Barcelona: Basílica de la Sagrada Familia (II)
Padre Pedrojosé Ynaraja
Tengo por norma, no es un compromiso formal, no hacer referencia en estos
reportajes a iglesias que cobren entrada por penetrar en el recinto sagrado. En este
caso hago una excepción porque a mí, afortunado, no me ha tocado nunca pagar y
porque sé que el edificio se ha convertido en monumento de interés turístico y me
referiré a él como a tal y que la norma pecuniaria procede del patronato
responsable. Hecha la advertencia, que debía hacer por honradez, continuaré.
EXÓTICA
La semana pasada calificaba la basílica de exótica. Acudo al diccionario de la RAE y
copio aquí la segunda acepción, dice así: Extraño, chocante, extravagante. Alguna
negatividad le atribuye, pero no es este el caso. El término es utilizado en
semejante sentido en el hablar común. Nos referimos a música exótica, cultura
exótica, ropa exótica, significando que proviene de otro lugar diferente al que uno
habita. Sin descalificar para nada. Busco por otros derroteros y veo que,
generalmente, se refieren a figuras femeninas y, aunque allí pongan ejemplos de la
prensa rosa. Para que se entienda mejor el vocablo, pienso yo en rostros femeninos
de pinturas de Modigliani, de Gauguin, o en la fisonomía femenina del Nacimiento
de Venus, de Boticheliel. Ninguna de estas preciosas mujeres, si así fueron, ganaría
un concurso de belleza actual.
SINGULAR
Insisto en el término porque más de uno me ha dicho que este edificio no le
gustaba, advirtiendo que sólo lo conocía de verlo por fuera y a cierta distancia.
Comprendo su opinión. Advierto, pues, que si uno recuerda las equilibradas líneas y
volúmenes de la iglesia románica de Frómista (Palencia) o el bello y austero gótico
de Saint Denis, en los alrededores de París, la contemplación de la basílica a la que
me refiero hoy, rompe estrepitosamente sus esquemas y le costará digerir y
aceptar su belleza. Es exótica y singular, resultado de la genialidad de A. Gaudí.
Genialidad y piadosa devoción cristiana, movieron al arquitecto en sus diseños.
Cerebro matemático también, hay que añadir. Lo saben muy bien quienes
continúan su obra ahora. No acuden estos necesariamente a cálculos semi
experimentales de vectores, por ejemplo. Me decían que un arquitecto de Nueva
Zelanda a quien me presentaron, colaboraba acertadamente con el equipo de
arquitectos, sirviéndose de sus conocimientos de informática. Gaudí era un
visionario, dotado de rigurosa mente científica.
EL EXTERIOR
Me referiré hoy exclusivamente al exterior. Sus exóticas líneas se enriquecen de
figuras que creo se podrían describir agrupadas en tres conjuntos. Primero figuras
de animales y vegetales, conocidos o que pueda conocer el vecindario. Los primeros
salpicados por los rincones y en graciosas posiciones. Las plantas me parce que
todas ellas están situadas en las cúspides de las agujas, se trata de hojas o frutos.
En segundo lugar las representaciones en el entorno de los pórticos de los grandes
misterios cristianos: el Nacimiento de Jesús, el único que diseñó totalmente Gaudí,
un belén pétreo, ingenuo, detallado en sus mínimos detalles. En segundo lugar, el
misterio de la Pasión y Muerte de Jesús. El esbozo se debe también a Gaudí, la
realización detallada al escultor J.M. Subirats. Si el primer atrio es cándido, el
segundo será patético, que también así lo imagino el arquitecto Gaudí. Ambos son
pura catequesis, a semejanza de la “biblia de los iletrados” de los pórticos
románicos de los capiteles historiados de tantos claustros y, si se quiere, también
de muchos retablos barrocos. El pórtico o la fachada de la Gloria no están
empezado.
LAS PUERTAS
Se encierran en estas estructuras las puertas. Las tres de bronce. La de la Pasión
con escritura en relieve de pasajes evangélicos que a ella se refieren, la de la Gloria
con el texto del Padrenuestro en un montón de lenguas. La del Nacimiento,
realizada y colocada recientemente, con preciosos adornos florales y diminutos
animalitos. No he tenido tiempo de observarlo con detenimiento, pero me
sorprendió hace pocos días ver que entre el follaje, asoma un “ciervo volante”,
insecto que resulta ahora casi exótico, pero que coleccioné en mis tiempos de
bachiller .
SANTOS
Tercer grupo. Aquí y allá, en ordenada colocación geométrica, las imágenes de
idéntico tamaño, en piedra calcárea de diversos santos. Algunos catalanes de
nacimiento, otros de reconocida influencia universal: Francisco, Clara, Bruno etc.
Con el cerebro y con los ojos de la cara, uno recorre el perímetro exterior,
recordando sus conocimientos de Historia Sagrada o de la Iglesia. Y disfruta de lo
lindo.
Con el corazón reflexiona, medita, eleva su mente a Misterios de Salvación. Las
paredes exóticas de la basílica de la Sagrada Familia, se convierten en sabia homilía
que nos legan A. Gaudí y sus colaboradores. Advierto que todo lo que me he
referido se puede contemplar desde el exterior, con bastante detalle, sin tener que
abonar entrada alguna.
Vaya por delante que este exterior al que hoy me he referido, no está terminado.
Falta erigir la ya iniciada gran cruz que culmina el edificio, avanzan las obras de la
sacristía y queda para el futuro el pórtico de la Gloria y su escalinata, con
problemas urbanísticos añadidos.