese
mañana mejor que se le desearía legar y que nuestros esfuerzos apuntan a ello.
Muchas veces transmitimos toda una postura de desinterés ante la realidad.
Podremos tener nuestras razones para tal cosa pero....... es el mañana que les
estamos legando.
¿Con qué interés pueden estar mirando el futuro que se abre ante sus vidas si es
para insertarse en esa realidad a la que solemos calificar con despectivos epítetos?
En oportunidades, no solamente reciben una postura despectiva ante la realidad
sino que se les agrega toda una carga de negatividad para con ellos mismo.
“Siempre estás molestando”, “Servís para nada”, “No hacés nada bien” “Siempre
estás dando trabajo” , “Por tu culpa me molestaron desde la escuela”.
Es así como el niño crece con un concepto totalmente peyorativo de él.
Hay oportunidades que la voz que escucha de los adultos es que deberá
encontrarse con un mañana que es un desastre él que es más desastre que el
mismo mañana.
Por ello sería bueno que no dejemos de hacerles saber que nos importan.
Con una cierta facilidad podemos hacer de la fecha comercial una fecha donde
podemos no dejar pasar esa oportunidad para que sepan que, porque son un futuro
pleno de crecimiento orientado hacia un mañana lo de sus vidas nos importa
porque hace a nuestra vida.
Nuestro compromiso con ellos es un compromiso por un cada uno intentando ser
mejores para que desde nuestra cotidianidad podamos decirles, con una sonrisa
plena de esperanzas,
“¡Feliz día niño!”.
Padre Martín Ponce de León SDB