Radicalmente
“El querer conciliar la fe con el espíritu moderno
conduce a mucho más allá de lo que se piensa:
no sólo al debilitamiento, sino a la pérdida total
De la fe”. S.S. San Pío X (27 de mayo, 1914)
Hace falta una cruzada de verticalidades
1.3
Y la Verdad se hizo carne…
(Dios Verdadero de Dios Verdadero)
Catecúmeno, golpea en la cerrada enorme puerta de la
iglesia:
- ¿Qué pides a la Iglesia?
- La fe
El centenario portón chirría sus viejos goznes. Traspasa el
pórtico. Entra. Vibran las naves; al vuelo de campanas se
estremece el templo. ¡Cree! ¡La Fe le abraza!
Soy el que Soy. Soy la existencia misma. Te me revelo. Me
abro a tu razón. Puedes, ahora, asomarte a Mí. Me entrego,
Yo que soy el Camino, la Verdad, y la Vida.
¡Creer! ¡Te creo! Me exiges creer, y yo te creo. No me
bañas el alma en hermosura, ni en la grandeza; ni de
justicia, ni de sabiduría, ni de misericordias me traspasas
la virgen víscera, ni de bellezas me inundas el alma. Creo.
Renuncio a satanás , pompas y obras. Ven, hijo, transita Mis
Caminos.
¡Soy! A su imagen y semejanza fui forjado: "Dios creó al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y
mujer los creó". “¿Qué cosa, o quién, fue el motivo de que
establecieras al hombre en semejante dignidad?
Ciertamente, nada que no fuera el amor inextinguible con
el que contemplaste a tu criatura en ti mismo y te dejaste
cautivar de amor por ella; por amor lo creaste, por amor le
diste un ser capaz de gustar tu Bien eterno” (Santa
Catalina de Siena, Il dialogo della Divina providenza, 13).
Soy alguien, soy digno, soy persona, desde el vientre
bendito de mi madre. Abro luego mis ojos a la luz, y me
embriaga el resplandor de la verdad. Conozco y creo.
Puedo volverme al Creador, religarme. Y en la verdad
milito.
La verdad se hizo carne. Y canta el Credo al Unigénito del
Padre y lo define, exponencial grandeza, Verdad al infinito:
¡Dios Verdadero de Dios Verdadero! Verdad de la Verdad.
Verdad del Dios que es Verdadero. “Para esto he nacido, y
para esto he venido al mundo… ᄀpara dar testimonio de la
Verdad!..., todo el que es de la verdad escucha mi voz” Te
escuchamos, de la Verdad soberano testigo. ¡Creo!
¡Creemos! Verdad que después de haber sido hecho, me
hace libre en un segundo vientre estupendo. ¡Para eso has
nacido! ¡Y sólo para eso!
Nada puede contenerte, Verdad Eterna. ¡El Padre que Se
conoce! ¡Y Tú eres ese conocerse, Verbo Engendrado! ¡Y
porque Se conocen aman! ¡Amor que se hace Persona, al
conocerse! Dios de Dios, Luz de Luz. Verdad, Palabra. Tu
Padre te ha engendrado, no Te ha creado. Palabra, Verbo.
Verdad que con el Padre y en Amor eres una naturaleza.
Dios Verdad. Dios Verdadero.
Y la Verdad se hizo Carne, y habitó entre nosotros. Tú eres
la pregunta, la vía y la Respuesta. “Sed santos, porque yo,
el Señor, vuestro Dios, soy santo”, clamará el Levítico.
¿Cómo, Señor? Obedeciendo a la verdad --nos atestigua
Pedro-- se santifican . “El bien de la persona consiste en
estar en la Verdad y en realizar la Verdad” , rematará Juan
Pablo II, santo.
Luz de Luz. ¡En esplendores la Verdad! Ante ti la justicia y
la misericordia humanas hincan rodillas. Madre nutricia,
que de ti se amamanta la cognición, la santa sabiduría de
los pequeños.
Escucharte, Señor, conocerte, obedecerte. Ayúdanos,
Señor, en estos tiempos, en que las olas arremeten con
furia contra la barca : “Algunas tendencias de la teología
moral actual, bajo el influjo de las corrientes subjetivistas
e individualistas ahora aludidas, interpretan de manera
nueva la relación de la libertad con la ley moral, con la
naturaleza humana y con la conciencia, y proponen
criterios innovadores de valoración moral de los actos. Se
trata de tendencias que, aun en su diversidad, coinciden en
el hecho de debilitar o incluso negar la dependencia de la
libertad con respecto a la verdad”… “Como se puede
comprender inmediatamente, no es ajena a esta evolución
la crisis en torno a la verdad. Abandonada la idea de una
verdad universal sobre el bien, que la razón humana pueda
conocer, ha cambiado también inevitablemente la
concepción misma de la conciencia: a ésta ya no se la
considera en su realidad originaria, o sea, como acto de la
inteligencia de la persona, que debe aplicar el
conocimiento universal del bien en una determinada
situación y expresar así un juicio sobre la conducta recta
que hay que elegir aquí y ahora; sino que más bien se está
orientado a conceder a la conciencia del individuo el
privilegio de fijar, de modo autónomo, los criterios del bien
y del mal, y actuar en consecuencia. Esta visión coincide
con una ética individualista, para la cual cada uno se
encuentra ante su verdad, diversa de la verdad de los
demás”. Veritatis Splendor.
“Maestro ¿qué he de hacer de bueno para conseguir la vida
eterna?”… ¡que es lo único que importa! Y entonces, Jesús
bueno, Jesús Palabra, no te refieres a la sabiduría, ni a la
justicia, ni a la misericordia, ni aun al perdón: ¿Hacer?
¿Hacer, hijito mío? ¿Tu quehacer? “﾿Por qué me preguntas
acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres
entrar en la vida, guarda los mandamientos" ."¿Cuáles?" le
dice él. Y Jesús dijo: "No matarás, no cometerás adulterio,
no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu
padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti
mismo”. Eso para ser bueno; pero si quieres ser perfecto
despójate de todo, arráncate a ti mismo.
Es necesario que el hombre de hoy se dirija nuevamente a
Cristo para obtener de Él la respuesta sobre lo que es
bueno y lo que es malo . “Convertíos y creed”. El tiempo
está cumplido. ¡La verdad se hizo carne!... ¡Creed y
convertíos!
Jorge J. Arrastia.
Nota: Expreso, obviamente, mi criterio muy personal acerca de
los acontecimientos y personas sobre las que escribo.
Jorge.