El placer de servir
“El amor es servicial”
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
El Papa Francisco puso al amor como el núcleo de su reciente
documento “Amoris Laetitia”, pues también ha de ser el centro en
toda familia. Así lo escribe en el capítulo cuatro. Para su reflexión se
valió del Himno de la Caridad que San Pablo expone en su primera
Carta a los Corintios.
Después de haber contemplado la primera característica, la
paciencia, como se vio la vez anterior, San Pablo señala la segunda:
“La caridad es servicial”.
El Papa Francisco señala que el término “servicial” está
relacionado con la paciencia y la complementa. Pues mientras que la
paciencia denota una actitud pasiva de resistencia, en cambio,
“servicial” implica “una actividad, una reacci￳n dinámica y creativa
ante los demás. Indica que el amor beneficia y promueve a los
demás”.
2) Para pensar
En 1888 Mahatma Gandhi fue a Inglaterra a estudiar Derecho.
Una vez, siendo estudiante, iba caminando por Londres y fue
sorprendido por una gran lluvia. Gandhi corrió para no mojarse y
logró refugiarse debajo del alero de un lujoso hotel, ahí se quedó
parado mientras pasaba el vendaval. A los pocos minutos apareció
una lujosa limosina y de ella salió un magnate inglés, le bajaron las
maletas y el carro fue conducido hasta el estacionamiento.
El británico le grit￳ “ᄀOye tú!, ¡Agarra las maletas!”. Gandhi
pensó que le gritaba a otro. Pero insisti￳ con más fuerza: “ᄀEh tú,
hindú, te digo que tomes las maletas!”
Gandhi se dio cuenta de que era con él y entonces, sin
sentirse humillado, se acercó a cargarlas. El inglés le ordenó que las
subiera al cuarto piso; él magnate subió por el ascensor y el hindú
por las escaleras porque en esa época los hindúes eran
discriminados.
Una vez que Gandhi dejó las maletas en el sitio indicado, se
dispuso a retirarse. El potentado le grit￳: “﾿Cuánto te debo?”
Gandhi le contestó cortésmente: “Señor, usted no me debe
nada”. El hombre insisti￳: “﾿Pero no vas cobrar por subirme las
maletas? ﾿Acaso no trabajas aquí?”
“No señor, yo no trabajo aquí; yo estaba en la puerta
esperando que dejara de llover” dijo Gandhi. Sorprendido le dijo:
“Pero, si no trabajas aquí, ¿por qué subiste las maletas?”
“Porque usted me pidió que lo hiciera... y lo hice”.
El inglés preguntó confundido: “Pero, si no pensabas cobrarme
nada, ¿por qué las subiste?”
“Se￱or -expresó el futuro Mahatma- yo subí las maletas a
usted por el inmenso placer que me causa el colaborar con los
demás, por eso lo hice, porque para mí servir es un placer. Sí, servir
es un placer: ¡Que inmenso placer!”
El inglés se quedó desconcertado y muy pensativo.
Por eso dejo dicho Gandhi: "Todos los placeres y
satisfacciones palidecen y se convierten en nada ante el servicio
abnegado que se presta con alegría". Nuestro Señor Jesucristo
revaloró el servicio al ponerse de ejemplo: “No he venido a ser
servido, sino a servir” (Mc 10, 45).
3) Para vivir
Señala el Papa que el amor no es solo un sentimiento, sino
que se dirige en hacer el bien y en una familia y eso es
indispensable.
Solo “así puede mostrar toda su fecundidad, y nos permite
experimentar la felicidad de dar, la nobleza y la grandeza de
donarse sobreabundantemente, sin medir, sin reclamar pagos, por
el solo gusto de dar y de servir”.
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