¿Buscamos a Cristo?
El significado de la Reyes Magos
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
En torno a la Navidad, hay unos personajes simpáticos que
aparecen en escena y suelen representarse en los Nacimientos: son
los pastorcillos y los tres Reyes Magos. En apariencia no tienen
mucho en común. Sin embargo, el Papa Francisco explicó su
significado y la relación que guardan entre sí.
Los Reyes Magos, dijo el Papa, le dan a la Epifanía “un aire de
universalidad”. La Iglesia desea que todos los pueblos de la tierra
puedan encontrar a Jesús, tener experiencia de su amor
misericordioso. La Iglesia no es solo para unos cuantos, no es
“elitista”, ni discrimina a nadie. Dios quiere que todos se acerquen a
Él y sean salvados.
Así, tanto esos humildes pastores que eran judíos, como los
Reyes Magos que no eran judíos, reciben un llamado del Cielo para
acudir a adorar a Dios hecho hombre recién nacido.
2) Para pensar
“Los pastores y los Magos son muy distintos entre ellos, pero
tienen algo en común: el cielo. Los pastores de Belén corrieron a ver
a Jesús no porque fueran particularmente buenos, sino porque
velaban en la noche y, alzando los ojos al cielo, vieron una señal,
escucharon su mensaje y lo siguieron”. A su vez, los Magos
“escrutaron el cielo, vieron una nueva estrella, interpretaron la señal
y se pusieron en camino”, dijo Francisco.
Así, “los pastores y los Magos nos enseñan que para encontrar
a Jesús es necesario saber alzar la mirada al cielo, no replegarse
sobre sí mismo, sino tener el corazón y la mente abiertos al
horizonte de Dios, que siempre nos sorprende, saber acoger sus
mensajes y responder con prontitud y generosidad”. Es lo que el
Espíritu Santo a través de su Iglesia quiere transmitirnos en estos
días navideños.
3) Para vivir
Los reyes Magos supieron descubrir en esa estrella especial el
mensaje con el anuncio del nacimiento del Mesías, del Salvador.
Ahora, dice el Papa Francisco, “la estrella es el Evangelio, la Palabra
del Señor… Esta luz nos guía hacia Cristo. ¡Sin la escucha del
Evangelio no es posible encontrarlo!”.
Además del Evangelio, Jesús se encuentra en la Eucaristía.
Puede sorprender que los habitantes de Jerusalén, estando tan
cerca de Belén donde nació Jesús, a unos doce kilómetros, no hayan
ido a verlo en cuanto se enteraron. Y en cambio, los Reyes Magos, a
cientos de kilómetros y a jornadas de viaje fatigoso, saben
encontrarlo. Pero resulta más sorprendente y doloroso que Jesús,
que se encuentra en cada templo, deje de ser visitado por
muchísimas personas. Jesús se nos ha acercado lo más posible,
pero nos deja en libertad. Por eso, si no lo encontramos, será
porque no queremos.
La experiencia de los Magos nos exhorta a no contentarnos
con la mediocridad, sino “a buscar el sentido de las cosas, a
escrutar con pasión el gran misterio de la vida”, dijo el Papa.
Además, “nos enseña a no escandalizarnos de la pequeñez y de la
pobreza, sino a reconocer la majestad en la humildad y sabernos
arrodillar frente a ella”.
El Pontífice manifestó que, al igual que a los Magos, nos ha de
ser de gran consuelo sentirnos guiados y no abandonados a nuestro
destino. No dejemos de buscar a Cristo y de seguro lo
encontraremos junto a su Madre.
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